Aseguran no recibir respuesta alguna por parte de Cancillería. Pasan los días, faltan certezas y el dinero empieza a escasear. La odisea de los que ya se autodenominan los "abandonados".
Tres semanas pasaron desde que el Presidente Alberto Fernández anunció la suspensión de los vuelos de repatriación y ya más de un mes desde que comenzaron a regir las restricciones para entrar al país. Desde entonces, crece la incertidumbre y la desesperación entre los argentinos varados en el exterior, quienes aseguran no recibir respuestas por parte de Cancillería.
LA CAPITAL dialogó con marplatenses que se encuentran en la difícil tarea de vivir una pandemia lejos de casa y con los bolsos preparados para poder volver en cuanto sean autorizados. Mientras esperan la fecha en la que eso ocurra, la preocupación por el dinero aumenta al igual que el temor de contagiarse y no contar con la cobertura sanitaria necesaria para recuperarse.
“Necesitamos volver” fue el lema bajo el cual cerca de medio centenar de marplatenses varados en Miami contaron su situación. Hoy, a casi un mes de realizado el video que se viralizó y llegó incluso a medios nacionales, cerca de 200 jóvenes que habían viajado en noviembre a una experiencia de trabajo por cinco meses (llamada Work and Travel) aseguran que las respuestas siguen sin aparecer, algunos incluso están alojados en grupos en habitaciones por 20 dólares el día y están en búsqueda de hospedaje a menor precio para abaratar los costos.
Cristián es uno de esos jóvenes marplatenses que, junto a otros cuatro amigos más, hacen cuentas diarias para que lo ganado en los últimos meses de trabajo les alcance hasta tanto poder volver con sus familias.
“Estamos gastando 20 dólares por día en una habitación y ahora encontramos otra a 15, que esperamos que nos confirmen para poder ir. Hasta el momento la única respuesta que tuvimos del consulado fue a modo de censo. No tienen recursos, incluso están pidiendo donaciones a las personas que viven acá para repartir bolsones de comida“, señaló el joven, quien aseguró que “por ahora no tuvimos ninguna asistencia por parte del Estado”.
En la misma línea se pronunció Franco, otro de los marplatenses varados en la ciudad norteamericana. Al igual que el resto de los argentinos, completó todos los formularios que las autoridades consulares argentinas le solicitaron para poder acceder no sólo a los vuelos de repatriación, sino también a algún tipo de ayuda por parte del Gobierno.
“Ya sea para vuelos, como para el alojamiento, la medicación o alimentos, todas las ayudas tienen inconvenientes. En cuanto a los aviones, no sabemos absolutamente nada desde el último que salió de Miami. Los distintos organismos se echan la culpa entre ellos, y se van pasando la pelota“, señaló Franco, que hace más de un mes viajó desde los centros de esquí donde trabajó durante el invierno hasta Miami en búsqueda de más suerte para concretar su vuelta a Argentina.
Con los alojamientos, alimentos y medicamentos también corren con la misma suerte. Según indicó Franco, mientras un listado con hospedajes con supuestos descuentos para argentinos marcaba valores difíciles de costear en esta situación, en un grupo de whatsapp con más de 200 argentinos, solo uno accedió a una bolsa de comida. “En cuanto a los medicamentos, solo han conseguido las recetas, por lo que la gente que tiene consumir uno sí o sí debe abonar el 100%, generando serias dificultades”, señaló.
Ante esta situación, varios grupos de Whatsapp de argentinos varados en el exterior pasaron de llamarse “varados” a “abandonados”.
Foto ilustrativa.
Pero esto no sólo ocurre en Estados Unidos, marplatenses alrededor del mundo atraviesan las mismas dificultades e incertidumbres. Manuel y Julia, dos hermanos de la ciudad (foto), quedaron varados en Andorra luego que en diciembre viajaran al país en el marco de un plan de trabajo por cuatro meses.
Al igual que la gran mayoría de los argentinos en el exterior, ambos jóvenes pagaron ya más de un pasaje con diferentes aerolíneas para poder volver, pero ante el cierre de fronteras no sólo los perdieron, sino que aún no han recibido los correspondientes reembolsos.
“No estamos pidiendo ayuda al Gobierno para que nos brinde alimentos o subsidios, lo que necesitamos es que nos dejen entrar. Comprendemos que hay muchas situaciones que atender y que mismo en Argentina hay prioridades socio-económicas que deben ser atendidas con urgencia. Pero también debemos ser conscientes que desde el cierre de fronteras nadie nos ha dicho cuándo estiman nuestro regreso. En un momento se nos comunicó que en abril podríamos regresar y ahora nos explican que es probable que sea recién en junio o julio“, indicó Manuel, en comunicación telefónica con este medio.
En este sentido, aseguró que lo que más complica la espera es la falta de información certera, por lo que pidió que se haga pública la lista de vuelos de repatriación y que “se nos informe en qué número nos encontramos de la misma”. “No pretendemos llegar a los medios y mañana estar en Argentina (aunque es lo que nos gustaría), sino que se nos explique en qué consisten realmente los vuelos de repatriación, cómo están siendo organizados y quiénes son los que están en estado de vulnerabilidad”, agregó.
La situación se repite en otros países, muchos de los cuales se encuentran también entre los más afectados por los contagios de coronavirus. Por ejemplo, en España hay cientos de argentinos varados que incluso tienen temor de contraer COVID-19 y no poder ser atendidos. Entre ellos, hay marplatenses, como María Celia, que formó parte de un video para visibilizar la situación y donde señalan que “las ayudas que tanto pregonan” desde Cancillería, no está llegando a los afectados.
Todas y cada una de las personas sin poder volver al país aseguran entender las medidas de prevención impuestas una vez lleguen al país.
Por ejemplo, Manuel, desde Andorra, indicó: “Nuestra idea es organizarnos de forma tal que podamos asegurarle a la población argentina que se tomaron todos los recaudos y cuidados necesarios. Comprendemos el miedo, pero necesitamos volver. No tenemos medios ni económicos ni sanitarios para sostenernos hasta junio; en mayo se nos vencen las visas para residir en Andorra y lo más preocupante es que junto con ellas, se nos vencen los seguros sociales“.