El genial pintor costumbrista Florencio Molina Campos junto a su esposa en el frente de la Galería Witcomb de la Rambla Bristol, año 1937, en oportunidad de exponer sus obras. Fotografía compartida por el dibujante e historiador Marcelo Niño.
Witcomb-Difundiendo el Arte Aergentino:
Los inicios de Galerías Witcomb fueron como galería de arte fotográfica.Alejandro S. Witcomb (Londres,1835-Buenos Aires,1905) establece en 1878 su negocio en Florida 364,entre Cuyo y Corrientes, Ciudad de Buenos Aires.La demanda de un espacio destinado a exhibir obras de arte a fines del Siglo XIX,la convirtió en un activo participante como espacio de arte durante gran parte del Siglo XX. Sin lugar a dudas Witcomb está asociada a las más felices manifestaciones de arte argentino,prestando sus salones y su estímulo en partes iguales a artistas consagrados por su fama,como a artistas que se inician en busca de prestigio.Witcomb ocupa un largo capítulo en la historia de la pintura y la escultura de este país.Se considera que en sus salones desde 1897 hasta 1971 se desarrollaron aproximadamente 1900 exposiciones que acompañaron la evolución y el desarrollo del arte argentino.
Primeras exposiciones: Entre los años 1897 y 1913 el español José Artal (1862–1918),se encargó de la organización de exposiciones de “arte moderno” de grandes maestros españoles.Este marchand de gran prestigio entre la alta sociedad porteña implementó novedosas estrategias de mercado para la época. Elaboraba cuidadosos catálogos detallando las piezas que serían exhibidas que llegaban previo a la inauguración a los comunicadores de prensa mas importantes de la época,a los mas importantes coleccionistas y a los prestigiosos intelectuales porteños. Esto provocaba una gran movida cultural,inédita para la época,que iba acompañado por el gran momento económico por el que atravesaba la Argentina.
Expansión de la galería e incorporación de grandes artistas argentinos:
Si bien los primeros años fueron dedicados s exposiciones de arte europeo,en 1902 Martín Malharro,inaugura la temporada con notable éxito.El presidente Julio A. Roca adquiere la obra “La Argentina” y Joaquín V. González aprueba la compra para el Museo Nacional de Bellas Artes de la obra “En plena naturaleza”.En 1908 el Grupo Nexus integrado,entre otros,por artistas de la talla de Ripamonte,Lynch , Collivadino,Rossi,exhiben 99 obras con gran suceso.Fader realizó exposiciones individuales en 1906/07 y 1908,En 1907 la joven artista Lia Gismondi fue la primera mujer en realizar una exposición individual que luego siguieron otras notables artistas como Julia Wernicke,Andrée Moch,la francesa Leonie Matthis.En 1908 Martín Malharro realizó su segunda exposición individual,repitiendo en 1911 y 1913.
Consolidación de la galería y el arte argentino:
En 1911 Antonio Alice contan solo 25 años desarrolla una memorable muestra,luego otra en 1915 y en 1917.En 1913 expone Carlos de la Torre ,continuando en 1915 y en 1917.
En 1914 Witcomb inaugura en el Salón Souza de Rosario (Santa Fe) una sala destinada a exposiciones,aprovechando el buen momento económico que atravesaba la zona.En 1916 inugura una recordada muestra el artista cordobés Walter De Navazio,realizando otra en 1919.
Otros artistas jóvenes de gran prestigio se sumaron a estos años de esplendor del arte argentino.Algunos de ellos son Victoria Aguirre, Francisco Recondo,Ramón Silva,Fray Guillermo Butler,Raúl Mazza, Faustino Brughetti,Eduardo Schiaffino (primer director del Museo Nacional de Bellas Artes),entre otros.En 1918 el joven Benito Quinquela Martin desarrolla con notable éxito de público y prensa su primera presentación individual en la galería.La temática de sus obras sería la misma que lo acompañaría toda su vida,La Boca,la isla Maciel y los trabajadores del puerto.En la nueva sede en Rosario,situada en la calle San Martín 874,realiza importantes muestras de pintura francesa e italiana.En esta sede,en 1921 expone por primera vez Antonio Berni , siendo solo un joven de 16 años.También lo hace en 1922 y 1923.Debido al éxito obtenido,en 1924 expone en la sede de Buenos Aires.
Los años 20 están identificados con memorables muestras.Algunas de ellas son las de Emilio Pettoruti,el uruguayo Pedro Fígari,Alejandro Xul Solar,Cesario Bernaldo de Quirós,Luis Macaya,Jorge Larco,Victor Valdivia,Alberto María Rossi,Luis Tessandori y Rogelio Yrurtia con sus esculturas.Durante los años 30 podemos destacar exposiciones de los notables maestros como Atilio Malinverno,Juan Sol,Tito Gache,el artista polaco Adam Styka,Florencio Molina Campos,Rodolfo Franco,Mario Anganuzzi,Angel della Valle.En 1939 Witcomb se muda a su nueva sede de la calle Florida 760.En la década del 40 recorren la galería importantes artistas como,José Antonio Fernandez Muro,Mario Anganuzzi, Luis Cordiviola,Luis Aquino,Raquel Forner Pettoruti,Victorica y se realizó un homenaje a Julio Romero Torres.
En 1947 Antonio Berni reapareció con una muestra luego de 20 años.
Los años 50 encuentran a la galería en plena actividad y con gran dinámica.Pasan por sus salas artistas ya consolidados y nuevos valores. Podemos destacar en estos años a Raul Soldi,Luis Macaya,Enrique Larrañaga,Marcos Tiglio,Florencio Molina Campos,Santiago Cogorno,Ramón Gómez Cornet,Raul Russo,Carlos Alonso,Leopoldo Presas,Jorge Larco, Antonio Berni,Pedro Fígari,Ginez Parra,Rómulo Macció,Leopoldo Torres Agüero,y el ya consagradísimo Benito Quinquela Martín.En 1953 se realiza una exposición homenaje a Pedro Fígari que tuvo gran suceso de prensa.En la convulsionada década del 60,comienzan a desarrollarse nuevas prácticas artísticas: la nueva figuración,el popel happening, que generan un debate estético: la antinomia entre la figuración y la abstracción.Si bien Witcomb no adhirió plenamente a estas nuevas corrientes,dio lugar a algunas presentaciones de la nueva forma de expresarse.En 1961 presentó,auspiciada por el Museo de Arte Moderno,a Berni en el tema de Juanito Laguna.Los collage de Berni generaron duras críticas de algunos sectores sensibles,pero hubo un público que supo reconocer y valorar este nuevo giro del artista.En estos años se pueden reconocer las exposiciones de Alberto Bruzzone,Benito Quinquela Martin, Ricardo Sanchez,Batlle Planas,homenaje a Emilio Pettoruti,Luis Centurión,Ramón Gomez Cornet,Mario Mollari,Cesario B. de Quiros,Cèsar Bustillo.También tuvieron espacio en esta década,la corriente de artistas como Luis Felipe Noe,Libero Badi,Antonio Seguí,Juan Grela, Lino Palacio,Vito Campanella,Sakai,Clorindo Testa,Uriarte,Aizenberg, Víctor Chab,Ernesto Deira,De la Vega,Polesello,Pucciarelli,Kósice, Macchi y Paparella.Como broche de oro en el año 1968 el festejo de los 100 años de la galería,multiplicó la actividad.La década del 70 encontró a la galería con una economía sólida.En 1970 se realizaron 88 exposiciones (el doble que en 1969).Pero en 1971 se vió obligada a cerrar sus puertas.El aumento desmedido en el alquiler y los seis meses que debió permanecer cerrada debido a las reformas que sufría la calle Florida para convertirla definitivamente en peatonal,teniendo que mantener una estructura de 18 empleados,fueron algunos de los elementos que decretaron su cierre.Entre los grandes artistas que pasaron por la galería en estos años podemos citar a: José Luis Menghi,Raúl Conti, Luis Barragán,Oscar Capristo,Primaldo Mónaco,Ideal Sánchez,Bruno Venier y Mario Vuono.En el año 2010 Jorge Esteban Calvo acompañado por su familia,toma el legado iniciado en 1897 por Alejandro Witcomb, continuando la tarea de difundir orgullosamente el arte argentino.
(Fuente:Galerìas Wicomb/Historia).
Florencio Molina Campos-Pintor Gauchesco:
En el seno de una familia tradicional,Florencio Molina Campos nace en la Capital Federal el 21 de Agosto de 1891.Estudia en los colegios Lasalle,del Salvador y Nacional de Buenos Aires,pero los aprendizajes que marcarán su vida los hará durante sus vacaciones,cuando pasa largas temporadas en la estancia paterna de “Los Angeles” en los pagos del Tuyú (hoy General Madariaga).Allí conoce profundamente a los hombres del campo y se familiariza con los paisajes pampeanos que llevará infinitas veces a sus cuadros.Según su propio testimonio “por el 1900, lluvias torrenciales inundaron los campos.Ese invierno quedamos rodeados por las aguas.Las jornadas interminables nos retenían encerrados.Nuestros padres alternaban sus quehaceres dándonos lecciones preparatorias para nuestro futuro escolar.De nuestras distracciones y el cúmulo de escenas del trabajo diario de los peones,saqué el impulso incipiente que trasladé a nuestros juegos,al imitar su lenguaje,sus ademanes,su indumentaria y la inacabable variación de sus faenas.”El ciclo escolar transcurría en internados en Buenos Aires y las vacaciones en la estancia,donde nos esperaba el ansiado premio de los “petisos”.De tarde en tarde tal vez borroneé algún dibujo y tracé las pretensiones de algún cuento, siempre con cierta inclinación humorística.Los estudios y luego el trabajo no me permitieron avanzar. Tuve que sufrir alguna pena honda,ya hombre,para encontrar en la ejercitación de aquellas intentonas,una especie de refugio espiritual. Corriendo el tiempo,ya fue el afán incansable de todos los días”. Con la muerte de su padre en 1907,Florencio Molina Campos comienza a sentir nostalgias por el mundo perdido y vuelca en cartones las escenas camperas que recordaba vivamente.Algunas desavenencias personales y el fracaso económico que le deparó la actividad agropecuaria lo empujan definitivamente al dibujo.En 1926 efectúa en Palermo la primer exposición de sus trabajos.Cuando el presidente de la Nación Dr. Marcelo T. de Alvear visita la muestra,le ofrece una cátedra de dibujo, y por dieciocho años será profesor del Colegio Nacional “Nicolás Avellaneda”.Entre otras exposiciones,en 1930 se presenta en Montevideo una obra suya en ocasión del centenario uruguayo.Ese mismo año,la “Sociedad Anónima Fábrica Argentina de Alpargatas” le comunica que acepta el precio convenido para la confección de los dibujos del almanaque de la empresa para 1931,lo que suponía la confección de doce originales.El acuerdo continuará hasta 1936 y luego desde 1940 a 1945. A través de estos dibujos,Molina Campos gozó de una curiosa popularidad sin nombre.Estuvo presente en los boliches de campaña,en el puerto,en los barrios,en las fábricas,aunque los que gozaban de sus trabajos no lo conocían.Los memoriosos nos relatan que,en el campo,la llegada del almanaque al boliche era todo un acontecimiento: chicos y grandes observaban cada dibujo detenidamente,lo comentaban,elegían el que más les gustaba,y expresaban en voz alta los relatos que adivinaban en las pinceladas.Es que los célebres “dibujos de Alpargatas” son una mezcla personalísima de pintura ingenua y caricatura,con personajes que irradian una ternura “a la argentina”.En 1934,los esposos Molina Campos visitan Moreno,un lugar que conserva las características de pueblo de campaña a pesar de los escasos kilómetros que lo separan de la Capital. Está rodeado por campos de ganado y lo abraza un río de serenidad pampeana a pesar de la belicosidad de su nombre: Reconquista.Los caminos de tierra se pierden en horizontes cortados por lejanos montes de eucaliptos.Moreno aún es rural y los porteños lo buscan para el descanso y las vacaciones.Molina Campos lo buscará por alguna razón más: esos paisajes poblaron su infancia,y está dispuesto a recuperarlos.En los días que se quedan en carpa en el embalse del viejo molino Cascallares,don Florencio pinta el paisaje que lo rodea.En un encuentro casual,un viejo conocido le ofrece al matrimonio una parcela frente al río con un molino de viento en funcionamiento,y la búsqueda de un rincón propio en la pampa llega a su fin: la compra de la parcela se hace con los ahorros de la pareja,dispuesta a vivir de otra manera. Construyen una cabaña donde Molina Campos instala su estudio,colgando en su entrada los estribos de latón que serán su símbolo y que darán el nombre al rancho: “Los Estribos”.El lugar irá ganando una frondosa arboleda,pacientemente regada a baldes.Allí,el dibujante recibe tiempo después a Walt Disney,quien busca asesoramiento para la producción de un largometraje animado sobre folklore americano.Este autodidacta no puede ser asociado a ninguna corriente artística.Siempre se consideró a sí mismo un “dibujante costumbrista” y nunca se tituló ni artista ni pintor.Tenía admiración por los grandes maestros de la pintura,y se sentía muy lejos de ellos.Florencio Molina Campos murió el 16 de Noviembre de 1959 en Buenos Aires,aunque su espíritu,suponemos, prefiere rondar por Moreno.
Cronológìa:
1891-Nace en Buenos Aires el 21 de Agosto.
1905-Se muda con su familia a Chajarí (Entre Ríos),a la estancia “La Matilde”.
1907-Fallece su padre.Se muda a Buenos Aires junto con su madre Josefina y sus hermanos.
1920-Se casa con María Hortensia Palacios Avellaneda y se dedica a la venta de hacienda.
1921-Nace su hija Hortensia María (“Pelusa”) y se dedica a un obraje del Chaco santiagueño.
1926-Realiza la primera exposición de sus obras en la Sociedad Rural Argentina.
1928-Confecciona las series de “Picapiedras criollos” que publica periódicamente en el diario “La Razón”.
1931-Comienzan a editarse los almanaques de Alpargatas, ilustrados con sus obras.Expone en la Librería de la Ópera de París y en Londres.
1937-Tras obtener una beca de la Comisión Nacional de Cultura,viaja a Estados Unidos.Se casa en segundas nupcias con María Elvira Ponce Aguirre (“Elvirita”).
1938-Realiza una exposición en el English Book Shop de Nueva York.
1939-Expone en la Galería Witcomb de Buenos Aires.
1942-En Estados Unidos asesora a Walt Disney en la producción de películas sobre temáticas campestres argentinas.Ayuda a los personajes de Hollywood en sus desopilantes rutinas rioplatenses en las filmaciones de “Goofy se hace el gaucho”,”El gaucho reidor” y “Saludos amigos”.Además,ilustra una nueva edición del “Fausto” de Estanislao del Campo.
1944-Comienzan a publicarse los calendarios de Minneapolis-Moline, ilustrados con sus obras.
1956-Realiza una nueva exposición en la Galería Witcomb,con escenas de caballos criollos,pulperías y paisanos que quizás sean el testimonio más destacable de su obra.También asiste al Festival de Berlín,donde presenta el cortometraje “Pampa Mansa”,rodado durante su muestra de ese año.
1957-Realiza una muestra en la Galería Sudamericana de Nueva York.
1959-Realiza su última muestra en la Galería Argentina de Buenos Aires y fallece el 16 de Noviembre.
Almanaques de Molina Campos:
En 1931 comenzaron a circular los almanaques de “Alpargatas”.A modo de promoción,la Fábrica Argentina tuvo la idea de encargar a notables artistas populares,como Florencio Molina Campos y Luis J. Medrano,las doce ilustraciones correspondientes a los meses del año.Molina Campos se constituyó así en un auténtico clásico a través de las pinturas de su especialidad más conocida: las escenas del campo argentino,los gauchos,sus tareas -como la doma y la yerra-,sus pasatiempos y sus creaciones.Tanto trascendió su obra que el mismo Walt Disney lo contrató en Estados Unidos para que lo asesorara en el dibujo de vestuarios y contexto gauchesco.Alguien calificó con gran acierto a su obra,divulgada a través de los almanaques (que se convirtieron en objeto de colección),como una verdadera pinacoteca popular.La serie difundida por “Alpargatas” -expuesta en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1989 con un parcial de 176 ilustraciones- fue el almanaque oficial de la textil hasta hasta 1936,continuado más tarde durante los años 1940 a 1945.(Fuente: Tradiciòn Gaucha Argentina)
Mis Felicitaciones al Diario La Capital,por el suplemento de su 109º aniversario,publicado el 25 de Mayo pròximo pasado,en el cual entre otros artìculos,hay una excelente nota sobre Florencio Molina Campos,que abarcan las pàginas nùmeros 24 y 25.
No sé si muchos son sabeedores que antes de que Hanna y Barbera se hicieran inmensamente famosos (y millonarios)con su archi-mega-conocida serie The Flintstones (Los Picapiedras) hubo un genio, admirado por mí y por el inmenso proletariado argentino por su serie de almanaques para la empresa Alpargatas,que muchos llegarian a denominar la primera pinacoteca popular.
El genio de Don Florencio Molina Campos, que no solo realizó sus magníficos gauchos sino que también hizo esta serie de dibujos de cavernícolas con rústicos artefactos similares a los actuales pero con el ingenio que este criollo le supo impregnar durante fines de la década del 20.
¿Es un antecedente de esa famosa serie de animación?…quizás.
Molina Campos fue conocido en su momento en USA, no solo por un vínculo directo que tuvo con Walt Disney, de hecho trabajó para él durante una temporada confeccionando personajes para su serie de gauchos protagonizado por el ahora Goofy antes Tribilín.
También publicó al igual que hizo acá sus almanaques de personajes rústicos en el país del norte.
Fuente: SOSA,Fernando; 2008; sapienstoonz.
Nota: Siguiendo instrucciones del moderador no publico el enlace al sitio.
Molina Campos:
El 3 de octubre de 1891,el párroco de San Nicolás,Eduardo O’Gorman –hermano de la célebre Camila- bautizó con el nombre de Florencio de los Angeles a quien conocemos como Florencio Molina Campos.Era hijo de Florencio Molina Salas y de Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos.Desde muy chico dibujó paisajes,escenas y personajes camperos que había observado y registrado durante las vacaciones de su infancia, en la estancia paterna “Los Angeles” del Tuyú,Buenos Aires,y más tarde, en “La Matilde” de Chajarí,Entre Ríos,arrendada por la familia.
Después de la muerte de su padre,en 1907,debió trabajar en el correo, en la Sociedad Rural Argentina y en Obras Públicas.Sus intentos de independizarse como comisionista primero,y en un establecimiento de campo en el Chaco después,fracasaron.En 1926,a los treinta y cinco años,a instancias de un amigo,inauguró su primera exposición en el Galpón Central de la Sociedad Rural.El presidente Alvear visitó la muestra y adquirió dos de sus obras.Al año siguiente expuso en la vieja Rambla de Mar del Plata,donde conoció a la que iba a ser su segunda mujer,María Elvira Ponce Aguirre.Desde 1931 hasta 1944 pintó los almanaques para la Fábrica Argentina de Alpargatas que conforman no sólo lo más difundido sino lo más importante de su obra.Admirador de Molina Campos,Walt Disney lo contrató como asesor para varias de sus películas,pero el resultado de esta asociación no satisfizo a nuestro artista,porque veía desvirtuada la imagen del hombre de campo argentino.
Son memorables sus ilustraciones para el Fausto de Estanislao del Campo,editadas por Kraft.En los Estados Unidos,donde residió varios años,se hicieron famosos los almanaques que pintó desde 1944 hasta 1958 para una empresa productora de máquinas agrícolas: la Minneapolis-Moline.Florencio Molina Campos,naciò en Buenos Aires el 21 de Agosto de 1891,y falleciò el 16 de Noviembre de 1959 en su ciudad natal.
(Museo Las Lilas/San Antonio de Areco).
Florencio de los Ángeles Molina Campos nació en Buenos Aires el 21 de Agosto de 1891.Hijo de don Florencio Molina Salas y de doña Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos,miembros de una familia tradicional cuyos orígenes se remontan en el país a la época de la Colonia.Entre sus ilustres y heroicos antecesores se cuentan los generales Luis María,Gaspar y Manuel Campos,entre otros.Florencio Molina Campos,muy distante del ámbito castrense,pasó su vida alternando entre la Ciudad de Buenos Aires y los campos de sus padres en los pagos del Tuyu y General Madariaga,en provincia de Buenos Aires,y Chajarí, provincia de Entre Ríos.El 31 de Julio de 1920 contrajo matrimonio en la Iglesia del Salvador con María Hortensia Palacios Avellaneda,hija de don Rodolfo Palacios y de doña María Avellaneda -integrantes de encumbradas familias tradicionales de nuestro país-,con la que inició su vida matrimonial en un departamento ubicado en la Calle Paraguay 339.
