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Policiales 31 de mayo de 2024

Crimen de Talía Aragón: detalles de un contexto complejo que desafía a los investigadores

La historia de vida de Talía Aragón (27), según su entorno, la llevó a sufrir situaciones de violencia. El fiscal Fernando Berlingeri trabaja a fondo para reunir testimonios y analizar las posibles amenazas que existían sobre la joven.

Talía Abigail Aragón (27) fue brutalmente agredida durante la madrugada del miércoles pasado a pesar de que intentó defenderse. La puñalada que tenía en el pecho, del lado derecho, y la lesión en uno de sus brazos atestiguan la mecánica del ataque, pero no dicen mucho más. Y esa falta de información, esa ausencia de precisiones, es contra la que por estas horas luchan los investigadores que buscan datos en una carrera contra el tiempo. Por ahora, la muerte de la joven es un misterio, porque un poco su vida lo era.

Recrear las horas previas al asesinato son de extrema dificultad para los investigadores encabezados por el fiscal Fernando Berlingeri por el tipo de vida que llevaba Aragón. Vivía en una casa humilde de la “Villita Pescadores”, en Pescadores y Magallanes, con su hija de 10 años, con su padre y con una hermana y su sobrina. Talía Aragón también tenía otra hija de 13 que vivía con el padre y un varón más de 8 que vivía con la abuela paterna.

Aragón tuvo una experiencia de vida complicada que la llevó a tener a su primera hija en edad adolescente mientras residía en una casa de la calle José Hernández al 3000. Poco después tuvo su segunda hija, pero ahí se distanció de su pareja. Una amiga dijo que medió una situación de violencia de género y que desde el año 2015 todo estaba judicializado. LA CAPITAL pudo rastrear los expedientes en la Justicia de Familia y las últimas actuaciones datan de 2016.

“Ella se fue a la villa cuando quedó embarazada de la segunda nena y siempre fue una víctima de un sistema macabro que nunca funcionó”, contó una de sus amigas más cercanas en diálogo con este medio. “Talía siempre quiso salir adelante -agregó-, estar bien, y no podía porque quería ver a su hija, no la dejaban verla. Por eso se volcó a consumir, fue a recuperación, se metió a la facultad, era una piba que hacía lo que podía”.

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La inestabilidad en su vida llevó a que Aragón no pudiera consolidarse en un trabajo, pero hay reportes de que cumplió tareas como envasadora en una procesadora de pescado. En la actualidad no tenía ningún empleo y la necesidad la llevó a volcarse a trabajar en la calle y a vincularse con muchas personas, algunas de las cuales también la violentaba.

“Nunca se dio cuenta lo linda que era, lo buena persona que era… tenía un corazón re zarpado. A vos te pasaba algo y ella estaba al lado tuyo, no te preguntaba; eso es lo que tenía, era leal con las personas que habían sido leal con ella”, la define su amiga.

El estilo de vida algo caótico de Aragón, impedida por distintas circunstancias a cambiarlo, quedó manifestado en la cantidad de perfiles de Facebook que tenía. Más de una decena de usuarios, algunos inactivos desde hace varios años.

Próximos pasos

El día martes fue la última vez que alguien conocido la vio a Talía Aragón. Fue allí en la casa de la Villita Pescadores y luego salió, como era su costumbre. Recién volvió a saber de ella cuando desde la fiscalía a cargo de Berlingeri se comunicaron con el padre para decirle que su cuerpo había aparecido en una playa del sur. Que había sido asesinada.

Con el correr de las horas, y ya asentados y corroborados algunos datos, se conocieron algunos detalles de lo sucedido. En principio, Talía Aragón pudo haber muerto en horas de la madrugada del miércoles, o acaso también ya con la salida del sol. La operación de autopsia confirmó que tenía una lesión punzocortante en el hemitórax derecho que interesó el pulmón. También en uno de sus brazos había una herida “limpia”, diferente a las abrasiones y contusiones propias de la caída de altura. Esto hace suponer al fiscal Berlingeri que Talía Aragón fue consciente del ataque que sufría e intentó evitarlo.

Lo que no se puede saber es si la puñalada se produjo frente al lugar del que cayó más de 15 metros. “La lesión del tórax no le produjo la muerte, pero si no era atendida seguramente se la iba a producir. No obstante, la muerte fue por los severos traumatismos de la caída. Tenía un golpe muy fuerte en el cráneo, además de fracturas en sus extremidades”, confiaron fuentes de la investigación a LA CAPITAL.

A las 11.30 del miércoles un hombre que caminaba por la playa vio el cuerpo y pidió a una mujer que llamara al 911. El cadáver jamás estuvo sobre el agua, como trascendió inicialmente. De hecho, la ropa no estuvo mojada, dato importante también para saber que fue arrojado con baja mar. Los rescatistas tuvieron dificultades para extraerlo porque cuando iniciaran las tareas comenzó a subir la marea y recién pasadas las 15 lo consiguieron.

Lo primordial para avanzar en el esclarecimiento del caso es desanudar la madeja de relaciones de Talía Aragón y también indagar en su pasado para saber si algunas personas que fueron violentas con ellas seguían hostigándolas o si hubo alguna discrepancia reciente que pudo haber actuado como detonante de una posible agresión.

Por el momento el fiscal Berlingeri está abocado a reunir testimonios y también la policía a analizar cámaras de seguridad, en particular la instalada en el cruce de Ruta 11 y Circunvalación por donde, indefectiblemente, tuvo que pasar el vehículo que transportó a Talía. Porque ya sea que la puñalada fue en el lugar del hecho o en otro sitio, en algún medio tuvo que llegar desde el norte y pasar por esa intersección.



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