Americo Ghioldi junto a Jorge Raúl Lombardo. A la izquierda de Jorge Raúl Lombardo mi tio Roberto Junco y a su izquierda su hermano (mi padre) Aurelio Junco. Década del 60. Enviada por Pablo Javier Junco
PERSONALIDADES CONTROVERTIDAS , LOS HERMANOS GHIOLDI . UNA VISIÓN.
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LAS DESVENTURAS DEL SOCIALISMO DE DERECHA EN LA ARGENTINA:
LA PRAXIS ANTIMARXISTA DE LOS HERMANOS GHIOLDI.
La llamada “izquierda tradicional” en la Argentina ha estado representada por el Partido Socialista y el Partido Comunista. Estos grupos -de base social pequeño-burguesa y atrapados ideológicamente por el aparato difusor de ideas de la clase dominante- han configurado históricamente un modelo de fracaso.
No sólo han estado alejados de las luchas concretas de los trabajadores argentinos a partir de 1945, sino que, muchas veces, han formado parte de las coaliciones más antinacionales, antipopulares y reaccionarias que han surgido en la historia política argentina contemporánea.
Analizando las trayectorias de dos de sus más emblemáticos dirigentes -los hermanos Ghioldi- intentaremos echar luz sobre este fracaso histórico.
Las primeras noticias que tenemos de ellos los ubican en el Centro de Estudios “Carlos Marx”, creado en 1912 . Esta institución sería uno de los pilares culturales en los que abrevarían aquellos militantes que se nutrirían de las interpretaciones liberal-burguesas del marxismo.
Rodolfo Ghioldi (1897-1985) se graduó de maestro y estudió -sin completar- el profesorado en Historia. Ejerció durante algunos años la docencia, pero fue dejado cesante por su militancia política. Volcó, entonces, su vocación de educador al campo del periodismo llegando a ser un publicista reconocido. Sus artículos se publicaban en El Telégrafo y Crítica.
Sus escritos, recopilados en cuatro tomos, tratan temas muy variados, desde la crítica filosófica, hasta los temas militares, políticos, historiográficos, etc. Existe en todos ellos un motivo central que les da unidad: la necesaria lucha contra la dependencia imperialista y la enunciación -teórica- de la lucha por la liberación nacional.
Fervoroso defensor del internacionalismo proletario tuvo fidelidad y consecuencia con sus ideas. No podemos dejar de reconocer que, sobre todo en la década del 30, afrontó grandes riesgos de vida por su militancia debiéndose exiliar en Brasil.
Nunca se apartó, en toda su producción, de mostrar la continuidad histórica de la lucha de los comunistas argentinos junto a la de los “próceres liberales” del siglo XIX.
A pesar de que era muy respetado entre los intelectuales del PC por su sólida formación, fue uno de los responsables -junto a Victorio Codovilla- de los vicios de una conducción partidaria que asfixió bajo el dogma soviético a otras expresiones creativas que intentaron, sin éxito, modernizar la cultura comunista.
Esta actitud llevó a que, a partir de los años 60, el comunismo perdiera su carácter de hegemónico en el conjunto de la izquierda argentina –política y cultural-. Veamos algunos ejemplos de la actuación de Rodolfo Ghioldi como custodio del dogma.
En los primeros meses de 1932 comienza a desarrollar una política de atracción de intelectuales de origen pequeño burgués hacia el partido. En virtud de esta apertura se suma Roberto Arlt quien publica, en Abril de ese año, una nota en el periódico Bandera Roja invitando a los jóvenes comunistas a dedicarse con ahínco al estudio.
Esta propuesta genera una desmesurada respuesta de Rodolfo quien plantea que el verdadero comunista no se forja con el estudio -actitud individualista- sino en la lucha de masas.
Arlt le responde con una humorada indicando que, si bien es cierto que el proletariado debe guiar al intelectual pequeño burgués, eso sucede en un país con mayoría de obreros comunistas y no en uno como la Argentina, donde el noventa por ciento de los obreros no conoce a Carlos Marx.
La respuesta de Ghioldi es lapidaria: Arlt no tiene remedio, es un intelectual pequeño burgués que desprecia las masas y que está encaminado, por su individualismo, al anarco sindicalismo.
En ese mismo año de 1932, pero en la Revista Claridad dirigida por Antonio Zamora, entra en una dura polémica con Ernesto Giudici, otro importante intelectual comunista. Este hacía una defensa del universo culturalista y antipositivista de la Reforma Universitaria de 1918 y de la importancia de la intelectualidad universitaria en un proceso de liberación nacional.
Rodolfo le contesta con la misma dureza que utilizó con Arlt: la reforma es idealista, sus intelectuales pequeño burgueses y la actitud de Giudici es la de un “cretinismo intelectual” sin límites.
En el fondo, lo que subyace en ambas polémicas es la imposibilidad, en el dogma, de otorgarle un espacio autónomo a la cultura. Hasta aquí uno podría pensar que esto fue sólo un reflejo de la coyuntura o del período obrerista del PC, conocido como “clase contra clase”, anterior a la política de Frentes Populares.
Sin embargo, no es así. Veamos otro ejemplo. En 1967 se publica el libro Revolución en la Revolución del filósofo francés Regis Debray. En él se caracteriza muy esquemáticamente al proceso revolucionario cubano haciendo especial énfasis en la importancia del aparato militar por sobre el partido político. El libro fue duramente criticado por Althusser -maestro de Debray- por no especificar las condiciones de la lucha de clases en cada país de la región. También el Che Guevara lo encontró despropor-cionadamente militarista.
Rodolfo Ghioldi se suma a la polémica con una crítica “por derecha” que utiliza el libro como excusa, para plantear con claridad el descontento de toda la izquierda tradicional con la conferencia de la OLAS y el paradigma guevarista.
En realidad, Ghioldi no cree posible que Cuba esté marchando al socialismo rompiendo los marcos del etapismo, concepto tan caro al comunismo argentino. Por otra parte, lo desespera ver cómo se va perdiendo, inevitablemente, la hegemonía comunista en el campo político y cultural de la izquierda argentina. Varios ejemplos, el mismo sectarismo.
Américo Ghioldi (1899-1984), por su parte, también maestro -egresó de la Escuela Normal en 1920- fue un dirigente importante del Partido Socialista. Fue director del periódico partidario La Vanguardia en 1925 y del quincenal Acción Socialista entre 1923 y 1929.
Al igual que su hermano fue un feroz opositor al gobierno peronista llegando a brindar apoyo civil a la intentona golpista del Gral. Menéndez en 1951. No podían haber actuado de otra manera ya que, unos años atrás, el 17 de Octubre de 1945, mientras la presencia obrera en aquella histórica plaza abría camino a un importante proceso de liberación nacional, ellos estaban en las antípodas, formando parte de la Unión Democrática.