El 11 de Junio de 1921 nació la que sería su única hija,Hortensia,a la que llaman “Pelusa”.Tiempo después el matrimonio se separó de hecho, quedando la tenencia de Pelusa a cargo de su madre María Hortensia. Pelusa,luego de un largo noviazgo,contrajo enlace con don Antonio “Buby” Gimenez,hijo único de una familia castrense tradicional de gloriosos expedicionarios al Desierto.Transcurridos 11 años de matrimonio,nació el que sería también su único hijo,Gonzalo Gimènez Molina.En 1926, Florencio Molina Campos -a instancias de sus amigos y aprovechando que sus antepasados eran socios fundadores y él había sido empleado y en ese entonces ya era socio- presentó su primera exposición en el Galpón de Palermo de la Sociedad Rural Argentina.Su muestra fue visitada por el Presidente de la Nación,Marcelo T. De Alvear,quien se convirtió en ferviente admirador de su obra y lo premió otorgándole una cátedra en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.Durante una exposición que llevó a cabo en Mar del Plata en el año 1927,Florencio conoció a una joven mendocina,María Elvira Ponce Aguirre,a la que no volvió a ver por un largo período.Años después formaron pareja y convivieron hasta la muerte de Florencio en el año 1959.Como en la Argentina no estaba legalizado el divorcio,y por lo tanto no se permitía el casamiento de personas separadas,la pareja contrajo matrimonio sucesivamente en Uruguay en 1932,Estados Unidos en 1937 y, finalmente,por civil en Buenos Aires el 9 de Marzo de 1956,favorecidos por la Ley Perón.En 1931 el pintor realizó su primer viaje a Europa y expuso en París.Más adelante viajaría infinidad de veces,invitado por diferentes gobiernos como representante cultural argentino.Fue profesor de las nuevas generaciones,tanto en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda como en Bellas Artes.En esa época inició el contrato para ilustrar los almanaques de la firma Alpargatas,que se editaron desde el año 1931 a 1936,1940 a 1945,1961 y 1962.Constituyeron,quizá,su obra más difundida,y sobre ellos dijo Ruy de Solana: “los almanaques constituían un sinónimo elemental de lo barato y despreciable.Pero desde que este artista empezó a difundir sus trabajos por ese medio humilde y anual, los almanaques se convirtieron en la pinacoteca de los pobres”.A partir de 1942,Molina Campos estrechó su relación con Walt Disney y fue contratado para asesorar al equipo de dibujantes para tres películas que los Estudios Disney estaban por realizar,ambientadas en la Argentina y basadas en obras del artista argentino y en los paisajes que habían visto en sus viajes a nuestro país.Molina Campos había sido convocado cuando ya estaba bastante avanzada la primera de las tres películas que planeaban realizar.El pintor argentino no compartía las extravagancias que el estudio cinematográfico quería hacer protagonizar a los paisanos y,tras varios intentos fallidos por lograr una representación más fiel del gaucho argentino,renunció.Ya sin Molina Campos,Disney decidió convertir las tres películas en una sola,que se conoció como “Saludos,amigos”.Como muda huella de su paso por los estudios de la Disney,quedaron las fotografías que se exhiben en el Museo Florencio Molina Campos entre las que aparecen Walt y sus dibujantes en el rancho Los Estribos,en un viaje relámpago que hicieron a la Argentina exclusivamente para contratarlo.En 1944,el pintor formalizó un contrato que se extendería por 10 años en forma consecutiva con la firma norteamericana Mineapolis-Moline,para la que ilustró entre 1944 y 1958 una serie de almanaques similares a los de Alpargatas,pero que incluyeron-por sugerencia suya-maquinaria agrícola de esa empresa.Además efectuaron afiches,estampillas y naipes y se reprodujeron los cuadros en diarios y revistas.En 1951,editaron también 12 laminas de los originales de ese año.El 16 de Noviembre de 1959, superado por una enfermedad terminal luego de una infructuosa operación,Florencio Molina Campos murió en Buenos Aires.Sus restos permanecieron en la bóveda familiar de la Recoleta hasta que,en la década del 70,fueron trasladados a instancias de Elvirita al Cementerio de Moreno,en donde permanecen.Fue la imagen de Florencio la del típico argentino,simpático,entrador,audaz,excelente bailarín,con un envidiable carisma del que se valía para amenizar las reuniones a las que concurría.Poseía un fuerte carácter,que rasaba en ocasiones el mal humor.Era amante de la música clásica,que escuchaba durante las noches mientras pintaba.No tuvo una visión comercial de lo que hacía.Pintaba porque le gustaba pintar.Cuando por la guerra no entraba al país papel canson que utilizaba,pintó sobre cajas de ravioles,cuyo material reunía buenas cualidades como soporte de su arte.Jamás proyectó su obra a futuro.Vendía sus pinturas,sí,pero a precios sumamente módicos para la época,que sólo le permitieron vivir decorosamente.Pintó infinidad de cuadros,probando con diversas técnicas.Estos al igual que otros detalles de la vida de Molina Campos,surgen de la cuidada,respetuosa y estudiada biografía escrita por el Profesor Juan Carlos Ocampo,editada originalmente en 1980 y recientemente actualizada y reeditada,ante el reiterado pedido de admiradores tanto de la Argentina como del extranjero.(Alberto Carbone/Compilador/Revista ArteArgentino/nº 3).
Molina Campos:
El 3 de Octubre de 1891,el párroco de San Nicolás,Eduardo O’Gorman -hermano de la célebre Camila- bautizó con el nombre de Florencio de los Angeles a quien conocemos como Florencio Molina Campos.Era hijo de Florencio Molina Salas y de Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos.Eran diez hermanos -tres varones y siete mujeres- y todos tenían como segundo nombre “De los Ángeles”,que era también el nombre de la estancia de la familia de su madre en el Tuyú (General Madariaga,provincia de Buenos Aires).Allí pasaba los veranos y a los 6 años ya mostraba su inclinación por el dibujo.Durante su época de estudiante (en los Colegios La Salle,El Salvador y el Nacional Buenos Aires) pasaba sus vacaciones en la estancia paterna Los Angeles del Tuyú y más tarde,en La Matilde,de Chajarí,Entre Ríos,arrendada por la familia.Después de la muerte de su padre,en 1907,debió trabajar en el Correo,en la Sociedad Rural Argentina,en Obras Públicas.Sus intentos de independizarse como comisionista primero y en un establecimiento de campo en el Chaco después,fracasaron.A los 28 años se casó con María Hortensia y a los diez meses nació su única hija,Hortensia María. Después,fue con su hermano Carmelo a trabajar en un obraje en Santiago del Estero,donde pasó años muy duros.Se separó de su mujer luego de tan solo 4 años de matrimonio y se empleó como administrativo en la Sociedad Rural Argentina,en Buenos Aires.Sus compañeros de trabajo lo instaron a presentar los dibujos y pinturas que él realizaba y que llamaba,con modestia,caricaturas.Fue así como en Agosto de 1926 realizó su primera exposición.En 1926 a los treinta y cinco años,a instancias de un amigo,inauguró su primera exposición en el Galpón Central de la Rural.El presidente Alvear visitó la muestra y adquirió dos de sus obras.Al año siguiente expuso en la vieja Rambla de Mar del Plata, donde conoció a la que iba a ser su segunda mujer María Elvira Ponce Aguirre.Desde 1931 hasta 1940 pintó los almanaques para la firma Alpargatas que,signó lo más importante de su obra.Las láminas -que se vendían en 70 pesos- fueron entonces reconocidas por esta empresa que le pagó 500 pesos por cada una.Desde 1931 hasta 1936 se presentaron los almanaques y volvió a realizarlos entre 1940 y 1945.En estos 12 años, cerca de 18 millones de láminas litográficas con sus obras se distribuyeron por la Argentina y países vecinos,y se convirtió en la primera pinacoteca popular del arte argentino.Admirador de Molina Campos,Walt Disney lo contrató como asesor para varias de sus películas,pero el resultado de esta asociación no satisfizo a nuestro artista porque veía desvirtuada la imagen del hombre de campo argentino.
Los almanaques comenzaron a incluir textos,en los cuales Florencio respetaba la forma en que hablaban sus queridos paisanos.Por ejemplo, decía su personaje Tileforo Areco-: “Cansao de andar vagando y de agregao en una estancia o pialando… Me dentró una comezón por saber como estaría lo que dejé cuasi de creatura…” Sus textos causaron un suceso tal,que también fue contratado para contar las historias en la radio.Continuamente viajaba por el interior visitando estancias y amigos,pero buscaba afanosamente “su lugar” para instalarse fuera de la ciudad.Y lo encontró en Moreno,a orillas del río Reconquista,Allí, construyó su rancho al cual puso de nombre Los Estribos,en honor a la marca que utilizaba la familia Molina Campos para el ganado, característica en todas las obras de Florencio y que son dos estribos cruzados.Realizó ilustraciones para libros,como el Fausto,de Estanislao del Campo y La cierra purpúrea,de Enrique Hudson y actuó en el cortometraje Pampa mansa,que fue presentado en el Festival de Berlín donde estuvo presente el pintor.De regreso al país,hizo una muestra en la galería Argentina,la que sería su última exposición.Estuvo integrada por 80 obras,el éxito fue total: se vendieron 70 cuadros.Tras el evento,se internó para hacerse una pequeña operación y el 16 de Noviembre de 1959 falleció por una complicación cardiaca.Representó a los paisanos como él los veía.Pero nunca utilizó modelos ni preparó la escena de sus cuadros.Pintaba de noche o a última hora de la tarde, sobre un tablero de arquitecto,inventando sus personajes y recreando las imágenes que estaban en sus retinas.Esto resulta sorprendente cuando se observa el detalle preciosista de sus obras.La témpera era la técnica que le resultaba más cómoda.Lo último que acostumbraba a dibujar era la cara de sus personajes. Llegó a dominar el óleo con maestría,pero sólo realizó menos de 200 obras con con ese método.(Fuente: Folklore Tradiciones/Folklore del Norte).
FLORENCIO MOLINA CAMPOS Y SU OBRA.
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Difícil agregar algo mas a ésta imagen tras las magníficas intervenciones del Lic. Somma y el Sr. Ramonet , a quienes considero , entre otros tantos foristas de invalorable cuantía , dos auténticos referentes de este querido espacio ; y a quienes , dicho sea de paso , transmito una vez mas todo mi agradecimiento por su enorme generosidad diaria al compartir sus recuerdos y conocimientos.
No obstante ello y con su permiso , deseo compartir a continuación tres interesantes enlaces , que nos conducen , el primero , al catálogo de la obra completa de este ya legendario artísta “tan nuestro” , ordenado de manera alfabética y que incluye una galería de “curiosidades varias” y otra llamada “serie picapiedras” .
Tras éste , transcribo otros dos enlaces que nos redireccionarán a sendos cortos publicados en You Tube , de gran interés también y muy buena realización por parte de “Canal Encuentro”.
Florencio Molina Campos:
En 1969 se constituye la Fundación Molina Campos y en 1979 Sra.María Elvira Aguirre de Molina Campos inaugura,en la ciudad de Moreno,un museo dedicado a su memoria.
Su obra: Molina Campos trabajaba preferentemente de noche y pintaba varias obras al mismo tiempo casi siempre en papel Canson Mongolfier de color,cuando no empleaba,para trabajos menores,cartón de cajas de ravioles.Los almanaques fueron pintados al agua-gouaches,acuarelas o témperas–con alguna intervención de tintas y lápices.Sus intentos con óleo no fueron los más logrados.Solía calcar algunas figuras que luego tomaba,invertidas,como base para otros personajes.Luego de trazar la línea del horizonte preparaba los cielos aunque no pocas veces ha dejado simplemente el color del papel sin agregado de nubes.Sólo después incluía los personajes,plantas y animales.La calidad de terminación demuestra una atención muy esmerada en algunas obras;hay láminas decididamente impecables,sumamente elaboradas,en tanto que en otras se advierte un acabado más rápido,menos trabajadas pictóricamente.En algunas pinturas hay grupos numerosos de paisanos de pie,de frente,como si estuvieran posando para una fotografía.Resultan así figuras algo congeladas,en un quietismo artificial.Por una natural y siempre confirmada sensibilidad compositiva,sus figuras,árboles, animales y construcciones ordenan impecables compensaciones de volúmenes que dan a sus trabajos una gran solidez estructural.En todos lo casos,fondo y figura–permanente sintaxis de su obra–juegan un contrapunto que exaltan el dibujo y el color con un acierto de innegable maestría. Con escasos recursos técnicos pero dominados acabadamente gracias a su tenacidad, Molina Campos alcanzó una capacidad expresiva que sólo un legítimo artista puede convertir en medios eficaces para configurar una gramática tan perfecta.Autodidacta,sin una estrecha sino casual relación con los maestros de la época,con una postura tal vez excesivamente reverencial hacia la pintura, pudo armar, sin embargo,una originalísima forma de dicción apoyada en una excepcional capacidad comunicativa.Esas extraordinarias pinturas que,tocadas por la magia de la gracia,enunciaban sin declamaciones la sobriedad y el esfuerzo,la rectitud y la alegría,acompañaron día a día,a lo largo de muchos años,la vida de millones de argentinos.Hoy forman parte del patrimonio artístico de la república.
Los paisanos: Florencio Molina Campos se nos presenta como alguien indemne al olvido.Ya hombre maduro,lejos en el tiempo de los campos donde transcurrió su infancia,las visiones de entonces renancieron en su pintura,nítidas,sorprendentemente vivas: los rasgos de los paisanos que vio,su apostura y sus gestos,la vestimenta,la humilde intimidad de los ranchos,el aire al mismo tiempo inocente y medio bárbaro,ingenuo y socarrón de esos peones,puesteros,domadores,reseros,jugadores de truco y comedores de asado,en medio de sus rudas tareas en la silenciosa llanura, apenas interrumpida por algún monte de talas o eucaliptus empequeñecidos por la lejanía.También la absoluta presencia del cielo y la desmesura de tales campos sin agricultura que hace concentrarse al hombre en sí mismo e intensifica la presencia de las cosas,la silueta de un pájaro,un perro lejano o un cardo.Cualquier cosa viva para compartir la soledad.Cuando los pintó,esos seres y esas cosas ya se habían transformado o desaparecido con las mudanzas del progreso.Gracias a su poder evocador llegaron a nosotros aquellas gentes del sur.Se apoyan en la puerta de un boliche de campaña, los pies chuecos y una boina o un sombrerito sobre los ojos,pialan un potro en un corral,pasan-llegados no se sabe de donde–con sus caballos y sus carros,reaparecen con sus grandes dentaduras,hambrientas o risueñas,y sus sacos que les quedan chicos,sus oscuras mujeres de torta frita y mate, suficientes cuando calzan zapatos,doñas de respeto,gordas y perezosas de lavar ropa o sentadas delante de un horno.Con humildad y devoción,casi con inocencia,Molina Campos dejó un testimonio de ese pasado con una gracia y una frescura que no pierde uno solo de sus brillos con el paso del tiempo.Pero entre la realidad vivida y el recuerdo la distancia interpuso un extraño elemento: el humor.Todo está visto a través de un lente que acentúa y exagera los rasgos y las expresiones.Más allá del realismo de un rostro,percibe lo que en él es peculiar y lo destaca,lo que primero salta a la atención en el conjunto de sus rasgos.Molina Campos capta al vuelo ciertas fisonomías,que en la vida pasan confundidas con el ambiente,y de ellas hace nacer lo cómico.Esas dentaduras adquieren una presencia rotunda,esas mejillas brillan como cobre a la intemperie.En los ojos chispea la ironía,el regocijo,la chanza,nunca la tristeza o la resignación,salvo en algunos gauchos viejos de antiguas barbas,que llegan muy lentos a caballo o están presentes casi sin estar,en alguna fiesta. Viejos bardos de chiripá, densos y solemnes, a menudo empuñan guitarras que sonaron bajo ombúes o carretas,guitarras que saben historias del fondo de la pampa,encarnaciones del recuerdo y el olvido,depositarios de una remota sabiduría.A ellos los han sucedidos esos otros personajes rubicundos calzados con alpargatas,todavía ávidos de vivir.¿Qué es lo que ocurrió? Ahora todo está en movimiento.Los hombres y las mujeres que el niño vio no son maniquíes de museo.En la estancia pasaron sus vidas oscuras sus rudas tareas como una fatalidad o un rito,un destino asumido sin contradicción.Ahora,algo en esos personajes ha variado,algo que entonces estaba oscuro en ellos ha salido a la luz para situarlos en un espacio particularmente risueño,en el cual la añoranza que los invoca deja de ser elegíaca o melancólica.Se convierte en una vitalidad desbordante, en la alegre afirmación de una presencia de tono burlesco,que contrasta con el paisaje de la llanura hecho de soledad y silencio.Lo cómico,que ahora aparece,es un elemento inesperado: transforma el testimonio y le da a tales escenas un matiz inédito,único.Su inextricable naturaleza siempre ha suscitado inquietud como un enigma sin respuesta.Un paisano domando no puede causar risa,un potro estaqueado,que tironea rompiéndose la boca en el esfuerzo de liberarse,tampoco.Una paisana que sorbe un mate,el gaucho que la mira con cariño un poco más lejos,y la otra mujer de larga trenza que saca algo del horno de barro ante el cielo impasible de la pampa,¿por qué harían reír a nadie? Son gestos humanos consagrados por el paso de los días y no de bromas de circo.Instantes de unas vidas a las que sólo algún perro o unas gallinas,aparte del caballo atado a un poste, hacen compañía en medio de un campo vacío.¿O es que todos los gestos humanos y cualquier sentimiento pueden ser motivo de risa? Artistas y escritores,desde los tiempos más remotos,han tenido al intuición y la voluntad de señalarlo. Así han surgido estos géneros paralelos: la sátira y la caricatura.El hombre se burla de sí mismo y entre nosotros Molina Campos es el único representante,de inspiración popular y ligado a la tradición nativa.
En el fondo de la conciencia cultural del país está viva una imagen arquetípica del gaucho,que tantos pintores han forjado desde el principio de la nacionalidad.Lo hayan visto o no,todos lo han visto.Pero de pronto, con Molina Campos esa imagen adquiere una originalidad exclusiva.Lo que sorprende y atrae a la vez es que el gaucho resulte hilarante,que sus actitudes y su ambiente provoquen risa.Además,curiosamente,lo cómico de sus paisanos y caballos establece con ellos una comunicación más honda y más fraternal.Una especie de solidaridad que no nos provocaban otras representaciones.La esencia de la risa–se ha dicho-consistiría en un inconsciente sentimiento de superioridad de quien se ríe con relación a las personas que la provocan.El que motiva la risa ajena ignora que puede ser grotesco o ridículo.La inocencia,la ingenuidad de ciertos seres sólo pueden parecer jocosas a quienes los consideran desde el punto de vista de su orgullo o suficiencia.Ahora bien,el sentido del humor con que Molina Campos nos presenta a sus personajes está lejos de la soberbia.Es la suya una visión muy particular.Nada hay en ella que los rebaje o los tome como motivo de encarnio.Los paisanos de Molina Campos son asumidos con profunda simpatía y de algún modo los idealiza.Así rescata una manera de vivir, conserva una tradición y un folklore que perduran en el espíritu de la gente de esta tierra.Más aún: el artista se identifica con ellos,es todos ellos,una personalidad múltiple y unitaria.Ambos se intercambian y se reflejan.Tal actitud crea un clima particular,único en la iconografía de lo gauchesco.Sus imágenes establecen un lazo inmediato con el espectador. Poseen un poder expresivo que llega desde el fondo de una imaginería criolla ancestral. Y lo singular de esta visión es que realmente reconocemos en ellas el mundo del gaucho,aunque ya no es el gaucho legendario de Hernández sino la vida cotidiana de unos paisanos en un tiempo que también pasó.Gestos y expresiones tal como se las ha imaginado a través de la literatura y el arte.Realismo y observación en un clima de cordialidad risueña,que causa gracia y provoca una hilaridad afectuosa. Nada llega aquí a lo bufonesco.Sólo cierta ironía para mirar las cosas y que no deshumaniza a esos personajes.No son comparsas de teatro,tienen la misma autenticidad del paisaje que los rodea.Si la visión del artista,a través de una óptica personalísima les da un aire festivo,tal circunstancia los acerca más a nosotros.Es una risa saludable,como si entre ellos y el pintor se cambiaran chanzas mutuamente,como suelen hacerlo los hombres de campo,con la malicia socarrona que les es tan propia. El humor que los anima parece llegar de lo más hondo, emana de ellos como una especie de euforia, de contenida energía que se traduce en risa.
