En la casa de Victoria Ocampo en Mar del Plata, año 1924, parados de izquierda a derecha: Pedro Enriquez Ureña, el pintor Emilio Pettoruti, Rabindranath Tagore, Julio V González, Carlos Américo Amaya y Carlos Rodriguez Pintos. Sentados: Guillermo Korn, persona no identificada, Elvira Roldán de Amaya y Pedro Blake. Enviada por el Prof. Julián Mendozzi.
Prof.Julián Mendozzi,mis felicitaciones,para mi esta foto es parte del paraiso,recordar a Rabindranath Tagore,del cual me habló por primera vez, ,cuando todavía se enseñaba muchas mas cosas en la primaria,mi maestro de 5° grado,luego pude comprar algunos libros de este poeta de los cuales me queda uno: “Luna Nueva”;pasado los años en la universidad,en Filosofía y letras volví a leerlo,a este escritor maravilloso.Además tenemos en esta imagen nada menos que al pintor Emilio Pettoruti.Idudablemente Fotos de Familia es un sitio de imágenes y de cultura universal.
Comentarios sobre la casa de Victoria Ocampo,y algunos aspectos de su vida,podemos encontralos en la foto 6711,enviada por el Sr. Nino Ramella.
http://www.lacapitalmdp.com/contenidos/fotosfamilia/fotos/6711
Poeta y filósofo indio,Rabindranath Tagore contribuyó a estrechar el entendimiento mutuo entre las civilizaciones occidental e india con una obra profundamente religiosa, impregnada por su amor a la naturaleza y a su tierra.En 1913, recibió el Premio Nobel de Literatura,hecho que contribuyó a la difusión internacional de su obra, y en 1915 el rey Jorge V lo nombró caballero,título al que el poeta renunció tras la matanza de Amritsar en 1919,cuando las tropas británicas mataron a 400 manifestantes indios.Victoria Ocampo leyó por primera vez el Gitanjali de Tagore en una traducción de André Gide de 1914 y habría de describir esa lectura como su primer encuentro real con el poeta.La obra de Tagore significó para ella una intensa experiencia emocional que describiría como los poemas que me brindaban el don de las lágrimas.
Años más tarde, en 1924, Tagore llegó al país de viaje hacia Perú,a donde había sido invitado para presenciar los festejos por el centenario de la Independencia del país.Pero una gripe traicionera—como la llamó Victoria— lo obligó a recalar en Buenos Aires unos días más de lo previsto para recobrar fuerzas.Pronto los médicos le aconsejaron reposo absoluto: una travesía en tren por los Andes podía llegar a ser fatal para su débil corazón.Victoria se presentó en el Hotel Plaza donde se hospedaba el poeta y le propuso que descansara en Miralrío,una quinta en San Isidro a apenas unos pasos de Villa Ocampo.En principio se acordó que Tagore se quedaría allí una semana: se quedó dos meses —noviembre y diciembre 1924— y nunca llegó a Perú.El poeta se repuso en aquellas barrancas de San Isidro,donde el aire estaba cargado del perfume de las flores de mango y las rosas.Era un obsequio que le hacía Victoria: era lo único que yo podía regalarle: el olor de la lluvia sobre el pasto de la barranca,la sombra de una tipa de flores amarillas,la inmensidad de ese río sin igual,y jirones de nubes empujadas por el viento.Durante su convalecencia Victoria le había regalado al poeta un sillón de respaldo alto y duro y al fin de la estadía ella insistió en que se lo llevara consigo: el sillón hoy se exhibe en Rabindra Bhavana en Santiniketan,India.Durante esa larga travesía marítima de regreso a casa Tagore escribió los cuatro poemas Purabi.Recién hacia 1930 Victoria viajó a Francia y,al tiempo, fascinada por los dibujos del poeta,le organizó una exhibición.No volvieron a verse.Pero la mujer de cara oval y ojos penetrantes que aparece en muchos de los dibujos de Tagore pudo haber estado inspirada en Victoria.Poco antes de morir el poeta escribió: No conocía el idioma de ella pero lo que me decían sus ojos perdurará para siempre,elocuentes en su angustia.(fuente:Villa Ocampo/El Mundo de Victoria)
…1924: Llega a Buenos Aires Rabindranath Tagore.Victoria lo hospeda en la quinta Miralrío a pocos metros de Villa Ocampo donde ella se muda para estar cerca del poeta.Victoria se ocupa de él incansablemente.Le manda a hacer por Paquin,el modisto de moda,dos túnicas y hasta contempla la posibilidad de comprarle una Villa en Italia para que el maestro descanse.
En el invierno llega Ernest Ansermet para dirigir un concierto de Debussy. Victoria se interesa en él y consiguió que el director se quede tres temporadas en la ciudad.En 1925 Tagore deja Buenos Aires.Victoria participa en el estreno de El rey David, de Arthur Honegger como recitante…(fuente;
Cronología de V.Ocampo/Villa Ocampo.
Algunas frases de Rabindranath Tagore:
-La poesía es el eco de la melodía del universo,en el corazón de los humanos.
-Cada criatura,al nacer,nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.
-Los hombres son crueles,pero el hombre es bueno.
-Si lloras por haber perdido el sol,las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.
-Vivimos en el mundo,cuando lo amamos.
-Hacer preguntas es prueba de que se piensa.
-El amor es el significado último de todo lo que nos rodea,no es un simple sentimiento,es la verdad,es la alegría que está en el origen de toda creación.
-Engarza en oro las alas del pájaro y nunca mas volará al cielo.
-La verdad no está de parte de quien más grite.
-Cuando sonrió el hombre,el mundo lo amó.Cuando rió,le tuvo miedo.
-Cuando somos grandes en humildad,estamos más cerca de lo grande.
-La fe es el pájaro que canta cuando el amanecer todavía está oscuro
-Soy como un camino en la noche,que escucha en silencio los pasos de sus recuerdos.
Esta foto está tomada en la quinta de Victoria Ocampo en San Isidro en 1924.
De pie:
Pedro Henríquez Ureña,Emilio Pettoruti,Rabindranat Tagore,Julio V. González,Carlos Américo Amaya,Carlos Rodríguez Pinto
Sentados:
Guillermo Korn,Isabel Lombardo Toledano de Henríquez Ureña,Elfrida Rolón de Amaya y Pedro V. Blake.
Pedro Henríquez Ureña:
Intelectual,filólogo,crítico,ensayista y escritor dominicano.Nació el 29 de junio de 1884 y falleció el 11 de mayo de 1946
Vivió su última etapa en Argentina y abarcó de 1925 hasta su fallecimiento en mayo de 1946 Con él entran al país los estudios hispanoamericanistas,filológicos, estilísticos y lingüísticos; métodos colocando al texto en el centro del análisis.Fue docente del Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata.Formó parte activa de la vida cultural de la época y desplegó un papel decisivo en la vida académica argentina,que comenzó el año de su llegada al país, en 1924.