Esta terrible equivocación histórica de legitimar “por izquierda” el frente antinacional liderado por los grandes poderes del país agrario, será la causa del repudio que recibirán de parte de la clase trabajadora tanto el Partido Socialista como el Partido Comunista.
Américo llegó, incluso, a definir como “fascistas” a las multitudes movilizadas y a calificarlas como “bandas provenientes de las barriadas fangosas de Avellaneda y Berisso”. No muy lejos quedará ubicado el periódico Orientación, bajo la influencia de Rodolfo, quién hablará de “hordas de desclasados, pequeños clanes con aspecto de murga que recorrieron la ciudad, no representando a ninguna clase de la sociedad argentina. Era el malevaje reclutado por la policía y los funcionarios de la Secretaría de Trabajo y Previsión para amedrentar a la población”
Producido el golpe oligárquico de 1955 Américo llegó a apoyar el fusilamiento del Gral. Valle tras la sublevación de junio de 1956 con una definición que lo hizo tristemente célebre: “Se acabó la leche de la clemencia”.Vergonzoso.
Como teórico estudió las particularidades de las ideas socialistas en nuestro país en su trabajo El socialismo en la evolución nacional (1946) y amplió mucho más su análisis a la historia general del marxismo en su libro Marxismo, socialismo, izquierda, comunismo y la realidad argentina de hoy (1950).
En ellos asumió una perspectiva crítica del ultra izquierdismo en correspondencia con las ideas socialistas moderadas de Henry Lefevre que compartía. También incursionó en sus análisis sobre temas pedagógicos y de historia argentina.
Como dirigente del Partido Socialista demostró un autoritarismo visceral y una tendencia –demasiado evidente- a participar de cuanto gobierno dictatorial se formara. Esta actitud quedó más en evidencia que nunca cuando aceptó el cargo de embajador en Portugal que le ofreció la última dictadura militar. Vergonzoso.
Heredero y repetidor de las monsergas de Juan B. Justo y Nicolás Repetto no supo comprender, al igual que Rodolfo, los movimientos populares argentinos (radicalismo y peronismo) lo que lo encontró, como vemos, como aliado menor de la oligarquía y las fuerzas de la reacción.
Aquellos que creemos en el materialismo dialéctico como filosofía nodal de la historia, en un marxismo no mecanicista y humanista, que nos pueda ser útil tanto para nuestras investigaciones históricas como guía de acción política de las masas no podemos ver más que con un cristal hipercrítico las actuaciones políticas de Rodolfo y Américo Ghioldi. No podemos dejar de calificarlas, indudablemente, como antimarxistas.
Analizando el cipayismo histórico de estos y otros dirigentes del liberalismo de “izquierda” –verdaderos mitromarxistas- tampoco podemos dejar de coincidir con aquella magnífica definición que de ellos hiciera, en 1960, en su libro La formación de la conciencia nacional, el gran pensador del marxismo nacional Juan José Hernández Arregui: “son criaturas dilectas de la semicolonia engendrados por la colonización pedagógica”.
AUTOR : Prof. Molocznik , Maximiliano .
PARA : institutojauretche.edu.ar
Recordando mis comentarios anteriores de la foto 6504,enviada por el Ing. Carlos Valentìn Gonzàlez Rivero.
Américo Ghioldi:
Una incómoda referencia en la historia del socialismo.La figura de Américo Ghioldi (1899- 1984) se nos recorta a partir de 3 registros interconectados;la retórica política,las historias partidarias,la historia de las ideologías.En la retórica política contemporánea,Ghioldi aparece como el arquetipo de la intolerancia e incomprensión del antiguo Partido Socialista Argentino frente a la irrupción del peronismo.Sus juicios sobre los fusilamientos de Junio de 1956,se imprimieron con fuerza en una tradición peronista que se forjaría bajo la fórmula de la resistencia.Su derrotero público en la segunda mitad del siglo XX,avaló el negativo juicio que actualmente pesa sobre su figura,pues no sólo ofreció ambigüedad ante la “Revolución Argentina” de 1961 sino que,durante su vejez,participó del último gobierno militar ocupando el cargo de Embajador en Portugal.Si nos referimos a la historia partidaria de las izquierdas,con anterioridad a que tal singular itinerario se completara,había sido el propio Partido Socialista quien desde la escisión de 1958,prescindió del perdurable liderazgo intelectual de Ghioldi.La estrategia argumental de quienes pasaron a integrar el naciente Partido Socialista Argentino,consistió en presentar a la intervención de aquél como una desviación de las tareas eminentemente socialistas de un partido nacido para la defensa de los trabajadores.Para otras fuerzas,por el contrario,el ghioldismo venía a resultar una suerte de coronación,o rigurosa aplicación,del ideario de Juan B. Justo.Sea como socialismo evolutivo,liberal y bernsteiniano,para la nueva izquierda,o como cipayismo librecambista y antipopular, para la izquierda nacional,se tomó de alguna manera a Ghioldi,al pie de la letra,pues sólo se invirtió su valoración de la tradición,Ghioldismo era igual a Justismo.Cuando a mediados de los años ochenta José Aricó reinterpretó la obra de Juan B.Justo en términos de un marxismo heterodoxo,pluralista y democrático para la Argentina del Centenario,la figura de Américo Ghioldi no fue incluida en el nuevo canon socialdemócrata argentino.Tal ausencia,necesaria para toda renovación doctrinaria e ideológica,deja no obstante en pie el problema de la conformación de una identidad cerradamente antiperonista y problemáticamente liberal al interior del socialismo argentino.Finalmente,en la historia conceptual de las ideologías políticas,la matriz interpretativa que más se ha afirmado es la que analiza la expresión ideológica oficial del Partido Socialista,las editoriales de Américo Ghioldi en La Vanguardia son la fuente privilegiada,como reconversión de una posición antifascista en una más específica antiperonista.En tal sentido,afirma Andrés Bisso que la identidad antifascista constituyó en los años de la 2ª Guerra una auténtica prenda de unidad doctrinaria y diferenciación para el Partido Socialista,mostrando dramáticamente sus límites para los años de gobierno peronista.Carlos Miguel Herrera propone que entre 1943 y 1946, Ghioldi gesta una matriz conceptual perdurable: piensa al peronismo excluyentemente como aplicación criolla del fascismo y del totalitarismo.La denomina: hipótesis Ghioldi,parafraseando