El misterioso Saint James:
Del viejo hotel Saint James quedan anécdotas,fotos y,sobre todo,leyendas y poesías antiguas:
Es un viejo Castillo.Un caserón vetusto que nos acoge,
el pobre,con aire señorial y fraterno.
En su umbrosa caverna nadie habita,
nadie habita exceptuando un búho colosal.
¡Un caserón vetusto! Oh, pálido Saint James,
¿acaso,acaso aguardas a tu hábil constructor?
¡Muchas gaviotas mueren al fabricar el nido!
¡Sabed que tu arquitecto una tarde se ahorcó!
¡Oh, pálido Saint James.Oh Sam Yemi
de las mentas de la infancia!
¿Cuál es tu secreto?
-La Vieja del Hotelòn:
Cerca del monumental edificio en construcciòn que se mantuvo en piè hasta hace poco cayò bajo la piqueta demoledora,conocida por el “Hotel Saint James”,cuya esbelta silueta erguìa en la falda oriental de la loma de Cabo Corrientes,frente a la playa de los ingleses,en su vecindad con el mar,se hallaba una humildìsima choza de piedra sin ligar,de mezcla,que por su ubicaciòn en ese paraje solitario,visitado por gaviotas y albatros,mas bien parecìa destinada a vivienda o refugio de pescadores.
El mar con su eterno vaivèn azotaba a pocos pasos las rocas del Cabo al que tanto temen los marinos en las borrascas.
Dentro de aquella pobre choza habìa una minùscula capilla,o altar mas bien chico,coronado por una imagen tallada en madera la que siempre,constantemente,aparecìa rodeada de flores,de hermosas flores.
El oratorio lucìa un riquìsimo manto de ñanduty y unos cirios labrados que emergìan de los candelabros de plata sellada,que iluminaban el breve recinto,dando una expresiòn mortecina a los lindos rostros de las devotas que solìan concurrir.Cada una de ellas,con una unciòn estraordinaris,se prosternada ante la santa dilecta y,en fervorosa oraciòn permanecìa largo rato…Al salir del pequeño templo la ìngrima ocupante de aquella casa misteriosa en la que reinaba siempre un impresionante silencio,la que recibìa deferentemente.Pero lo que mas llamaba la atenciòn de los que pasaban por el camino de la costa era que,permanentemente se veìa en la puerta del rancho una fila de carruajes de lujo que denotaba la calidad de los visitantes.
El secreto de esa popularidad residìa -se supo despuès- en la virtud atribuìda a la virgencita de la montaña para concertar consorcios matrimoniales y de ahì que su altar,se viera atestado de ofrendas,amuletos y ex-votos.
Era por lo visto,una rival de San Antonio y cuyo prestigio crecìa con sus frecuentes aciertos.En efectos,las personas que concurrìan a ese solitario lugar para elevar sus preces,eran niñas de nuestra sociedad elegante que se hospedaban en el Hotel Brìstol o en los pocos chalets de entonces.
El poder de la virgen milagrosa llegaba a neutralizar los desvìos e inconsecuencias de los Romeos,fortaleciendo la pasiòn de ellos hasta llevarla al altar…Se contaban innumerables casos de reconciliaciones estimadas imposibles.
Con la muerte de la viejecita del hotelòn terminò la peregrinaciòn a aquel sitio donde aùn despuès de 30 años existen vestigios del curioso refugio de las novias,hoy abuelas muchas de ellas.
De noche,en esas noches de invierno es que el temporal aullaba como una hiena a las puertas del humilde santuario,cuentan que desde gran distancia los cirios encendiddos del altar,que jamàs se apagaban titilando en el hueco ruinoso de su morada de la viejecita del hotelòn,semejaban a un velorio permanente…(Julio C. Gascòn/Del Arcòn de mis Recuerdos)
En la foto 3270,enviada por el Sr. Carlos Alberto de Adà,podemos ver una imagen de la denominada por Julio Cèsar Gascòn la “Vieja del Hotelòn”,que no es otra que doña Gabina,otra postal similar,està como indico,en el libro de Roberto T. Barili.
A principios de 1890,un reducido grupo de caballeros britànicos entusiastas del golf,entre los que deben ser recordados los Sres. T.V.V.Scrogie y Federisco Carliste,realizaron algunos matches,con el ùnico propòsito de hacer ejercicio.Esas partidas asaz irregulares,eran iniciadas sin mas bagage cada jugador que una pelota y una clava,desde un lugar que hoy se levanta la mansiòn de don Ernesto Tornquist,en direcciòn a la toma del Torreòn y de allì hacia EL EDIFICIO HOY EN RUINAS QUE SE CONSTRUIA PARA EL HOTEL ST. JAMES;el final de la partida CONSISTÌA EN INTRODUCIR LA PELOTA POR UNA DE LAS VENTANAS DE ESE EDIFICIO.Algùn tiempo despuès fueron marcados los 6 primeros hoyos en los terrenos comprendidos entonces entre la Playa Norte y los 5 chalets,formàndose asì la primera cancha de golf….(fuente: El Golf Club de MdP/diario La Naciòn,9-7-1916)
El misterioso Saint James:
Del viejo hotel Saint James quedan anécdotas,fotos y,sobre todo,leyendas y poesías antiguas:
Es un viejo Castillo.Un caserón vetusto que nos acoge,
el pobre,con aire señorial y fraterno.