Fundó la Universidad Popular Alejandro Korn,con el filósofo socialista Alejandro Korn,Raimundo Lida,el historiador José Luis Romero y el ensayista Ezequiel Martínez Estrada,formó parte de la intelectualidad Impartió conferencias, publicó un libro de gramática, participó en congresos.Prologó la colección Cien Obras Maestras,concibió la Colección Grandes Escritores de América,organizó la Biblioteca Americana y recibió la Cátedra Charles Eliot Norton en la Universidad de Minnesota,— primer latinoomericano en ocuparla—.Sus padres fueron dos prominentes intelectuales: Salomé Ureña,la gran poetisa dominicana,y Francisco Henríquez y Carvajal,médico,abogado,escritor,pedagogo dominicano.
En el Colegio Nacional fue,junto a Ezequiel Martínez Estrada,uno de los docentes más importantes,recordado siempre por Ernesto Sabato.
Los afanes de Pedro Henríquez fueron su permanante deseo por educar y descubrir vocaciones.Alfonso Reyes,su amigo de toda la vida escribió: Enseñaba a ver,a oír y a pensar,y suscitó una verdadera reforma de la cultura.A través de su relación con Rosa Oliver,Martínez Estrada,Eduardo Mallea y José Bianco y sus trabajos en Sur,su colaboración de 1942 en la publicación de Victoria Ocampo dictamina y justifica,por primera vez,el rango único de la obra de Borges en la literatura argentina.
Son fundamentales sus estudios titulados Corrientes literarias en la América hispana;Seis ensayos en busca de nuestra expresión;Ensayos críticos (1905);La versificación irregular en la poesía castellana (1920);La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo (1936);El español en Santo Domingo (1940);y su obra póstuma: Historia de la cultura en la América Hispánica (1947).
Murió en 1946 mientras se dirigía en tren hacia La Plata a atender sus compromisos académicos.El 26 de octubre de 1990,a través del Decreto 25 04,La Municipalidad de La Plata lo declara Ciudadano Ilustre Post – Mortem.(fuente: Univ.Nac. de la Plata)
Carlos Rodríguez Pintos a punto de olvido (1895-1985):
Hombre de cultura vasta,refinada,exquisita, según testimonio unánime de quienes le conocieron y según trasunta su propia obra.Realizó estudios de arte en La Plata,Argentina,y durante diez años (1927-1937) en la Sorbonne y en la Escuela del museo del Louvre.Estuvo en París en esos años clave de la entreguerras,que fueron los últimos de esa ciudad como capital cultural de Occidente.Cultivó una poesía de exigente cuidado formal;rica y suntuosa de imágenes;buscadora de los valores plásticos y musicales de la palabra;con un tipo de elaboración simbólica que,a veces,se asemeja al de Góngora;desveladamente atenta a la perfección.De su obra vasta y hasta excesiva se necesita una antología: es uno de nuestros poetas menos leídos,lo que es una injusticia para con su poesía y una daño para nuestra cultura.En esa obra resplandecen,como joya exacta,las veinte octavas reales del Canto de amor,1946.
(fuente:Graciela Mántaras Loedel/Jorge Arbeleche-Panorama de la Literatura Uruguaya (1915 y 1945)-Academia Nacional de Letras-1995)
Lic. Somma , veo en Ud. un hombre dueño de una enorme cultura general , es un placer leer y releer sus comentarios.
Le comento que estoy investigando acerca de Victoria y Rabindranath y pronto enviaré mas material al Diario.
Atte. Prof. Julián Mendozzi.
Lamentablemente de la vida del poeta Pedro V. Blake,no se ha escrito mucho,por lo menos no hay material biográfico al alcance de todos,en las bibliotecas principales,solo se encuentran sus libros de poemas:
-“La Quietud de la Fronda”,(103 páginas) publicado por Pedro Benavides en 1921.
-“Contraluz”,editado en 1924 por la Editorial Ricordi.
-“Interregno”,en 1933,(32 páginas),editado por Capellano Hnos.que está además ilustrado por Raúl Soldi.
Con el aliento permanente de Julián Martinez,Victoria Ocampo se cargó de energía necesaria para incursionar en el mundo de las letras.Ella se había impuesto relacionarse con figuras de peso.No lo hacía para mostrarse,sino para lograr un inercambio enriquecedor.Por ese motivo la llegada del poeta,cuentista,novelista,dramaturgo,filósofo y también músico y pintor bengalí RABINDRANATH TAGORE a Buenos Aires,en noviembre de 1924,fue motivo de algarabía.Victoria estaba exultante,no había tiempo que perder,ya que el maestro se quedaría solo 48 horas;estaba de paso,viajaba a Perú,vía Chile,para participar de los festejos del centenario de la Batalla de Ayacucho,a dicho acto;Leopoldo Lugones asistió como representante argentino y dió su más célebre discurso “La hora de la espada”,que es considerado un antecedente prImario de la revolución del 30.La fama de TAGORE en la Argentina traspasaba el coto de los intelectuales.Pero una estadía de 48 horas no alcanzaba para el deseo de los argentinos.Sin embargo a Victoria no le importó;ell si lo vería,sea como fuera.Otro obstáculo se interpuso,el maduro filósofo bengalí de 63 años,portador de una larga barba y simples túnicas,estaba enfermo.Se alojó en el PLaza Hotel,donde fue revisado por el Dr. Mariano Castex,el cuadro era complicado,el gurú debía suspender el viaje y hacer reposo.Enterada de las novedades Victoria buscó a su amiga Adelia Acevedo y fueron al Plaza a hacerle una propuesta al enfermo.Victoria quería invitarlo a pasar la convalecencia en su casa de San Isidro.
El secretario de TAGORE,Leonard Elmhirst,no estaba dispuesto a que molestaran al viudo poeta bengalí.Pero la oferta de estas lindas argentinas era tentadora,les franqueó el paso,y TAGORE aceptó con todo gusto.Victoria se trasladó a la casa de sus padres,(vivían a 3 cuadras),para pedirles por favor le prestaran la quinta,pero se la negaron.Ya bastante escandalosa había sido la separación 2 años antes,y ahora la rebelde hija quería llevar a 2 hombres a vivir a la quinta.
Para Victoria el papelón era tener que regresar al Plaza para retirar su invitación.Acudió a su prima,Clemencia Sáenz Valiente Aguirre,casada con Ricardo Lafuente Machaín (padres de Hernán Lafuente,que en ese tiempo tenía 11 años y que al tener 29 se iba a casar con Amalita Lacroze)para que le prestaran por unos días su casa de San Isidro,”Miralrío”.
Los parientes accedieron y así se pudo ubicar al ilustre visitante.La escritora se comportaba como una verdadera fanática,le compraba libros,le llevaba músicos,le enviada comida,le contrató al modisto top de los años 20,Paquín,para que le confeccionara 2 túnicas.