El paisaje: La obra de Molina Campos nace de una vivencia infantil.En el mágico círculo de su niñez vio semejantes gauchos,caballos que reían a carcajadas o cantaban en la noche,hombres adornados con estrellas de hierro en los talones y las piernas envueltas en rudos pañales,reuniones alrededor del fuego de unas gentes salidas del horizonte,sorbiendo un extraño brebaje,el mate,en un extraño recipiente con un tubo metálico.No olvidó nunca el íntimo olor de un rancho con una litografía de Cristo y un espejito con marco de lata colgado en la pared,junto a una cola de caballo que sostenía un peine.Había también una cama de fierro con un poncho y un paquete de velas sobre un banco.En medio del campo vio casa con un alero y frente a ellas un palenque con caballos: pulperías.Adentro todo esa sorprendente,un hombre enjaulado vociferaba detrás de unas rejas mientras llenaba vasos de aguardiente que repartía a quienes se le acercaban.A su espalda unos estantes medio vacíos contenían latas de yerba, botellas y unas piezas de género o algo así.La concurrencia era un paisanaje de fiesta, entre las risotadas y las chanzas y el humo de los cigarros.Vio potros furiosos,celebraciones en pueblos incipientes,mujeres de larga trenza en las cocinas o lavando ropa al borde de un arroyo con gestos rituales,peones ensillando o pialando,perros flacos,lechuzones y horneros. Visiones indelebles,más intensas porque se proyectaban en una llanura inmensa que acababa en el fin del mundo.El artista quedó fijado a ese paraíso de la infancia. Muchos años después, sometido al horario de un mísero empleo en la ciudad,fiel a un dictado interior,comenzó a dibujar como obedeciendo al invencible deseo de revivir aquellas cosas.Como en sueños.Podemos conjeturar que el arte de Molina Campos es la nostalgia de un hombre fijado a su infancia.Pinta recuerdos.El tiempo de sus gauchos no tiene una cronología precisa como suele ocurrir con los sucesos de la memoria.Hay gauchos de chiripá y bota de potro junto a gauchos de bombachas y alpargatas.Los une el mimo cielo y la misma soledad de los lugares en que vivieron.Son descendientes,sin duda,de los que poblaron el Martín Fierro y el Facundo.Hablan de Santos Vega y de Juan Cuello.Ya están en otro siglo,lejos de los malones o la indiada,aunque algunas veces también Molina Campos nos da alguna escena de tales episodios.Pero son notas esporádicas,diría literarias en relación con la verdad de lo cotidiano de la mayoría de sus cuadros,en una pampa de alambrados y tranqueras.Sus dichas son todavía sencillas,elementales,un ranchito en un puesto de estancia,una china y un caballo,unas partidas de brochas o truco y eso sí,la fiesta del Veinticinco.A pesar de la guitarra,el ladrido de los perros y el gallo,pertenecen al silencio.Todavía no hay antenas en sus ranchos,llegan al trotecito o pegan el grito a los caballos de unos carromatos enormes donde se trasladaba la cosecha,juntan un rodeo o cargan bolsas en un galpón junto a la vía.Muy pocos vecinos y gestos,sus maneras de ser,ocupaciones de una modalidad ancestral.Pero el cabo del cuchillo no deja de rascarle la espalda.Otros pintores llegaron antes,iniciaron la historia de nuestra plástica.Algunos eran extranjeros,llegaban de paso y pintaban tipos y costumbre de la colonia como exponentes de algo exótico. Sus personajes están vistos desde afuera.Conservan una frialdad y cierto aspecto puramente etnográfico. Son exponentes de costumbres exóticas: curiosidades.Los de Molina Campos están vistos por alguien que se identifica con ellos, los quiere, los invita a reír juntos. En la actualidad,ya de alguna manera cambiaron.Los de ahora están entre máquinas y tractores y la televisión los acompaña,pero el espíritu es el mismo.En la década del 30 el país fue invadido por esos paisanos de Molina Campos. Eran obicuos,múltiples,y penetran igual a una lujosa mansión como al último rancho,embajadores de un país criollo,ya un poco fantasmal,hecho de refranes,de leyendas,toda una literatura y una vasta iconografía.También entran y salen del olvido,más siempre presentes en las vivencias populares.Su escenario es una pampa desmesurada hasta el horizonte.Están a gusto en ese paisaje que no existe.Sus figuras se destacan contra un cielo descomunal.Se proyectan contra el cielo.Así los habrá visto el niño,con admiración,orgullo de vivir en su vecindad,también él ubicado en medio de la llanura.Gente muy especial.Los vigoriza el solitario espacio en que se mueven,hasta parece regocijarlos.Siempre ríen como si acabaran de salvarse de que el cielo se les caiga encima.Pertenecen a un campo para vacas y caballos donde es raro ver cereales.Molina Campos ha creado la imagen inversa del gaucho de las montoneras y los fortines: los de él parecen siempre de fiesta.No se sabe bien que festejan,que les ocurre para estar tan contentos,con unos caballos tan flacos que se les cuentan las costillas.El de ellos es un tiempo autónomo,que corre a la par del nuestro como un río y no se desvanece.Justamente están en un almanaque donde los años y los meses cumplen un eterno retorno.Además,casi nunca se ve ante ellos al patrón.Su mundo es cerrado,exclusivo.
El caballo: Ellos y sus caballos mirones que tanto gustan hablar.
Siempre pintó casi todos los pelajes y preponderantemente cantidad de overos y tobianos.Siempre el caballo criollo,a veces mejor nutrido,otras esquelético y voluntarioso,con ojos saltones y una tensión que siempre acompañaba a la intención del jinete.En efecto,acostumbran a hablar con sus caballos,que ha aprendido el idioma del paisaje.Estos caballos están inmersos un poco en la fábula.Saben historias muy viejas,hablan de rastrilladas y arreos de miles de vacas robadas cuando servían en la frontera y no alcanzaban nunca a los malones.Aunque humillados mantienen su orgullo,establecen una extraña complicidad con sus dueños.En los recados con que los ensillan hay todo un equipo para largas expediciones, sirven de cama y abrigo.Sus piezas,bastos,mandiles,cojinillos,se van disponiendo ceremoniosamente sobre el lomo,despacio,con profunda concentración al colocar cada parte,hasta el final de la cincha.En todo Molina Campos lo visual es prioritario,el sentido más desarrollado.La infancia mira con avidez hasta el asombro y la sorpresa.El pintor conserva esa actitud y la traslada al paisanaje de sus cuadros.Y también a sus caballos.Ninguno quiere perder una brizna,un detalle.Están atentos a todo, al humor de sus dueños y a lo que los rodea.Y todo lo comparten entre ambos.Aunque a veces algún bagual se “viene como refucilo”.La furia lo transforma: ahora es un dragón que echa fuego por los ollares y se precipita sobre el espectador a la orilla de una alambrado,su cabeza se ha hecho enorme,la mirada medusante.Ha salido como una tromba desde el horizonte para echarse encima de quien pretenda pararlo.Y sin embargo,por la indefinible magia de Molina Campos,esa visión aterradora causa risa. Hay tan poca sociedad en esos descampados que los caballos son como de la familia.Es una fraternidad alternativa,sellada primero a talerazos brutos, o atado a una estaca,bufando sin remedio hasta que al fin las cosas cambian.En la vasta obra de Molina Campos los protagonistas son el paisano, el caballo y la llanura vacíaUnos caballos parlantes que se ríen a lo bárbaro,los enormes ojos saltones por los que pasa la ironía,el gozo, la ira,la astucia.Algunos se han hecho un nudo en la cola para llevar en ancas a una china vestida de rojo.Otros,fieles compañeros de viaje, cambian noticias sobre el tiempo con sus dueños,sus enormes dentaduras de caballo a la vista,esa parte del esqueleto que tentó en el hombre como en el animal es lo único que está visible.Para Molina Campos ese detalle es singular,un tema de su predilección,evoca al mismo tiempo el hambre,la risa y es un instrumento para la voracidad.Sin duda es reconfortante andar en tales caballos que tanto saben de la vida.Por otra parte el artista, como profundo conocedor del ambiente, no omite ningún detalle del apero, las riendas,el freno,los estribos.A tales animales casi nunca se los ve en una calle.A veces reposan en el palenque de una pulpería o bajo una enramada,pero siempre en medio de la llanura.Observemos de paso otra característica que caballo y jinete comparten: los primeros tienen cascos enormes,los pies de los hombres son también de grandes dimensiones.Tantos los cascos como las extremidades enfundadas en botas de potro o alpargatas constituyen una base sólida,afirman la pertenencia a la tierra.No son seres aéreos que se lleva el viento.Están pegados al suelo,allí se afirman como un árbol en sus raíces.Y digamos por último que en el mundo de Molina Campos todos miran con una especie de felicidad a sus semejantes y a las cosas de la tierra, con una inconsciente alegría de vivir.El aire que respiran esos personajes les ensancha el pecho,les comunica la energía de la tierra.Es muy bueno estar vivos,volcados en el mostrador de un boliche a tomar una copa o haciendo sonar una baraja sobre la mesa de truco,los reyes y las sotas saltan delante de ellos,el as de espadas silba en el aire,se oye retumbar el garrotazo del as de bastos,ojos enormes inflados por la vehemencia del juego.Los espectadores festejan cada tanto de flor, el estentóreo canto de la vitoria,mientras de nuevo el mazo da otra vuelta y otra vuelta de ginebra acompaña a los porotos que marcan los puntos.También los caballos allá fuera comentan la partida,a la espera de que salgan sus dueños y los monten,una caricia al caliente recado,la mano resbala sobre el cojinillo y toma las riendas y de nuevo hacia el íntimo nido de un rancho,hasta el próximo amanecer con un mate y la mujer medio despeinada,los dedos curtidos de ordeñar,en que galpón,en que corral de esos miles de hectáreas vacías alrededor.Están también las celebraciones. Unos festejos exteriormente tan humildes a los que se vive como momentos excepcionales.Bailan bajo una enramada que fue la playa de esquila,las parejas hamacándose en una polca,sin apretarse,se miran,eso sí,como deslumbrados,risueños,las chinas con zapatos que se les tuercen,los guitarreros siguen y siguen junto a un perro indiferente y el cielo, inmenso,con su espacio sin fondo para esa gente.Modestos regocijos a los que justamente el cielo desnudo y el campo solitario les dan una dimensión especial.Pero el horizonte es de ellos.En esos cuadros todo sucede como en sueños,en un espacio intermedio entre la realidad y lo imaginario.
Sus personajes ya no pueden dejar de estar presentes en ninguna referencia plástica evocadora de nuestro campo en un pasado no muy lejano.En ninguna evocación de lo que fue y es el gaucho y la pampa,pese a todas las modificaciones del tiempo.Donde el humor interviene,sea en un texto o una imagen,distorsiona siempre el sentido,le hace perder su unidad,produce una especie de refracción que lo desplaza en muchas direcciones.Con respecto a la pintura popular de Molina Campos la caricatura también mantiene una relación dual de su contenido,una mezcla de distancia y aceptación,de afectuosidad burlona y profunda identificación con ese medio y esos seres, que expresan un mundo personal,realizado con una entrañable virtud evocadora.Intuimos que carácter tan especial de esa obra la torna única, cerrada,y le ha de conferir un valor permanente en su género dentro de todo el panorama de la plástica argentina.Lo cierto es que Molina Campos se consideraba gaucho a sí mismo,igual que a sus personajes,con un sentido muy distinto del que se tenía en el siglo pasado.Puede tenerse la certeza de que para él ser gaucho representaba un compromiso con la honradez,la lealtad,la valentía y hasta con cierto grado de pureza viril.De ahí que su picaresca sea siempre lúdica pero finísima.De ahí que se dé por descontado que para un gaucho la vida es fundamentalmente trabajo,un trabajo casi siempre asomado al peligro,pero sin necesidad de ser dramatizado ni con el miedo ni señalando el riesgo de muerte.Molina Campos registró gráficamente y con una precisión admirable el mundo,las tareas,las circunstancias,las intimidades de los hombres de campo argentinos de una época (en especial de los paisanos del sur,con alguna frecuencia de los del litoral,y alguna vez de los del norte),sin adjudicarles grandes heroísmos ni formidables virtudes patrióticas y sin asignarles la frialdad del matrero.Sus personajes son los modestos hombres de campo en sus tareas más cotidianas y reiteradas.El dolor está omitido en su obra de un modo tal vez interesadamente beatífico.Casi sólo importa lo risueño,y es probable que la visión general tenga cercenado el aspecto dramático propio de toda realidad.Cualquier forma de penuria ha sido puesta en un cono de sombra definitivamente silenciado.Pero en Molina Campos se trata de una postura espiritual no desestimable por aquel precepto de que la alegría es obligatoria y que lo demás se da por añadidura.Bolear o enlazar,pialar o domar,vistear o jugar,cultivar la amistad,casarse,tener hijos son su manera de contar la realidad de un sector del país en un determinado momento.El cuchillo con cabo de madera y remaches de bronce podría ser el símbolo de la modestia del protagonista de ese mundo que pintó nuestro artista.El hombre de campo,de trabajo,con su herramienta también modesta sujeta a la cintura,atrás,pero a al vista,para facilitar su uso y señalar su carácter más de utensilio que de arma.
Paisajes: Pintó los variadísimos paisajes que propone la aparente uniformidad de la llanura.Bañados y cañadones,lagunas,noches terminantes, deslumbrantes mediodías,campos metafísicamente silenciosos, tardecitas,lluvias,con esa delicada sensibilidad capaz de detectar la luz tan única y tan diversa del campo argentino.Pintó una vegetación si no variada, detallada y magistralmente observada. Desde los cavernosos ombúes hasta los sutiles juncos,los ñandubais, las espadañas, cardales y cortaderas.
Arquitectura: Pintó también lo que podría llamarse una antología de la arquitectura rural.Desde la tapera vencida por el abandono hasta los dignos ranchos de adobe,con techo también de barro o de paja,o los litoraleños,o los cordobeses con abertura central techada.Con maestría propia de gran miniaturista pintó desorbitados loros,mezclados con alucinadas aves de corral,cuya presencia Rosas despreciaba en lo que fuera una estancia criolla.Pintó jagüeles y galpones,mangas,corrales de palo a pique, pozos de cincha y los elementales palenques,con lo que gracias a su obra ha quedado fijada y difundida una poco menos que desaparecida artesanía.
Vestimenta: En materia de vestimenta pintó desde la modestísima combinación de boina,camiseta y bombacha con las consabidas alpargatas, hasta el chiripá con calzoncillos de flecos y bota de potro.Con inobjetable exactitud pintó los aperos del recado con diversos tipos de estribos,bastos elementales o adornados con frentes de plata,riendas y cabezales de tiento o iluminados con bombas trabajadas por plateros artesanos,sobrepuestos de carpincho cuando no el humildísimo cojinillo como única comodidad.
Personajes: Son innumerables y variadísimos los personajes que emplea en las más diversas situaciones: mujeres jóvenes y viejas,mozos y ancianos, negros y niños van poblando las láminas de sus almanaques.Entre ese vasto elenco humano aparece esporádicamente un personaje: Tiléforo Areco. Hay pinturas que muestran su noviazgo,su casamiento,su foto de bodas,el nacimiento de su primer hijo.Tiléforo,que adquirió gran popularidad,traza de algún modo un itinerario simbólico del mundo descripto por Molina Campos.(Fuente: Escuelas Educ.ar/Vida Campestre segùn Molina Campos)
Florencio Molina Campos:
El 21 de Agosto de 1891,nació Florencio Molina Campos en la ciudad de Buenos Aires.El 26 de Marzo de 1907 murió repentina e inesperadamente Don Florencio Molina Salas,su padre,por lo que debe trabajar e ingresa al correo y más tarde al Ministerio de Obras Públicas.En un ínterin trabaja en la Sociedad Rural Argentina,en la sección del Herd Book.Allí colabora con instituciones afines y se prepara para independizarse.La vida parece sonreírle.Se casa el 31 de Jlio de 1920 y al año siguiente nace su hija Hortensia María.En 1924 se divorcia.Siempre se dedicó a la pintura,y desde 1915 le había dado un cierto tono humorístico a sus personajes y siguió escribiendo cuentos camperos.Años después,un amigo le insta a que exponga sus trabajos.A él le cuesta animarse,pero finalmente, en el Galpón Central de la Sociedad Rural de Palermo se efectúa la muestra,durante la tradicional Exposición anual,en el año 1926.El catálogo tiene un mate y una yerbera con una agarradera en forma de corazón y lleva el título de Motivos Gauchos (caricaturas).Exhibición: 21 de Agosto de 1926 y días subsiguientes.Presenta 61 trabajos.Un buen regalo de cumpleaños será esta primera exposición.Molina Campos cumple ese día 35 años.El público queda sorprendido por la gracia de las obras y encuentra parecidos entre sus conocidos.Aún los personajes distan mucho de ser los de las épocas clásicas;los caballos tienen vasos enormes,ojos saltones y grandes,con las costillas marcadas de puro flacos.Las personas que siguen también esta temática y aun los animales domésticos,pero en todos los temas predomina la misma intención risueña.Visita la exposición el mismo Presidente de la Nación Dr. Marcelo T. de Alvear,quien se convierte en un admirador.Le ofrece en premio por su labor una cátedra de dibujo.Por 18 años será Molina Campos profesor del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.
Molina Campos se siente tan contento y sorprendido por su triunfo y a su vez tan orgulloso,que prepara un álbum con las fotografías de los cuadros de su primera exposición y se lo dedica a su familia detalladamente.No se olvida de ninguno.Dice en ella Mi primer triunfo en la vida.En Febrero de 1927,Molina Campos expone 36 obras en un local de la vieja Rambla de Mar del Plata.Al clausurarse el 3 de Marzo,ya no quedan cuadros sin vender.El presidente de la República,Alvear,visita la exposición y se muestra entusiasmado por la obra de Molina Campos y compra el cuadro Charqueando, una doma de un feroz potro que lleva mal a su domador,que apenas se sostiene agarrando las crines.El año 1928 es muy fructífero.Molina Campos es conocido y reconocido por todos.La Prensa en rotograbado del 26 de Agosto reproduce tres de sus cuadros que se exponen en la Rural.Al día siguiente La Razòn le dedica un artículo importante que nos da detalles de la exposición realizada en un local de Palermo,como parte integrante de la Exposición Internacional de Ganadería.En 1929,El Ministerio de Agricultura le solicita su cooperación artística para el Almanaque que editará en 1930,pidiéndole lo haga con cosas nacionales…apelando a su reconocido patriotismo.Escribe a Nueva York pidiendo consejos sobre la posibilidad de hacer una exposición en esa ciudad y remite fotografías de sus cuadros. Alguien,dice: me insinuó también la posibilidad de irme a París;Alvear está allá y me daría una manito,pero,si he triunfado en mi patria ¿Por qué no he de tentar fuera de ella?.En 1930 interviene con una obra en la Exposición de Artistas Argentinos y Uruguayos en Montevideo,organizada por la Comisión de Homenaje al Uruguay en su Centenario.El 14 de Marzo la S. A. Argentina de Alpargatas,le confirman que aceptan el precio convenido de $ 6.000.- por la confección del almanaque de la empresa para 1931, consiste en 12 originales.La obra de Molina Campos por este medio por largos años alcanzará todos los rincones del país y aún le dará fama en el exterior. Cada uno de los meses adquirirá valor de por sí y serán piezas de colección,y parte única de la única pinacoteca que tuvo en sus casas, almacenes y ranchos nuestro pueblo.En 1931,Molina Campos viaja a París;ha cumplido un sueño común a todos los porteños de entonces,conocer la Ciudad Luz.Visita los lugares de moda y asiste a exposiciones y conciertos.En uno de estos toma del natural una caricatura de Igor Strawinsky.Sus familiares le comunican que los almanaques han sido un éxito.Primeramente piensa hacer una exposición de sus obras en el Salón de la Cámara Argentina de Comercio,pero por razones de costo del local,decide hacerlo en la Librería de la Opera,3 Rue Meyerbeer.Expone 44 cuadros del 10 al 20 de Marzo y asisten a la inauguración,el ex presidente Alvear y el embajador Tomás Le Breton.Las obras se agotan y debe dejar de lado la muestra que pensaba hacer en Londres,por falta de cuadros.En 1932,la Comisión Organizadora de la Exposición del Centenario de Concordia (Entre Ríos) le solicita que participe con sus cuadros en la misma.Concordia está muy unido a sus recuerdos;allí fue feliz en su juventud y allí también murió su padre.No solo participa en la muestra,sino que dona un cuadro a beneficio del Hospital local,dependiente de la Sociedad de Beneficencia de Concordia.En 1933,Molina Campos organiza la velada inaugural de La Peña (Agrupación de Gente de Arte y Letras),a realizarse el 15 de Abril,en homenaje a Richard Wagner.Confecciona la lista de las obras de la muestra colectiva de pinturas y esculturas organizada por la citada institución;intervienen Perlotti,Soto Aveldaño,Lacamera,Parodi,Ramoneda y otros.Dibuja la portada del programa de la Velada Artística de La Peña celebrada en el Teatro Maipo en homenaje al 7° Aniversario de la entidad.Son los títeres,un gaucho y un arlequín trabados en duelo.Expone por primera vez en Witcomb de Buenos Aires.Inaugura el 14 de Agosto y exhibe 48 obras.