a José Aricó y su hipótesis Justo.Javier Burdman,releyendo las editoriales de Ghioldi entre 1943 y 1945,encuentra el despliegue de al menos tres operaciones: la renuncia a la representación proletaria;el recurso a la idealidad de las luchas sociales;el consecuente desdoblamiento de la justicia social “efectiva” entre una válida y otra inaceptable.Para el 1º y 2º registro discursivo,el Justismo de Ghioldi aparece como probado por su apelación estratégica y su recepción privilegiada del legado de Justo.Una lectura en clave de historia intelectual,debe interrogarse por las específicas operaciones retóricas por las cuales el autor produce efectos de tradición en la validación de sus intervenciones.La tradición de socialismo liberal,de la que Ghioldi se presenta como heredero,ofrece una construcción conceptual e historiográfica no reductible a la serie de acciones partidarias.Analizaremos aquí 2 dimensiones de tal intervención: la construcción socialista de una tradición liberal argentina,y la apelación a un vínculo entre pedagogía y política,como clave de tal continuidad.Paradigmas éticos del socialismo reformista.Fue Américo Ghioldi un hombre de partido,desde 1917,hasta su muerte en 1985,integra las filas del socialismo bajo diversas nomenclaturas.De origen poco acomodado, egresa tempranamente como docente de nivel medio;es Profesor Normal de Ciencias desde 1920.Rápidamente encuentra su lugar en el PS;su rol principal es como editor y luego director del periódico La Vanguardia. Articulista de renombre,publica una cantidad muy importante de libros,inicialmente sobre temas de educación y pedagogía,para volcarse luego a la labor de opinión sobre problemas políticos argentinos e internacionales.Pedagogía y política son así,terrenalmente,sus 2 profesiones.Entre 1925 y 1930,ejerce como Concejal en la Ciudad de Buenos Aires,y entre 1936 y 1943,como Diputado Nacional por ese distrito.Su extensa obra de publicaciones,se distribuye sobre todo en el período 1930-1955,cuando se editan la mayoría de sus libros.Varios de ellos son publicados primeramente como artículos periodísticos o folletines,para luego llegar compilados al volumen. Más allá de eso, importa recalcar lo que señala Altamirano;en calidad y en cantidad, Ghioldi es uno de los más relevantes intelectuales antiperonistas y su figura es clave para pensar el deslinde desde el antifascismo hacia el antiperonismo.En tal sentido,el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo encuentra dispuesto a exponer la tarea del Partido Socialista en tiempos de crisis de las democracias liberales.Es en la propia Europa donde este giro del socialismo reformista hacia el liberalismo se explicita,y puede reconocerse cómo Ghioldi toma de los diversos escenarios del antifascismo socialista varios ejes teóricos.Atraído por el laborismo inglés,le resulta ejemplar la intervención de un intelectual socialista como Harold Laski en el fundamentación ética de un modelo de Estado de Bienestar Democrático.Del socialismo francés ,además de la intención de replicar el concepto de Frente Popular,toma su orientación jauresiana,que de hecho influía en nuestro medio tras la muerte de Jean Jaurès en 1914,y sobre todo desde la renovación filosófica ejercida por Alejandro Korn.El filósofo platense,es clave en el cambio argumental que sufre el pensamiento socialista entre 1916 y 1936.Si el socialismo de Juan B.Justo refiere a una teoría biológica de la historia,el universo del antipositivismo busca prescindir del modelo de socialismo objetivista-economicista,para orientar su fundamentación hacia teorías idealistas de la historia.Tal ajuste,sincera el dualismo constitutivo del socialismo justiano;pues no se postula una garantía cientificista del advenimiento de la sociedad de libre cooperación, sino que se reposiciona al socialismo como un ideal regulativo.Korn representa un giro, más filosófico que doctrinario,hacia el socialismo ético,exhibiendo,no obstante,tal adecuación en un sentido de continuidad y tradición.Pues describe a Justo ya como un representante de dicha variante de socialismo.Socialista tardío,es el Maestro Filosófico de la generación de jóvenes que hacen el tránsito del reformismo universitario hacia el PS luego del golpe de 1930.Su influencia sobre Ghioldi,refractario a las expectativas de máxima del reformismo universitario,es palpable a nivel conceptual,referencial e incluso personal.Delfina Varela Domínguez,esposa del dirigente,integra el grupo de los más cercanos colaboradores académicos de Alejandro Korn.La 3ª influencia teórica,refiere al ámbito italiano,de Benedetto Croce,toma el concepto de historia como aventura de la Libertad.No se trata de presentar la historia como un despliegue de la libertad hacia el final de los tiempos;tampoco de pensar su ineficacia frente al éxito de modelos de acción irracionalistas.La noción de aventura y de hazaña,implica la necesidad ética,pero justamente no óntica,de la encarnación del ideal de la libertad como fundamento de la lucha por su realización.Las fuerzas que encarnan la libertad son las progresistas,pero su triunfo no está garantizado.Gestar su triunfo constituye un acto creativo y libre.Así,Planismo democrático,Socialismo ético y Libertad Creadora,son las rápidas coordenadas de este cuadro de afinidades.Magisterio socialista y continuidad liberal.
Provisto de este bagaje filosófico,Ghioldi se considera listo para adecuar el socialismo argentino a la crisis de su tiempo.En sus obras, encontramos referencias permanentes a Laski, Croce, León Blum y a Jean Jaurès.No obstante,debe atenderse a la economía argumental de tales usos,combinados en rigor con otros.Pues Ghioldi apela a la autoridad intelectual de aquellos referentes europeos,tanto como a la selección de una tradición argentina,en la que buscará hacer confluir socialismo y liberalismo.De hecho,si Juan B.Justo deplora tanto la incumbencia de la filosofía como la adopción de un ilusorio pacificismo ético como nueva bandera socialista,fueron necesarias varias torsiones argumentales para llegar a la supuesta autoconsciencia liberal del socialismo.En Ghioldi,el modo de nivelar las rupturas argumentales es través de la figura del magisterio socialista.Justo,era para Korn un Maestro del pueblo argentino.Ambos lo son para Ghioldi,pero de un modo equivalente al que lo son también Rivadavia,Sarmiento,Mitre y aun Roque Sáenz Peña.
