A pocos días de que la Justicia de Garantías ordenara la prisión preventiva para Ricardo Aguerrido por el crimen de Ezequiel Guasone, su defensa solicitó que se adelantara la pericia de su celular, ya que existirían audios que probarían que no tuvo nada que ver con el asesinato que se le imputa.

La defensa de Aguerrido está a cargo de Romina Merino y César Sivo, quienes sostienen la inocencia de su representado desde un primer momento y aseguran que en su celular existen pruebas desincriminantes.

De esta manera, los abogados le solicitan a la jueza Rosa Frende que se realice de manera urgente la pericia del celular del detenido, ya que los audios que tiene allí con sus hijos y hermanos serían prueba fundamental de su inocencia.

Según manifestaron los abogados, esos audios no son importantes por las conversaciones en sí, sino “por el horario en que fueron mantenidos -en franja supuestamente con la comisión, por alguien más, del homicidio- incluso existe un intercambio de audios que permiten apreciar la tranquilidad con la que Aguerrido conversaba con sus hijos.
Esto se conforma como una prueba de descargo contundente, además que justifica la inmediata revisión del mantenimiento de la prisión preventiva”.

Según la hipótesis de la fiscal Romina Díaz, Aguerrido habría asesinado a Guasone entre las 18.30 y las 20; sin embargo los audios evidenciarían que se se encontraba en otro lado, conversando desentendidamente de cosas triviales de la vida con su familia.

La pericia del celular de Aguerrido está prevista para el 13 de octubre, es por eso que Merino y Sivo piden a la Justicia que adelante la pericia de manera urgente, para que se pueda revisar la prisión preventiva ya que entienden que el imputado está injustamente privado de su libertad.

“La prisión preventiva fue dictada sin saber estos audios”, expresaron los abogados en el planteo hecho a la Justicia y agregaron: “Los audios marcan que Aguerrido no pudo ser el autor material del homicidio de Guasone, tal como ya lo refirió su pareja en su declaración”.

En el planteo que hace la defensa, adelantan que en el caso de que se acepte una morigeración en la detención de Aguerrido, el hombre podría fijar domicilio en la casa de su hermano.

El empresario Ezequiel Guasone tenía 48 años.

La noticia del crimen de Guasone se conoció pasadas las 13 del domingo 25 de julio, cuando su cadáver fue hallado por amigos y familiares con el cuello atado a una cuerda en el interior de un comercio de su propiedad en San Lorenzo y San Luis. El sábado anterior, su ex mujer -con la que a pesar de estar separado convivía- había denunciado su desaparición en la comisaría novena.

El 30 de julio siguiente, la fiscal Díaz ordenó la detención de Aguerrido, que se consumó al día siguiente por obra del personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, que localizó al acusado en la vivienda de su hermano en la zona de Castelli al 4000. Según la investigación que llevó a cabo la instructora judicial, el imputado habría matado al empresario luego de un enfrentamiento entre ambos iniciado varios meses atrás por deudas y problemas económicos que ambos se reprochaban.

Guasone sostenía, conforme lo declararon distintos testigos que formaban parte de su entorno, que Aguerrido le debía gran cantidad de dinero por el alquiler de su local, en el que junto a su hijo -a nombre de quien figuraba el contrato- habían montado negocios gastronómicos sin éxito. Por su parte, el acusado, al declarar ante la fiscal Díaz, señaló que en realidad era la víctima la que le debía dinero a él y que, amparado en eso, de nada le hubiera servido cometer tal crimen.