En su umbrosa caverna nadie habita,
nadie habita exceptuando un búho colosal.
¡Un caserón vetusto! Oh, pálido Saint James,
¿acaso,acaso aguardas a tu hábil constructor?
¡Muchas gaviotas mueren al fabricar el nido!
¡Sabed que tu arquitecto una tarde se ahorcó!
¡Oh, pálido Saint James.Oh Sam Yemi
de las mentas de la infancia!
¿Cuál es tu secreto?
(Fuente:Toledo con Todos/5-2000)
En el siguiente link,podemos ver el video:
“Saint James,sueldos sin pagar..”
Con relatos del Arquitecto Roberto O.Cova.
http://www.youtube.com/watch?v=sGE4rPjx8Qc
-La Vieja del Hotelòn:
Cerca del monumental edificio en construcciòn que se mantuvo en piè hasta hace poco cayò bajo la piqueta demoledora,conocida por el “Hotel Saint James”,cuya esbelta silueta erguìa en la falda oriental de la loma de Cabo Corrientes,frente a la playa de los ingleses,en su vecindad con el mar,se hallaba una humildìsima choza de piedra sin ligar,de mezcla,que por su ubicaciòn en ese paraje solitario,visitado por gaviotas y albatros,mas bien parecìa destinada a vivienda o refugio de pescadores.
El mar con su eterno vaivèn azotaba a pocos pasos las rocas del Cabo al que tanto temen los marinos en las borrascas.
Dentro de aquella pobre choza habìa una minùscula capilla,o altar mas bien chico,coronado por una imagen tallada en madera la que siempre,constantemente,aparecìa rodeada de flores,de hermosas flores.
El oratorio lucìa un riquìsimo manto de ñanduty y unos cirios labrados que emergìan de los candelabros de plata sellada,que iluminaban el breve recinto,dando una expresiòn mortecina a los lindos rostros de las devotas que solìan concurrir.Cada una de ellas,con una unciòn estraordinaris,se prosternada ante la santa dilecta y,en fervorosa oraciòn permanecìa largo rato…Al salir del pequeño templo la ìngrima ocupante de aquella casa misteriosa en la que reinaba siempre un impresionante silencio,la que recibìa deferentemente.Pero lo que mas llamaba la atenciòn de los que pasaban por el camino de la costa era que,permanentemente se veìa en la puerta del rancho una fila de carruajes de lujo que denotaba la calidad de los visitantes.
El secreto de esa popularidad residìa -se supo despuès- en la virtud atribuìda a la virgencita de la montaña para concertar consorcios matrimoniales y de ahì que su altar,se viera atestado de ofrendas,amuletos y ex-votos.
Era por lo visto,una rival de San Antonio y cuyo prestigio crecìa con sus frecuentes aciertos.En efectos,las personas que concurrìan a ese solitario lugar para elevar sus preces,eran niñas de nuestra sociedad elegante que se hospedaban en el Hotel Brìstol o en los pocos chalets de entonces.
El poder de la virgen milagrosa llegaba a neutralizar los desvìos e inconsecuencias de los Romeos,fortaleciendo la pasiòn de ellos hasta llevarla al altar…Se contaban innumerables casos de reconciliaciones estimadas imposibles.
Con la muerte de la viejecita del hotelòn terminò la peregrinaciòn a aquel sitio donde aùn despuès de 30 años existen vestigios del curioso refugio de las novias,hoy abuelas muchas de ellas.
De noche,en esas noches de invierno es que el temporal aullaba como una hiena a las puertas del humilde santuario,cuentan que desde gran distancia los cirios encendiddos del altar,que jamàs se apagaban titilando en el hueco ruinoso de su morada de la viejecita del hotelòn,semejaban a un velorio permanente…(Julio C. Gascòn/Del Arcòn de mis Recuerdos)
En la foto 3270,enviada por el Sr. Carlos Alberto de Adà,podemos ver una imagen de la denominada por Julio Cèsar Gascòn la “Vieja del Hotelòn”,que no es otra que doña Gabina,otra postal similar,està como indico,en el libro de Roberto T. Barili.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/3270
A principios de 1890,un reducido grupo de caballeros britànicos entusiastas del golf,entre los que deben ser recordados los Sres. T.V.V.Scrogie y Federisco Carliste,realizaron algunos matches,con el ùnico propòsito de hacer ejercicio.Esas partidas asaz irregulares,eran iniciadas sin mas bagage cada jugador que una pelota y una clava,desde un lugar que hoy se levanta la mansiòn de don Ernesto Tornquist,en direcciòn a la toma del Torreòn y de allì hacia EL EDIFICIO HOY EN RUINAS QUE SE CONSTRUIA PARA EL HOTEL ST. JAMES;el final de la partida CONSISTÌA EN INTRODUCIR LA PELOTA POR UNA DE LAS VENTANAS DE ESE EDIFICIO.Algùn tiempo despuès fueron marcados los 6 primeros hoyos en los terrenos comprendidos entonces entre la Playa Norte y los 5 chalets,formàndose asì la primera cancha de golf….(fuente: El Golf Club de MdP/diario La Naciòn,9-7-1916)
gracias Federico Morgan por estas fotos !!!