Postula,así,una línea intelectual de constancia liberal,cuestión difícilmente asumida por el socialismo del Centenario.Pese a compartir, con el ala liberal del régimen conservador, los marcos de un reformismo social,en Justo,y mucho más en aquellos situados a la izquierda de su pensamiento,el liberalismo decimonónico constituía un legado más asimilado que reivindicable.Quizá por su necesidad de constituirse,retóricamente,como una fuerza absolutamente singular.En Ghioldi,se registra una afirmación distinta.El socialismo es un despliegue necesario del republicanismo,como en Jean Jaurès.Su argumento sobre el socialismo liberal,la doctrina que postula la coincidencia de fines entre la filosofía política liberal y el socialismo como movimiento de reivindicaciones progresivas,no es abstracto sino histórico.Busca establecer su linaje en la Historia Argentina,y a la vez inscribir al socialismo reformista en el lugar más alto y puro de aquél.Se trata así de una operación genealógica,de construcción de una tradición.Tal operación se apoya en un hilo conductor trascendente: la pedagogía del pueblo argentino.El Pueblo,es el protagonista de las hazañas de la Libertad, y es él quien conduce al país con potencia creadora a través de las crisis.Pero en dicha construcción ideal del sujeto de la historia,la operatividad oscila entre tal potencia popular y el protagonismo más tangible de las minorías creadoras.El rol de un Partido Socialista,más relevante en su actividad cultural que en su efectiva cosecha de voluntades,busca reorientarse en tal perspectiva.Para ello,se ha tenido que inscribir su doctrina en los términos de una filosofía de la historia antipositivista.Dicha operación,como contrapartida,redunda en la pérdida de un bastión clave del socialismo reformista.Si el socialismo en Justo era la acción que pugnaba por incrementar constantemente el bienestar cuantificable de la población,en Ghioldi será primordialmente otra cosa.La conciencia de la Historia Argentina de la Libertad y la guía del sujeto de la misma,el pueblo.El deslizamiento desde una población como objeto,hacia un pueblo como sujeto,no implica un aumento del protagonismo de las mayorías.Más bien indica,como afirma Burdman, el viraje desde una postura representativa hacia una educativa.El interlocutor anónimo y abstracto de la fuerza política,no es quien manifiesta su adhesión a legar su mandato,sino un colectivo que,al afirmar su autonomía política,adquiere una mayoría de edad,no ya económica sino moral.Resolución pedagógica de la política,y la pedagogía como respuesta política.Hacia 1943,con la Revolución de Junio y con la Guerra Mundial en desarrollo,Ghioldi y Perón ocupan los polos de un mismo espacio discursivo.Dos modos de concebir la política,en torno a la relación entre psicología de las masas y estado.Por un lado, ambos coinciden en un diagnóstico espiritualista.Propone Ghioldi que la crisis de este tiempo no es económico,objetiva,sino más bien político-moral.La revolución del 43,habría sido un intento de superación,pero que prontamente habría de fracasar por su orientación retrógrada.Considera,Ghioldi,que el pueblo argentino se ha sumido progresivamente en un estado de confusión desde la década del 20,fomentado por la reacción de élites tradicionalistas e irracionalistas.Los problemas objetivos de esta crisis espiritual,se ejemplifican en el preocupante deambular de la juventud,afirma en un anteproyecto parlamentario de 1941,que más del 60% de los adolescentes no estudia ni trabaja.Es éste el campo de aplicación del totalitarismo.Hitler Jugend y ragazzi di Mussolini.Opone,en torno al problema,2 modelos de acción,la Técnica de Conducción totalitaria y la Pedagogía de la Libertad.El 1º se vale del conocimiento de los resortes psicológicos de la acción juvenil,la propensión a la acción grupal,necesidad de líderes,movilización por fines corporales para sustraer sus personalidades en germen para fines dictatoriales.El 2º propone un penoso pero noble camino de conformación personal.Aquí,el maestro ejemplifica con su propia vida,ya que muestra y enuncia el camino pero no lo transita por el otro,deja que el alumno sufra el duro precio de sus errores.El resultado final,bastará el esfuerzo,habrá adquirido la madurez personal,fortalecido en sus metas y principios.La Pedagogía de la Libertad ghioldiana apela,utilizando consignas de Laski y Croce,a una suerte de religión laica de la Libertad.Si este ideal ha guiado la historia de los pueblos,lo ha sido tomando carnadura objetiva.La Constitución es para Ghioldi el hito de nuestra historia,ella condensaría la vida y el pensamiento de la nación.La pedagogía de la Constitución,consiste en auscultar los principios que la sostienen,y a la vez los valores que engendra y garantiza.Actuar guiados por la moral constitucional es la guía espiritualista para salir de la larga crisis con una democracia fortalecida.Educar a los jóvenes en esta moral,es la tarea que se propone un Ghioldi que,hacia 1945,todavía cree que la salida del gobierno revolucionario,esto es,los comicios de Febrero de 1946, redundará en el triunfo de la posición política que él aspira a encarnar en términos discursivos.La victoria peronista de 1946,implicó un duro golpe a las aspiraciones políticas socialistas,pero lejos de generar una revisión de sus esquemas comprensivos de la relación sociedad-poder en la coyuntura nacional,supuso una radicalización de lo que Herrera denomina “la hipótesis Ghioldi”.Se impugnará por vicios éticos a las efectivas consecuencias de la aplicación de un modelo de Estado de
Bienestar.Calificadas como prendas de fortalecimiento de la tiranía,interpretará a las mejoras cuantificables,como estímulos a la dimensión meramente animal de la población.Por el otro,tramitará el lugar cada más vez alejado del socialismo respecto a las mayorías,como la deriva de un gran error del pueblo.La dolorosa salida que prevé para el peronismo,en su explícita y temprana convocatoria hacia el golpe de Estado,la ubicará a la vez en esta matriz político-pedagógica.La sangre derramada servirá en su interpretación de sano y educador ejemplo.(Fuente:Manuel Viana).
Américo Antonio Ghioldi (1899/1985)
Publicaciones:
La Moral de la Constitución
Juan B.Justo y la Crítica Social
1933: Juan B. Justo
1934: Jornadas Laicas
1939: Síntesis de la Posición Política del Socialismo Democrático
1942: Oportunidad de Formación Profesional para los Jóvenes
1944: Sarmiento.Fundador de la Escuela Popular
Bases de la Pedagogía Constitucional
1945: Palabras a la Nación
1946: El Socialismo en la Evolución Nacional
Alpargatas y Libros en la Historia Argentina
Dos Fechas 4 de Junio–24 de Febrero
1948: La Situación Económica
1950: Marxismo,Socialismo,Izquierdismo,Comunismo y la Realidad Argentina de Hoy
Historia Crítica de la Revolución del 43
Actualidad de Juan B. Justo
1951: Conciencia Obrera y Fracaso Peronista
1953: La Argentina Tiene Miedo
1956: Cayó la Dictadura ¿Ahora Qué? De la Tiranía a la Democracia Social
1957: Más allá de la Revolución
1958: Sarmiento en las Crisis Argentinas
1962: El Mito de Eva Duarte
1965: Cambios de Estructura e Inteligencia Argentina
1967: Ejército y Política. El Golpe del 28 de Junio de 1966
1970: Desarrollo Económico y Política Institucional
PERSONALIDADES CONTROVERTIDAS , LOS HERMANOS GHIOLDI . UNA VISIÓN.