Como los días se transformaron en semanas,tuvo que alquilarle la casa a sus primos,para pagarles tuvo que vender una medialuna de brillantes,que uso en su luna de miel.
A pesar de sentirse atrapado por el encanto de la linda joven
anfitriona,TAGORE supo mantener la distancia físca,no así el secretario Leonard.El relato quedó en manos de Victoria que dijo:
“veníamos de Buenos Aires,donde habíamos comprado todos los libros de Guillermo Enrique Hudson,para TAGORE;Leonard me había expresado a menudo su ternura y admiración.En ese momento estábamos hablando de una manera placentera,de pronto puso mi mano en la suya,pensé que solo quería apretarla de una manera amistosa,quizá un poco amorosa,pero la colocó sobre su órgano sexual que en ese instante daba irrefutables pruebas de su existencia.Reaccioné violentamente,me levanté del auto furiosa y cerré la puerta con tanta fuerza que el ruido debe haberse oído a varios kilómetros a la redonda”.(fuente: Daniel Balmaceda/Romances Argentinos).
Julio V. González :nació en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1899 y falleció en la misma ciudad,el 6 de octubre de 1955.Abogado,escritor y político socialista.Fue uno de los principales ideólogos de la Reforma Universitaria de 1918.Egresado del Colegio Nacional y recibido de abogado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.Años más tarde dictó,en esa facultad,clases en la Cátedra de Historia de las Instituciones Políticas Argentinas.Dirigente reformista,luchó para que se cerrara el internado,lo que se produjo en 1920.Participó del movimiento de Reforma Universitaria desde sus comienzos.En 1918 participa en Córdoba como representante de la Federación Universitaria de La Plata.Fue secretario del primer Congreso Nacional de Estudiantes que sentó las bases doctrinales de la reforma. En 1919 se convierte en el presidente más joven de la FUA.
En 1926 fundó,con Carlos Sánchez Viamonte la revista Sagitario,cuyo objetivo es encauzar y orientar la inquietud social y política de las generaciones jóvenes de América.Se planteaba el objetivo de la revisión completa y radical de los valores de la generación precedente,y la formación de nuevas ideas que nutrirán la conciencia social de la nueva época.Por ello no duda en definir a los reformistas como revolucionarios de la idea.Intentó constituir un partido Nacional reformista en 1927,que nunca pudo concretarse en la práctica.A principios de 1932,González entra al Partido Socialista,en un momento en que lo hace también un grupo importante de dirigentes reformistas y estudiantiles.Les era claro para entonces que el golpe de 1930 era más que un paréntesis en la marcha de la democracia argentina,que,antes bien,se trataba de una restauración oligárquica.En 1940 fue electo diputado nacional por el Partido Socialista,y en su breve mandato presentó un proyecto en el Congreso Nacional en 1940-1941 para lograr nacionalización del petróleo y proyecto de ley para las Universidades.Tuvo una gran participación en la Universidad Nacional de La Plata,durante la gestión de Alfredo Palacios, como presidente.En 1945 fue propuesto en terna para presidir la Universidad Nacional de La Plata,González escribió La Revolución Universitaria,posteriormente La Reforma Universitaria y La Nueva Universidad.Ha publicado sus libros La Tierra Fragosa y Ensayo sobre el Humanismo y colaboró en La Nación,La Prensa,Caras y Caretas,Nosotros y diversos medios estudiantiles.(fuente.Univ.Nac.de la Plata).
Guillermo Korn: hijo de Alejandro Korn,nacido en 1902,activo dirigente reformista.Periodista y diputado socialista.Fundador del Teatro del Pueblo,egresado del Colegio Nacional,en épocas del ULPI (Universidad de La Plata Internado).Como dirigente estudiantil reformista reclamó,junto a otros líderes del movimiento como Orfila Reynal,Sánchez Viamonte y Julio V. González,el cierre del Internado del Colegio Nacional del que todos ellos habían egresado.Lo cuestionaban por su carácter elitista,que no se compadecía con la igualdad y ampliación de las oportunidades para el acceso a la educación reclamada desde el movimiento estudiantil.
En 1933, junto a otros integrantes del grupo Renovación,como Aníbal Sánchez Reulet,Luis Aznar y Ana María Ripullone,deciden cambiar el nombre de Renovación por el de Teatro del Pueblo.Fue Director del Teatro del Pueblo y Secretario Ejecutivo de la Comisión organizadora del Instituto del Teatro de la Universidad,función que ejerció durante 16 años.Con el teatro los reformistas encontraban otra forma de extensión cultural. El teatro se montó en Berisso,un enclave obrero portuario,y funcionó en el Puerto en una barraca de madera que fue la primera sede.Korn era un socialista convencido de la necesidad de trasladar a cultura a los sectores populares.El teatro además,puso en marcha una labor itinerante por barriadas de La Plata.Federico García Lorca visitó La Plata,por entonces,para dar conferencias sobre el teatro universitario español.El Teatro del Pueblo siguió en crecimiento,la compañía llegó a tener más de 90 integrantes,no sólo estudiantes universitarios,sino también obreros. Las escenografías eran de Francisco de Santo.Un accionar que perduró con éxito hasta 1936,cuando en una actuación en Los Hornos donde se recaudaba dinero para la República Española,cae la policía bonaerense y encarcela a los actores y a Guillermo Korn.Más tarde se afilia al Partido Socialista y es elegido diputado nacional en 1936 Como legislador se ocupa de las condiciones de trabajo de los obreros de los frigoríficos.Tuvo una gran participación en la Universidad Nacional de La Plata durante la gestión de Alfredo Palacios como presidente.Vivió en Uruguay y en Venezuela. Regresó al país en 1955,se radicó en La Plata y fue propuesto como director de la Escuela Superior de Bellas Arte de la UNLP.Publicó Quince meses de Teatro en Caracas: agosto de 1971-octubre de 1972;Católicos y Socialistas en la Unión Nacional;Expresionismo Gótico(1965) y Unos Pasos por el Teatro(1975) junto a Luis Aznar.(fuente:Univ.Nac.La Plata)
Revista Valoraciones: editada en La Plata por el grupo de estudiantes universitarios -Renovación- el n° 1 se editó en septiembre de 1923,bajo la dirección de CARLOS AMERICO AMAYA,a quien,a partir del sexto número,suplantó Alejandro Korn.Sus intereses estaban fundamentalmente divididos entre la critica bibliográfica y la información minuciosa sobre el ámbito universitario.
