Mar del Plata,1939, Serafín Raúl Alfonsín con su hijo Raúl Ricardo, de 12 años, futuro Presidente de la Nación. Publicada por Revista La Semana,3 de Noviembre de 1983.
Su padre era uno de los socios de la firma “Alfonsín Hermanos”,un almacén de ramos generales donde también podían comprarse desde aperos hasta alambradas de púa.Su padre –don Serafín– caracterizado republicano y antinazi,le hizo vivir los avatares de la guerra civil española,con esa suerte de sentimentalismo furibundo,socialista y antimilitarista.Su madre,Ana María Foulkes,lo mimó como a todo primogénito que además resulta ser el primer sobrino de la familia y el primer nieto.Vivían en una vieja casona de la calle Lastra,en Chascomús,un lugar privilegiado de la pampa húmeda que cuenta con la laguna más grande de la Argentina.Después llegarían otros cinco hijos, pero “mamá” reservaba para el primogénito el mejor de los futuros.Por eso propició que ingresara al Liceo Militar General San Martín,donde el pequeño Raúl tuvo el privilegio de tener por compañeros a un muchacho llamado Leopoldo Fortunato Galtieri y a otro muchacho llamado Albano Harguindeguy.En esos años este hijo de almaceneros tuvo la certidumbre de que su vida no estaba hecha para las armas… y se decidió a ser abogado de su pueblo.Alternaba sus estudios en la Universidad de La Plata con los bailes en la terraza de la municipalidad de Chascomús.
Nadie puede decir que durante sus años de juventud haya sido un tipo brillante.Flojo en matemática (5,50 de promedio),dicen sus compañeros que se mantenía al margen de las peleas que habitualmente se celebraban a la salida de la escuela.No descolló en ningún deporte.Su “destape” –si alguna vez existió– ocurrió a los 17 años,cuando ingresó a la Facultad de Derecho y comenzó a militar en el Movimiento de Intransigencia y Renovación,un sector radical liderado por Arturo Frondizi,Ricardo Balbín y Moisés Lebensohn.Por ese entonces,muchos de sus amigos pensaban que era un “chupa-cirios”.Omar Goñi,unos de sus mejores amigos de esa época,explica el motivo: concurrían a jugar al ping pong y a la paleta (único deporte que practicó el candidato) al Centro de Jóvenes Católicos,donde era necesario comulgar una vez por mes.Típicamente provinciano (admite que sólo se corta el pelo en Chascomús) Alfonsín sigue los rituales propios de los pueblos.No presta mucha atención a su atuendo.Jamás lleva mucho dinero en los bolsillos. “Y el pechazo de cualquier viejo amigo lo puede dejar seco” –relatan los que lo conocen de hace años.Bailador de tangos y boleros,jugador de tute y de mus,consuetudinario contador de chistes,como era de suponer conoció a su novia en un baile de Carnaval.El romance se consolidó durante los paseos por los alrededores del Club de Regatas.Ella,María Lorenza Barrenechea tenía 17 años… y noviaron hasta que cumplió 21 (y él 22).Como en todas las historias de pueblo,los dos contrayentes se casaron en la misma iglesia donde habían sido bautizados y donde habían tomado la comunión…
Por eso no hace falta ser un gran investigador para encontrar testimonios de su infancia a cada paso. Está aquel compañero Orlando Diani que todavía recuerda el día “en que Raúl encajó un pelotazo en la cabeza al director de la escuelita”.O su primera maestra –Zulma Mezzola– que evoca: “Cuando llegaba después de haber sonado la campana, se ponía tan,pero tan nervioso,que tropezaba y se le caían los libros por el piso”.Se recibió de abogado en 1950.Es decir en pleno esplendor del régimen peronista.Casi todos los órganos de difusión de masas estaban controlados por el Estado.Y por supuesto,parte del programa que lo habilitó como jurista incluía La Razón de mi Vida y el Primer Plan Quinquenal.Antes de recibirse debió memorizar los artículos de la Constitución de 1949,que curiosamente había redactado su adversario político, Italo Luder.Sus primeras armas como abogado las hizo en Mendoza.Pero las cosas no le fueron bien.O mejor,le fueron bastante mal…Era la época de la U.E.S.,del renunciamiento