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LAS DESVENTURAS DEL SOCIALISMO DE DERECHA EN LA ARGENTINA:
LA PRAXIS ANTIMARXISTA DE LOS HERMANOS GHIOLDI.
La llamada “izquierda tradicional” en la Argentina ha estado representada por el Partido Socialista y el Partido Comunista. Estos grupos -de base social pequeño-burguesa y atrapados ideológicamente por el aparato difusor de ideas de la clase dominante- han configurado históricamente un modelo de fracaso.
No sólo han estado alejados de las luchas concretas de los trabajadores argentinos a partir de 1945, sino que, muchas veces, han formado parte de las coaliciones más antinacionales, antipopulares y reaccionarias que han surgido en la historia política argentina contemporánea.
Analizando las trayectorias de dos de sus más emblemáticos dirigentes -los hermanos Ghioldi- intentaremos echar luz sobre este fracaso histórico.
Las primeras noticias que tenemos de ellos los ubican en el Centro de Estudios “Carlos Marx”, creado en 1912 . Esta institución sería uno de los pilares culturales en los que abrevarían aquellos militantes que se nutrirían de las interpretaciones liberal-burguesas del marxismo.
Rodolfo Ghioldi (1897-1985) se graduó de maestro y estudió -sin completar- el profesorado en Historia. Ejerció durante algunos años la docencia, pero fue dejado cesante por su militancia política. Volcó, entonces, su vocación de educador al campo del periodismo llegando a ser un publicista reconocido. Sus artículos se publicaban en El Telégrafo y Crítica.
Sus escritos, recopilados en cuatro tomos, tratan temas muy variados, desde la crítica filosófica, hasta los temas militares, políticos, historiográficos, etc. Existe en todos ellos un motivo central que les da unidad: la necesaria lucha contra la dependencia imperialista y la enunciación -teórica- de la lucha por la liberación nacional.
Fervoroso defensor del internacionalismo proletario tuvo fidelidad y consecuencia con sus ideas. No podemos dejar de reconocer que, sobre todo en la década del 30, afrontó grandes riesgos de vida por su militancia debiéndose exiliar en Brasil.
Nunca se apartó, en toda su producción, de mostrar la continuidad histórica de la lucha de los comunistas argentinos junto a la de los “próceres liberales” del siglo XIX.
A pesar de que era muy respetado entre los intelectuales del PC por su sólida formación, fue uno de los responsables -junto a Victorio Codovilla- de los vicios de una conducción partidaria que asfixió bajo el dogma soviético a otras expresiones creativas que intentaron, sin éxito, modernizar la cultura comunista.
Esta actitud llevó a que, a partir de los años 60, el comunismo perdiera su carácter de hegemónico en el conjunto de la izquierda argentina –política y cultural-. Veamos algunos ejemplos de la actuación de Rodolfo Ghioldi como custodio del dogma.
En los primeros meses de 1932 comienza a desarrollar una política de atracción de intelectuales de origen pequeño burgués hacia el partido. En virtud de esta apertura se suma Roberto Arlt quien publica, en Abril de ese año, una nota en el periódico Bandera Roja invitando a los jóvenes comunistas a dedicarse con ahínco al estudio.
Esta propuesta genera una desmesurada respuesta de Rodolfo quien plantea que el verdadero comunista no se forja con el estudio -actitud individualista- sino en la lucha de masas.
Arlt le responde con una humorada indicando que, si bien es cierto que el proletariado debe guiar al intelectual pequeño burgués, eso sucede en un país con mayoría de obreros comunistas y no en uno como la Argentina, donde el noventa por ciento de los obreros no conoce a Carlos Marx.
La respuesta de Ghioldi es lapidaria: Arlt no tiene remedio, es un intelectual pequeño burgués que desprecia las masas y que está encaminado, por su individualismo, al anarco sindicalismo.
En ese mismo año de 1932, pero en la Revista Claridad dirigida por Antonio Zamora, entra en una dura polémica con Ernesto Giudici, otro importante intelectual comunista. Este hacía una defensa del universo culturalista y antipositivista de la Reforma Universitaria de 1918 y de la importancia de la intelectualidad universitaria en un proceso de liberación nacional.
Rodolfo le contesta con la misma dureza que utilizó con Arlt: la reforma es idealista, sus intelectuales pequeño burgueses y la actitud de Giudici es la de un “cretinismo intelectual” sin límites.
En el fondo, lo que subyace en ambas polémicas es la imposibilidad, en el dogma, de otorgarle un espacio autónomo a la cultura. Hasta aquí uno podría pensar que esto fue sólo un reflejo de la coyuntura o del período obrerista del PC, conocido como “clase contra clase”, anterior a la política de Frentes Populares.
Sin embargo, no es así. Veamos otro ejemplo. En 1967 se publica el libro Revolución en la Revolución del filósofo francés Regis Debray. En él se caracteriza muy esquemáticamente al proceso revolucionario cubano haciendo especial énfasis en la importancia del aparato militar por sobre el partido político. El libro fue duramente criticado por Althusser -maestro de Debray- por no especificar las condiciones de la lucha de clases en cada país de la región. También el Che Guevara lo encontró despropor-cionadamente militarista.
Rodolfo Ghioldi se suma a la polémica con una crítica “por derecha” que utiliza el libro como excusa, para plantear con claridad el descontento de toda la izquierda tradicional con la conferencia de la OLAS y el paradigma guevarista.
En realidad, Ghioldi no cree posible que Cuba esté marchando al socialismo rompiendo los marcos del etapismo, concepto tan caro al comunismo argentino. Por otra parte, lo desespera ver cómo se va perdiendo, inevitablemente, la hegemonía comunista en el campo político y cultural de la izquierda argentina. Varios ejemplos, el mismo sectarismo.
Américo Ghioldi (1899-1984), por su parte, también maestro -egresó de la Escuela Normal en 1920- fue un dirigente importante del Partido Socialista. Fue director del periódico partidario La Vanguardia en 1925 y del quincenal Acción Socialista entre 1923 y 1929.
Al igual que su hermano fue un feroz opositor al gobierno peronista llegando a brindar apoyo civil a la intentona golpista del Gral. Menéndez en 1951. No podían haber actuado de otra manera ya que, unos años atrás, el 17 de Octubre de 1945, mientras la presencia obrera en aquella histórica plaza abría camino a un importante proceso de liberación nacional, ellos estaban en las antípodas, formando parte de la Unión Democrática.