En el contexto histórico de la década del veinte,la lucha en contra de la reacción antirreformista en las universidades argentinas y las opciones políticas que adoptaban los distintos países tras la posguerra y la revolución rusa;explican la necesidad de un compromiso y de una definición política por parte de los universitarios;para ello las revistas estudiantiles actuaron como canales de expresión de sus protestas e iniciativas.En ese contexto en 1925 apareció Sagitario, Revista de Humanidades bajo la dirección compartida de Julio V. González, Carlos Sánchez Viamonte y CARLOS AMERICO AMAYA.En sus propósitos iniciales,anunciaban la tarea de contribuir a la formación de la ideología de una sociedad nueva mediante la revisión de valores existentes y la sistematización de las nuevas tendencias de pensamiento. Esta meta de renovación de ideas era compartida por otras revistas de la época que como Sagitario se autodenominaban miembros de una Nueva Generación de intelectuales que había nacido con la reforma universitaria.Además de la indagación por las prácticas estético-literarias y por las corrientes de pensamiento político y filosófico, estas revistas se comprometieron en la implementación de los postulados reformistas tanto en la Argentina como en el resto del continente .
Al igual que estas revistas Sagitario se caracterizó por su interés en los problemas de América y de la posguerra europea;es por esto que sus redactores dieron lugar en sus páginas a intelectuales extranjeros que tomaban como referentes dentro del campo cultural.Pero más allá del prestigio intelectual,los miembros Sagitario consideraban necesaria la identificación en una moral como base del reconocimiento de sus pares y maestros.El contenido de esa moral,aparece reflejado en las editoriales y comentarios,identificado con el ideario socialista propio de la publicación y como criterio de valoración de las acciones de denuncia, militancia e intervención de los intelectuales en la vida pública…..(fuente:Prof.Luciana Carreño)
La notable revista de humanidades Sagitario,que ve la luz en La Plata,República Argentina,y que dirige el culto escritor CARLOS AMERICO AMAYA,ha comenzado a publicar la interesante conferencia sobre los problemaS de Méjico,en la Real Sociedad Económica….(Diario ABC de España,19 de Enero de 1926).
Amores para ser contados: Pedro Henríquez Ureña e Isabel Lombardo Toledano
Pedro Nicolás Henríquez Ureña,el más grande escritor dominicano de todos los tiempos,llamado también Pedro de América,nació en Santo Domingo de Guzmán,el 29 de junio de 1884,en un hogar de intelectuales.Su padre, Francisco Henríquez y Carvajal,era médico,graduado de la Facultad de Medicina de París y fue presidente provisional de la República de 1915 a 1916 y su madre,la eximia poetisa y educadora Salomé Ureña, maestra de maestras.Pedro fue el segundo de cuatro hijos;Francisco,(Franz)Max y Camila.Inquieto y talentoso desde su niñez,llegaría a ser el humanista más preclaro de Hispanoamérica,lo cual presiente su madre en el poema que le dedicó: Mi Pedro.
La gigantesca obra de don Pedro abarca: poesía,filosofía,historia, filología,ensayo,cuento,crítica,conferencias,pero antes que nada y por sobre todo fue,como su madre,maestro: en la casa,en la cátedra,en las tertulias.Viajero errante,se aposentó en Cuba,los Estados Unidos,México y Argentina.En México se graduó de abogado y es en el país azteca,que don Pedro,cumbre del pensamiento dominicano,encuentra el amor,un amor tierno y puro,el cual,debido a su peregrinaje e incesante labor literario,no había aflorado todavía.Don Pedro llega a México,con una bien ganada fama de respetado intelectual,respondiendo al llamado de su amigo y compañero José Vasconcelos,escritor y político,quien ocupaba la posición de Ministro de Educación para que lo ayude en el programa educativo y en la campaña contra el analfabetismo,donde él asume grandes responsabilidades.
En una reunión de amigos y escritores,Pedro se reencuentra con su discípulo Vicente Lombardo Toledano;le atrae y llama su atención la belleza de una joven,ISABEL,hermana de Vicente.Pedro e Isabel son presentados,y ¡oh milagro!,surge cual llamarada inextinguible el amor,el que penetra,de manera irreversible,en la tenebrez de sus sentidos.
No obstante ser un hombre joven,Pedro de 39 años,le llevaba 20 a Isabel de 19 años.Pero eso no fue obstáculo para la pareja,él consideró a Isabel como la mujer más linda de México;ella vio en él,al Maestro,aureolada su frente con los laureles de la sabiduría,y lo admiró y lo amó; y se amaron con el ímpetu del primer amor.Comenzaron pues sus relaciones y Pedro tuvo que viajar a Sur América: Brasil,Argentina,país que lo conquista, acompañando al ministro Vasconcelos.Pedro le escribe cartas a su prometida,verdaderas joyas literarias.Isabel nació en Puebla,y creció en el seno de una familia acaudalada,propietaria de minas.Fueron 11 hermanos,de los cuales,9 llegaron a la adustez.Formaban un nucleo familiar muy unido.A su regreso,Pedro e Isabel,enamorados y ansiosos,se casan el 23 de mayo de 1923.José Vasconcelos y Daniel Cosío Villegas, firman como testigos,el que fue bendecido por la Iglesia Católica.
En México nace el primogénito de la feliz pareja,a quien ponen el nombre de Natacha,como la heroína de Tolstoi.Luego don Pedro se traslada definitivamente a la Argentina,donde se establece,junto a su familia,en La Plata,y pasa a ser profesor en las universidades de Buenos Aires y La Plata.Isabel,amante compañera y esposa,lo sigue sin quejas,no obstante sentir inmensa nostalgia por su patria,sus familiares,sus costumbres y hasta por la comida.Nace la segunda hija del matrimonio,la que llaman Sonia(Sofía) en Buenos Aires.En el 1931,atraído por la fama del gran humanista,el presidente Rafael Trujillo,invita a don Pedro a ocupar en su gobierno,el cargo de Superintendente de Enseñanza,su hermano Max,ocupaba el cargo de Secretario de Educación.Entusiamado y rebosante el pecho de alegría,por volver al lar nativo luego de 30 años de ausencia, don Pedro, después de consultarlo con doña Isabel,acepta.A finales del año 1931, acompañado de su esposa e hijas,pisa emocionado suelo dominicano.El recibimiento que se le hizo en el muelle de Santo Domingo,fue apoteótico: estudiantes,maestros,funcionarios.Bien pronto se dio cuenta Don Pedro, que su permanencia en la patria se hacía imposible,por la tiranía y dictadura impuestas por Trujillo.Acaso fue uno de los primeros en vislumbrarhacia donde encaminaba el país.Tomando todas las precauciones necesarias,sacó a doña Isabel y a las niñas y luego él mismo deja el país,para nunca más negras: 29 de junio de 1933.
De vuelta a Buenos Aires,reasume su cátedra en la universidad de la Plata y crece: su obra literaria,sus alumnos,sus admiradores y seguidores,así como sus contactos con los más notables escritores de la época.
