La Justicia de Garantías ordenó una mutua restricción de acercamiento entre el imputado por haber asesinado a Milagros Tornari (15) y la familia de la víctima, en el marco de la causa por el crimen ocurrido el 2 de agosto en los edificios del barrio Pampa.

Leonel Belasteguin había sido detenido a las pocas horas de los enfrentamientos entre personas de los edificios del barrio Pampa y de la villa Santa Rita, y si bien es el único imputado, tanto la fiscal Andrea Gómez como la jueza de garantías Lucrecio Bustos entendieron que las pruebas que apuntan a su nombre no fueron lo suficientemente sólidas para extender su prisión preventiva, por lo que el 28 de agosto se dispuso el cese de esa medida coercitiva y lo liberaron de la Unidad Penal 44 de Batán.

Esta situación generó un obvio malestar en la familia de Tornari y, a través de su abogado, pidieron a la jueza Bustos que ordenara una restricción de acercamiento de Belasteguin, para que no intentara amedrentarlos a ellos a posibles testigos que pudieran identificarlo.

La jueza analizó el pedido y, si bien lo aceptó, también ordenó que la restricción de acercamiento fuera mutua, es decir, que ni el imputado pudiera acercarse a la familia de la víctima, ni la familia de la víctima pudiera acercarse a él.

Balesteguin se encuentra amenazado y no volvió al barrio Pampa, donde vivían sus padres que también tuvieron que abandonar la zona. Según trascendió, independientemente de la orden de acercamiento, el imputado no tenía intención de estar ni cerca de donde ocurrieron los hechos ya que teme por su vida.

Por otra parte, la fiscal Andrea Gómez le solicitó a la comisaría decimosexta que recabaran más testimoniales en el lugar de los hechos en busca de individualizar a las personas que acompañaban a Balesteguin y que habrían disparado con un arma calibre 38.

Edificios del barrio Pampa.

Para la fiscal Gómez “no existe elemento alguno que permita afirmar la participación penalmente responsable de Balasteguin” en el crimen de Milagros Tornari. Si bien, al principio de la investigación existían testimonios que sindicaban al imputado como autor de el disparo que mató a a la adolescente, estos testigos, al ser citados por la Fiscalía, brindaron testimonios contradictorios.

Un testigo ubicó al imputado junto a su padre, mientras disparaba contra las personas de la villa Santa Rita. Otro aseguró que se encontraba junto a un grupo de hombres que también disparaban en dirección de dónde se encontraba la víctima. Otro dijo haberlo visto detrás de un árbol, solo, mientras disparaba contra las personas que llegaron al barrio Pampa.

Además, todos los testigos aseguraron que disparó con un arma 9 milímetros, mientras que la bala que mató a Milagros fue una pistola de calibre 38 milímetros. De suma importancia fue el testimonio del novio de Milagros, que aseguró que quien disparó y mató a su pareja fue “un gordito, bajito, de tez blanquito y pelo negro”, una descripción totalmente alejada de Balasteguin.

Milagros Tornari fue asesinada de un disparo en el pecho en la madrugada del domingo 2 de agosto, mientras se hallaba junto a su novio y otras personas frente a las torres del barrio Pampa, en la periferia de la ciudad. En ese momento se producían incidentes entre gente de la villa Santa Rita y vecinos de los edificios de Rateryi entre Bouchard y Vértiz, originado por un episodio de la tarde del sábado que no está del todo claro.