Esta terrible equivocación histórica de legitimar “por izquierda” el frente antinacional liderado por los grandes poderes del país agrario, será la causa del repudio que recibirán de parte de la clase trabajadora tanto el Partido Socialista como el Partido Comunista.
Américo llegó, incluso, a definir como “fascistas” a las multitudes movilizadas y a calificarlas como “bandas provenientes de las barriadas fangosas de Avellaneda y Berisso”. No muy lejos quedará ubicado el periódico Orientación, bajo la influencia de Rodolfo, quién hablará de “hordas de desclasados, pequeños clanes con aspecto de murga que recorrieron la ciudad, no representando a ninguna clase de la sociedad argentina. Era el malevaje reclutado por la policía y los funcionarios de la Secretaría de Trabajo y Previsión para amedrentar a la población”
Producido el golpe oligárquico de 1955 Américo llegó a apoyar el fusilamiento del Gral. Valle tras la sublevación de junio de 1956 con una definición que lo hizo tristemente célebre: “Se acabó la leche de la clemencia”.Vergonzoso.
Como teórico estudió las particularidades de las ideas socialistas en nuestro país en su trabajo El socialismo en la evolución nacional (1946) y amplió mucho más su análisis a la historia general del marxismo en su libro Marxismo, socialismo, izquierda, comunismo y la realidad argentina de hoy (1950).
En ellos asumió una perspectiva crítica del ultra izquierdismo en correspondencia con las ideas socialistas moderadas de Henry Lefevre que compartía. También incursionó en sus análisis sobre temas pedagógicos y de historia argentina.
Como dirigente del Partido Socialista demostró un autoritarismo visceral y una tendencia –demasiado evidente- a participar de cuanto gobierno dictatorial se formara. Esta actitud quedó más en evidencia que nunca cuando aceptó el cargo de embajador en Portugal que le ofreció la última dictadura militar. Vergonzoso.
Heredero y repetidor de las monsergas de Juan B. Justo y Nicolás Repetto no supo comprender, al igual que Rodolfo, los movimientos populares argentinos (radicalismo y peronismo) lo que lo encontró, como vemos, como aliado menor de la oligarquía y las fuerzas de la reacción.
Aquellos que creemos en el materialismo dialéctico como filosofía nodal de la historia, en un marxismo no mecanicista y humanista, que nos pueda ser útil tanto para nuestras investigaciones históricas como guía de acción política de las masas no podemos ver más que con un cristal hipercrítico las actuaciones políticas de Rodolfo y Américo Ghioldi. No podemos dejar de calificarlas, indudablemente, como antimarxistas.
Analizando el cipayismo histórico de estos y otros dirigentes del liberalismo de “izquierda” –verdaderos mitromarxistas- tampoco podemos dejar de coincidir con aquella magnífica definición que de ellos hiciera, en 1960, en su libro La formación de la conciencia nacional, el gran pensador del marxismo nacional Juan José Hernández Arregui: “son criaturas dilectas de la semicolonia engendrados por la colonización pedagógica”.
AUTOR : Prof. Molocznik , Maximiliano .
PARA : institutojauretche.edu.ar
Prof. Julián Mendozzi.
Recordando mis comentarios anteriores de la foto 6504,enviada por el Ing. Carlos Valentìn Gonzàlez Rivero.
Américo Ghioldi:
Una incómoda referencia en la historia del socialismo.La figura de Américo Ghioldi (1899- 1984) se nos recorta a partir de 3 registros interconectados;la retórica política,las historias partidarias,la historia de las ideologías.En la retórica política contemporánea,Ghioldi aparece como el arquetipo de la intolerancia e incomprensión del antiguo Partido Socialista Argentino frente a la irrupción del peronismo.Sus juicios sobre los fusilamientos de Junio de 1956,se imprimieron con fuerza en una tradición peronista que se forjaría bajo la fórmula de la resistencia.Su derrotero público en la segunda mitad del siglo XX,avaló el negativo juicio que actualmente pesa sobre su figura,pues no sólo ofreció ambigüedad ante la “Revolución Argentina” de 1961 sino que,durante su vejez,participó del último gobierno militar ocupando el cargo de Embajador en Portugal.Si nos referimos a la historia partidaria de las izquierdas,con anterioridad a que tal singular itinerario se completara,había sido el propio Partido Socialista quien desde la escisión de 1958,prescindió del perdurable liderazgo intelectual de Ghioldi.La estrategia argumental de quienes pasaron a integrar el naciente Partido Socialista Argentino,consistió en presentar a la intervención de aquél como una desviación de las tareas eminentemente socialistas de un partido nacido para la defensa de los trabajadores.Para otras fuerzas,por el contrario,el ghioldismo venía a resultar una suerte de coronación,o rigurosa aplicación,del ideario de Juan B. Justo.Sea como socialismo evolutivo,liberal y bernsteiniano,para la nueva izquierda,o como cipayismo librecambista y antipopular, para la izquierda nacional,se tomó de alguna manera a Ghioldi,al pie de la letra,pues sólo se invirtió su valoración de la tradición,Ghioldismo era igual a Justismo.Cuando a mediados de los años ochenta José Aricó reinterpretó la obra de Juan B.Justo en términos de un marxismo heterodoxo,pluralista y democrático para la Argentina del Centenario,la figura de Américo Ghioldi no fue incluida en el nuevo canon socialdemócrata argentino.Tal ausencia,necesaria para toda renovación doctrinaria e ideológica,deja no obstante en pie el problema de la conformación de una identidad cerradamente antiperonista y problemáticamente liberal al interior del socialismo argentino.Finalmente,en la historia conceptual de las ideologías políticas,la matriz interpretativa que más se ha afirmado es la que analiza la expresión ideológica oficial del Partido Socialista,las editoriales de Américo Ghioldi en La Vanguardia son la fuente privilegiada,como reconversión de una posición antifascista en una más específica antiperonista.En tal sentido,afirma Andrés Bisso que la identidad antifascista constituyó en los años de la 2ª Guerra una auténtica prenda de unidad doctrinaria y diferenciación para el Partido Socialista,mostrando dramáticamente sus límites para los años de gobierno peronista.Carlos Miguel Herrera propone que entre 1943 y 1946, Ghioldi gesta una matriz conceptual perdurable: piensa al peronismo excluyentemente como aplicación criolla del fascismo y del totalitarismo.La denomina: hipótesis