En 1935,el almirante Manuel Domecq García,en su carácter de presidente de la Comisión de Recepción del presidente de Brasil,Getulio Vargas,en su visita oficial a la Argentina,le compra un cuadro para ser obsequiado al ilustre visitante,teniendo en cuenta su afición a las tareas rurales.Le muestran tres para que elija uno,pero el Presidente visitante se queda con todos.El Almirante compra en nombre del Gobierno dos y el otro lo dona don Florencio,halagado por la preferencia del estadista y para no recargar el presupuesto de la Comisión de Recepción.La Sociedad de Socorros Mutuos de Vendedores de Diarios de Buenos Aires lo nombra miembro honorario y le entrega su diploma con fecha 16 de Agosto.Le obsequia al presidente de la Nación,Agustín P. Justo,asiduo concurrente a sus exposiciones,el cuadro Listos pa´votar.La Colectividad Japonesa le compra un cuadro para obsequiárselo a su embajador que se retira del país.En 1937 expone en la Galería Witcomb de la Rambla de Mar del Plata,44 obras e inaugura el 12 de Febrero.Visitan la exposición el Presidente de la Nación Agustín P. Justo y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel A. Fresco.Los recibe además del pintor,el señor Witcomb en persona.Ese mismo año,se postula para una beca en los Estados Unidos para estudiar dibujos animados.Piensa dedicar sus esfuerzos a producir con motivos nacionales, filmes educativos que lleguen a la niñez con mensajes patrióticos y morales.El 16 de Setiembre el presidente de la Comisión Nacional de Cultura Gustavo Martínez Zubiría,le comunica que su beca ha sido acordada por un año,teniendo en cuenta sus antecedentes y plan de trabajos a desarrollar.En Nueva York,se relaciona con Joshua B. Powers,quien será su consejero representante y amigo personal durante toda su vida y más allá de ella.Un caso único de amistad desinteresada aunque los unan negocios. Pinta un paisano sofrenando su potro en Nueva York.El 21 de Diciembre,en el Estado de Maryland,Howaed County,se casa por la ley Estadounidense con la ya su esposa María Elvira Ponce Aguirre.En 1938 comienza a escribir su libro Pampa,a pedido de Curtius Brown,sobre el gaucho,con sus ilustraciones que no alcanzó a publicarse.Carlos G. Daws,el conocido coleccionista gauchesco,le escribe y le da noticias de don Enrique Udaondo quien está apurando la terminación del Parque Gauchesco que denominará Ricardo Güiraldes en San Antonio de Areco.Molina Campos,amigo y admirador de la obra del venerable fundador de museos que fuera Udaondo,fue un asiduo visitante del Museo Colonial e Histórico de Lujan y del Ricardo Güiraldes de Areco y donó cuadros para éstos y para los Libres de Sur de Dolores, como testimonio de admiración a don Enrique,uno de esos Argentinos fuera de serie,como también lo fue Molina Campos.Hablaban un mismo lenguaje espiritual.Durante todo el año 1938,realiza numerosas exposiciones y sus obras son reconocidas en los Estados Unidos.En 1939, retorna a la Argentina con verdadera ansiedad por hacer cosas.El 12 de Junio abre su exposición en las nuevas Galerías Witcomb,de Paisajes Pampeanos,Negros de los Estados Unidos de Norteamérica y Motivos Gauchescos.Molina Campos es designado por asamblea miembro de la Comisión Fiscalizadora del acto eleccionario de la Asociación de Dibujantes a celebrarse el 10 de Agosto.Actúa como Presidente de la misma por elección de sus colegas.En 1940 sufre una operación intestinal.Don Enrique Udaondo le agradece la donación de Cayeron los Colorados y Laguna de Chascomús para el Museo de Dolores del Parque de los Libres del Sur.Ese año, participa de una gran fiesta criolla a total beneficio de instituciones de bien público,organizada por la Municipalidad de Moreno.Molina Campos les hace un motivo gauchesco para afiches y panfletos.En 1941 vuelve a Estados Unidos,y en 1942 es contratado por Walt Disney como asesor técnico,para colaborar el los rodajes de varias películas de dibujos animados de ambiente argentino.El Gaucho Volador,El Gaucho Reidor,Goofy se hace Gaucho y Saludos Amigos.En 1943,autoriza a Powers a firmar un contrato con la Minneapolis Moline Power Implement Co.,una de las firmas de mayor prestigio de los Estados Unidos.Le comprarán 12 dibujos Hechos más o menos en el estilo acostumbrado tuyo-le dice su representante-con algunas indicaciones de ellos.Estos dibujos serán usados por ellos con derecho a reproducirlos durante un año para su propaganda,que tomará la forma de calendarios,afiches,etc.Le regala al presidente Roosevelt,un ejemplar del Fausto.Le envía a la Minneapolis para su aprobación,cuatro pinturas,de las que se exhiben en el Salón de Entrada del Teatro Globe en Broadway y la Cuarenta y Seis,donde están presentando la cinta Saludos Amigos por primera vez en Nueva York.La Minneapolis no le exige que coloque máquinas de la firma en dibujos.Molina Campos lo hará por su cuenta.Powers habla con el Coordinador de Asuntos Interamericanos acerca de emplear a Molina Campos en charlas para la Argentina.Este proyecto que viene del año anterior madurándose,es aprobado.No le gusta a Molina Campos la idea de incluir números musicales,porque,según dice: cae en la frivolidad de enlazar las habilidades de una jazz o la garganta de un cantante corriente. A cada uno lo suyo.No obstante en Abril ya tiene escritas 26 charlas hechas con la colaboración de Elvirita.Es lástima-dice-que este programa se haya hecho para un limitado,porque,hay tanto y tan bueno que decir todavía,que habría para llenar volúmenes.Se puede decir que… recién estoy empezando a hablar de los Estados Unidos.
Colabora en el Festival Latino Americano organizado por la Asociación Consular Latino Americana de Los Angeles,en cooperación con los afectados por la guerra.Dona uno de sus dibujos,una doma impresa a toda página en el programa.Falleció en 1959,pero vivirá para siempre en el recuerdo de los que admiran su arte.(sìntesis la biografía de Juan C.Ocampo/periòdico-mundo solidario).
Molina Campos-Su técnica de pintura y los cuestionamientos de la época:
En sus obras se plantearon diversas controversias con otros artistas de la época.Una de ellas era por los horizontes,que él pintaba muy bajos,casi en una sexta parte de la altura de la pintura.Sostenía,y basta para darle la razón con mirar los paisajes tan ricos que tienen nuestras pampas,que los horizontes eran bajos,muy bajos.Otro aspecto muy controvertido,era que en algunos dibujos mostraba a los caballos con las cuatro patas en el aire.Fue profundamente criticado por ello.Él sostenía que pintaba lo que veía.Años después,cuando el cine perfeccionó sus técnicas,permitió observar en las imágenes cuadro a cuadro que,efectivamente,hay un momento en el galope del caballo en que sus patas sobrepasan a sus manos,y el animal está totalmente en el aire.Definitivamente,Molina Campos era un agudo observador,y tenía una memoria fotográfica única.Al respecto,cabe mencionar que debido a los ligeros pero agudos detalles de sus obras, estas han sido aceptadas como referente histórico para quienes deben emprendar un caballo,y los jurados de tales disciplinas admiten el uso de tal o cual pilcha cuando quien la utiliza se remite a alguna de sus pinturas.(Fuente: Molina Campos Ediciones).
Fundación Molina Campos:
A fines de la década del 60,don Víctor Manuel Guiñazú -hombre de fortuna y ferviente admirador de la obra de Molina Campos-y Elvira Ponce Aguirre,con la que había contraído nupcias,convocan a amigos y admiradores y conforman el 20 de Enero de 1969 la Fundación Florencio Molina Campos,creada para reunir,preservar y divulgar la obra de quien fuera uno de los más grandes pintores de nuestro país,el único quizás que alcanzó el reconocimiento y la directa identificación con la Argentina a nivel mundial.Entre sus miembros fundadores se contaban personajes ilustres de la época,como su presidente Dr. Enrique Viacava; vicepresidente Coronel Horacio Ballester;secretario Emilio Villalba Welsh;tesorero José Ovidio Mayorga;Vocales titulares: María Elvira Ponce Aguirre de Guiñazú (Elvirita),Florencia Aguirre de Güiraldes, Víctor Manuel Guiñazú,Frank Arnott,Fermín Estrella Gutiérrez.Vocales Suplentes: Marthabell Willson Cook,Elena Zara de Decurguez,Juan Carlos Ocampo y Pedro Sofia.Para ellos un justo agradecimiento.Se sucedieron luego diversas comisiones que contaron en su seno a vecinos ilustres de Moreno y a destacadas figuras del medio artístico,entre los que no podemos dejar de destacar la presencia del conocido galerista Ignacio Gutiérrez Zaldívar que se desempeñó como presidente de la Fundación.
Museo Molina Campos:
Fallecido Víctor Manuel Guiñazú se ve plasmado su anhelo y,a instancias de la fundación,se inaugura el 24 de Noviembre de 1979.
El citado museo,propiedad de la Fundación Florencio Molina Campos,se encuentra en el partido bonaerense de Moreno,a 5 cuadras de la Autopista del Oeste y a 10 de la Estación Moreno del ex F.C. Sarmiento. Está ubicado en Molina Campos 342, +esquina Victorica;cuenta con un edificio principal en el que se exhiben las obras y objetos pertenecientes al artista,la biblioteca,oficinas y demás dependencias, rodeados por un vasto jardín.Su construcción es acorde con el estilo tradicional de algunos cascos de estancias de los campos bonaerenses y de casas quintas de la segunda mitad del siglo pasado.Fue construido específicamente para ser destinado a museo,con el objeto de perpetuar la obra del artista.El proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Enrique S. Escribano y Oscar R. Lucchini,quienes han dado al edificio el carácter de una gran casona,con su mirador,amplias galerías exteriores,un gran salón principal con una balconada interior que duplica la capacidad para exponer cuadros y mostrar los objetos pertenecientes al pintor.La recepción está dada a través de un amplio zaguán que deja ver al fondo el gran salón,la escalinata que conduce a la galería superior y sobre ella una ampliación fotográfica del retrato de Molina Campos pintado por Meyer Arana.En la entrada,a ambos lados del zaguán,se abren dos puertas vidriadas que comunican con salas que sirven de recepción y que tienen en sus fondos grandes paisajes pintados por el artista sobre las puertas de dos placards que estuvieron en su casa de la localidad de La Lucila.En el jardín,se habían plantado: un ombú nacido en lo que fuera la estancia del fundador de Moreno,don Amancio Alcorta,que sirvió de piedra fundamental del museo;un sauce llorón,retoño de otro regalado a Florencio por don Pedro Benegas;jazmines,santa rita y un tala,mandado por el intendente de Gral. Madariaga,Sr. Raúl Ernesto Cabral,obtenido de la estancia San Isidro,fundada por los Campos,en cuyo predio Molina Campos hizo sus primeros trazos y despertó su vocación.Estas especies arbóreas,tanto los ombúes,como los talas y sauces,fueron innumerables veces reproducidos por el pintor en sus célebres cuadros.La obra del museo en sí,como la orientación arquitectónica en cuanto al estilo general,han estado a cargo de su segunda mujer Elvirita,asistida por los señores Juan Carlos Ocampo y José Eduardo Massa.
El Museo Florencio Molina Campos se inauguró oficialmente el 24 de Noviembre de 1979,y fue abierto al público al día siguiente.
Integran el patrimonio del museo tanto obras que habían pertenecido a la familia y que integraban su acerbo hereditario,como otras provenientes de colecciones privadas del país y del extranjero, reuniendo mas de 140 obras que hoy se exhiben en el mismo.Debe mencionarse en un párrafo aparte la extraordinaria colección que donara Larroke Tinker -una vez fallecido,a través de su Fundación- integrada por magníficas obras que este admirador fuera reuniendo en los Estados Unidos.
Los derechos de autor:
Elvira Ponce Aguirre,tras la muerte de Florencio,contrajo nupcias con Víctor Manuel Guiñazú,que falleció años después.Al verse entonces Elvirita sola (ya que no había tenido hijos) cedió todos sus derechos a la Fundación Florencio Molina Campos.En el año 1987 falleció María Hortensia Palacios,ex esposa de Florencio,y se inició su juicio sucesorio,siendo declarada heredera su única hija Hortensia “Pelusa” Molina.Ella,cansada ya de batallar durante años en defensa de los derechos de su padre,transfirió todos sus derechos a su único hijo Gonzalo Gimènez Molina.De tal forma,son titulares exclusivos y excluyentes de los derechos de autor sobre la obra de don Florencio Molina Campos -es decir de todos los derechos de reproducción,edición, publicación,comunicación pública,etc.- el único nieto de Florencio Molina Campos,Gonzalo Gimènez Molina,en forma conjunta con la Fundación Florencio Molina Campos,siendo éstas entonces las únicas personas habilitadas para autorizar y legitimar cualquier utilización de sus obras.
Abre el museo de Molina Campos en su entorno favorito.-San Antonio de Areco: Con un cielo celeste,como lo hubiera pintado Florencio Molina Campos,se inauguró ayer en el corazón de esta ciudad el museo que lleva su nombre y que reúne 65 obras,recuerdos,fotos,libros y cuadros procedentes de la colección Octavio Caraballo (Fundación Las Lilas),impulsor de un proyecto que llena de orgullo a los vecinos de Areco y será,sin duda,un nuevo polo de turismo cultural.Nunca continente y contenido fueron tan afines,porque la obra del mayor difusor universal de las costumbres del campo se nutre de los usos y costumbres de los gauchos bonaerenses,que el artista inmortalizó en la serie de almanaques de Alpargatas,en las primeras décadas del siglo XX.Octavio Caraballo dijo ayer en rueda de prensa que llevaba tiempo imaginando un proyecto para difundir la obra del gran artista del campo en una tierra por la que siente afecto profundo.Compré mi primera obra cuando tenía 15 años,pero el gran salto lo dimos en los años 80,cuando compramos con mi hermana Claudia la colección de almanaques que estaban en manos de Alparagatas,contó.
Caraballo,con más de 170 obras en su poder,es el mayor coleccionista de Molina Campos del mundo,y está dispuesto a que la Fundación Las Lilas sostenga para siempre este museo que reúne las obras y el espíritu del notable artista que trabajó con Walt Disney,viajó por el mundo y murió de un cáncer fulminante a los 65 años.Fue una fiesta recorrer las salas de la vieja casa de la familia Pasaglia, refuncionalizada por Luis Benedit,en compañía de un fino conocedor como es Marcos Bledel,galerista y coleccionista.Arquitecto y pintor,Luis Benedit recordó la categoría de este maestro que en vida quedó,muchas veces,atrapado en el casillero de ilustrador.Fue decisiva la muestra que en 1989 le dedicó el Museo Nacional de Bellas Artes.El público y la crítica advirtieron la magnitud de su talento expresado en un lenguaje singular y genuino,recordó,se podrá disfrutar de un espectáculo imperdible: los cuadros escenificados por Fernando Pugliese y animados por Luis Landriscina,quien cuenta la vida y los amores de don Tiléfero Areco,un gaucho querendón al que Molina Campos supo llevar a miles de hogares argentinos.(Alicia de Arteaga/La Naciòn/16-4-2009).
Florencio Molina Campos en el Partido de Moreno.-
Herencia de Gaucho:
Soplaba el viento de la primavera cuando,en aquel año 1932,Florencio de los Ángeles Molina Campos y su segunda esposa,Elvira Ponce Aguirre descubrían al distrito de Moreno.La pareja atravesó caminos de tierra,cortados por los montes de eucaliptus de la pampa húmeda y llegó hasta la zona conocida como Cascallares,barrio de la localidad de La Reja.Florencio y Elvirita quedaron enamorados de la belleza agreste del lugar.
El Rancho Los Estribos:
Al poco tiempo comenzaron a levantar su rancho,como les gustaba nombrarlo,a orillas del río de la Reconquista. o bautizaron como la marca que utilizaba su familia para identificar al ganado.Hecho de madera,barro y paja,con un mirador vidriado hacia el curso del agua,fue la primera vivienda morenense del artista plástico Florencio Molina Campos en el partido de Moreno.Su atelier y su remanso.
La quinta Los Estribos era un lugar de encuentro,entre tantos visitantes alojó a Walt Disney.En 1940 el artista fue designado miembro de la Comisión de Protección de la Fauna y Flora Aborígenes,por las autoridades distritales.
El solar fue adquirido en el año 2007 por el Municipio de Moreno,para preservarlo como sitio de interés histórico.
La Escuela que Construyò:
Los vecinos de Florencio y Elvirita eran chacareros y tamberos que debían trasladarse varios kilómetros para llevar a sus hijos a la escuela.Esta situación conmovió al matrimonio,que decidió crear un establecimiento educativo en su propiedad.Corría el año 1954.Ayudado por dos albañiles,el propio Molina Campos levantó dos aulas,un corredor cubierto,un patio de recreo y el mástil.Fue el entonces intendente comunal,Dr. Alberto Vera,quien proveyó bancos y escritorios.Los delantales los confeccionó Elvira junto con las madres de las niñas y niños.La empresa Alpargatas,para la cual el pintor realizó los conocidos almanaques con sus obras tradicionalistas sobre el gauchismo,acercó zapatillas.Fueron los Molina Campos quienes comenzaron a dictar clases a sus primeros cuarenta alumnos.Más tarde la provincia de Buenos Aires la oficializó como Escuela Nº 20 y designó a dos maestras.La escuelita-rancho,en medio del campo,ayudó a educar.Hoy en día,en otra ubicación del mismo barrio,lleva el nombre de su fundador en homenaje a su altruismo.
El Museo:
En la calle que lleva su nombre y apellido,casi esquina con la Avenida Victorica,en una zona céntrica del partido de Moreno,fue levantada la segunda casa de los Molina Campos.Luego del fallecimiento del pintor de la pampa,pasó a ser un museo privado,que supo ser centro de exposiciones,muestras y reuniones musicales.Inaugurado el 24 de Noviembre de 1979,a cinco cuadras del Acceso Oeste,es una construcción cuyo proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Enrique Escribano y Oscar Lucchini.Se trata de una gran casona con un mirador,galerías en el exterior,un salón principal con balconada interna, que mantiene el estilo de los cascos de estancias bonaerenses,en el que se pueden observar trabajos y obras que atesora ese Museo y los objetos que utilizó don Florencio,como distintas vitrinas con pipas,boquillas,cigarreras de bolsillo,bombillas,mates,paletas,pinceles,pomos de pinturas.La institución recibe visitas de todo el mundo.Hoy,dos escuelas públicas,una de las calles más transitadas de Moreno distrito y el camino de sirga,a la vera del curso de agua que tanto amó y pintó,rescatan su memoria y llevan su nombre y apellido.
Florencio de los Ángeles Molina Campos nació el 21 de Agosto de 1891 en los Campos del Tuyú,ahora General Madariaga,Provincia de Buenos Aires.
Pintó como pocos los bañados,las chinas,el paisanaje,los palenques,caballos, horizontes bajos,el costumbrismo gauchesco pampeano y los atardeceres sobre el río.Dejó su cuerpo terrenal el 16 de noviembre de 1959,a los 68 años.Fue designado ciudadano ilustre post-mortem,por las autoridades comunales.Sus restos permanecen en el cementerio de Moreno.
Sus obras pasean por todo el Planeta y su espíritu anda surcando su entrañable Cruz del Sur.El Museo Permaneció cerrado por espacio de 11 años y reanudó sus actividades en diciembre de 2009,con un acto simbólico.(Fuente: Alicia Vicchio/El Periòdico de Moreno).
La casa de fotografìa Witcomb y Cia.,se ubicaba en el Local nº 105,de la Rambla Brìstol,teniendo como nùmero de telèfono el 1044.
