El hombre de 48 años asesinado esta madrugada de un tiro en el abdomen por los delincuentes que habían asaltado a su vecino vivía en el extranjero y había extendido su estadía en una casa del barrio Las Canteras ya que no pudo salir del país por la pandemia del coronavirus.

Según trascendió, Fernando Maniglia había vuelto a Argentina para visitar a su familia. Si bien dudaba de si comprar una propiedad en Mar del Plata o no para asentarse, su intención inmediata era volver a Italia, pero la pandemia mundial por el coronavirus no se lo permitió, por lo que se tuvo que quedar más de lo planeado en una casa de la periferia de la ciudad, ubicada en Chacahuac al 6300.

En el tiempo que Maniglia había residido en la casa de Chacahuac al 6300, había forjado una buena relación con la pareja que vivía en la casa de al lado, prácticamente sus únicos vecinos de la zona.

Es por esta razón que cuando este domingo, pasada la medianoche, escuchó ruidos extraños en la casa de sus vecinos salió al patio para ver que sucedía. La luz de la zona estaba cortada, por lo que Maniglia iluminó con su celular y comenzó a caminar los 40 metros de patio que separaban la puerta de su vivienda con la vereda. Sin embargo no llegó a recorrerlos: del otro lado del ligustrín que delimitaba su propiedad le dispararon y una bala impactó en su abdomen, hiriéndolo de gravedad. Luego se escucharon dos autos que alejaban y Maniglia quedó tendido en el suelo.

El vecino de Maniglia había sido víctima de un violento asalto en la casa y, a pesar de haber sido brutalmente golpeado intentó socorrerlo. Esperó junto a él a la ambulancia y le contó lo sucedido al fiscal Leandro Arévalo y a la policía.

Maniglia, quien de no ser por la pandemia hubiese estado en Italia, murió este domingo a la madrugada por el balazo que recibió en el abdomen, disparado por uno de los cinco delincuentes que habían asaltado a su vecino.

Un disparo casi imposible

La bala que mató a Maniglia tuvo una trayectoria casi imposible, en una noche en la que todo estaba oscuro y prácticamente no se veía nada ya que la luz en la zona de Chacahuac al 6300 estaba cortada.

Fue justamente por esta falta de luz que cuando Maniglia prendió su celular para iluminar fue advertido por los delincuentes, quienes desde el interior de los autos dispararon al menos en dos ocasiones hacia esa dirección para cubrir su escape.

Maniglia estaba a casi 50 metros de los delincuentes y la bala que dispararon “esquivó” unos árboles que habían en el camino y un ligustrín perimetral, para impactar directamente en el abdomen del hombre de 48 años y herirlo de muerte.

“El disparo fue casi imposible”, concluyó una fuente de la investigación consultada por LA CAPITAL.