Crece la venta ambulante: “Entre el 70 y el 80% no son de la ciudad”
Desde el Sindicato de Vendedores Ambulantes atribuyen el incremento de la venta callejera a la situación económica del país. "Son personas que han tenido trabajos determinados gran parte de su vida, pero al perderlo, la primera salida es comprar medias o cualquier otro producto y salir a la calle a vender", afirmaron.
Desde hace algunos días que los paseos por las calles céntricas cuentan con un mayor número de vendedores ambulantes así como personas -en su gran mayoría hombres- en situación de calle, situación que se presenta cada temporada y que suele ser denominada como “trabajo golondrina”, agravada por la dificultad para encontrar empleo.
El referente del Sindicato de Vendedores Ambulantes de Mar del Plata (Sivara), Ariel Greco, aseguró que “entre un 70% y un 80%” de la venta callejera de la peatonal San Martín es llevada adelante por personas que no son de la ciudad y que, en cambio, arribaron hace apenas unas semanas, en sintonía con los turistas que se disponen a disfrutar de sus vacaciones.
“El vendedor tradicional marplatense, y que trabaja hace más de veinte años, es el que está en la feria Bristol. En verano, la particularidad que se da es la instalación de puestos en la peatonal San Martín, que nada tiene que ver con los marplatenses. Son, en un 70% u 80%, gente de Buenos Aires”, señaló a LA CAPITAL, consultado por el fenómeno de la temporada estival de “trabajadores golondrina”.
Greco aseguró que desde el sindicato “nunca” se tiran “contra la gente que tiene ganas de trabajar, y sobre todo en el caso de la venta ambulante, que terminan siendo personas que se han quedado sin trabajo y buscan a través de esa actividad poder salir adelante”, pero aseguró que “no avalan que se organice así”.
De todas maneras, Greco aseguró que el incremento de vendedores tiene su relación con la situación económica del país.
“Nosotros siempre destacamos que la venta ambulante nace de las crisis económicas. Son personas que han tenido trabajos determinados gran parte de su vida, pero al perderlo, y ante la necesidad de llevar un plato de comida a la casa, la primera salida que tiene es comprar una docena de medias o cualquier otro producto y salir a la calle a vender”.
Y concluyó: “La venta ambulante no deja de ser un trabajo digno, pero a lo largo de la historia nunca se han preocupado de buscarle la vuelta para regularizarlo. Ojalá se logre generar trabajo en relación de dependencia donde nadie perjudique a nadie”.