Ghioldi,parafraseando a José Aricó y su hipótesis Justo.Javier Burdman,releyendo las editoriales de Ghioldi entre 1943 y 1945,encuentra el despliegue de al menos tres operaciones: la renuncia a la representación proletaria;el recurso a la idealidad de las luchas sociales;el consecuente desdoblamiento de la justicia social “efectiva” entre una válida y otra inaceptable.Para el 1º y 2º registro discursivo,el Justismo de Ghioldi aparece como probado por su apelación estratégica y su recepción privilegiada del legado de Justo.Una lectura en clave de historia intelectual,debe interrogarse por las específicas operaciones retóricas por las cuales el autor produce efectos de tradición en la validación de sus intervenciones.La tradición de socialismo liberal,de la que Ghioldi se presenta como heredero,ofrece una construcción conceptual e historiográfica no reductible a la serie de acciones partidarias.Analizaremos aquí 2 dimensiones de tal intervención: la construcción socialista de una tradición liberal argentina,y la apelación a un vínculo entre pedagogía y política,como clave de tal continuidad.Paradigmas éticos del socialismo reformista.Fue Américo Ghioldi un hombre de partido,desde 1917,hasta su muerte en 1985,integra las filas del socialismo bajo diversas nomenclaturas.De origen poco acomodado, egresa tempranamente como docente de nivel medio;es Profesor Normal de Ciencias desde 1920.Rápidamente encuentra su lugar en el PS;su rol principal es como editor y luego director del periódico La Vanguardia. Articulista de renombre,publica una cantidad muy importante de libros,inicialmente sobre temas de educación y pedagogía,para volcarse luego a la labor de opinión sobre problemas políticos argentinos e internacionales.Pedagogía y política son así,terrenalmente,sus 2 profesiones.Entre 1925 y 1930,ejerce como Concejal en la Ciudad de Buenos Aires,y entre 1936 y 1943,como Diputado Nacional por ese distrito.Su extensa obra de publicaciones,se distribuye sobre todo en el período 1930-1955,cuando se editan la mayoría de sus libros.Varios de ellos son publicados primeramente como artículos periodísticos o folletines,para luego llegar compilados al volumen. Más allá de eso, importa recalcar lo que señala Altamirano;en calidad y en cantidad, Ghioldi es uno de los más relevantes intelectuales antiperonistas y su figura es clave para pensar el deslinde desde el antifascismo hacia el antiperonismo.En tal sentido,el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo encuentra dispuesto a exponer la tarea del Partido Socialista en tiempos de crisis de las democracias liberales.Es en la propia Europa donde este giro del socialismo reformista hacia el liberalismo se explicita,y puede reconocerse cómo Ghioldi toma de los diversos escenarios del antifascismo socialista varios ejes teóricos.Atraído por el laborismo inglés,le resulta ejemplar la intervención de un intelectual socialista como Harold Laski en el fundamentación ética de un modelo de Estado de Bienestar Democrático.Del socialismo francés ,además de la intención de replicar el concepto de Frente Popular,toma su orientación jauresiana,que de hecho influía en nuestro medio tras la muerte de Jean Jaurès en 1914,y sobre todo desde la renovación filosófica ejercida por Alejandro Korn.El filósofo platense,es clave en el cambio argumental que sufre el pensamiento socialista entre 1916 y 1936.Si el socialismo de Juan B.Justo refiere a una teoría biológica de la historia,el universo del antipositivismo busca prescindir del modelo de socialismo objetivista-economicista,para orientar su fundamentación hacia teorías idealistas de la historia.Tal ajuste,sincera el dualismo constitutivo del socialismo justiano;pues no se postula una garantía cientificista del advenimiento de la sociedad de libre cooperación, sino que se reposiciona al socialismo como un ideal regulativo.Korn representa un giro, más filosófico que doctrinario,hacia el socialismo ético,exhibiendo,no obstante,tal adecuación en un sentido de continuidad y tradición.Pues describe a Justo ya como un representante de dicha variante de socialismo.Socialista tardío,es el Maestro Filosófico de la generación de jóvenes que hacen el tránsito del reformismo universitario hacia el PS luego del golpe de 1930.Su influencia sobre Ghioldi,refractario a las expectativas de máxima del reformismo universitario,es palpable a nivel conceptual,referencial e incluso personal.Delfina Varela Domínguez,esposa del dirigente,integra el grupo de los más cercanos colaboradores académicos de Alejandro Korn.La 3ª influencia teórica,refiere al ámbito italiano,de Benedetto Croce,toma el concepto de historia como aventura de la Libertad.No se trata de presentar la historia como un despliegue de la libertad hacia el final de los tiempos;tampoco de pensar su ineficacia frente al éxito de modelos de acción irracionalistas.La noción de aventura y de hazaña,implica la necesidad ética,pero justamente no óntica,de la encarnación del ideal de la libertad como fundamento de la lucha por su realización.Las fuerzas que encarnan la libertad son las progresistas,pero su triunfo no está garantizado.Gestar su triunfo constituye un acto creativo y libre.Así,Planismo democrático,Socialismo ético y Libertad Creadora,son las rápidas coordenadas de este cuadro de afinidades.Magisterio socialista y continuidad liberal.
Provisto de este bagaje filosófico,Ghioldi se considera listo para adecuar el socialismo argentino a la crisis de su tiempo.En sus obras, encontramos referencias permanentes a Laski, Croce, León Blum y a Jean Jaurès.No obstante,debe atenderse a la economía argumental de tales usos,combinados en rigor con otros.Pues Ghioldi apela a la autoridad intelectual de aquellos referentes europeos,tanto como a la selección de una tradición argentina,en la que buscará hacer confluir socialismo y liberalismo.De hecho,si Juan B.Justo deplora tanto la incumbencia de la filosofía como la adopción de un ilusorio pacificismo ético como nueva bandera socialista,fueron necesarias varias torsiones argumentales para llegar a la supuesta autoconsciencia liberal del socialismo.En Ghioldi,el modo de nivelar las rupturas argumentales es través de la figura del magisterio socialista.Justo,era para Korn un Maestro del pueblo argentino.Ambos lo son para Ghioldi,pero de un modo equivalente al que lo son también Rivadavia,Sarmiento,Mitre y aun Roque Sáenz Peña.
