Crimen del barrio Estrada: el desenlace fatal de una trama de violencia y celos
La víctima Juan Cruz Páez (24) tenía problemas con Lucas Ezequiel Figueroa vinculados con una mujer. Además, el detenido por el homicidio había sido baleado durante el fin de semana en una pierna.
Un joven de 24 años fue asesinado ayer a la madrugada de tres disparos y su auto incendiado en el barrio Estrada y por el hecho detuvieron a otro hombre, con quien tenía problemas vinculados con una mujer. La principal hipótesis de los investigadores es que se trató de una venganza.
La víctima fue identificada como Juan Cruz Páez, y si bien ayer a la tarde se le realizó la autopsia, aún resta el informe detallado para determinar exactamente la cantidad de disparos que recibió y las circunstancias. Según trascendió, a primera vista los investigadores comprobaron que tenía heridas de arma de fuego en la cabeza, el pecho y un brazo.
Por otra parte, el detenido fue identificado como Lucas Ezequiel Figueroa (24), imputado por el fiscal Fernando Castro por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, quien además cuenta con causas penales por delitos contra la propiedad privada, incluso tiene entradas en las comisarías cuando era menor de edad.
El martes a la madrugada, Juan Cruz Paéz (24) fue en su Suzuki Fun negra hasta la casa de Mugaburu 7677, bajó del vehículo y comenzó a gritar y a insultar a una persona que se encontraba en el lugar.
La discusión se extendió por un momento y en medio de las palabras, el hombre con el que Páez discutía desenfundó un arma y le disparó en al menos tres oportunidades, que lo hirieron en el pecho, la cabeza y un brazo.
Páez, herido de gravedad, se alejó del agresor como pudo y, prácticamente se arrastró unos 150 metros hasta que cayó al suelo en Sagastizabal al 7600 y comenzó a pedir ayuda a los gritos.
Los vecinos de esa cuadra, que ya se habían despertado por los disparos, salieron a asistir a Páez que se encontraba gravemente herido. Una de las personas, por piedad, lo tapó con una frazada para cubrirlo del frío de la madrugada, mientras que otro llamó al 911 para alertar a la policía.
Personal de la comisaría séptima llegó a los pocos minutos al lugar, pero Páez no sobrevivió y yacía muerto en una vereda, sobre el pasto, cubierto con la frazada.
Un vecino de la cuadra de Sagastizabal narró que todo eso que sucedió pasó muy rápido: estar dormido, despertarse por unos disparos, escuchar gritos de ayuda, la policía y sus sirenas, y la gente al rededor de un cuerpo. Sin embargo, cuando parecía que ya nada más podía perturbar la madrugada dijo que escuchó una fuerte explosión proveniente de Mugaburu al 7600 que puso a todos en alerta nuevamente, sobre todo a los oficiales de la comisaría séptima.
Los uniformados fueron hasta el lugar de la explosión y, a pocos metros de la casa de Mugaburu 7677 encontraron un Suzuki Fun negro prendido fuego. Es que no solo habían asesinado a Páez, sino que al escapar herido de muerte del lugar le incendiaron su auto.
Personal de policía científica fue al lugar del homicidio y del incendio del vehículo para recolectar pruebas y realizar las primeras pericias de rigor. En esas primeras surgió el nombre de Lucas Ezequiel Figueroa como el posible autor de los hechos, por lo que el fiscal Fernando Castro ordenó su inmediata detención.
La detención de Figueroa se concretó a las pocas horas, cerca de las 8 de la mañana, cuando personal del Comando de Patrullas lo interceptó en Constitución y Pirán mientras el sospechoso manejaba un Fiat Uno rojo. El joven, de 24 años, fue imputado por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y fue trasladado a la Unidad Penal 44 de Batán. Se espera que en las próximas horas sea citado por el fiscal para declarar.
Una de las principales hipótesis que maneja el fiscal Castro está vinculada con una mujer que había despertado la atención tanto de Figueroa como de Cruz. Además se encuentra en investigación la herida de bala que el domingo recibió Figueroa en una pierna, ya que podría estar vinculada con la venganza que motivó al homicidio de Cruz.
Entre malandras y denuncias
Vecinos de las cuadras de Mugaburu y Sagastizabal consultados concordaron en que tanto Figueroa y Páez eran dos “malandras” que tenían problemas entre ellos. Figueroa del barrio Estrada y Páez del barrio Parque Camet.
Las personas, que prefieren resguardarse en el anonimato por miedo a posibles represalias, cuentan que presentaron denuncias contra Figueroa en el pasado, principalmente por el “movimiento” que tenía la casa de Mugaburo al 7600 en horarios nocturnos.
Es que, para los vecinos, en esa vivienda se comercializaban drogas, pero las denuncias que radicaron no tuvieron mayores resultados que el de algún patrullero yendo hasta la casa de Mugaburo. “Es decepcionante presentar una denuncia sólo para que todo vuelva a suceder esa misma noche”, dicen.
Un hombre de la cuadra, que escuchó todo el conflictó entre Páez y Figueroa, culpó directamente a la policía por haber “liberado” esa cuadra.
“En frente de la casa de este malandra que vende droga viven un matrimonio de policías, que como son de otra jurisdicción arreglaron con él para que no haya problemas. No pueden hacer algo así”, dijo el hombre visiblemente enojado por estar en el medio de una situación así.
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