Una verdadera reliquia enviada por Roque Martínez: el artista plástico César Bustillo, autor de los murales que decoran el hall del Hotel Provincial, posa junto a su obra. Las circunstancias en que fue obtenida la fotografía incrementa su valor: en noviembre de 1962 Bustillo regresó a Mar del Plata para restaurar los murales que estuvieron ocho años tapados con lienzos por imperio de la censura.
El artista era hijo del arquitecto Alejandro Bustillo, responsable del proyecto del actual complejo Casino-Hotel Provincial.
Adjuntamos un artículo publicado en el suplemento especial de Fotos de Familia editado el 26 de setiembre pasado:
El Bustillo menos recordado
Quizás César Bustillo supo que estaba destinado a luchar contra el olvido. Tal vez por eso perpetuó su imagen en uno de los murales que decoran el hall palaciego del Hotel Provincial. Ironías del destino: muchos han olvidado que el artista plástico se pintó a si mismo, vigoroso y desnudo en el centro de uno de los frescos. A la sazón, en el más visible.
La vida de los murales estuvo sesgada por prejuicios y envidias que se enlazan con momentos cruciales de la historia argentina, de modo que es prudente anteponer una duda razonable ante algunas certezas aparentes.
El pintor era hijo del arquitecto Alejandro Bustillo, artífice del complejo Casino-Hotel Provincial, proyecto que se inició a fines de los años 30 y que incluyó el derribo de la vieja Rambla Bristol, emblema de la aristocracia argentina.
Se ha dicho que en 1948, al aproximarse el fin de la construcción del hotel, los 10 mil pesos presupuestados para la decoración del hall “ya no era tanta plata”, motivo por el cual el arquitecto Bustillo le confió la obra a su hijo. Jamás podrá saberse si eso fue cierto o si la descalificación proviene de los recelos de cierto ambiente artístico.
César Bustillo (1917-1969) afrontó críticas dispares cuando su obra quedó expuesta al público desde el 18 de febrero de 1950, fecha inaugural del hotel. En lo artístico, tuvo defensores y detractores de similar enjundia. El pintor calificaba su obra como una “expresión de nuestra cultura euro-americana” y en ella reflejó las improntas de su crianza rural en la localidad bonaerense de Plátanos. Muchos de los personajes que aparecen en los murales –dioses americanos de los vientos y hombres de campo, entre otros- conjugan rasgos mitológicos y nativos. Según los defensores de Bustillo, eso de “acriollar el arte” le valió la repulsa de los atildados críticos de entonces.
Pero la mayor polémica giró sobre los ejes morales de la época o se valió de ellos. Ocurre que todos los personajes estaban desnudos, incluyendo el propio Bustillo, que aparece en recia pose, jalando de una cuerda, en un cuadro de pescadores.
Un artículo editado por el diario El Mundo el 4 de mayo de 1962 trata con sorna las reacciones iniciales del público, al recordar que el autorretrato de Bustillo “llevaba rubor a las mejillas de niñas, señoritas y abuelas. Algunas otras figuras eran también objeto de púdicos descensos de párpados y curiosas miradas de soslayo”.
El artista se vio obligado a realizar una tarea oprobiosa: vestir con taparrabos las figuras de “mayor impudicia”, incluyendo la propia. El detalle es menor si se tiene en cuenta que en 1954 los murales fueron cubiertos con grandes lienzos por imposición oficial. La orden podría haber sido impartida por Raúl Apold, alma mater de la maquinaria propagandista del presidente Perón. Se dice que en los días previos al Festival de Cine de 1954, Apold atravesó el hall del Provincial y “frunció la nariz” al observar los murales. Y que dos días después, grandes lienzos colgados con clavos censuraban la obra.
Esos paños cayeron en setiembre de 1955, al igual que Perón, mientras ardían las destilerías del puerto marplatense. Pero la Revolución Libertadora no fue tal para los murales, que cuatro meses más tarde volvieron a ser cubiertos con los mismos paños del régimen depuesto, esta vez por disposición de Emilio Bonecarrere, interventor de la provincia. Ese día César Bustillo se había alojado en el Hotel Provincial para restaurar los daños producidos por la afrenta anterior, pero tuvo que hacer sus valijas y retornar a Plátanos.
El ya mencionado artículo del diario El Mundo ofrece otro dato valioso: “Año 1956: la euforia de la libertad de expresión buscaba temas, y los frescos de César los proporcionaban. Radio, diarios, televisión, se ocupaban del Hotel Provincial, sus paredes y sus pinturas”. A tal extremo que el gobierno bonaerense convocó a una comisión de notables para que informase “en definitiva” sobre los valores plásticos de la obra y su futuro destino. Dicho tribunal estuvo integrado por Jorge Romero Brest, Ballester Peña, Héctor Basaldúa y Manuel Mugica Láinez, cuyo dictamen, jamás conocido públicamente, se habría extraviado en las frondosidades de la administración platense.