Witcomb-Difundiendo el Arte Aergentino:
Los inicios de Galerías Witcomb fueron como galería de arte fotográfica.Alejandro S. Witcomb (Londres,1835-Buenos Aires,1905) establece en 1878 su negocio en Florida 364,entre Cuyo y Corrientes, Ciudad de Buenos Aires.La demanda de un espacio destinado a exhibir obras de arte a fines del Siglo XIX,la convirtió en un activo participante como espacio de arte durante gran parte del Siglo XX. Sin lugar a dudas Witcomb está asociada a las más felices manifestaciones de arte argentino,prestando sus salones y su estímulo en partes iguales a artistas consagrados por su fama,como a artistas que se inician en busca de prestigio.Witcomb ocupa un largo capítulo en la historia de la pintura y la escultura de este país.Se considera que en sus salones desde 1897 hasta 1971 se desarrollaron aproximadamente 1900 exposiciones que acompañaron la evolución y el desarrollo del arte argentino.
Primeras exposiciones: Entre los años 1897 y 1913 el español José Artal (1862–1918),se encargó de la organización de exposiciones de “arte moderno” de grandes maestros españoles.Este marchand de gran prestigio entre la alta sociedad porteña implementó novedosas estrategias de mercado para la época. Elaboraba cuidadosos catálogos detallando las piezas que serían exhibidas que llegaban previo a la inauguración a los comunicadores de prensa mas importantes de la época,a los mas importantes coleccionistas y a los prestigiosos intelectuales porteños. Esto provocaba una gran movida cultural,inédita para la época,que iba acompañado por el gran momento económico por el que atravesaba la Argentina.
Expansión de la galería e incorporación de grandes artistas argentinos:
Si bien los primeros años fueron dedicados s exposiciones de arte europeo,en 1902 Martín Malharro,inaugura la temporada con notable éxito.El presidente Julio A. Roca adquiere la obra “La Argentina” y Joaquín V. González aprueba la compra para el Museo Nacional de Bellas Artes de la obra “En plena naturaleza”.En 1908 el Grupo Nexus integrado,entre otros,por artistas de la talla de Ripamonte,Lynch , Collivadino,Rossi,exhiben 99 obras con gran suceso.Fader realizó exposiciones individuales en 1906/07 y 1908,En 1907 la joven artista Lia Gismondi fue la primera mujer en realizar una exposición individual que luego siguieron otras notables artistas como Julia Wernicke,Andrée Moch,la francesa Leonie Matthis.En 1908 Martín Malharro realizó su segunda exposición individual,repitiendo en 1911 y 1913.
Consolidación de la galería y el arte argentino:
En 1911 Antonio Alice contan solo 25 años desarrolla una memorable muestra,luego otra en 1915 y en 1917.En 1913 expone Carlos de la Torre ,continuando en 1915 y en 1917.
En 1914 Witcomb inaugura en el Salón Souza de Rosario (Santa Fe) una sala destinada a exposiciones,aprovechando el buen momento económico que atravesaba la zona.En 1916 inugura una recordada muestra el artista cordobés Walter De Navazio,realizando otra en 1919.
Otros artistas jóvenes de gran prestigio se sumaron a estos años de esplendor del arte argentino.Algunos de ellos son Victoria Aguirre, Francisco Recondo,Ramón Silva,Fray Guillermo Butler,Raúl Mazza, Faustino Brughetti,Eduardo Schiaffino (primer director del Museo Nacional de Bellas Artes),entre otros.En 1918 el joven Benito Quinquela Martin desarrolla con notable éxito de público y prensa su primera presentación individual en la galería.La temática de sus obras sería la misma que lo acompañaría toda su vida,La Boca,la isla Maciel y los trabajadores del puerto.En la nueva sede en Rosario,situada en la calle San Martín 874,realiza importantes muestras de pintura francesa e italiana.En esta sede,en 1921 expone por primera vez Antonio Berni , siendo solo un joven de 16 años.También lo hace en 1922 y 1923.Debido al éxito obtenido,en 1924 expone en la sede de Buenos Aires.
Los años 20 están identificados con memorables muestras.Algunas de ellas son las de Emilio Pettoruti,el uruguayo Pedro Fígari,Alejandro Xul Solar,Cesario Bernaldo de Quirós,Luis Macaya,Jorge Larco,Victor Valdivia,Alberto María Rossi,Luis Tessandori y Rogelio Yrurtia con sus esculturas.Durante los años 30 podemos destacar exposiciones de los notables maestros como Atilio Malinverno,Juan Sol,Tito Gache,el artista polaco Adam Styka,Florencio Molina Campos,Rodolfo Franco,Mario Anganuzzi,Angel della Valle.En 1939 Witcomb se muda a su nueva sede de la calle Florida 760.En la década del 40 recorren la galería importantes artistas como,José Antonio Fernandez Muro,Mario Anganuzzi, Luis Cordiviola,Luis Aquino,Raquel Forner Pettoruti,Victorica y se realizó un homenaje a Julio Romero Torres.
En 1947 Antonio Berni reapareció con una muestra luego de 20 años.
Los años 50 encuentran a la galería en plena actividad y con gran dinámica.Pasan por sus salas artistas ya consolidados y nuevos valores. Podemos destacar en estos años a Raul Soldi,Luis Macaya,Enrique Larrañaga,Marcos Tiglio,Florencio Molina Campos,Santiago Cogorno,Ramón Gómez Cornet,Raul Russo,Carlos Alonso,Leopoldo Presas,Jorge Larco, Antonio Berni,Pedro Fígari,Ginez Parra,Rómulo Macció,Leopoldo Torres Agüero,y el ya consagradísimo Benito Quinquela Martín.En 1953 se realiza una exposición homenaje a Pedro Fígari que tuvo gran suceso de prensa.En la convulsionada década del 60,comienzan a desarrollarse nuevas prácticas artísticas: la nueva figuración,el popel happening, que generan un debate estético: la antinomia entre la figuración y la abstracción.Si bien Witcomb no adhirió plenamente a estas nuevas corrientes,dio lugar a algunas presentaciones de la nueva forma de expresarse.En 1961 presentó,auspiciada por el Museo de Arte Moderno,a Berni en el tema de Juanito Laguna.Los collage de Berni generaron duras críticas de algunos sectores sensibles,pero hubo un público que supo reconocer y valorar este nuevo giro del artista.En estos años se pueden reconocer las exposiciones de Alberto Bruzzone,Benito Quinquela Martin, Ricardo Sanchez,Batlle Planas,homenaje a Emilio Pettoruti,Luis Centurión,Ramón Gomez Cornet,Mario Mollari,Cesario B. de Quiros,Cèsar Bustillo.También tuvieron espacio en esta década,la corriente de artistas como Luis Felipe Noe,Libero Badi,Antonio Seguí,Juan Grela, Lino Palacio,Vito Campanella,Sakai,Clorindo Testa,Uriarte,Aizenberg, Víctor Chab,Ernesto Deira,De la Vega,Polesello,Pucciarelli,Kósice, Macchi y Paparella.Como broche de oro en el año 1968 el festejo de los 100 años de la galería,multiplicó la actividad.La década del 70 encontró a la galería con una economía sólida.En 1970 se realizaron 88 exposiciones (el doble que en 1969).Pero en 1971 se vió obligada a cerrar sus puertas.El aumento desmedido en el alquiler y los seis meses que debió permanecer cerrada debido a las reformas que sufría la calle Florida para convertirla definitivamente en peatonal,teniendo que mantener una estructura de 18 empleados,fueron algunos de los elementos que decretaron su cierre.Entre los grandes artistas que pasaron por la galería en estos años podemos citar a: José Luis Menghi,Raúl Conti, Luis Barragán,Oscar Capristo,Primaldo Mónaco,Ideal Sánchez,Bruno Venier y Mario Vuono.En el año 2010 Jorge Esteban Calvo acompañado por su familia,toma el legado iniciado en 1897 por Alejandro Witcomb, continuando la tarea de difundir orgullosamente el arte argentino.
(Fuente:Galerìas Wicomb/Historia).
Florencio Molina Campos-Pintor Gauchesco:
En el seno de una familia tradicional,Florencio Molina Campos nace en la Capital Federal el 21 de Agosto de 1891.Estudia en los colegios Lasalle,del Salvador y Nacional de Buenos Aires,pero los aprendizajes que marcarán su vida los hará durante sus vacaciones,cuando pasa largas temporadas en la estancia paterna de “Los Angeles” en los pagos del Tuyú (hoy General Madariaga).Allí conoce profundamente a los hombres del campo y se familiariza con los paisajes pampeanos que llevará infinitas veces a sus cuadros.Según su propio testimonio “por el 1900, lluvias torrenciales inundaron los campos.Ese invierno quedamos rodeados por las aguas.Las jornadas interminables nos retenían encerrados.Nuestros padres alternaban sus quehaceres dándonos lecciones preparatorias para nuestro futuro escolar.De nuestras distracciones y el cúmulo de escenas del trabajo diario de los peones,saqué el impulso incipiente que trasladé a nuestros juegos,al imitar su lenguaje,sus ademanes,su indumentaria y la inacabable variación de sus faenas.”El ciclo escolar transcurría en internados en Buenos Aires y las vacaciones en la estancia,donde nos esperaba el ansiado premio de los “petisos”.De tarde en tarde tal vez borroneé algún dibujo y tracé las pretensiones de algún cuento, siempre con cierta inclinación humorística.Los estudios y luego el trabajo no me permitieron avanzar. Tuve que sufrir alguna pena honda,ya hombre,para encontrar en la ejercitación de aquellas intentonas,una especie de refugio espiritual. Corriendo el tiempo,ya fue el afán incansable de todos los días”. Con la muerte de su padre en 1907,Florencio Molina Campos comienza a sentir nostalgias por el mundo perdido y vuelca en cartones las escenas camperas que recordaba vivamente.Algunas desavenencias personales y el fracaso económico que le deparó la actividad agropecuaria lo empujan definitivamente al dibujo.En 1926 efectúa en Palermo la primer exposición de sus trabajos.Cuando el presidente de la Nación Dr. Marcelo T. de Alvear visita la muestra,le ofrece una cátedra de dibujo, y por dieciocho años será profesor del Colegio Nacional “Nicolás Avellaneda”.Entre otras exposiciones,en 1930 se presenta en Montevideo una obra suya en ocasión del centenario uruguayo.Ese mismo año,la “Sociedad Anónima Fábrica Argentina de Alpargatas” le comunica que acepta el precio convenido para la confección de los dibujos del almanaque de la empresa para 1931,lo que suponía la confección de doce originales.El acuerdo continuará hasta 1936 y luego desde 1940 a 1945. A través de estos dibujos,Molina Campos gozó de una curiosa popularidad sin nombre.Estuvo presente en los boliches de campaña,en el puerto,en los barrios,en las fábricas,aunque los que gozaban de sus trabajos no lo conocían.Los memoriosos nos relatan que,en el campo,la llegada del almanaque al boliche era todo un acontecimiento: chicos y grandes observaban cada dibujo detenidamente,lo comentaban,elegían el que más les gustaba,y expresaban en voz alta los relatos que adivinaban en las pinceladas.Es que los célebres “dibujos de Alpargatas” son una mezcla personalísima de pintura ingenua y caricatura,con personajes que irradian una ternura “a la argentina”.En 1934,los esposos Molina Campos visitan Moreno,un lugar que conserva las características de pueblo de campaña a pesar de los escasos kilómetros que lo separan de la Capital. Está rodeado por campos de ganado y lo abraza un río de serenidad pampeana a pesar de la belicosidad de su nombre: Reconquista.Los caminos de tierra se pierden en horizontes cortados por lejanos montes de eucaliptos.Moreno aún es rural y los porteños lo buscan para el descanso y las vacaciones.Molina Campos lo buscará por alguna razón más: esos paisajes poblaron su infancia,y está dispuesto a recuperarlos.En los días que se quedan en carpa en el embalse del viejo molino Cascallares,don Florencio pinta el paisaje que lo rodea.En un encuentro casual,un viejo conocido le ofrece al matrimonio una parcela frente al río con un molino de viento en funcionamiento,y la búsqueda de un rincón propio en la pampa llega a su fin: la compra de la parcela se hace con los ahorros de la pareja,dispuesta a vivir de otra manera. Construyen una cabaña donde Molina Campos instala su estudio,colgando en su entrada los estribos de latón que serán su símbolo y que darán el nombre al rancho: “Los Estribos”.El lugar irá ganando una frondosa arboleda,pacientemente regada a baldes.Allí,el dibujante recibe tiempo después a Walt Disney,quien busca asesoramiento para la producción de un largometraje animado sobre folklore americano.Este autodidacta no puede ser asociado a ninguna corriente artística.Siempre se consideró a sí mismo un “dibujante costumbrista” y nunca se tituló ni artista ni pintor.Tenía admiración por los grandes maestros de la pintura,y se sentía muy lejos de ellos.Florencio Molina Campos murió el 16 de Noviembre de 1959 en Buenos Aires,aunque su espíritu,suponemos, prefiere rondar por Moreno.
Cronológìa:
1891-Nace en Buenos Aires el 21 de Agosto.
1905-Se muda con su familia a Chajarí (Entre Ríos),a la estancia “La Matilde”.
1907-Fallece su padre.Se muda a Buenos Aires junto con su madre Josefina y sus hermanos.
1920-Se casa con María Hortensia Palacios Avellaneda y se dedica a la venta de hacienda.
1921-Nace su hija Hortensia María (“Pelusa”) y se dedica a un obraje del Chaco santiagueño.
1926-Realiza la primera exposición de sus obras en la Sociedad Rural Argentina.
1928-Confecciona las series de “Picapiedras criollos” que publica periódicamente en el diario “La Razón”.
1931-Comienzan a editarse los almanaques de Alpargatas, ilustrados con sus obras.Expone en la Librería de la Ópera de París y en Londres.
1937-Tras obtener una beca de la Comisión Nacional de Cultura,viaja a Estados Unidos.Se casa en segundas nupcias con María Elvira Ponce Aguirre (“Elvirita”).
1938-Realiza una exposición en el English Book Shop de Nueva York.
1939-Expone en la Galería Witcomb de Buenos Aires.
1942-En Estados Unidos asesora a Walt Disney en la producción de películas sobre temáticas campestres argentinas.Ayuda a los personajes de Hollywood en sus desopilantes rutinas rioplatenses en las filmaciones de “Goofy se hace el gaucho”,”El gaucho reidor” y “Saludos amigos”.Además,ilustra una nueva edición del “Fausto” de Estanislao del Campo.
1944-Comienzan a publicarse los calendarios de Minneapolis-Moline, ilustrados con sus obras.
1956-Realiza una nueva exposición en la Galería Witcomb,con escenas de caballos criollos,pulperías y paisanos que quizás sean el testimonio más destacable de su obra.También asiste al Festival de Berlín,donde presenta el cortometraje “Pampa Mansa”,rodado durante su muestra de ese año.
1957-Realiza una muestra en la Galería Sudamericana de Nueva York.
1959-Realiza su última muestra en la Galería Argentina de Buenos Aires y fallece el 16 de Noviembre.
Almanaques de Molina Campos:
En 1931 comenzaron a circular los almanaques de “Alpargatas”.A modo de promoción,la Fábrica Argentina tuvo la idea de encargar a notables artistas populares,como Florencio Molina Campos y Luis J. Medrano,las doce ilustraciones correspondientes a los meses del año.Molina Campos se constituyó así en un auténtico clásico a través de las pinturas de su especialidad más conocida: las escenas del campo argentino,los gauchos,sus tareas -como la doma y la yerra-,sus pasatiempos y sus creaciones.Tanto trascendió su obra que el mismo Walt Disney lo contrató en Estados Unidos para que lo asesorara en el dibujo de vestuarios y contexto gauchesco.Alguien calificó con gran acierto a su obra,divulgada a través de los almanaques (que se convirtieron en objeto de colección),como una verdadera pinacoteca popular.La serie difundida por “Alpargatas” -expuesta en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1989 con un parcial de 176 ilustraciones- fue el almanaque oficial de la textil hasta hasta 1936,continuado más tarde durante los años 1940 a 1945.(Fuente: Tradiciòn Gaucha Argentina)
Mis Felicitaciones al Diario La Capital,por el suplemento de su 109º aniversario,publicado el 25 de Mayo pròximo pasado,en el cual entre otros artìculos,hay una excelente nota sobre Florencio Molina Campos,que abarcan las pàginas nùmeros 24 y 25.
Los Picapiedras criollos de Molina Campos
No sé si muchos son sabeedores que antes de que Hanna y Barbera se hicieran inmensamente famosos (y millonarios)con su archi-mega-conocida serie The Flintstones (Los Picapiedras) hubo un genio, admirado por mí y por el inmenso proletariado argentino por su serie de almanaques para la empresa Alpargatas,que muchos llegarian a denominar la primera pinacoteca popular.
El genio de Don Florencio Molina Campos, que no solo realizó sus magníficos gauchos sino que también hizo esta serie de dibujos de cavernícolas con rústicos artefactos similares a los actuales pero con el ingenio que este criollo le supo impregnar durante fines de la década del 20.
¿Es un antecedente de esa famosa serie de animación?…quizás.
Molina Campos fue conocido en su momento en USA, no solo por un vínculo directo que tuvo con Walt Disney, de hecho trabajó para él durante una temporada confeccionando personajes para su serie de gauchos protagonizado por el ahora Goofy antes Tribilín.
También publicó al igual que hizo acá sus almanaques de personajes rústicos en el país del norte.
Fuente: SOSA,Fernando; 2008; sapienstoonz.
Nota: Siguiendo instrucciones del moderador no publico el enlace al sitio.
Molina Campos:
El 3 de octubre de 1891,el párroco de San Nicolás,Eduardo O’Gorman –hermano de la célebre Camila- bautizó con el nombre de Florencio de los Angeles a quien conocemos como Florencio Molina Campos.Era hijo de Florencio Molina Salas y de Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos.Desde muy chico dibujó paisajes,escenas y personajes camperos que había observado y registrado durante las vacaciones de su infancia, en la estancia paterna “Los Angeles” del Tuyú,Buenos Aires,y más tarde, en “La Matilde” de Chajarí,Entre Ríos,arrendada por la familia.
Después de la muerte de su padre,en 1907,debió trabajar en el correo, en la Sociedad Rural Argentina y en Obras Públicas.Sus intentos de independizarse como comisionista primero,y en un establecimiento de campo en el Chaco después,fracasaron.En 1926,a los treinta y cinco años,a instancias de un amigo,inauguró su primera exposición en el Galpón Central de la Sociedad Rural.El presidente Alvear visitó la muestra y adquirió dos de sus obras.Al año siguiente expuso en la vieja Rambla de Mar del Plata,donde conoció a la que iba a ser su segunda mujer,María Elvira Ponce Aguirre.Desde 1931 hasta 1944 pintó los almanaques para la Fábrica Argentina de Alpargatas que conforman no sólo lo más difundido sino lo más importante de su obra.Admirador de Molina Campos,Walt Disney lo contrató como asesor para varias de sus películas,pero el resultado de esta asociación no satisfizo a nuestro artista,porque veía desvirtuada la imagen del hombre de campo argentino.
Son memorables sus ilustraciones para el Fausto de Estanislao del Campo,editadas por Kraft.En los Estados Unidos,donde residió varios años,se hicieron famosos los almanaques que pintó desde 1944 hasta 1958 para una empresa productora de máquinas agrícolas: la Minneapolis-Moline.Florencio Molina Campos,naciò en Buenos Aires el 21 de Agosto de 1891,y falleciò el 16 de Noviembre de 1959 en su ciudad natal.
(Museo Las Lilas/San Antonio de Areco).
Florencio de los Ángeles Molina Campos nació en Buenos Aires el 21 de Agosto de 1891.Hijo de don Florencio Molina Salas y de doña Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos,miembros de una familia tradicional cuyos orígenes se remontan en el país a la época de la Colonia.Entre sus ilustres y heroicos antecesores se cuentan los generales Luis María,Gaspar y Manuel Campos,entre otros.Florencio Molina Campos,muy distante del ámbito castrense,pasó su vida alternando entre la Ciudad de Buenos Aires y los campos de sus padres en los pagos del Tuyu y General Madariaga,en provincia de Buenos Aires,y Chajarí, provincia de Entre Ríos.El 31 de Julio de 1920 contrajo matrimonio en la Iglesia del Salvador con María Hortensia Palacios Avellaneda,hija de don Rodolfo Palacios y de doña María Avellaneda -integrantes de encumbradas familias tradicionales de nuestro país-,con la que inició su vida matrimonial en un departamento ubicado en la Calle Paraguay 339.
