Estafas, fraudes y engaños. Los delincuentes encuentran en la tecnología nuevas maneras de llegar a las víctimas para adaptar maniobras ya conocidos por todos, como son los “cuento del tío”, a una versión 2.0 que año a año crece en cantidad de damnificados: en Mar del Plata unas ocho personas por día denuncian haber caído en este tipo de delitos.

Según estadísticas del Sistema Informático del Ministerio Público, en el primer semestre del 2024 se radicaron en Mar del Plata 1424 denuncias de defraudaciones informáticas, que recaen todas en la Fiscalía de Delitos Económicos. Es decir, en lo que va del año, por día se realizan 7,82 denuncias, lo que equivale a que prácticamente ocho personas por día es víctima de estos delitos.

El año pasado el número ya había sido alarmante,  con 831 denuncias registradas en el primer semestre. Pero este 2024 año el crecimiento fue del 71, 35 % de denuncias, que incluyen las maniobras de estafa o defraudación llevadas a cabo a través de medios digitales o ingeniería social.

Estos delitos están comprendidos en el Artículo 172 del Código Penal, en el que será reprimido con prisión de un mes a seis años, el que defraudare a otro con nombre supuesto, calidad simulada, falsos títulos, influencia mentida, abuso de confianza o aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación o valiéndose de
cualquier otro ardid o engaño y en el Artículo 173 inc. 16, donde se explica que el que defraudare a otro mediante cualquier técnica de manipulación informática que altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la
transmisión de datos.

Jubilados, principales víctimas de las estafas

Desde la Fiscalía de Delitos Económicos aclararon que si bien se denunciaron distintas modalidades de engaño, mayormente pueden distinguirse dos supuestos que se repiten: el phishing y estafas con promociones de descuentos para jubilados.

El phishing es un engaño se efectúa a través de sitios web simulados para que las víctimas ingresen los datos personales que otorgarían normalmente a una plataforma auténtica y autorizada (sea de una entidad privada o estatal).

Por lo general, el phishing se atribuye a los casos en que la víctima recibe un contacto mediante correo electrónico, que aparenta provenir de una entidad bancaria y que por razones de seguridad o mantenimiento (entre otras), solicita el ingreso al homebanking.

De la misma manera se observa en los supuestos que las víctimas, con la intención de acceder al homebanking de su entidad bancaria desde una computadora, ingresan al primer enlace que surge del buscador de Internet, el cual deriva a un sitio web fraudulento que lleva a una interfaz idéntica a la del sitio oficial a través de la que es
posible captar los datos y credenciales personales ingresados.

La otra modalidad es la que ofrecen descuentos para jubilados en la red social Facebook o en Instagram: las  víctimas observan allí publicaciones de ofertas que simulaban ser de empresas que brindan servicios de streaming (como Netflix) como proveedores del servicio de Internet, mediante las cuales iniciaron un contacto, que continuaron vía WhatsApp y, finalmente a través de técnicas de ingeniería social, resultaron engañadas para que aporten datos de acceso a sus cuentas bancarias o guiadas telefónicamente para que cumplimenten una serie de pasos que culminaron con transferencias de dinero, en el convencimiento de que están accediendo a un
beneficio.

En muchas de estas estafas, los delincuentes logran la obtención de préstamos bancarios, en muchos casos millonarios, y cuyas víctimas resultan ser personas que sólo perciben sus jubilaciones, las cuales inmediatamente
después de acreditarse, fueron transferidos a cuentas de terceros.

Recomendaciones para no caer en estafas

Para prevenir caer en estafas, especialistas aconsejan activar la autenticidad de dos factores en cuentas de redes sociales, WhatsApp o las plataformas digitales que utilicen, además de no brindar ningún dato personal (usuarios, claves, contraseñas, pin, Clave de la Seguridad Social, Clave Token, DNI original o fotocopia, foto, ni ningún tipo de dato), por teléfono, correo electrónico, red social, WhatsApp o mensaje de texto.

También recomiendan no usar la misma clave para distintas aplicaciones, cuentas, plataformas o sitios y tener cuidado con los enlaces sospechosos y asegurarse siempre de estar en una página legítima antes de ingresar información de inicio de sesión.

Por último, se aconseja no utilizar equipos públicos o de terceras personas para acceder a aplicaciones, redes sociales o cuentas personales y no usar redes de wi-fi públicas para acceder a sitios que requieran contraseñas.