El 12 de mayo de 1946,fue un día como cualquier otro.Don Pedro se despidió como siempre de su amada Isabel,besó a sus hijas y fue hasta la estación de trenes,a tomar el que lo llevaría a La Plata que ya empezaba su marcha,y él corrió para alcanzarlo.Un amigo le señaló un sitio a su lado.Se sentó,agachó su noble cabeza,y partió,mayestático y sereno,hacia senderos desconocidos.Había muerto de un infarto fulminante.Tenía 62 años de edad.Henríquez Ureña,quien nunca renunció a la ciudadanía dominicana, se marchó sin ruidos,sin estridencias.Isabel,la mujer más hermosa de México,para él,había permanecido 23 años a su lado,apoyándolo,cuidando de él y de sus hijas acompañándolo en viajes,trayéndose sus nostalgias y añorando la presencia de sus familiares,devota siempre del hombre bueno, sencillo,sabio,buen padre y buen marido.
Los restos del más grande humanista dominicano se encuentran supultados junto a los de su madre,la poetisa Salomé Ureña,en el Panteón Nacional de Santo Domingo.Pedro e Isabel,juntos,gracias al amor,en su tiempo en la tierra,y unidos también,en ese especial lugar ignoto de las galaxias.(fuente.Hoy/11-2003)
Pedro Henríquez Ureña falleció el 11 de mayo de 1946,cuando viajaba a La Plata para atender a sus cátedras universitarias,víctima de un síncope cardíaco.Augusto Cortina ha contado así sus últimos momentos: Eran las 15 y 15.Don Pedro llegó,como de costumbre,al minuto.Antes de sentarse a mi lado,colocó su sombrero en la repisa del tren.Me dijo: ¿Quiere que coloque el suyo? Y la acción siguió a la palabra.Tomó asiento tranquilamente. ¿Cómo le va?,le pregunté.Entonces se llevó la frente al dorso de la diestra semicerrada y se desplomó a mi lado.Lo miré sorprendido: pensaba que,antes que otras veces,se proponía dormir un rato.Advertí entonces su rostro ligeramente descompuesto.Después,por cortos momentos,un leve ronquido.Fue sepultado en esta capital y ahora sus restos serán repatriados a Santo Domingo,República Dominicana,para ser inhumados en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes,junto al sepulcro de su madre,la poetisa Salomé Ureña de Henríquez.Para que se de cumplimiento al traslado,el presidente de aquel país,Antonio Guzmán, designó una comisión encabezada por el secretario de Educación dominicano,ingeniero Pedro Porrello,e integrada por rectores universitarios,escritores e historiadores.Esa comisión tiene también la misión de organizar un programa de homenaje al insigne humanista.El presidente Guzmán tomó el juramento de práctica a la comisión y ésta cumplirá su cometido,según se estima,en fecha próxima.La integran,aparte del secretario de Estado Pedro Porrello,el doctor Flavio Darío Espinal, secretario sin cartera;Federico Henríquez Grateraux,director de Relaciones Públicas de la Presidencia;doctor Antonio Rosario,rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo;monseñor Agripino Núñez Collado, rector de la Universidad Católica Madre y Maestra; doctor Juan Tomás Mejía Feliú,rector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña; licenciado Emilio Rodríguez Demorizi,presidente de la Academia Dominicana de la Historia;doctor Carlos Federico Pérez,presidente de la Academia Dominicana de la Lengua;licenciado Pedro Troncoso Sánchez,presidente de la Academia Dominicana de Ciencias,y profesor Juan Jacobo Lara,editor de las obras completas de Henríquez Ureña.En la Universidad Nacional de La Plata se honrará también,en la oportunidad, al maestro y escritor, colocándose un busto una vez y media mayor que las proporciones normales, obra del escultor dominciano Prat Ventós El ex embajador en Santo Domingo,Héctor R. Mendizábal Nogués,representante de la Universidad Pedro Henríquez Ureña y de la Fundación Universitaria Dominicana en nuestro país, intervino activamente en todos los asuntos referidos.Proyéctase integrar una comisión nacional de homenaje.(fuente;La Nación,26-10-1980)
Recuerdo de una hija del escritor: Con vivacidad,sin olvidar que se trata de su padre,pero tomando distancia,Sonia Henríquez Ureña de Hlito recuerda a Pedro Henríquez Ureña recién llegado al país,en La Plata y en Buenos Aires,en el ámbito familiar,con sus alumnos y amigos,en la atareada vida que le tocó vivir.Su evocación parece no apelar al recuerdo: tan viva es la presencia del maestro.Segunda hija del matrimonio del filólogo con la joven mexicana Isabel Lombardo Toledano, nacida en La Plata,precisamente,dos años después de la llegada de la familia al país,Sonia Henríquez Ureña ha escrito un vívido testimonio de su padre en la Revista de la Universidad de aquella ciudad.
—Cuando niña —dijo entonces—, me parecía que lo supiera todo: matemáticas,música,astronomía,pintura,botánica,historia,cualquier cosa. Poco a poco me fui dando cuenta de que se trataba de un ser excepcional. Yo creía que todos los hombres eran así: con su sencillez,su modestia, su finura;es que sin duda es así como los hombres deberían ser.
Ahora,a la pregunta de cuál es el primer recuerdo que tiene de su padre, contesta:—Siempre estuvo ahí.No podría decir en qué momento lo aislé como persona.Fue en La Plata,seguramente.Yo nací allí,cuando ellos llegaron. Vinieron con mi hermana chiquita,de meses que había nacido en México.
Según J.J.de Lara,que recuerda el hecho en Pedro Henríquez Ureña,su vida y su obra,cuando Isabel Lombardo Toledano,que era veinte años mayor que su futuro esposo,aceptó casarse con Henríquez Ureña,éste le explicó su proyecto de traslado a la Argentina tan pronto como tuviera alguna oferta de trabajo,La novia era mexicana;vivían en México.Desde antes del matrimonio,pues,la idea de trasladarse a nuestro país estaba presente en el maestro.Esa oportunidad se presentó cuando perdió sus puestos en México y,por gestiones de su amigo argentino Rafael Alberto Arrieta,fue propuesto para tres cátedras secundarias de lengua castellana en el Colegio Nacional de la Universidad de La Plata.—Cuando yo cumplí tres años —dice su hija—,nos trasladamos de La Plata a Buenos Aires.Vivimos en Ayacucho y Paraguay.La familia se instalaba en la capital,donde amistades y tareas reclamaban al profesor,pero ya habían comenzado los viajes a La Plata,en cumplimiento de la tarea diaria,porque Henríquez Ureña,recién llegado a Buenos Aires,vivió primeramente en una pensión y desde allí se trasladaba a la capital de la provincia.Como lo ha hecho en el recuerdo mencionado,Sonia de Hlito evoca la figura de su padre actuando como maestro junto a ella y su hermana.—Con nosotras redoblaba su interés en darnos en cada palabra su enseñanza.Nos llevó al teatro y la ópera desde muy niñas.Si la tenía a mano nos hacía leer la pieza que veríamos.En los conciertos,si conseguía,llevaba la partitura.Muchas veces jugábamos a adivinar trozos de poesías,que por supuesto nos decía de memoria,y la que adivinaba,mi hermana y yo,recibía en premio diez centavos.Los nombres acuden a la memoria de Sonia Henríquez Ureña de Hlito al recodar la afición de su padre por el teatro y la ópera: nombres que forman parte de la historia del espectáculo en Buenos Aires,como el Marconi,la Opera,o que continúan una tradición lírica,como el Colón.—Nos sacó abonos para el Colón—cuenta—.Siempre íbamos juntos a todas partes.A la vuelta,veníamos cantando. El tenía voz de bajo, espléndida: yo, de contralto.Nos enseñó a educar la voz,nos enseñó a gustar de la buena mesa,a bailar el vals,a tantas cosas… y por supuesto a leer;a leer siempre buenos libros.No permitió nunca que hubiera en la casa malas revistas o periódicos.—¿ Cómo trabajaba? ¿Hablaba de sus obras? ¿Comunicaba sus planes?