histórico de Eva Perón en el Cabildo Abierto del Justicialismo,ubicado en el mismo sitio donde el 28 de Octubre cerraría su campaña Lúder.Era la época de Benny Goodman,y de Smith y sus Pelirrojos.Pero los radicales sólo hablaban de los contratos de la California Argentina que,según ellos,enajenarían gran parte de la Patagonia.El abogado Alfonsín pateaba las calles de Chascomús,porque era el único abogado que no tenía coche.Siempre llevaba su mano izquierda cercana a su sombrero,presto a saludar a quien se le cruzara por delante.Era una tradición que siempre anduviera seco.Jorge Nimo,un ayudante de su estudio jurídico da su explicación: “Era una especie de consejero de todo su pueblo.No cobraba por las consultas.Salía gratuitamente de garante a todos los que se lo pidieran.Y era muy vulnerable a los pechazos.”En 1952 fue concejal.En el 56,ya era presidente del comité local.Muchos correligionarios recuerdan que en un acto le ofrecieron una rifa beneficio y tuvo que pedir dinero prestado para no pasar vergüenza.Dos años después,cuando la Revolución Libertadoras reabrió con proscripciones las compuertas de la democracia,don Raúl (ya era llamado así) fue diputado provincial.En 1959,la Unión Cívica Radical Intransigente –aliada al peronismo– ya había defraudado a gran parte de sus votantes.“La entrega del petróleo”,las “enseñanza libre” que permitió el acceso de “universidades confesionales” y el celebérrimo “Plan Conintes” (o conmoción interna de Estado),una superación maquiavélica del estado de sitio inspirado por las Fuerzas Armadas,las mismas que a lo largo de 38 golpes de Estado “a medio concretar” postularon la ruptura con Cuba, se escandalizaron por la visita del “Che” Guevara y buscaron la alianza con las “fuerzas vivas” para voltear al jaqueado gobierno.Nunca resultó tan fácil ser opositor.Y Alfonsín era un tipo de agallas.Por eso,si bien los “moderados de siempre” solían poner “escollos
tranquilizadores” a los que “procuraban subir en ascensor”… en el año 1963 –cuando asumió Arturo Illia con sólo el 25 por ciento de los votos– don Raúl ya era diputado nacional.Un año después lo eligieron presidente del Comité Buenos Aires.“Es consciente de que a veces le sale el gallego de adentro –repetía su amigo,el Vasco Goñi– pero sabe reconocer cuando se pasa”.Cuando le preguntan si es un líder carismático,sonríe.–No –responde divertido–.Yo soy el “anticaudillo”.
(Parcial: Raúl Alfonsín-De Chascomús a Balcarce 50,Revista Siete Días, Nº 855,Nov. 1983)
Maravillosa foto del Padre de la Democracia de todos los argentinos , saludos cordiales Sr. Iriarte , felicitaciones por la publicacion .-
Adhiero plenamente al comentario, y amplío mis felicitaciones al Sr. Iriarte por su gran colaboración con este espacio. Atte. Jorge H. Seco
Su padre era uno de los socios de la firma “Alfonsín Hermanos”,un almacén de ramos generales donde también podían comprarse desde aperos hasta alambradas de púa.Su padre –don Serafín– caracterizado republicano y antinazi,le hizo vivir los avatares de la guerra civil española,con esa suerte de sentimentalismo furibundo,socialista y antimilitarista.Su madre,Ana María Foulkes,lo mimó como a todo primogénito que además resulta ser el primer sobrino de la familia y el primer nieto.Vivían en una vieja casona de la calle Lastra,en Chascomús,un lugar privilegiado de la pampa húmeda que cuenta con la laguna más grande de la Argentina.Después llegarían otros cinco hijos, pero “mamá” reservaba para el primogénito el mejor de los futuros.Por eso propició que ingresara al Liceo Militar General San Martín,donde el pequeño Raúl tuvo el privilegio de tener por compañeros a un muchacho llamado Leopoldo Fortunato Galtieri y a otro muchacho llamado Albano Harguindeguy.En esos años este hijo de almaceneros tuvo la certidumbre de que su vida no estaba hecha para las armas… y se decidió a ser abogado de su pueblo.Alternaba sus estudios en la Universidad de La Plata con los bailes en la terraza de la municipalidad de Chascomús.