El 11 de Junio de 1921 nació la que sería su única hija,Hortensia,a la que llaman “Pelusa”.Tiempo después el matrimonio se separó de hecho, quedando la tenencia de Pelusa a cargo de su madre María Hortensia. Pelusa,luego de un largo noviazgo,contrajo enlace con don Antonio “Buby” Gimenez,hijo único de una familia castrense tradicional de gloriosos expedicionarios al Desierto.Transcurridos 11 años de matrimonio,nació el que sería también su único hijo,Gonzalo Gimènez Molina.En 1926, Florencio Molina Campos -a instancias de sus amigos y aprovechando que sus antepasados eran socios fundadores y él había sido empleado y en ese entonces ya era socio- presentó su primera exposición en el Galpón de Palermo de la Sociedad Rural Argentina.Su muestra fue visitada por el Presidente de la Nación,Marcelo T. De Alvear,quien se convirtió en ferviente admirador de su obra y lo premió otorgándole una cátedra en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.Durante una exposición que llevó a cabo en Mar del Plata en el año 1927,Florencio conoció a una joven mendocina,María Elvira Ponce Aguirre,a la que no volvió a ver por un largo período.Años después formaron pareja y convivieron hasta la muerte de Florencio en el año 1959.Como en la Argentina no estaba legalizado el divorcio,y por lo tanto no se permitía el casamiento de personas separadas,la pareja contrajo matrimonio sucesivamente en Uruguay en 1932,Estados Unidos en 1937 y, finalmente,por civil en Buenos Aires el 9 de Marzo de 1956,favorecidos por la Ley Perón.En 1931 el pintor realizó su primer viaje a Europa y expuso en París.Más adelante viajaría infinidad de veces,invitado por diferentes gobiernos como representante cultural argentino.Fue profesor de las nuevas generaciones,tanto en el Colegio Nacional Nicolás Avellaneda como en Bellas Artes.En esa época inició el contrato para ilustrar los almanaques de la firma Alpargatas,que se editaron desde el año 1931 a 1936,1940 a 1945,1961 y 1962.Constituyeron,quizá,su obra más difundida,y sobre ellos dijo Ruy de Solana: “los almanaques constituían un sinónimo elemental de lo barato y despreciable.Pero desde que este artista empezó a difundir sus trabajos por ese medio humilde y anual, los almanaques se convirtieron en la pinacoteca de los pobres”.A partir de 1942,Molina Campos estrechó su relación con Walt Disney y fue contratado para asesorar al equipo de dibujantes para tres películas que los Estudios Disney estaban por realizar,ambientadas en la Argentina y basadas en obras del artista argentino y en los paisajes que habían visto en sus viajes a nuestro país.Molina Campos había sido convocado cuando ya estaba bastante avanzada la primera de las tres películas que planeaban realizar.El pintor argentino no compartía las extravagancias que el estudio cinematográfico quería hacer protagonizar a los paisanos y,tras varios intentos fallidos por lograr una representación más fiel del gaucho argentino,renunció.Ya sin Molina Campos,Disney decidió convertir las tres películas en una sola,que se conoció como “Saludos,amigos”.Como muda huella de su paso por los estudios de la Disney,quedaron las fotografías que se exhiben en el Museo Florencio Molina Campos entre las que aparecen Walt y sus dibujantes en el rancho Los Estribos,en un viaje relámpago que hicieron a la Argentina exclusivamente para contratarlo.En 1944,el pintor formalizó un contrato que se extendería por 10 años en forma consecutiva con la firma norteamericana Mineapolis-Moline,para la que ilustró entre 1944 y 1958 una serie de almanaques similares a los de Alpargatas,pero que incluyeron-por sugerencia suya-maquinaria agrícola de esa empresa.Además efectuaron afiches,estampillas y naipes y se reprodujeron los cuadros en diarios y revistas.En 1951,editaron también 12 laminas de los originales de ese año.El 16 de Noviembre de 1959, superado por una enfermedad terminal luego de una infructuosa operación,Florencio Molina Campos murió en Buenos Aires.Sus restos permanecieron en la bóveda familiar de la Recoleta hasta que,en la década del 70,fueron trasladados a instancias de Elvirita al Cementerio de Moreno,en donde permanecen.Fue la imagen de Florencio la del típico argentino,simpático,entrador,audaz,excelente bailarín,con un envidiable carisma del que se valía para amenizar las reuniones a las que concurría.Poseía un fuerte carácter,que rasaba en ocasiones el mal humor.Era amante de la música clásica,que escuchaba durante las noches mientras pintaba.No tuvo una visión comercial de lo que hacía.Pintaba porque le gustaba pintar.Cuando por la guerra no entraba al país papel canson que utilizaba,pintó sobre cajas de ravioles,cuyo material reunía buenas cualidades como soporte de su arte.Jamás proyectó su obra a futuro.Vendía sus pinturas,sí,pero a precios sumamente módicos para la época,que sólo le permitieron vivir decorosamente.Pintó infinidad de cuadros,probando con diversas técnicas.Estos al igual que otros detalles de la vida de Molina Campos,surgen de la cuidada,respetuosa y estudiada biografía escrita por el Profesor Juan Carlos Ocampo,editada originalmente en 1980 y recientemente actualizada y reeditada,ante el reiterado pedido de admiradores tanto de la Argentina como del extranjero.(Alberto Carbone/Compilador/Revista ArteArgentino/nº 3).
Molina Campos:
El 3 de Octubre de 1891,el párroco de San Nicolás,Eduardo O’Gorman -hermano de la célebre Camila- bautizó con el nombre de Florencio de los Angeles a quien conocemos como Florencio Molina Campos.Era hijo de Florencio Molina Salas y de Josefina del Corazón de Jesús Campos y Campos.Eran diez hermanos -tres varones y siete mujeres- y todos tenían como segundo nombre “De los Ángeles”,que era también el nombre de la estancia de la familia de su madre en el Tuyú (General Madariaga,provincia de Buenos Aires).Allí pasaba los veranos y a los 6 años ya mostraba su inclinación por el dibujo.Durante su época de estudiante (en los Colegios La Salle,El Salvador y el Nacional Buenos Aires) pasaba sus vacaciones en la estancia paterna Los Angeles del Tuyú y más tarde,en La Matilde,de Chajarí,Entre Ríos,arrendada por la familia.Después de la muerte de su padre,en 1907,debió trabajar en el Correo,en la Sociedad Rural Argentina,en Obras Públicas.Sus intentos de independizarse como comisionista primero y en un establecimiento de campo en el Chaco después,fracasaron.A los 28 años se casó con María Hortensia y a los diez meses nació su única hija,Hortensia María. Después,fue con su hermano Carmelo a trabajar en un obraje en Santiago del Estero,donde pasó años muy duros.Se separó de su mujer luego de tan solo 4 años de matrimonio y se empleó como administrativo en la Sociedad Rural Argentina,en Buenos Aires.Sus compañeros de trabajo lo instaron a presentar los dibujos y pinturas que él realizaba y que llamaba,con modestia,caricaturas.Fue así como en Agosto de 1926 realizó su primera exposición.En 1926 a los treinta y cinco años,a instancias de un amigo,inauguró su primera exposición en el Galpón Central de la Rural.El presidente Alvear visitó la muestra y adquirió dos de sus obras.Al año siguiente expuso en la vieja Rambla de Mar del Plata, donde conoció a la que iba a ser su segunda mujer María Elvira Ponce Aguirre.Desde 1931 hasta 1940 pintó los almanaques para la firma Alpargatas que,signó lo más importante de su obra.Las láminas -que se vendían en 70 pesos- fueron entonces reconocidas por esta empresa que le pagó 500 pesos por cada una.Desde 1931 hasta 1936 se presentaron los almanaques y volvió a realizarlos entre 1940 y 1945.En estos 12 años, cerca de 18 millones de láminas litográficas con sus obras se distribuyeron por la Argentina y países vecinos,y se convirtió en la primera pinacoteca popular del arte argentino.Admirador de Molina Campos,Walt Disney lo contrató como asesor para varias de sus películas,pero el resultado de esta asociación no satisfizo a nuestro artista porque veía desvirtuada la imagen del hombre de campo argentino.
Los almanaques comenzaron a incluir textos,en los cuales Florencio respetaba la forma en que hablaban sus queridos paisanos.Por ejemplo, decía su personaje Tileforo Areco-: “Cansao de andar vagando y de agregao en una estancia o pialando… Me dentró una comezón por saber como estaría lo que dejé cuasi de creatura…” Sus textos causaron un suceso tal,que también fue contratado para contar las historias en la radio.Continuamente viajaba por el interior visitando estancias y amigos,pero buscaba afanosamente “su lugar” para instalarse fuera de la ciudad.Y lo encontró en Moreno,a orillas del río Reconquista,Allí, construyó su rancho al cual puso de nombre Los Estribos,en honor a la marca que utilizaba la familia Molina Campos para el ganado, característica en todas las obras de Florencio y que son dos estribos cruzados.Realizó ilustraciones para libros,como el Fausto,de Estanislao del Campo y La cierra purpúrea,de Enrique Hudson y actuó en el cortometraje Pampa mansa,que fue presentado en el Festival de Berlín donde estuvo presente el pintor.De regreso al país,hizo una muestra en la galería Argentina,la que sería su última exposición.Estuvo integrada por 80 obras,el éxito fue total: se vendieron 70 cuadros.Tras el evento,se internó para hacerse una pequeña operación y el 16 de Noviembre de 1959 falleció por una complicación cardiaca.Representó a los paisanos como él los veía.Pero nunca utilizó modelos ni preparó la escena de sus cuadros.Pintaba de noche o a última hora de la tarde, sobre un tablero de arquitecto,inventando sus personajes y recreando las imágenes que estaban en sus retinas.Esto resulta sorprendente cuando se observa el detalle preciosista de sus obras.La témpera era la técnica que le resultaba más cómoda.Lo último que acostumbraba a dibujar era la cara de sus personajes. Llegó a dominar el óleo con maestría,pero sólo realizó menos de 200 obras con con ese método.(Fuente: Folklore Tradiciones/Folklore del Norte).
FLORENCIO MOLINA CAMPOS Y SU OBRA.
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Difícil agregar algo mas a ésta imagen tras las magníficas intervenciones del Lic. Somma y el Sr. Ramonet , a quienes considero , entre otros tantos foristas de invalorable cuantía , dos auténticos referentes de este querido espacio ; y a quienes , dicho sea de paso , transmito una vez mas todo mi agradecimiento por su enorme generosidad diaria al compartir sus recuerdos y conocimientos.
No obstante ello y con su permiso , deseo compartir a continuación tres interesantes enlaces , que nos conducen , el primero , al catálogo de la obra completa de este ya legendario artísta “tan nuestro” , ordenado de manera alfabética y que incluye una galería de “curiosidades varias” y otra llamada “serie picapiedras” .
http://www.molinacampos.net/catalogo_oficial/galeria_esp.php
Tras éste , transcribo otros dos enlaces que nos redireccionarán a sendos cortos publicados en You Tube , de gran interés también y muy buena realización por parte de “Canal Encuentro”.
http://www.youtube.com/watch_popup?v=FTB5Bg3bN54
http://www.youtube.com/watch_popup?v=zxfibRoAnnA
Prof. Julián Mendozzi.
Florencio Molina Campos:
En 1969 se constituye la Fundación Molina Campos y en 1979 Sra.María Elvira Aguirre de Molina Campos inaugura,en la ciudad de Moreno,un museo dedicado a su memoria.
Su obra: Molina Campos trabajaba preferentemente de noche y pintaba varias obras al mismo tiempo casi siempre en papel Canson Mongolfier de color,cuando no empleaba,para trabajos menores,cartón de cajas de ravioles.Los almanaques fueron pintados al agua-gouaches,acuarelas o témperas–con alguna intervención de tintas y lápices.Sus intentos con óleo no fueron los más logrados.Solía calcar algunas figuras que luego tomaba,invertidas,como base para otros personajes.Luego de trazar la línea del horizonte preparaba los cielos aunque no pocas veces ha dejado simplemente el color del papel sin agregado de nubes.Sólo después incluía los personajes,plantas y animales.La calidad de terminación demuestra una atención muy esmerada en algunas obras;hay láminas decididamente impecables,sumamente elaboradas,en tanto que en otras se advierte un acabado más rápido,menos trabajadas pictóricamente.En algunas pinturas hay grupos numerosos de paisanos de pie,de frente,como si estuvieran posando para una fotografía.Resultan así figuras algo congeladas,en un quietismo artificial.Por una natural y siempre confirmada sensibilidad compositiva,sus figuras,árboles, animales y construcciones ordenan impecables compensaciones de volúmenes que dan a sus trabajos una gran solidez estructural.En todos lo casos,fondo y figura–permanente sintaxis de su obra–juegan un contrapunto que exaltan el dibujo y el color con un acierto de innegable maestría. Con escasos recursos técnicos pero dominados acabadamente gracias a su tenacidad, Molina Campos alcanzó una capacidad expresiva que sólo un legítimo artista puede convertir en medios eficaces para configurar una gramática tan perfecta.Autodidacta,sin una estrecha sino casual relación con los maestros de la época,con una postura tal vez excesivamente reverencial hacia la pintura, pudo armar, sin embargo,una originalísima forma de dicción apoyada en una excepcional capacidad comunicativa.Esas extraordinarias pinturas que,tocadas por la magia de la gracia,enunciaban sin declamaciones la sobriedad y el esfuerzo,la rectitud y la alegría,acompañaron día a día,a lo largo de muchos años,la vida de millones de argentinos.Hoy forman parte del patrimonio artístico de la república.
Los paisanos: Florencio Molina Campos se nos presenta como alguien indemne al olvido.Ya hombre maduro,lejos en el tiempo de los campos donde transcurrió su infancia,las visiones de entonces renancieron en su pintura,nítidas,sorprendentemente vivas: los rasgos de los paisanos que vio,su apostura y sus gestos,la vestimenta,la humilde intimidad de los ranchos,el aire al mismo tiempo inocente y medio bárbaro,ingenuo y socarrón de esos peones,puesteros,domadores,reseros,jugadores de truco y comedores de asado,en medio de sus rudas tareas en la silenciosa llanura, apenas interrumpida por algún monte de talas o eucaliptus empequeñecidos por la lejanía.También la absoluta presencia del cielo y la desmesura de tales campos sin agricultura que hace concentrarse al hombre en sí mismo e intensifica la presencia de las cosas,la silueta de un pájaro,un perro lejano o un cardo.Cualquier cosa viva para compartir la soledad.Cuando los pintó,esos seres y esas cosas ya se habían transformado o desaparecido con las mudanzas del progreso.Gracias a su poder evocador llegaron a nosotros aquellas gentes del sur.Se apoyan en la puerta de un boliche de campaña, los pies chuecos y una boina o un sombrerito sobre los ojos,pialan un potro en un corral,pasan-llegados no se sabe de donde–con sus caballos y sus carros,reaparecen con sus grandes dentaduras,hambrientas o risueñas,y sus sacos que les quedan chicos,sus oscuras mujeres de torta frita y mate, suficientes cuando calzan zapatos,doñas de respeto,gordas y perezosas de lavar ropa o sentadas delante de un horno.Con humildad y devoción,casi con inocencia,Molina Campos dejó un testimonio de ese pasado con una gracia y una frescura que no pierde uno solo de sus brillos con el paso del tiempo.Pero entre la realidad vivida y el recuerdo la distancia interpuso un extraño elemento: el humor.Todo está visto a través de un lente que acentúa y exagera los rasgos y las expresiones.Más allá del realismo de un rostro,percibe lo que en él es peculiar y lo destaca,lo que primero salta a la atención en el conjunto de sus rasgos.Molina Campos capta al vuelo ciertas fisonomías,que en la vida pasan confundidas con el ambiente,y de ellas hace nacer lo cómico.Esas dentaduras adquieren una presencia rotunda,esas mejillas brillan como cobre a la intemperie.En los ojos chispea la ironía,el regocijo,la chanza,nunca la tristeza o la resignación,salvo en algunos gauchos viejos de antiguas barbas,que llegan muy lentos a caballo o están presentes casi sin estar,en alguna fiesta. Viejos bardos de chiripá, densos y solemnes, a menudo empuñan guitarras que sonaron bajo ombúes o carretas,guitarras que saben historias del fondo de la pampa,encarnaciones del recuerdo y el olvido,depositarios de una remota sabiduría.A ellos los han sucedidos esos otros personajes rubicundos calzados con alpargatas,todavía ávidos de vivir.¿Qué es lo que ocurrió? Ahora todo está en movimiento.Los hombres y las mujeres que el niño vio no son maniquíes de museo.En la estancia pasaron sus vidas oscuras sus rudas tareas como una fatalidad o un rito,un destino asumido sin contradicción.Ahora,algo en esos personajes ha variado,algo que entonces estaba oscuro en ellos ha salido a la luz para situarlos en un espacio particularmente risueño,en el cual la añoranza que los invoca deja de ser elegíaca o melancólica.Se convierte en una vitalidad desbordante, en la alegre afirmación de una presencia de tono burlesco,que contrasta con el paisaje de la llanura hecho de soledad y silencio.Lo cómico,que ahora aparece,es un elemento inesperado: transforma el testimonio y le da a tales escenas un matiz inédito,único.Su inextricable naturaleza siempre ha suscitado inquietud como un enigma sin respuesta.Un paisano domando no puede causar risa,un potro estaqueado,que tironea rompiéndose la boca en el esfuerzo de liberarse,tampoco.Una paisana que sorbe un mate,el gaucho que la mira con cariño un poco más lejos,y la otra mujer de larga trenza que saca algo del horno de barro ante el cielo impasible de la pampa,¿por qué harían reír a nadie? Son gestos humanos consagrados por el paso de los días y no de bromas de circo.Instantes de unas vidas a las que sólo algún perro o unas gallinas,aparte del caballo atado a un poste, hacen compañía en medio de un campo vacío.¿O es que todos los gestos humanos y cualquier sentimiento pueden ser motivo de risa? Artistas y escritores,desde los tiempos más remotos,han tenido al intuición y la voluntad de señalarlo. Así han surgido estos géneros paralelos: la sátira y la caricatura.El hombre se burla de sí mismo y entre nosotros Molina Campos es el único representante,de inspiración popular y ligado a la tradición nativa.
En el fondo de la conciencia cultural del país está viva una imagen arquetípica del gaucho,que tantos pintores han forjado desde el principio de la nacionalidad.Lo hayan visto o no,todos lo han visto.Pero de pronto, con Molina Campos esa imagen adquiere una originalidad exclusiva.Lo que sorprende y atrae a la vez es que el gaucho resulte hilarante,que sus actitudes y su ambiente provoquen risa.Además,curiosamente,lo cómico de sus paisanos y caballos establece con ellos una comunicación más honda y más fraternal.Una especie de solidaridad que no nos provocaban otras representaciones.La esencia de la risa–se ha dicho-consistiría en un inconsciente sentimiento de superioridad de quien se ríe con relación a las personas que la provocan.El que motiva la risa ajena ignora que puede ser grotesco o ridículo.La inocencia,la ingenuidad de ciertos seres sólo pueden parecer jocosas a quienes los consideran desde el punto de vista de su orgullo o suficiencia.Ahora bien,el sentido del humor con que Molina Campos nos presenta a sus personajes está lejos de la soberbia.Es la suya una visión muy particular.Nada hay en ella que los rebaje o los tome como motivo de encarnio.Los paisanos de Molina Campos son asumidos con profunda simpatía y de algún modo los idealiza.Así rescata una manera de vivir, conserva una tradición y un folklore que perduran en el espíritu de la gente de esta tierra.Más aún: el artista se identifica con ellos,es todos ellos,una personalidad múltiple y unitaria.Ambos se intercambian y se reflejan.Tal actitud crea un clima particular,único en la iconografía de lo gauchesco.Sus imágenes establecen un lazo inmediato con el espectador. Poseen un poder expresivo que llega desde el fondo de una imaginería criolla ancestral. Y lo singular de esta visión es que realmente reconocemos en ellas el mundo del gaucho,aunque ya no es el gaucho legendario de Hernández sino la vida cotidiana de unos paisanos en un tiempo que también pasó.Gestos y expresiones tal como se las ha imaginado a través de la literatura y el arte.Realismo y observación en un clima de cordialidad risueña,que causa gracia y provoca una hilaridad afectuosa. Nada llega aquí a lo bufonesco.Sólo cierta ironía para mirar las cosas y que no deshumaniza a esos personajes.No son comparsas de teatro,tienen la misma autenticidad del paisaje que los rodea.Si la visión del artista,a través de una óptica personalísima les da un aire festivo,tal circunstancia los acerca más a nosotros.Es una risa saludable,como si entre ellos y el pintor se cambiaran chanzas mutuamente,como suelen hacerlo los hombres de campo,con la malicia socarrona que les es tan propia. El humor que los anima parece llegar de lo más hondo, emana de ellos como una especie de euforia, de contenida energía que se traduce en risa.