—Como trabajaba continuamente,yo no podría decirlo.Fue una persona demasiado agobiada por el trabajo;eran demasiadas las cosas que hacía.El hablaba en sus cartas de esa fatiga…Era el hombre más ocupado—dice el recuerdo escrito de la hija,antes citado— y sin embargo siempre tenía tiempo para quien se le acercara solicitando ayuda o consejo… Se ha dicho que enseñaba sin darse cuenta y es verdad,siempre estaba alerta para encontrar el orden donde no lo hubiera,el interés donde a simple vista pareciera no encontrarse.Recuerdo conversaciones con sus amigos, conversaciones sobre los más diversos temas y que yo desgraciadamente entendía entonces a medias.Rafael Alberto Arrieta ha recordado cómo se lo veía atareado,ganándole al tiempo: Llegaba al tren en el último instante con su cartera abultada y empleaba la hora del viaje en corregir los trabajos de sus alumnos de segundo y tercer año,o en dormitar,eterno deudor del sueño sacrificado al estudio,a la velada entre amigos,al Colón.
—¿Recuerda a sus amigos,a los amigos de la casa?
—Siempre hubo gente en la casa.Alumnos,amigos,personas que se acercaban porque escribían y buscaban ayuda.Estaba el grupo de La Plata,Alejandro Korn,los Romero,Fatone,Reulet,Orfila…Con Alejandro Korn y los jóvenes que lo rodeaban en torno de la revista Valoraciones se vinculó al poco tiempo de llegar.A su lado se formó después todo un cenáculo estudiantil. Enrique Anderson Imbert,que fue su alumno en esos años,lo evoca así: Tenía una rotunda voz de bajo,tenía unos ojos muy negros que sin esfuerzo lo veían todo,tenía una sonrisa irónica y dulce con la que nos dirigía… Nos llevó a su casa,nos enseñó a vivir y a pensar,a oír música y a escribir cuentos,a leer los clásicos e informarnos de las ciencias, a disfrutar de las literaturas modernas en sus lenguas originales, a conversar,a gustar de la pintura,a trabajar y apreciar el paisaje y la bondad.Sobre todo nos enseñó a ser justos.Antes de radicarse en la Argentina,Henríquez Ureña había visitado el país.Fue en el año 1922,como integrante de la comitiva de José Vasconcelos (su mentor en México),que vino a Buenos Aires para las ceremonias de la transmisión del mando presidencial,cuando se hizo cargo de la primera magistratura Marcelo T. de Alvear.También desde alli,una vez establecido,volvió a su patria,la República Dominicana,a Santo Domingo,donde había nacido el 29 de junio de 1884.En ese viaje lo acompañó su familia.El regreso obedecía a su nombramiento en la Superintendencia General de Educación de su país.
—El aceptó el cargo con el deseo enorme de volver a su patria,deseo que tuvo toda la vida —explica ahora Sonia de Hlito.Fuimos todos,y el viaje se demoró alrededor de dos años.En el ínterin,nosotras fuimos a México,a ver a la familia de mi madre. Tengo presente el ciclón que nos tomó en el viaje por mar.Finalmente,nos trasladamos a París,donde estaba mi abuelo como ministro plenipotenciario.Allí se nos reunió después mi padre,y juntos regresamos a la Argentina.El abuelo ministro era Francisco Henríquez y Carvajal,que fue también presidente de la República Dominicana.Médico de profesión,se destacó en las letras y la política de su país. De su matrimonio con Salomé Ureña,poetisa y educadora de renombre.Nacieron sus cuatro hijos: Francisco,Pedro y Max y Camila.Los dos últimos varones habrían de destacarse en las letras y la educación continentales.Como una premonición,Salomé Ureña escribió en 1890 un poema en que habla de su segundo hijo,y que es citado frecuentemente cuando se evoca la memoria de éste:
Mi Pedro no es soldado
No ambiciona de César ni Alejandro los laureles
Si a sus sienes aguarda una corona,
La hallará del estudio en los vergeles.
—Siempre estuvimos juntos—insiste Sonia de Hlito—.Con excepción de un viaje a Chile(en 1927,para dictar conferencias) y a los Estados Unidos en 1940,para dictar conferencias en la Universidad de Harvard,en la cátedra Charles Elliot Norton,la familia no se separó nunca.Henríquez Ureña,que adquirió los primeros conocimientos junto a sus padres y en Santo Domingo estudiando luego en Nueva York,principalmente,por su propia cuenta,se había orientado hacia las letras destacándose tempranamente en la historia y crítica literaria.Pero su erudición—también desde temprano— fue muy grande.Su vinculación con México se inició en 1906,y en ese país ejerció el periodismo,la cátedra y escribió y publicó libros.Ya entonces le era reconocido su magisterio,vivía entre sus discípulos,es necesario confesarlo,en un mundo de pasión.Si estábamos incluidos en las listas del Maestro y habíamos obtenido implícitamente su aprobación nos sentíamos con la celebridad en el bolsillo,escribió Julio Torri,uno de sus
discípulos mexicanos.En la Argentina desarrolló una labor múltiple como ésa,aún más acentuada en la enseñanza y la publicación de libros.Puede afirmarse que allí culminó su tarea de maestro,aunque nunca,por las leyes establecidas,ya que no quiso optar por la nacionalidad argentina,para no perder la dominicana,obtuvo cátedras titulares.Dictó clases en el instituto Nacional de Profesorado Secundario de Buenos Aires,en la Universidad Nacional de La Plata,Literatura de Europa septentrional,en un comienzo y conferencias en el Colegio Libre de Estudios Superiores,para no citar sino algunos de los lugares y cátedras que ocupó.En el instituto de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras trabajó para la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana.Se vinculó a editoriales que lo contaron entre sus asesores más destacados.En este sentido bastaría citar las colecciones o Cien obras maestras y Grandes escritores de América.Una constante producción de estudios,ensayos y obras críticas acompañan esta actividad,desde El verso puro dado a conocer en la revista Valoraciones citada.Seis ensayos en busca de nuestra expresión, Observaciones sobre el español en América,La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo,Plenitud de España hasta sus textos El libro del idioma,Lectura,gramática,composición,vocabulario en literatura argentina,en colaboración con Jorge Luis Borges.Sus obras completas, editadas por la Universidad nacional de Santo Domingo,que lleva su nombre,abarcan hasta el presente tres tomos,recogiendo la obra que va de 1899 a 1920.Quienes recuerdan a Pedro Henríquez Ureña,como su hija,están de acuerdo en destacar que,a pesar de la pesada y multiplicada tarea que el profesor y el pensador habían tomado sobre sus hombros,estaba siempre dispuesto a conversar,a enseñar,sin distinción de interlocutores.Sonia de Hlito destaca,en ese sentido,las palabras de una carta que Henríquez Ureña dirigió a Alfonso Reyes en 1925: Siento la necesidad de que mi actividad influya sobre las gentes —le decía al amigo,que lo invitaba a cambiar de perspectivas—,aun en pequeña escala.Y en París yo podría hacer cosas mías,pero estaría lejos del campo de acción que me atrae,que es América,aunque hasta ahora haya podido hacer muy poco,y ese poco efímero, como tú bien sabes.