Los lienzos siguieron cubriendo los murales hasta el 29 de abril de 1962 cuando fueron descolgados “de hecho”, sin ceremonia ni anuncios oficiales. Las condiciones políticas y los prejuicios morales habían experimentado cierta distensión que así lo permitieron. César Bustillo fue convocado nuevamente y pudo restaurar su obra. Siete años después murió olvidado en su Plátanos natal, donde una calle y un barrio intentan mantener vivo su nombre.-
No sabía estos detalles. !Cuánta locura hubo en nuestra historia!. Claro…esto no fue lo peor.
Qué suerte que, vaya a saber por qué motivos, los censores no se animaron a destruirlos!!!!
Sr. Roque. Extraordinario su documento enaltecido con una historia prolijamente contada, rindo homenaje al pintor Cesar Bustillo por habernos dejado una obra impactante y digna de ver. Lo saluda muy atte Jose Alberto Lago
Que lastima que hagan esto… en el Hotel Provincial que fue cedido al Sr. Aldre Iglesias por la gobernacion del Sr. Daniel Cioli… quizas algun dia los politicos, al menos alguno, sean empleados del ciudadano y no de los burgueses de la adinerada alta sociedad… que paradoja alta sociedad de baja educacion, cultura, principios y moral… habran terminado la secundaria, quizas no les alcanza el dinero y no se enteraron que la pueden realizar gratis en una escuela nocturna para mayores, o sera que no es digno que un burgues capitalista asista a un colegio publico y gratuito, claro debe mantener las formas y no mezclarce con la plebe… imaginate si llega a la nocturna en un mercedez alas de gaviota PD… les dejo un link que habla un poquito de un artista de apellido BUSTILLO,creo que lo nombran arriba,le gustava pintar paredes y se le ocurrio hacer un grafiti en el provincial… un desubicado… http://www.imagenesmardelplata.com.ar/images/Bustillo-Murales-08-Mw.jpg
Pd: no veo una foto actual de los murales y la cupula del bestibulo, claro es historia…
En respuesta al Sr Carlos, le diré que si su crítica se refiere al Sr Aldrey Iglesias, del que no sabe el nombre, no sé cuál habrá sido su nivel cultural. Sólo le puedo decir que está hablando de un hombre que dio trabajo a cientos de familias en Mar del Plata, trabajó e hizo obras que van a quedar para siempre en nuestra ciudad, que siempre cumplió con su personal al 100%, en todo sentido, que siempre tuvo su mano extendida para cualquiera que la necesitará. Lamentablemente, no sé si tenía bicicleta, por èso se manejaba en los autos que a usted tanto le jamás, ni en los peores momentos cerro las puertas de sus establecimientos y dejó afuera a su personal. El diario en el que ud.escribio su nota le pertenece. Le diría muchas cosas más, pero mi educación no me lo permite. Le aconsejo aprender el nombre de las personas a las cuales crítica, y sobre todo firmar con su aoellido, como corresponde, si nó inventé uno cómo Cioli, por ejemplo, Scioli no se va ofender. Lucía Palermo, en nombre de Carlos Antonacci que trabajó más de 28 años con Don Aldrey.
La obra quizá demasiado moderna para la época y para un lugar tan concurrido por señoras de esa época.El texto explicativo, claro y didáctico. El rostro del pintor desafiante. La escultura y la bb pintura no son temas sobre los cuales pueda hacer una crítica.
Qué maravillosa obra. Aún mejor fue el pensamiento de este enorme y humilde artista.Un filosofo y apasionado de la naturaleza. Amante de la flora y la fauna autóctona, amante y conocedor de la vida y obra de Guillermo Enrique Hudson.
Don César Bustillo no figurará en las páginas de los grandes libros de arte argentino, pero figura donde él quiso quedar, en el corazón de sus vecinos de Plátanos, aquellos que aún quedan y aquellos que partieron a la Eternidad, con él.
Por mi parte, como admirador y vecino (vivo a la vuelta de su vieja casa y taller) rindo mi humilde homenaje a tamaño artista, que me enseñó a disfrutar esa vida que siempre pasó frente a mis ojos, pero nunca atendía. Esa vida silenciosa de los animales y los insectos y esas postales de nuestra diaria naturaleza local.
Los Vientos del país, es el título de ese hermoso mural… “nuestra Capilla Sixtina”