Postula,así,una línea intelectual de constancia liberal,cuestión difícilmente asumida por el socialismo del Centenario.Pese a compartir, con el ala liberal del régimen conservador, los marcos de un reformismo social,en Justo,y mucho más en aquellos situados a la izquierda de su pensamiento,el liberalismo decimonónico constituía un legado más asimilado que reivindicable.Quizá por su necesidad de constituirse,retóricamente,como una fuerza absolutamente singular.En Ghioldi,se registra una afirmación distinta.El socialismo es un despliegue necesario del republicanismo,como en Jean Jaurès.Su argumento sobre el socialismo liberal,la doctrina que postula la coincidencia de fines entre la filosofía política liberal y el socialismo como movimiento de reivindicaciones progresivas,no es abstracto sino histórico.Busca establecer su linaje en la Historia Argentina,y a la vez inscribir al socialismo reformista en el lugar más alto y puro de aquél.Se trata así de una operación genealógica,de construcción de una tradición.Tal operación se apoya en un hilo conductor trascendente: la pedagogía del pueblo argentino.El Pueblo,es el protagonista de las hazañas de la Libertad, y es él quien conduce al país con potencia creadora a través de las crisis.Pero en dicha construcción ideal del sujeto de la historia,la operatividad oscila entre tal potencia popular y el protagonismo más tangible de las minorías creadoras.El rol de un Partido Socialista,más relevante en su actividad cultural que en su efectiva cosecha de voluntades,busca reorientarse en tal perspectiva.Para ello,se ha tenido que inscribir su doctrina en los términos de una filosofía de la historia antipositivista.Dicha operación,como contrapartida,redunda en la pérdida de un bastión clave del socialismo reformista.Si el socialismo en Justo era la acción que pugnaba por incrementar constantemente el bienestar cuantificable de la población,en Ghioldi será primordialmente otra cosa.La conciencia de la Historia Argentina de la Libertad y la guía del sujeto de la misma,el pueblo.El deslizamiento desde una población como objeto,hacia un pueblo como sujeto,no implica un aumento del protagonismo de las mayorías.Más bien indica,como afirma Burdman, el viraje desde una postura representativa hacia una educativa.El interlocutor anónimo y abstracto de la fuerza política,no es quien manifiesta su adhesión a legar su mandato,sino un colectivo que,al afirmar su autonomía política,adquiere una mayoría de edad,no ya económica sino moral.Resolución pedagógica de la política,y la pedagogía como respuesta política.Hacia 1943,con la Revolución de Junio y con la Guerra Mundial en desarrollo,Ghioldi y Perón ocupan los polos de un mismo espacio discursivo.Dos modos de concebir la política,en torno a la relación entre psicología de las masas y estado.Por un lado, ambos coinciden en un diagnóstico espiritualista.Propone Ghioldi que la crisis de este tiempo no es económico,objetiva,sino más bien político-moral.La revolución del 43,habría sido un intento de superación,pero que prontamente habría de fracasar por su orientación retrógrada.Considera,Ghioldi,que el pueblo argentino se ha sumido progresivamente en un estado de confusión desde la década del 20,fomentado por la reacción de élites tradicionalistas e irracionalistas.Los problemas objetivos de esta crisis espiritual,se ejemplifican en el preocupante deambular de la juventud,afirma en un anteproyecto parlamentario de 1941,que más del 60% de los adolescentes no estudia ni trabaja.Es éste el campo de aplicación del totalitarismo.Hitler Jugend y ragazzi di Mussolini.Opone,en torno al problema,2 modelos de acción,la Técnica de Conducción totalitaria y la Pedagogía de la Libertad.El 1º se vale del conocimiento de los resortes psicológicos de la acción juvenil,la propensión a la acción grupal,necesidad de líderes,movilización por fines corporales para sustraer sus personalidades en germen para fines dictatoriales.El 2º propone un penoso pero noble camino de conformación personal.Aquí,el maestro ejemplifica con su propia vida,ya que muestra y enuncia el camino pero no lo transita por el otro,deja que el alumno sufra el duro precio de sus errores.El resultado final,bastará el esfuerzo,habrá adquirido la madurez personal,fortalecido en sus metas y principios.La Pedagogía de la Libertad ghioldiana apela,utilizando consignas de Laski y Croce,a una suerte de religión laica de la Libertad.Si este ideal ha guiado la historia de los pueblos,lo ha sido tomando carnadura objetiva.La Constitución es para Ghioldi el hito de nuestra historia,ella condensaría la vida y el pensamiento de la nación.La pedagogía de la Constitución,consiste en auscultar los principios que la sostienen,y a la vez los valores que engendra y garantiza.Actuar guiados por la moral constitucional es la guía espiritualista para salir de la larga crisis con una democracia fortalecida.Educar a los jóvenes en esta moral,es la tarea que se propone un Ghioldi que,hacia 1945,todavía cree que la salida del gobierno revolucionario,esto es,los comicios de Febrero de 1946, redundará en el triunfo de la posición política que él aspira a encarnar en términos discursivos.La victoria peronista de 1946,implicó un duro golpe a las aspiraciones políticas socialistas,pero lejos de generar una revisión de sus esquemas comprensivos de la relación sociedad-poder en la coyuntura nacional,supuso una radicalización de lo que Herrera denomina “la hipótesis Ghioldi”.Se impugnará por vicios éticos a las efectivas consecuencias de la aplicación de un modelo de Estado de
Bienestar.Calificadas como prendas de fortalecimiento de la tiranía,interpretará a las mejoras cuantificables,como estímulos a la dimensión meramente animal de la población.Por el otro,tramitará el lugar cada más vez alejado del socialismo respecto a las mayorías,como la deriva de un gran error del pueblo.La dolorosa salida que prevé para el peronismo,en su explícita y temprana convocatoria hacia el golpe de Estado,la ubicará a la vez en esta matriz político-pedagógica.La sangre derramada servirá en su interpretación de sano y educador ejemplo.(Fuente:Manuel Viana).
LA VOZ DE AMÉRICO GHIOLDI EN 1980.
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http://www.youtube.com/watch_popup?v=tl6F_c9mvdE
Prof. Julián Mendozzi.
Américo Antonio Ghioldi (1899/1985)
Publicaciones:
La Moral de la Constitución
Juan B.Justo y la Crítica Social
1933: Juan B. Justo
1934: Jornadas Laicas
1939: Síntesis de la Posición Política del Socialismo Democrático
1942: Oportunidad de Formación Profesional para los Jóvenes
1944: Sarmiento.Fundador de la Escuela Popular
Bases de la Pedagogía Constitucional
1945: Palabras a la Nación
1946: El Socialismo en la Evolución Nacional
Alpargatas y Libros en la Historia Argentina
Dos Fechas 4 de Junio–24 de Febrero
1948: La Situación Económica
1950: Marxismo,Socialismo,Izquierdismo,Comunismo y la Realidad Argentina de Hoy
Historia Crítica de la Revolución del 43
Actualidad de Juan B. Justo
1951: Conciencia Obrera y Fracaso Peronista
1953: La Argentina Tiene Miedo
1956: Cayó la Dictadura ¿Ahora Qué? De la Tiranía a la Democracia Social
1957: Más allá de la Revolución
1958: Sarmiento en las Crisis Argentinas
1962: El Mito de Eva Duarte
1965: Cambios de Estructura e Inteligencia Argentina
1967: Ejército y Política. El Golpe del 28 de Junio de 1966
1970: Desarrollo Económico y Política Institucional
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