Según la historia familiar Héctor Monarca llega a Mar del Plata en 1930,Comienza vendiendo alfajores,pero al notar que los veraneantes almorzaban sin salir de la playa,decide cambiar,fabricando Sandwiches de sabores distintos y exclusivos,su gorro y la canasta llevaban el nombre Sandwiches El Gran Monarca-Luego Incorpora vendedores,y abre locales.Se hacen tan conocidos que Héctor,hasta llega a ser invitado al programa de Mirtha Legrand.Y aunque en 1979 la sandwichería cierra tras su muerte,sus nietos aseguran que aún hoy,las personas que veraneaban en Mar del Plata recuerdan a nuestro abuelo y sus sándwiches.En los años 30 Héctor Monarca pasaba sus veranos en Mar del Plata,igual que la aristocracia porteña.Pero él no iba a descansar.En vez de usar traje de baño se vestía de mozo y aprovechaba los 3 meses para hacer unos pesos.Con la idea de juntar un poco más de dinero se le ocurrió vender sandwiches en la playa.Equipado con una canasta salió a recorrer la costa.Llevaba sandwiches de pavita,palmitos;langostinos,pavita,
chclo,rosbeef y tomate.Con el tiempo se convirtieron en los sandwiches de Mar del Plata.El gran monaaaarca sandwiches,era el grito con cantito que identificaba a don Héctor y que hoy los clientes más antiguos recuerdan con nostalgia.En el invierno tampoco descansaba.Vendía sus sandwiches en las facultades y en los colegios privados más importantes de Buenos Aires.Las alumnas Susana Giménez y Graciela Borges fueron 2 de sus clientas de esa época.Verano tras verano el negocio prosperaba y don Monarca llegó a tener 20 vendedores que recorrían la playa con él.Más que juntar unos pesos,Monarca fundó una empresa que llegó hasta sus nietos.Y,de paso,se hizo famoso.Tanto,que fue invitado 2 veces a los almuerzos de Mirtha Legrand.En 1978 se asoció con Bonafide para hacer los sandwiches del Mundial.El contrato decía que tenían que hacer 5 mil por partido pero terminaron haciendo casi 50 mil,y 600 mil en total.En esa época los hacía en una fábrica que tenía en San Isidro y lo acompañaba su hijo Jorge.Pero cuando murió el fundador,el negocio se cortó.Hasta hace un año.Con mi papá Jorge y mi hermana Celeste abrimos un local en Las Lomas de San Isidro.Hoy ellos dos están al frente,cuenta Gonzalo Monarca,nieto del fundador.Armamos una galería con fotos de la
éoca y empezaron a pasar cosas increíbles.Venía gente que lo conocía de la playa y se reconocía en las fotos.Ahora están todas marcadas.También hay una foto de la famosa libreta negra en la que el abuelo anotaba todas sus ventas.El no les cobraba a los clientes en la playa.Durante el verano registraba cada sándwich que vendía y recién en el invierno pasaba a cobrar.Hoy cuando ven esa foto se emocionan.Yo estaba anotado acá,dicen muchos.El local,en el que hay 45 mesas,y que también ofrece delivery,no da abasto.Cada día despachan unos 600 sandwiches.Para cuando termine el verano planean abrir el 2° local,también en San Isidro pero en la zona del hipódromo.A la familia le llueven las ofertas de interesados en abrir franquicias de la marca pero antes de dar ese paso los Monarca quieren tener 3 locales propios.Según Gonzalo,los secretos del éxito son 2: la preparación del sandwich en el momento y el pan;su abuelo usaba pebetes made in Mar del Plata donde el agua tiene otro gusto.Para lograr ese sabor,buscamos panaderías y les pedimos que desarrollaran una masa para pebetes hasta que conseguimos un pan igual al de Mar del Plata.La gente no lo puede creer.El abuelo no dejó ninguna receta escrita.Pero Jorge,que siempre lo acompañaba,tomó nota mental de todos los detalles y hoy sabe exactamente cuánto tiempo hay que cocer la pavita para que tenga ese gustito especial.También guarda el secreto para hacer la pasta de choclo y la de roquefort.Al local no sólo van los clientes que conocieron al abuelo.También vienen los hijos.Allí pueden elegir los ingredientes de sus sandwiches que pueden ser fríos o calientes.Adrián Suar es uno de los clientes más famosos.El gran secreto de Monarca es el carisma de mi abuelo y lo buen hombre que era.Era muy pobre cuando empezó.Pero al final transformó la canastita en una industria impresionante.(Clarín 20-11-2005)
” … En la primera mitad del siglo XX, en conocidos sitios de la Bristol y la Perla era un programa común deleitarse con un vermut y variedad de platitos , con infaltables cornalitos y hasta caracoles , y en las terrazas de los balnearios de Playa Grande , el clericó (versión del inglés claret-cup ) era la mezcla más solicitada por la alta burguesía en las mesas frente al mar , mientras entre las carpas deambulaba el MONARCA , con sus famosos sándwiches de impensadas combinaciones … ”