—¿Cómo era físicamente Henríquez Ureña?:—Era de altura término medio. Tenía el paso corto.Andaba de prisa,sonriente.No impresionaba como el erudito el profesor.La persona que no sabía quién era,y mi padre se cuidaba muy bien de hacérselo notar,podía conversar con él con mucha soltura.(fuente:N G Leibi/28-6-2012)
HOJAS
La racha fría de otoño descarga sobre la ciudad su inesperada inclemencia.Al oriente,las nieves del Popocatepetl y del Iztaccíhuatl se
multiplican y extienden como próximas a derramarse sobre el
antiguo valle de los lagos.El pálido cielo de la altiplanicie es ahora de gris luminoso,y su impasibilidad sobrecoge.En los hogares,la racha fría postra a los niños y a los ancianos.En los bosques y en los parques caen
sin cesar las hojas secas.En la gran alameda descienden en lluvia formidable cuando el viento azota las ramas;pueblan maravillosamente el suelo y se desparraman hasta las calles como rústica
invasión imprevista en medio del tráfago sórdido.Si otros tiempos corriesen ¡cómo se daría prisa la ciudad en echar fuera de sus vías a las intrusas! Cunde la guerra;la ciudad presuntuosa está pobre,y no halla recursos para atajar el avance de las sueltas hojas amarillas que corren y giran como si pretendieran impedir el paso de los vehículos.
Pero no: aunque todavía fuese rica la ciudad,no podría evitar la invasión.Son indomables,invencibles,los millares de hojas desprendidas.
No es ésta la caída de las hojas que cantó el arcaico poeta,anunciadora del fin cercano para la juventud enfermiza.En otoños tranquilos,mientras el peregrino penseroso descansa bajo los álamosdel parque antiguo,cae a sus pies,lenta y pausada,la hoja seca;y este descenso de hojas
solitarias,a intervalos repetidos,espejo es de la constante pero siempre solitaria caída de los hombres en el seno de la muerte.
Ahora,si el cielo gris angustia,el despojo de los árboles asombra y estimula;las hojas caen en bandadas,en turbiones,rápidas,como arras
tradas por la alegría del sacrificio;y su multitud,y su
ligereza,animan el ambiente con raro esplendor.No remedan a la muerte: remedan a la lluvia que va a enriquecer la tierra.
(México,noviembre de 1913-Pedro Enriquez Ureña)
LACRIMAE RERUM -(a Pablo Martínez del Río y Vinent)
Allí,como en la morada del pato silvestre,el tiempo se detenía.El mundo de la calle,no olvidado siquiera,rodaba,inadvertido,a la vaga región de las formas imperfectas.Este otro mundo se
bastaba a sí mismo.La amplitud de los recintos,donde vigilante armonía depuró todas las perspectivas,perfeccionaba las actitudes:las que materialmente se sustentaban en altos sitiales clásicos;las que moralmente descansaban en tradiciones discretas;las que intelectualmente
las más agitadas hasta para el arranque del vuelo se apoyaban en la roca de mármol,en el cimiento griego de toda alta vida espiritual.Armonía, ésta del espíritu,más perfecta aún: ni vigilancia exigía.
Junto a los cuadros,el capricho se esparce.Sólo un árbol vi en Islandia ¿No os interesa mi noche sobre el volcán,en el límite de las nieves perpetuas? Las divinas montañas me están prohibidas.Pero he atravesado,a pie,Roncesvalles.¿No te fascina Roncesvalles,hidalgo para quien el mundo se cierra en el siglo XVIII?…Tú,inglés olvidadizo,tanto que has olvidado el deber de vivir en Londres ¿por qué abandonas las
novelas de Galsworthy y discurres como sabio en artes geórgicas,de que nunca volverás a hablar mientras vivas? ¿A qué tanto saber para sola u
na muestra? Llega sonriente el nuevo amigo,y es como si ya tuviese la costumbre.Mañana pensará,en versos que ni siquiera pondrá por escrito:
De una amistad naciente alentador anuncio…Ya estamos avenidos, a poco que te hablé: el no hablar de Oscar Wilde,ni menos de D’Anunzio,el endulzar apenas nuestra taza de té. . .Subamos hacia los libros.Subamos por la amplia escalera,hecha para ascender lentamente y en compañía.En la biblioteca, junto al oro modesto de Everyman,los pergaminos arcaicos
despiertan las interrogaciones.
¿Qué moda literaria nos traes de Oxford? ¿No ha llegado la de Bernard Shaw? Sobre Bernard Shaw no hay moda.Se gusta de él o no se gusta, libremente.¿La estética del cisne? Demasiados cisnes…
Tu curiosidad burla fatigas.¿Exceso de inquietud? Tal vez.Este ambiente me excita.Inglaterra me devuelve la paz.Te retendrá la vida europea.
No.Mucho hay aquí por hacer.Vendré a ofrecer mi ayuda.
Todo habrá sido mancillado,deshecho,por manos implacables? El Asia,con imaginación curiosa,con mano paciente,labró los policromos jarrones: ¿vendrá la mano ruda,sin imaginación que la guíe,a destruir en instantes el fruto de años lejanos? Sobre la hollada alfombra,los destrozados
sitiales,la biblioteca dispersa ¿podrá alzarse vida fecunda? No sé si en la incomprensible justicia de los dioses haya compensaciones reales cuando la destrucción material es también destrucción de vida espiritual.