El paisaje: La obra de Molina Campos nace de una vivencia infantil.En el mágico círculo de su niñez vio semejantes gauchos,caballos que reían a carcajadas o cantaban en la noche,hombres adornados con estrellas de hierro en los talones y las piernas envueltas en rudos pañales,reuniones alrededor del fuego de unas gentes salidas del horizonte,sorbiendo un extraño brebaje,el mate,en un extraño recipiente con un tubo metálico.No olvidó nunca el íntimo olor de un rancho con una litografía de Cristo y un espejito con marco de lata colgado en la pared,junto a una cola de caballo que sostenía un peine.Había también una cama de fierro con un poncho y un paquete de velas sobre un banco.En medio del campo vio casa con un alero y frente a ellas un palenque con caballos: pulperías.Adentro todo esa sorprendente,un hombre enjaulado vociferaba detrás de unas rejas mientras llenaba vasos de aguardiente que repartía a quienes se le acercaban.A su espalda unos estantes medio vacíos contenían latas de yerba, botellas y unas piezas de género o algo así.La concurrencia era un paisanaje de fiesta, entre las risotadas y las chanzas y el humo de los cigarros.Vio potros furiosos,celebraciones en pueblos incipientes,mujeres de larga trenza en las cocinas o lavando ropa al borde de un arroyo con gestos rituales,peones ensillando o pialando,perros flacos,lechuzones y horneros. Visiones indelebles,más intensas porque se proyectaban en una llanura inmensa que acababa en el fin del mundo.El artista quedó fijado a ese paraíso de la infancia. Muchos años después, sometido al horario de un mísero empleo en la ciudad,fiel a un dictado interior,comenzó a dibujar como obedeciendo al invencible deseo de revivir aquellas cosas.Como en sueños.Podemos conjeturar que el arte de Molina Campos es la nostalgia de un hombre fijado a su infancia.Pinta recuerdos.El tiempo de sus gauchos no tiene una cronología precisa como suele ocurrir con los sucesos de la memoria.Hay gauchos de chiripá y bota de potro junto a gauchos de bombachas y alpargatas.Los une el mimo cielo y la misma soledad de los lugares en que vivieron.Son descendientes,sin duda,de los que poblaron el Martín Fierro y el Facundo.Hablan de Santos Vega y de Juan Cuello.Ya están en otro siglo,lejos de los malones o la indiada,aunque algunas veces también Molina Campos nos da alguna escena de tales episodios.Pero son notas esporádicas,diría literarias en relación con la verdad de lo cotidiano de la mayoría de sus cuadros,en una pampa de alambrados y tranqueras.Sus dichas son todavía sencillas,elementales,un ranchito en un puesto de estancia,una china y un caballo,unas partidas de brochas o truco y eso sí,la fiesta del Veinticinco.A pesar de la guitarra,el ladrido de los perros y el gallo,pertenecen al silencio.Todavía no hay antenas en sus ranchos,llegan al trotecito o pegan el grito a los caballos de unos carromatos enormes donde se trasladaba la cosecha,juntan un rodeo o cargan bolsas en un galpón junto a la vía.Muy pocos vecinos y gestos,sus maneras de ser,ocupaciones de una modalidad ancestral.Pero el cabo del cuchillo no deja de rascarle la espalda.Otros pintores llegaron antes,iniciaron la historia de nuestra plástica.Algunos eran extranjeros,llegaban de paso y pintaban tipos y costumbre de la colonia como exponentes de algo exótico. Sus personajes están vistos desde afuera.Conservan una frialdad y cierto aspecto puramente etnográfico. Son exponentes de costumbres exóticas: curiosidades.Los de Molina Campos están vistos por alguien que se identifica con ellos, los quiere, los invita a reír juntos. En la actualidad,ya de alguna manera cambiaron.Los de ahora están entre máquinas y tractores y la televisión los acompaña,pero el espíritu es el mismo.En la década del 30 el país fue invadido por esos paisanos de Molina Campos. Eran obicuos,múltiples,y penetran igual a una lujosa mansión como al último rancho,embajadores de un país criollo,ya un poco fantasmal,hecho de refranes,de leyendas,toda una literatura y una vasta iconografía.También entran y salen del olvido,más siempre presentes en las vivencias populares.Su escenario es una pampa desmesurada hasta el horizonte.Están a gusto en ese paisaje que no existe.Sus figuras se destacan contra un cielo descomunal.Se proyectan contra el cielo.Así los habrá visto el niño,con admiración,orgullo de vivir en su vecindad,también él ubicado en medio de la llanura.Gente muy especial.Los vigoriza el solitario espacio en que se mueven,hasta parece regocijarlos.Siempre ríen como si acabaran de salvarse de que el cielo se les caiga encima.Pertenecen a un campo para vacas y caballos donde es raro ver cereales.Molina Campos ha creado la imagen inversa del gaucho de las montoneras y los fortines: los de él parecen siempre de fiesta.No se sabe bien que festejan,que les ocurre para estar tan contentos,con unos caballos tan flacos que se les cuentan las costillas.El de ellos es un tiempo autónomo,que corre a la par del nuestro como un río y no se desvanece.Justamente están en un almanaque donde los años y los meses cumplen un eterno retorno.Además,casi nunca se ve ante ellos al patrón.Su mundo es cerrado,exclusivo.
El caballo: Ellos y sus caballos mirones que tanto gustan hablar.
Siempre pintó casi todos los pelajes y preponderantemente cantidad de overos y tobianos.Siempre el caballo criollo,a veces mejor nutrido,otras esquelético y voluntarioso,con ojos saltones y una tensión que siempre acompañaba a la intención del jinete.En efecto,acostumbran a hablar con sus caballos,que ha aprendido el idioma del paisaje.Estos caballos están inmersos un poco en la fábula.Saben historias muy viejas,hablan de rastrilladas y arreos de miles de vacas robadas cuando servían en la frontera y no alcanzaban nunca a los malones.Aunque humillados mantienen su orgullo,establecen una extraña complicidad con sus dueños.En los recados con que los ensillan hay todo un equipo para largas expediciones, sirven de cama y abrigo.Sus piezas,bastos,mandiles,cojinillos,se van disponiendo ceremoniosamente sobre el lomo,despacio,con profunda concentración al colocar cada parte,hasta el final de la cincha.En todo Molina Campos lo visual es prioritario,el sentido más desarrollado.La infancia mira con avidez hasta el asombro y la sorpresa.El pintor conserva esa actitud y la traslada al paisanaje de sus cuadros.Y también a sus caballos.Ninguno quiere perder una brizna,un detalle.Están atentos a todo, al humor de sus dueños y a lo que los rodea.Y todo lo comparten entre ambos.Aunque a veces algún bagual se “viene como refucilo”.La furia lo transforma: ahora es un dragón que echa fuego por los ollares y se precipita sobre el espectador a la orilla de una alambrado,su cabeza se ha hecho enorme,la mirada medusante.Ha salido como una tromba desde el horizonte para echarse encima de quien pretenda pararlo.Y sin embargo,por la indefinible magia de Molina Campos,esa visión aterradora causa risa. Hay tan poca sociedad en esos descampados que los caballos son como de la familia.Es una fraternidad alternativa,sellada primero a talerazos brutos, o atado a una estaca,bufando sin remedio hasta que al fin las cosas cambian.En la vasta obra de Molina Campos los protagonistas son el paisano, el caballo y la llanura vacíaUnos caballos parlantes que se ríen a lo bárbaro,los enormes ojos saltones por los que pasa la ironía,el gozo, la ira,la astucia.Algunos se han hecho un nudo en la cola para llevar en ancas a una china vestida de rojo.Otros,fieles compañeros de viaje, cambian noticias sobre el tiempo con sus dueños,sus enormes dentaduras de caballo a la vista,esa parte del esqueleto que tentó en el hombre como en el animal es lo único que está visible.Para Molina Campos ese detalle es singular,un tema de su predilección,evoca al mismo tiempo el hambre,la risa y es un instrumento para la voracidad.Sin duda es reconfortante andar en tales caballos que tanto saben de la vida.Por otra parte el artista, como profundo conocedor del ambiente, no omite ningún detalle del apero, las riendas,el freno,los estribos.A tales animales casi nunca se los ve en una calle.A veces reposan en el palenque de una pulpería o bajo una enramada,pero siempre en medio de la llanura.Observemos de paso otra característica que caballo y jinete comparten: los primeros tienen cascos enormes,los pies de los hombres son también de grandes dimensiones.Tantos los cascos como las extremidades enfundadas en botas de potro o alpargatas constituyen una base sólida,afirman la pertenencia a la tierra.No son seres aéreos que se lleva el viento.Están pegados al suelo,allí se afirman como un árbol en sus raíces.Y digamos por último que en el mundo de Molina Campos todos miran con una especie de felicidad a sus semejantes y a las cosas de la tierra, con una inconsciente alegría de vivir.El aire que respiran esos personajes les ensancha el pecho,les comunica la energía de la tierra.Es muy bueno estar vivos,volcados en el mostrador de un boliche a tomar una copa o haciendo sonar una baraja sobre la mesa de truco,los reyes y las sotas saltan delante de ellos,el as de espadas silba en el aire,se oye retumbar el garrotazo del as de bastos,ojos enormes inflados por la vehemencia del juego.Los espectadores festejan cada tanto de flor, el estentóreo canto de la vitoria,mientras de nuevo el mazo da otra vuelta y otra vuelta de ginebra acompaña a los porotos que marcan los puntos.También los caballos allá fuera comentan la partida,a la espera de que salgan sus dueños y los monten,una caricia al caliente recado,la mano resbala sobre el cojinillo y toma las riendas y de nuevo hacia el íntimo nido de un rancho,hasta el próximo amanecer con un mate y la mujer medio despeinada,los dedos curtidos de ordeñar,en que galpón,en que corral de esos miles de hectáreas vacías alrededor.Están también las celebraciones. Unos festejos exteriormente tan humildes a los que se vive como momentos excepcionales.Bailan bajo una enramada que fue la playa de esquila,las parejas hamacándose en una polca,sin apretarse,se miran,eso sí,como deslumbrados,risueños,las chinas con zapatos que se les tuercen,los guitarreros siguen y siguen junto a un perro indiferente y el cielo, inmenso,con su espacio sin fondo para esa gente.Modestos regocijos a los que justamente el cielo desnudo y el campo solitario les dan una dimensión especial.Pero el horizonte es de ellos.En esos cuadros todo sucede como en sueños,en un espacio intermedio entre la realidad y lo imaginario.
Sus personajes ya no pueden dejar de estar presentes en ninguna referencia plástica evocadora de nuestro campo en un pasado no muy lejano.En ninguna evocación de lo que fue y es el gaucho y la pampa,pese a todas las modificaciones del tiempo.Donde el humor interviene,sea en un texto o una imagen,distorsiona siempre el sentido,le hace perder su unidad,produce una especie de refracción que lo desplaza en muchas direcciones.Con respecto a la pintura popular de Molina Campos la caricatura también mantiene una relación dual de su contenido,una mezcla de distancia y aceptación,de afectuosidad burlona y profunda identificación con ese medio y esos seres, que expresan un mundo personal,realizado con una entrañable virtud evocadora.Intuimos que carácter tan especial de esa obra la torna única, cerrada,y le ha de conferir un valor permanente en su género dentro de todo el panorama de la plástica argentina.Lo cierto es que Molina Campos se consideraba gaucho a sí mismo,igual que a sus personajes,con un sentido muy distinto del que se tenía en el siglo pasado.Puede tenerse la certeza de que para él ser gaucho representaba un compromiso con la honradez,la lealtad,la valentía y hasta con cierto grado de pureza viril.De ahí que su picaresca sea siempre lúdica pero finísima.De ahí que se dé por descontado que para un gaucho la vida es fundamentalmente trabajo,un trabajo casi siempre asomado al peligro,pero sin necesidad de ser dramatizado ni con el miedo ni señalando el riesgo de muerte.Molina Campos registró gráficamente y con una precisión admirable el mundo,las tareas,las circunstancias,las intimidades de los hombres de campo argentinos de una época (en especial de los paisanos del sur,con alguna frecuencia de los del litoral,y alguna vez de los del norte),sin adjudicarles grandes heroísmos ni formidables virtudes patrióticas y sin asignarles la frialdad del matrero.Sus personajes son los modestos hombres de campo en sus tareas más cotidianas y reiteradas.El dolor está omitido en su obra de un modo tal vez interesadamente beatífico.Casi sólo importa lo risueño,y es probable que la visión general tenga cercenado el aspecto dramático propio de toda realidad.Cualquier forma de penuria ha sido puesta en un cono de sombra definitivamente silenciado.Pero en Molina Campos se trata de una postura espiritual no desestimable por aquel precepto de que la alegría es obligatoria y que lo demás se da por añadidura.Bolear o enlazar,pialar o domar,vistear o jugar,cultivar la amistad,casarse,tener hijos son su manera de contar la realidad de un sector del país en un determinado momento.El cuchillo con cabo de madera y remaches de bronce podría ser el símbolo de la modestia del protagonista de ese mundo que pintó nuestro artista.El hombre de campo,de trabajo,con su herramienta también modesta sujeta a la cintura,atrás,pero a al vista,para facilitar su uso y señalar su carácter más de utensilio que de arma.
Paisajes: Pintó los variadísimos paisajes que propone la aparente uniformidad de la llanura.Bañados y cañadones,lagunas,noches terminantes, deslumbrantes mediodías,campos metafísicamente silenciosos, tardecitas,lluvias,con esa delicada sensibilidad capaz de detectar la luz tan única y tan diversa del campo argentino.Pintó una vegetación si no variada, detallada y magistralmente observada. Desde los cavernosos ombúes hasta los sutiles juncos,los ñandubais, las espadañas, cardales y cortaderas.
Arquitectura: Pintó también lo que podría llamarse una antología de la arquitectura rural.Desde la tapera vencida por el abandono hasta los dignos ranchos de adobe,con techo también de barro o de paja,o los litoraleños,o los cordobeses con abertura central techada.Con maestría propia de gran miniaturista pintó desorbitados loros,mezclados con alucinadas aves de corral,cuya presencia Rosas despreciaba en lo que fuera una estancia criolla.Pintó jagüeles y galpones,mangas,corrales de palo a pique, pozos de cincha y los elementales palenques,con lo que gracias a su obra ha quedado fijada y difundida una poco menos que desaparecida artesanía.
Vestimenta: En materia de vestimenta pintó desde la modestísima combinación de boina,camiseta y bombacha con las consabidas alpargatas, hasta el chiripá con calzoncillos de flecos y bota de potro.Con inobjetable exactitud pintó los aperos del recado con diversos tipos de estribos,bastos elementales o adornados con frentes de plata,riendas y cabezales de tiento o iluminados con bombas trabajadas por plateros artesanos,sobrepuestos de carpincho cuando no el humildísimo cojinillo como única comodidad.
Personajes: Son innumerables y variadísimos los personajes que emplea en las más diversas situaciones: mujeres jóvenes y viejas,mozos y ancianos, negros y niños van poblando las láminas de sus almanaques.Entre ese vasto elenco humano aparece esporádicamente un personaje: Tiléforo Areco. Hay pinturas que muestran su noviazgo,su casamiento,su foto de bodas,el nacimiento de su primer hijo.Tiléforo,que adquirió gran popularidad,traza de algún modo un itinerario simbólico del mundo descripto por Molina Campos.(Fuente: Escuelas Educ.ar/Vida Campestre segùn Molina Campos)
Florencio Molina Campos:
El 21 de Agosto de 1891,nació Florencio Molina Campos en la ciudad de Buenos Aires.El 26 de Marzo de 1907 murió repentina e inesperadamente Don Florencio Molina Salas,su padre,por lo que debe trabajar e ingresa al correo y más tarde al Ministerio de Obras Públicas.En un ínterin trabaja en la Sociedad Rural Argentina,en la sección del Herd Book.Allí colabora con instituciones afines y se prepara para independizarse.La vida parece sonreírle.Se casa el 31 de Jlio de 1920 y al año siguiente nace su hija Hortensia María.En 1924 se divorcia.Siempre se dedicó a la pintura,y desde 1915 le había dado un cierto tono humorístico a sus personajes y siguió escribiendo cuentos camperos.Años después,un amigo le insta a que exponga sus trabajos.A él le cuesta animarse,pero finalmente, en el Galpón Central de la Sociedad Rural de Palermo se efectúa la muestra,durante la tradicional Exposición anual,en el año 1926.El catálogo tiene un mate y una yerbera con una agarradera en forma de corazón y lleva el título de Motivos Gauchos (caricaturas).Exhibición: 21 de Agosto de 1926 y días subsiguientes.Presenta 61 trabajos.Un buen regalo de cumpleaños será esta primera exposición.Molina Campos cumple ese día 35 años.El público queda sorprendido por la gracia de las obras y encuentra parecidos entre sus conocidos.Aún los personajes distan mucho de ser los de las épocas clásicas;los caballos tienen vasos enormes,ojos saltones y grandes,con las costillas marcadas de puro flacos.Las personas que siguen también esta temática y aun los animales domésticos,pero en todos los temas predomina la misma intención risueña.Visita la exposición el mismo Presidente de la Nación Dr. Marcelo T. de Alvear,quien se convierte en un admirador.Le ofrece en premio por su labor una cátedra de dibujo.Por 18 años será Molina Campos profesor del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda.
Molina Campos se siente tan contento y sorprendido por su triunfo y a su vez tan orgulloso,que prepara un álbum con las fotografías de los cuadros de su primera exposición y se lo dedica a su familia detalladamente.No se olvida de ninguno.Dice en ella Mi primer triunfo en la vida.En Febrero de 1927,Molina Campos expone 36 obras en un local de la vieja Rambla de Mar del Plata.Al clausurarse el 3 de Marzo,ya no quedan cuadros sin vender.El presidente de la República,Alvear,visita la exposición y se muestra entusiasmado por la obra de Molina Campos y compra el cuadro Charqueando, una doma de un feroz potro que lleva mal a su domador,que apenas se sostiene agarrando las crines.El año 1928 es muy fructífero.Molina Campos es conocido y reconocido por todos.La Prensa en rotograbado del 26 de Agosto reproduce tres de sus cuadros que se exponen en la Rural.Al día siguiente La Razòn le dedica un artículo importante que nos da detalles de la exposición realizada en un local de Palermo,como parte integrante de la Exposición Internacional de Ganadería.En 1929,El Ministerio de Agricultura le solicita su cooperación artística para el Almanaque que editará en 1930,pidiéndole lo haga con cosas nacionales…apelando a su reconocido patriotismo.Escribe a Nueva York pidiendo consejos sobre la posibilidad de hacer una exposición en esa ciudad y remite fotografías de sus cuadros. Alguien,dice: me insinuó también la posibilidad de irme a París;Alvear está allá y me daría una manito,pero,si he triunfado en mi patria ¿Por qué no he de tentar fuera de ella?.En 1930 interviene con una obra en la Exposición de Artistas Argentinos y Uruguayos en Montevideo,organizada por la Comisión de Homenaje al Uruguay en su Centenario.El 14 de Marzo la S. A. Argentina de Alpargatas,le confirman que aceptan el precio convenido de $ 6.000.- por la confección del almanaque de la empresa para 1931, consiste en 12 originales.La obra de Molina Campos por este medio por largos años alcanzará todos los rincones del país y aún le dará fama en el exterior. Cada uno de los meses adquirirá valor de por sí y serán piezas de colección,y parte única de la única pinacoteca que tuvo en sus casas, almacenes y ranchos nuestro pueblo.En 1931,Molina Campos viaja a París;ha cumplido un sueño común a todos los porteños de entonces,conocer la Ciudad Luz.Visita los lugares de moda y asiste a exposiciones y conciertos.En uno de estos toma del natural una caricatura de Igor Strawinsky.Sus familiares le comunican que los almanaques han sido un éxito.Primeramente piensa hacer una exposición de sus obras en el Salón de la Cámara Argentina de Comercio,pero por razones de costo del local,decide hacerlo en la Librería de la Opera,3 Rue Meyerbeer.Expone 44 cuadros del 10 al 20 de Marzo y asisten a la inauguración,el ex presidente Alvear y el embajador Tomás Le Breton.Las obras se agotan y debe dejar de lado la muestra que pensaba hacer en Londres,por falta de cuadros.En 1932,la Comisión Organizadora de la Exposición del Centenario de Concordia (Entre Ríos) le solicita que participe con sus cuadros en la misma.Concordia está muy unido a sus recuerdos;allí fue feliz en su juventud y allí también murió su padre.No solo participa en la muestra,sino que dona un cuadro a beneficio del Hospital local,dependiente de la Sociedad de Beneficencia de Concordia.En 1933,Molina Campos organiza la velada inaugural de La Peña (Agrupación de Gente de Arte y Letras),a realizarse el 15 de Abril,en homenaje a Richard Wagner.Confecciona la lista de las obras de la muestra colectiva de pinturas y esculturas organizada por la citada institución;intervienen Perlotti,Soto Aveldaño,Lacamera,Parodi,Ramoneda y otros.Dibuja la portada del programa de la Velada Artística de La Peña celebrada en el Teatro Maipo en homenaje al 7° Aniversario de la entidad.Son los títeres,un gaucho y un arlequín trabados en duelo.Expone por primera vez en Witcomb de Buenos Aires.Inaugura el 14 de Agosto y exhibe 48 obras.