Según la historia familiar Héctor Monarca llega a Mar del Plata en 1930,Comienza vendiendo alfajores,pero al notar que los veraneantes almorzaban sin salir de la playa,decide cambiar,fabricando Sandwiches de sabores distintos y exclusivos,su gorro y la canasta llevaban el nombre Sandwiches El Gran Monarca-Luego Incorpora vendedores,y abre locales.Se hacen tan conocidos que Héctor,hasta llega a ser invitado al programa de Mirtha Legrand.Y aunque en 1979 la sandwichería cierra tras su muerte,sus nietos aseguran que aún hoy,las personas que veraneaban en Mar del Plata recuerdan a nuestro abuelo y sus sándwiches.En los años 30 Héctor Monarca pasaba sus veranos en Mar del Plata,igual que la aristocracia porteña.Pero él no iba a descansar.En vez de usar traje de baño se vestía de mozo y aprovechaba los 3 meses para hacer unos pesos.Con la idea de juntar un poco más de dinero se le ocurrió vender sandwiches en la playa.Equipado con una canasta salió a recorrer la costa.Llevaba sandwiches de pavita,palmitos;langostinos,pavita,
chclo,rosbeef y tomate.Con el tiempo se convirtieron en los sandwiches de Mar del Plata.El gran monaaaarca sandwiches,era el grito con cantito que identificaba a don Héctor y que hoy los clientes más antiguos recuerdan con nostalgia.En el invierno tampoco descansaba.Vendía sus sandwiches en las facultades y en los colegios privados más importantes de Buenos Aires.Las alumnas Susana Giménez y Graciela Borges fueron 2 de sus clientas de esa época.Verano tras verano el negocio prosperaba y don Monarca llegó a tener 20 vendedores que recorrían la playa con él.Más que juntar unos pesos,Monarca fundó una empresa que llegó hasta sus nietos.Y,de paso,se hizo famoso.Tanto,que fue invitado 2 veces a los almuerzos de Mirtha Legrand.En 1978 se asoció con Bonafide para hacer los sandwiches del Mundial.El contrato decía que tenían que hacer 5 mil por partido pero terminaron haciendo casi 50 mil,y 600 mil en total.En esa época los hacía en una fábrica que tenía en San Isidro y lo acompañaba su hijo Jorge.Pero cuando murió el fundador,el negocio se cortó.Hasta hace un año.Con mi papá Jorge y mi hermana Celeste abrimos un local en Las Lomas de San Isidro.Hoy ellos dos están al frente,cuenta Gonzalo Monarca,nieto del fundador.Armamos una galería con fotos de la
éoca y empezaron a pasar cosas increíbles.Venía gente que lo conocía de la playa y se reconocía en las fotos.Ahora están todas marcadas.También hay una foto de la famosa libreta negra en la que el abuelo anotaba todas sus ventas.El no les cobraba a los clientes en la playa.Durante el verano registraba cada sándwich que vendía y recién en el invierno pasaba a cobrar.Hoy cuando ven esa foto se emocionan.Yo estaba anotado acá,dicen muchos.El local,en el que hay 45 mesas,y que también ofrece delivery,no da abasto.Cada día despachan unos 600 sandwiches.Para cuando termine el verano planean abrir el 2° local,también en San Isidro pero en la zona del hipódromo.A la familia le llueven las ofertas de interesados en abrir franquicias de la marca pero antes de dar ese paso los Monarca quieren tener 3 locales propios.Según Gonzalo,los secretos del éxito son 2: la preparación del sandwich en el momento y el pan;su abuelo usaba pebetes made in Mar del Plata donde el agua tiene otro gusto.Para lograr ese sabor,buscamos panaderías y les pedimos que desarrollaran una masa para pebetes hasta que conseguimos un pan igual al de Mar del Plata.La gente no lo puede creer.El abuelo no dejó ninguna receta escrita.Pero Jorge,que siempre lo acompañaba,tomó nota mental de todos los detalles y hoy sabe exactamente cuánto tiempo hay que cocer la pavita para que tenga ese gustito especial.También guarda el secreto para hacer la pasta de choclo y la de roquefort.Al local no sólo van los clientes que conocieron al abuelo.También vienen los hijos.Allí pueden elegir los ingredientes de sus sandwiches que pueden ser fríos o calientes.Adrián Suar es uno de los clientes más famosos.El gran secreto de Monarca es el carisma de mi abuelo y lo buen hombre que era.Era muy pobre cuando empezó.Pero al final transformó la canastita en una industria impresionante.(Clarín 20-11-2005)
” … En la primera mitad del siglo XX, en conocidos sitios de la Bristol y la Perla era un programa común deleitarse con un vermut y variedad de platitos , con infaltables cornalitos y hasta caracoles , y en las terrazas de los balnearios de Playa Grande , el clericó (versión del inglés claret-cup ) era la mezcla más solicitada por la alta burguesía en las mesas frente al mar , mientras entre las carpas deambulaba el MONARCA , con sus famosos sándwiches de impensadas combinaciones … ”
En : Diario “La Nación” ; 19/11/2006
Julián Mendozzi .
Estoy seguro de que alguno de los aportantes más asiduos de este sitio podrá contarme de qué se trataba este producto ….
Interesante personaje, un visionario en los negocios.