Nadie puede decir que durante sus años de juventud haya sido un tipo brillante.Flojo en matemática (5,50 de promedio),dicen sus compañeros que se mantenía al margen de las peleas que habitualmente se celebraban a la salida de la escuela.No descolló en ningún deporte.Su “destape” –si alguna vez existió– ocurrió a los 17 años,cuando ingresó a la Facultad de Derecho y comenzó a militar en el Movimiento de Intransigencia y Renovación,un sector radical liderado por Arturo Frondizi,Ricardo Balbín y Moisés Lebensohn.Por ese entonces,muchos de sus amigos pensaban que era un “chupa-cirios”.Omar Goñi,unos de sus mejores amigos de esa época,explica el motivo: concurrían a jugar al ping pong y a la paleta (único deporte que practicó el candidato) al Centro de Jóvenes Católicos,donde era necesario comulgar una vez por mes.Típicamente provinciano (admite que sólo se corta el pelo en Chascomús) Alfonsín sigue los rituales propios de los pueblos.No presta mucha atención a su atuendo.Jamás lleva mucho dinero en los bolsillos. “Y el pechazo de cualquier viejo amigo lo puede dejar seco” –relatan los que lo conocen de hace años.Bailador de tangos y boleros,jugador de tute y de mus,consuetudinario contador de chistes,como era de suponer conoció a su novia en un baile de Carnaval.El romance se consolidó durante los paseos por los alrededores del Club de Regatas.Ella,María Lorenza Barrenechea tenía 17 años… y noviaron hasta que cumplió 21 (y él 22).Como en todas las historias de pueblo,los dos contrayentes se casaron en la misma iglesia donde habían sido bautizados y donde habían tomado la comunión…
Por eso no hace falta ser un gran investigador para encontrar testimonios de su infancia a cada paso. Está aquel compañero Orlando Diani que todavía recuerda el día “en que Raúl encajó un pelotazo en la cabeza al director de la escuelita”.O su primera maestra –Zulma Mezzola– que evoca: “Cuando llegaba después de haber sonado la campana, se ponía tan,pero tan nervioso,que tropezaba y se le caían los libros por el piso”.Se recibió de abogado en 1950.Es decir en pleno esplendor del régimen peronista.Casi todos los órganos de difusión de masas estaban controlados por el Estado.Y por supuesto,parte del programa que lo habilitó como jurista incluía La Razón de mi Vida y el Primer Plan Quinquenal.Antes de recibirse debió memorizar los artículos de la Constitución de 1949,que curiosamente había redactado su adversario político, Italo Luder.Sus primeras armas como abogado las hizo en Mendoza.Pero las cosas no le fueron bien.O mejor,le fueron bastante mal…Era la época de la U.E.S.,del renunciamiento histórico de Eva Perón en el Cabildo Abierto del Justicialismo,ubicado en el mismo sitio donde el 28 de Octubre cerraría su campaña Lúder.Era la época de Benny Goodman,y de Smith y sus Pelirrojos.Pero los radicales sólo hablaban de los contratos de la California Argentina que,según ellos,enajenarían gran parte de la Patagonia.El abogado Alfonsín pateaba las calles de Chascomús,porque era el único abogado que no tenía coche.Siempre llevaba su mano izquierda cercana a su sombrero,presto a saludar a quien se le cruzara por delante.Era una tradición que siempre anduviera seco.Jorge Nimo,un ayudante de su estudio jurídico da su explicación: “Era una especie de consejero de todo su pueblo.No cobraba por las consultas.Salía gratuitamente de garante a todos los que se lo pidieran.Y era muy vulnerable a los pechazos.”En 1952 fue concejal.En el 56,ya era presidente del comité local.Muchos correligionarios recuerdan que en un acto le ofrecieron una rifa beneficio y tuvo que pedir dinero prestado para no pasar vergüenza.Dos años después,cuando la Revolución Libertadoras reabrió con proscripciones las compuertas de la democracia,don Raúl (ya era llamado así) fue diputado provincial.En 1959,la Unión Cívica Radical Intransigente –aliada al peronismo– ya había defraudado a gran parte de sus votantes.“La entrega del petróleo”,las “enseñanza libre” que permitió el acceso de “universidades confesionales” y el celebérrimo “Plan Conintes” (o conmoción interna de Estado),una superación maquiavélica del estado de sitio inspirado por las Fuerzas Armadas,las mismas que a lo largo de 38 golpes de Estado “a medio concretar” postularon la ruptura con Cuba, se escandalizaron por la visita del “Che” Guevara y buscaron la alianza con las “fuerzas vivas” para voltear al jaqueado gobierno.Nunca resultó tan fácil ser opositor.Y Alfonsín era un tipo de agallas.Por eso,si bien los “moderados de siempre” solían poner “escollos
tranquilizadores” a los que “procuraban subir en ascensor”… en el año 1963 –cuando asumió Arturo Illia con sólo el 25 por ciento de los votos– don Raúl ya era diputado nacional.Un año después lo eligieron presidente del Comité Buenos Aires.“Es consciente de que a veces le sale el gallego de adentro –repetía su amigo,el Vasco Goñi– pero sabe reconocer cuando se pasa”.Cuando le preguntan si es un líder carismático,sonríe.–No –responde divertido–.Yo soy el “anticaudillo”.
(Parcial: Raúl Alfonsín-De Chascomús a Balcarce 50,Revista Siete Días, Nº 855,Nov. 1983)
ES EL DR. RAÚL RICARDO ALFONSÍN, EL MEJOR PRESIDENTE DE LA HISTORIA ARGENTINA.