En 1935,el almirante Manuel Domecq García,en su carácter de presidente de la Comisión de Recepción del presidente de Brasil,Getulio Vargas,en su visita oficial a la Argentina,le compra un cuadro para ser obsequiado al ilustre visitante,teniendo en cuenta su afición a las tareas rurales.Le muestran tres para que elija uno,pero el Presidente visitante se queda con todos.El Almirante compra en nombre del Gobierno dos y el otro lo dona don Florencio,halagado por la preferencia del estadista y para no recargar el presupuesto de la Comisión de Recepción.La Sociedad de Socorros Mutuos de Vendedores de Diarios de Buenos Aires lo nombra miembro honorario y le entrega su diploma con fecha 16 de Agosto.Le obsequia al presidente de la Nación,Agustín P. Justo,asiduo concurrente a sus exposiciones,el cuadro Listos pa´votar.La Colectividad Japonesa le compra un cuadro para obsequiárselo a su embajador que se retira del país.En 1937 expone en la Galería Witcomb de la Rambla de Mar del Plata,44 obras e inaugura el 12 de Febrero.Visitan la exposición el Presidente de la Nación Agustín P. Justo y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel A. Fresco.Los recibe además del pintor,el señor Witcomb en persona.Ese mismo año,se postula para una beca en los Estados Unidos para estudiar dibujos animados.Piensa dedicar sus esfuerzos a producir con motivos nacionales, filmes educativos que lleguen a la niñez con mensajes patrióticos y morales.El 16 de Setiembre el presidente de la Comisión Nacional de Cultura Gustavo Martínez Zubiría,le comunica que su beca ha sido acordada por un año,teniendo en cuenta sus antecedentes y plan de trabajos a desarrollar.En Nueva York,se relaciona con Joshua B. Powers,quien será su consejero representante y amigo personal durante toda su vida y más allá de ella.Un caso único de amistad desinteresada aunque los unan negocios. Pinta un paisano sofrenando su potro en Nueva York.El 21 de Diciembre,en el Estado de Maryland,Howaed County,se casa por la ley Estadounidense con la ya su esposa María Elvira Ponce Aguirre.En 1938 comienza a escribir su libro Pampa,a pedido de Curtius Brown,sobre el gaucho,con sus ilustraciones que no alcanzó a publicarse.Carlos G. Daws,el conocido coleccionista gauchesco,le escribe y le da noticias de don Enrique Udaondo quien está apurando la terminación del Parque Gauchesco que denominará Ricardo Güiraldes en San Antonio de Areco.Molina Campos,amigo y admirador de la obra del venerable fundador de museos que fuera Udaondo,fue un asiduo visitante del Museo Colonial e Histórico de Lujan y del Ricardo Güiraldes de Areco y donó cuadros para éstos y para los Libres de Sur de Dolores, como testimonio de admiración a don Enrique,uno de esos Argentinos fuera de serie,como también lo fue Molina Campos.Hablaban un mismo lenguaje espiritual.Durante todo el año 1938,realiza numerosas exposiciones y sus obras son reconocidas en los Estados Unidos.En 1939, retorna a la Argentina con verdadera ansiedad por hacer cosas.El 12 de Junio abre su exposición en las nuevas Galerías Witcomb,de Paisajes Pampeanos,Negros de los Estados Unidos de Norteamérica y Motivos Gauchescos.Molina Campos es designado por asamblea miembro de la Comisión Fiscalizadora del acto eleccionario de la Asociación de Dibujantes a celebrarse el 10 de Agosto.Actúa como Presidente de la misma por elección de sus colegas.En 1940 sufre una operación intestinal.Don Enrique Udaondo le agradece la donación de Cayeron los Colorados y Laguna de Chascomús para el Museo de Dolores del Parque de los Libres del Sur.Ese año, participa de una gran fiesta criolla a total beneficio de instituciones de bien público,organizada por la Municipalidad de Moreno.Molina Campos les hace un motivo gauchesco para afiches y panfletos.En 1941 vuelve a Estados Unidos,y en 1942 es contratado por Walt Disney como asesor técnico,para colaborar el los rodajes de varias películas de dibujos animados de ambiente argentino.El Gaucho Volador,El Gaucho Reidor,Goofy se hace Gaucho y Saludos Amigos.En 1943,autoriza a Powers a firmar un contrato con la Minneapolis Moline Power Implement Co.,una de las firmas de mayor prestigio de los Estados Unidos.Le comprarán 12 dibujos Hechos más o menos en el estilo acostumbrado tuyo-le dice su representante-con algunas indicaciones de ellos.Estos dibujos serán usados por ellos con derecho a reproducirlos durante un año para su propaganda,que tomará la forma de calendarios,afiches,etc.Le regala al presidente Roosevelt,un ejemplar del Fausto.Le envía a la Minneapolis para su aprobación,cuatro pinturas,de las que se exhiben en el Salón de Entrada del Teatro Globe en Broadway y la Cuarenta y Seis,donde están presentando la cinta Saludos Amigos por primera vez en Nueva York.La Minneapolis no le exige que coloque máquinas de la firma en dibujos.Molina Campos lo hará por su cuenta.Powers habla con el Coordinador de Asuntos Interamericanos acerca de emplear a Molina Campos en charlas para la Argentina.Este proyecto que viene del año anterior madurándose,es aprobado.No le gusta a Molina Campos la idea de incluir números musicales,porque,según dice: cae en la frivolidad de enlazar las habilidades de una jazz o la garganta de un cantante corriente. A cada uno lo suyo.No obstante en Abril ya tiene escritas 26 charlas hechas con la colaboración de Elvirita.Es lástima-dice-que este programa se haya hecho para un limitado,porque,hay tanto y tan bueno que decir todavía,que habría para llenar volúmenes.Se puede decir que… recién estoy empezando a hablar de los Estados Unidos.
Colabora en el Festival Latino Americano organizado por la Asociación Consular Latino Americana de Los Angeles,en cooperación con los afectados por la guerra.Dona uno de sus dibujos,una doma impresa a toda página en el programa.Falleció en 1959,pero vivirá para siempre en el recuerdo de los que admiran su arte.(sìntesis la biografía de Juan C.Ocampo/periòdico-mundo solidario).
Molina Campos-Su técnica de pintura y los cuestionamientos de la época:
En sus obras se plantearon diversas controversias con otros artistas de la época.Una de ellas era por los horizontes,que él pintaba muy bajos,casi en una sexta parte de la altura de la pintura.Sostenía,y basta para darle la razón con mirar los paisajes tan ricos que tienen nuestras pampas,que los horizontes eran bajos,muy bajos.Otro aspecto muy controvertido,era que en algunos dibujos mostraba a los caballos con las cuatro patas en el aire.Fue profundamente criticado por ello.Él sostenía que pintaba lo que veía.Años después,cuando el cine perfeccionó sus técnicas,permitió observar en las imágenes cuadro a cuadro que,efectivamente,hay un momento en el galope del caballo en que sus patas sobrepasan a sus manos,y el animal está totalmente en el aire.Definitivamente,Molina Campos era un agudo observador,y tenía una memoria fotográfica única.Al respecto,cabe mencionar que debido a los ligeros pero agudos detalles de sus obras, estas han sido aceptadas como referente histórico para quienes deben emprendar un caballo,y los jurados de tales disciplinas admiten el uso de tal o cual pilcha cuando quien la utiliza se remite a alguna de sus pinturas.(Fuente: Molina Campos Ediciones).
Julián: Muchas gracias por sus conceptos y el maravilloso catálogo. Y los videos espectaculares.
Fundación Molina Campos:
A fines de la década del 60,don Víctor Manuel Guiñazú -hombre de fortuna y ferviente admirador de la obra de Molina Campos-y Elvira Ponce Aguirre,con la que había contraído nupcias,convocan a amigos y admiradores y conforman el 20 de Enero de 1969 la Fundación Florencio Molina Campos,creada para reunir,preservar y divulgar la obra de quien fuera uno de los más grandes pintores de nuestro país,el único quizás que alcanzó el reconocimiento y la directa identificación con la Argentina a nivel mundial.Entre sus miembros fundadores se contaban personajes ilustres de la época,como su presidente Dr. Enrique Viacava; vicepresidente Coronel Horacio Ballester;secretario Emilio Villalba Welsh;tesorero José Ovidio Mayorga;Vocales titulares: María Elvira Ponce Aguirre de Guiñazú (Elvirita),Florencia Aguirre de Güiraldes, Víctor Manuel Guiñazú,Frank Arnott,Fermín Estrella Gutiérrez.Vocales Suplentes: Marthabell Willson Cook,Elena Zara de Decurguez,Juan Carlos Ocampo y Pedro Sofia.Para ellos un justo agradecimiento.Se sucedieron luego diversas comisiones que contaron en su seno a vecinos ilustres de Moreno y a destacadas figuras del medio artístico,entre los que no podemos dejar de destacar la presencia del conocido galerista Ignacio Gutiérrez Zaldívar que se desempeñó como presidente de la Fundación.
Museo Molina Campos:
Fallecido Víctor Manuel Guiñazú se ve plasmado su anhelo y,a instancias de la fundación,se inaugura el 24 de Noviembre de 1979.
El citado museo,propiedad de la Fundación Florencio Molina Campos,se encuentra en el partido bonaerense de Moreno,a 5 cuadras de la Autopista del Oeste y a 10 de la Estación Moreno del ex F.C. Sarmiento. Está ubicado en Molina Campos 342, +esquina Victorica;cuenta con un edificio principal en el que se exhiben las obras y objetos pertenecientes al artista,la biblioteca,oficinas y demás dependencias, rodeados por un vasto jardín.Su construcción es acorde con el estilo tradicional de algunos cascos de estancias de los campos bonaerenses y de casas quintas de la segunda mitad del siglo pasado.Fue construido específicamente para ser destinado a museo,con el objeto de perpetuar la obra del artista.El proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Enrique S. Escribano y Oscar R. Lucchini,quienes han dado al edificio el carácter de una gran casona,con su mirador,amplias galerías exteriores,un gran salón principal con una balconada interior que duplica la capacidad para exponer cuadros y mostrar los objetos pertenecientes al pintor.La recepción está dada a través de un amplio zaguán que deja ver al fondo el gran salón,la escalinata que conduce a la galería superior y sobre ella una ampliación fotográfica del retrato de Molina Campos pintado por Meyer Arana.En la entrada,a ambos lados del zaguán,se abren dos puertas vidriadas que comunican con salas que sirven de recepción y que tienen en sus fondos grandes paisajes pintados por el artista sobre las puertas de dos placards que estuvieron en su casa de la localidad de La Lucila.En el jardín,se habían plantado: un ombú nacido en lo que fuera la estancia del fundador de Moreno,don Amancio Alcorta,que sirvió de piedra fundamental del museo;un sauce llorón,retoño de otro regalado a Florencio por don Pedro Benegas;jazmines,santa rita y un tala,mandado por el intendente de Gral. Madariaga,Sr. Raúl Ernesto Cabral,obtenido de la estancia San Isidro,fundada por los Campos,en cuyo predio Molina Campos hizo sus primeros trazos y despertó su vocación.Estas especies arbóreas,tanto los ombúes,como los talas y sauces,fueron innumerables veces reproducidos por el pintor en sus célebres cuadros.La obra del museo en sí,como la orientación arquitectónica en cuanto al estilo general,han estado a cargo de su segunda mujer Elvirita,asistida por los señores Juan Carlos Ocampo y José Eduardo Massa.
El Museo Florencio Molina Campos se inauguró oficialmente el 24 de Noviembre de 1979,y fue abierto al público al día siguiente.
Integran el patrimonio del museo tanto obras que habían pertenecido a la familia y que integraban su acerbo hereditario,como otras provenientes de colecciones privadas del país y del extranjero, reuniendo mas de 140 obras que hoy se exhiben en el mismo.Debe mencionarse en un párrafo aparte la extraordinaria colección que donara Larroke Tinker -una vez fallecido,a través de su Fundación- integrada por magníficas obras que este admirador fuera reuniendo en los Estados Unidos.
Los derechos de autor:
Elvira Ponce Aguirre,tras la muerte de Florencio,contrajo nupcias con Víctor Manuel Guiñazú,que falleció años después.Al verse entonces Elvirita sola (ya que no había tenido hijos) cedió todos sus derechos a la Fundación Florencio Molina Campos.En el año 1987 falleció María Hortensia Palacios,ex esposa de Florencio,y se inició su juicio sucesorio,siendo declarada heredera su única hija Hortensia “Pelusa” Molina.Ella,cansada ya de batallar durante años en defensa de los derechos de su padre,transfirió todos sus derechos a su único hijo Gonzalo Gimènez Molina.De tal forma,son titulares exclusivos y excluyentes de los derechos de autor sobre la obra de don Florencio Molina Campos -es decir de todos los derechos de reproducción,edición, publicación,comunicación pública,etc.- el único nieto de Florencio Molina Campos,Gonzalo Gimènez Molina,en forma conjunta con la Fundación Florencio Molina Campos,siendo éstas entonces las únicas personas habilitadas para autorizar y legitimar cualquier utilización de sus obras.
Abre el museo de Molina Campos en su entorno favorito.-San Antonio de Areco: Con un cielo celeste,como lo hubiera pintado Florencio Molina Campos,se inauguró ayer en el corazón de esta ciudad el museo que lleva su nombre y que reúne 65 obras,recuerdos,fotos,libros y cuadros procedentes de la colección Octavio Caraballo (Fundación Las Lilas),impulsor de un proyecto que llena de orgullo a los vecinos de Areco y será,sin duda,un nuevo polo de turismo cultural.Nunca continente y contenido fueron tan afines,porque la obra del mayor difusor universal de las costumbres del campo se nutre de los usos y costumbres de los gauchos bonaerenses,que el artista inmortalizó en la serie de almanaques de Alpargatas,en las primeras décadas del siglo XX.Octavio Caraballo dijo ayer en rueda de prensa que llevaba tiempo imaginando un proyecto para difundir la obra del gran artista del campo en una tierra por la que siente afecto profundo.Compré mi primera obra cuando tenía 15 años,pero el gran salto lo dimos en los años 80,cuando compramos con mi hermana Claudia la colección de almanaques que estaban en manos de Alparagatas,contó.
Caraballo,con más de 170 obras en su poder,es el mayor coleccionista de Molina Campos del mundo,y está dispuesto a que la Fundación Las Lilas sostenga para siempre este museo que reúne las obras y el espíritu del notable artista que trabajó con Walt Disney,viajó por el mundo y murió de un cáncer fulminante a los 65 años.Fue una fiesta recorrer las salas de la vieja casa de la familia Pasaglia, refuncionalizada por Luis Benedit,en compañía de un fino conocedor como es Marcos Bledel,galerista y coleccionista.Arquitecto y pintor,Luis Benedit recordó la categoría de este maestro que en vida quedó,muchas veces,atrapado en el casillero de ilustrador.Fue decisiva la muestra que en 1989 le dedicó el Museo Nacional de Bellas Artes.El público y la crítica advirtieron la magnitud de su talento expresado en un lenguaje singular y genuino,recordó,se podrá disfrutar de un espectáculo imperdible: los cuadros escenificados por Fernando Pugliese y animados por Luis Landriscina,quien cuenta la vida y los amores de don Tiléfero Areco,un gaucho querendón al que Molina Campos supo llevar a miles de hogares argentinos.(Alicia de Arteaga/La Naciòn/16-4-2009).
Florencio Molina Campos en el Partido de Moreno.-
Herencia de Gaucho:
Soplaba el viento de la primavera cuando,en aquel año 1932,Florencio de los Ángeles Molina Campos y su segunda esposa,Elvira Ponce Aguirre descubrían al distrito de Moreno.La pareja atravesó caminos de tierra,cortados por los montes de eucaliptus de la pampa húmeda y llegó hasta la zona conocida como Cascallares,barrio de la localidad de La Reja.Florencio y Elvirita quedaron enamorados de la belleza agreste del lugar.
El Rancho Los Estribos:
Al poco tiempo comenzaron a levantar su rancho,como les gustaba nombrarlo,a orillas del río de la Reconquista. o bautizaron como la marca que utilizaba su familia para identificar al ganado.Hecho de madera,barro y paja,con un mirador vidriado hacia el curso del agua,fue la primera vivienda morenense del artista plástico Florencio Molina Campos en el partido de Moreno.Su atelier y su remanso.
La quinta Los Estribos era un lugar de encuentro,entre tantos visitantes alojó a Walt Disney.En 1940 el artista fue designado miembro de la Comisión de Protección de la Fauna y Flora Aborígenes,por las autoridades distritales.
El solar fue adquirido en el año 2007 por el Municipio de Moreno,para preservarlo como sitio de interés histórico.
La Escuela que Construyò:
Los vecinos de Florencio y Elvirita eran chacareros y tamberos que debían trasladarse varios kilómetros para llevar a sus hijos a la escuela.Esta situación conmovió al matrimonio,que decidió crear un establecimiento educativo en su propiedad.Corría el año 1954.Ayudado por dos albañiles,el propio Molina Campos levantó dos aulas,un corredor cubierto,un patio de recreo y el mástil.Fue el entonces intendente comunal,Dr. Alberto Vera,quien proveyó bancos y escritorios.Los delantales los confeccionó Elvira junto con las madres de las niñas y niños.La empresa Alpargatas,para la cual el pintor realizó los conocidos almanaques con sus obras tradicionalistas sobre el gauchismo,acercó zapatillas.Fueron los Molina Campos quienes comenzaron a dictar clases a sus primeros cuarenta alumnos.Más tarde la provincia de Buenos Aires la oficializó como Escuela Nº 20 y designó a dos maestras.La escuelita-rancho,en medio del campo,ayudó a educar.Hoy en día,en otra ubicación del mismo barrio,lleva el nombre de su fundador en homenaje a su altruismo.
El Museo:
En la calle que lleva su nombre y apellido,casi esquina con la Avenida Victorica,en una zona céntrica del partido de Moreno,fue levantada la segunda casa de los Molina Campos.Luego del fallecimiento del pintor de la pampa,pasó a ser un museo privado,que supo ser centro de exposiciones,muestras y reuniones musicales.Inaugurado el 24 de Noviembre de 1979,a cinco cuadras del Acceso Oeste,es una construcción cuyo proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Enrique Escribano y Oscar Lucchini.Se trata de una gran casona con un mirador,galerías en el exterior,un salón principal con balconada interna, que mantiene el estilo de los cascos de estancias bonaerenses,en el que se pueden observar trabajos y obras que atesora ese Museo y los objetos que utilizó don Florencio,como distintas vitrinas con pipas,boquillas,cigarreras de bolsillo,bombillas,mates,paletas,pinceles,pomos de pinturas.La institución recibe visitas de todo el mundo.Hoy,dos escuelas públicas,una de las calles más transitadas de Moreno distrito y el camino de sirga,a la vera del curso de agua que tanto amó y pintó,rescatan su memoria y llevan su nombre y apellido.
Florencio de los Ángeles Molina Campos nació el 21 de Agosto de 1891 en los Campos del Tuyú,ahora General Madariaga,Provincia de Buenos Aires.
Pintó como pocos los bañados,las chinas,el paisanaje,los palenques,caballos, horizontes bajos,el costumbrismo gauchesco pampeano y los atardeceres sobre el río.Dejó su cuerpo terrenal el 16 de noviembre de 1959,a los 68 años.Fue designado ciudadano ilustre post-mortem,por las autoridades comunales.Sus restos permanecen en el cementerio de Moreno.
Sus obras pasean por todo el Planeta y su espíritu anda surcando su entrañable Cruz del Sur.El Museo Permaneció cerrado por espacio de 11 años y reanudó sus actividades en diciembre de 2009,con un acto simbólico.(Fuente: Alicia Vicchio/El Periòdico de Moreno).