(Pedro Enriquez Ureña-1914)
Morir sin Agonía-Borges relata muerte de Henriquez Ureña:
El 11 de mayo,se cumple aniversario de la muerte del gran ensayista y erudito dominicano Pedro Henríquez Ureña,quien residió durante años en Argentina,donde también murió.La presencia de su vasta y erudita obra crítica en los estudios universitarios y en las publicaciones académicas,seguramente no permitirá que la evocación tome recurso a la figura del maestro olvidado,ni aún secreto.
Y sin embargo,su figura recoge en algún sentido,ambas notas distintivas. Porque,si el elenco trabajos críticos que aportó Henríquez Ureña son un legado presente y permanente,en cambio, su biografía y su relación con la cultura argentina carecen de una representación clara en la imaginación argentina.Acerca de esta ausencia –en cierto modo indolencia y desaprensión-Borges arriesgo razones: Yo tengo el mejor recuerdo de Pedro Henríquez Ureña…. él era un hombre tímido y creo que muchos países fueron injustos con él.En España,claro lo consideraban,digamos un mero indiano;un mero centroamericano.Y aquí,en Buenos Aires,creo que no le perdonamos el ser dominicano,el ser,quizás mestizo;el ser ciertamente judío–el apellido Henríquez,bueno,como el mío,es judeo-portugués-.Y aquí él fue profesor adjunto de un señor,de cuyo nombre no quiero acordarme; que no sabía absolutamente nada de la materia,y Henríquez-que sabía machismo- tuvo que ser su adjunto.No pasa un día sin que yo lo recuerde…” Sábato,que también declara el ascendente y magisterio sobre él del eximio dominicano,evoca en Antes del fin,se me cierra la garganta al recordar la mañana en que vi entrar a ese hombre silencioso, aristócrata en cada uno de sus gestos…Aquel ser superior tratado con mezquindad y reticencia por sus colegas,con el típico resentimiento de los mediocres,al punto que jamás llegó a ser profesor titular de ninguna de las facultades de letras.En el mismo sentido se manifiesta Ezequiel Martínez Estrada en su Evocación iconomástica estrictamente personal al decir de una frialdad que había encontrado en el ámbito docente que nunca se templó.Aún así,Pedro Henríquez Ureña desplegó un papel decisivo en vida académica Argentina que comenzó el año de su desembarcó en Argentina en 1924.Primero en La Universidad de la Plata-junto al filosofo socialista Alejandro Korn,al erudito Raimundo Lida al historiador José Luis Romero y el gran ensayista Ezequiel Martínez Estrada-,un año después junto al eminente filólogo español Amado Alonso quien invita a Ureña a trabajar en el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras.Con Ureña y Alonso ingresan al país los estudios hispanoamericanistas,filológicos,estilísticos y lingüísticos, métodos que colocan al texto en el centro del análisis.También en 1925, obtiene una cátedra en el Instituto Nacional del Profesorado Joaquín V. González.A través de su relación con Maria Rosa Oliver Martínez Estrada, Eduardo Mallea y José Bianco y sus trabajos en Sur–para muchos su colaboración de 1942 en la publicación de Victoria Ocampo dictamina y justifica,por primera vez,el rango único de la obra de Borges en la literatura argentina-Ureña participa activamente en la construcción del universo cultural argentino de la década de 1930 y de 1940.
Al arribar al puerto de Buenos Aires,en 1924,los Henríquez Ureña–su mujer Isabel Lombardo Toledano y su pequeña hija Natacha-encuentran alojamiento en una pensión de la calle Bernardo de Yrigoyen,a pocas cuadras de la estación de trenes de Constitución.En los años siguientes,Ureña concurrirá diariamente a la Estación Constitución para regresar a La Plata al término de sus clases en Buenos Aires.En la misma estación,en el vagón,Ureña,súbitamente,se desplomaría para morir.
Borges volverá–en un prologo y en un relato,y también en diversas entrevistas-sobre la secuencia fatal que comprende el radio de las quince cuadras que Ureña recorrió desde la Editorial Losada–donde supervisaba la edición de una elección de clásicos-hasta la estación Constitución donde, sin agonía,moriría.Pero,la atención de Borges se detiene,y vuelve una y otra vez,en un solo rasgo que domina la reconstrucción: la muerte súbita( la sudden death de Tomas de Quincy).Max Ureña hermano de Pedro y también riguroso hispanista,ofrece una atenta versión del deceso repentino: Apresuradamente se encamino a la estación de ferrocarril que había de conducirlo a La Plata.Llegó al andén cuando el tren arrancaba y corrió para alcanzarlo.Logró subir al tren.Un compañero,el profesor Cortina,le hizo seña de que había a su lado un asiento vacío Cuando iba a ocuparlo se desplomó sobre el asiento.Inquieto Cortina al oír su respiración afanosa,lo sacudió preguntándole que le ocurría.Al no obtener respuesta dio la voz de alarma.Un profesor de medicina que iba en el tren lo examinó y,con gesto de impotencia,diagnosticó la muerte.
Frecuentando el epistolario de Ureña se descubre una carta enviada a su amigo,el gran crítico y filólogo mexicano Alfonso Reyes,que menciona su temor hacia la enfermedad–que no es especificada-que padece en el brazo izquierda.La misiva que lleva fecha del 16 de noviembre de 1924, contempla y adelanta tres alternativas la posibilidad de amputación,la posibilidad de falsa alarma y la posibilidad de morir algún día de muerte súbita.Más adelante proseguía bajo la oscura sugestión: A Días Dufoo le ofrecía enviarle mi testamento: la intensa ocupación en que vivo no me ha dejado hacerlo,y he preferido decirle que liquide a toda costa mis intereses de México;porque la muerte repentina puede sobrevenir tanto en 1924 como dentro de cuarenta años,o no sobrevenir nunca.
En un prologo de 1960 al volumen Obras Críticas de Henríquez Ureña, Borges ofrece una versión de la muerte de Ureña.Se trata de un recuerdo personal,de un dialogo (que precedió cercanamente la súbita muerte)con el ensayista dominicano en una esquina de la calle Santa Fe o Córdoba. Comenzando el dialogo Borges,sin más, habría hecho jugar el vaticinio: yo había citado una página De Quincey en la que se escribe que el temor de una muerte súbita fue una invención o innovación de la fé cristiana. A su turno,Ureña contesta con otra figura de la muerte repentina repitiendo el terceto de la Epístola moral:
¿Sin la templanza viste tu perfecta alguna cosa? ¡Oh muerte,ven callada
como sueles venir en la saeta!
Borges prosigue Después yo recordé al volver a mi casa,que morir sin agonía es una de las felicidades que la sombra de Tiresias promete a Ulises Y finaliza,no se lo pude decir a Pedro,porque a los pocos días murió bruscamente en un tren,como si alguien–el Otro-hubiera estado aquella noche escuchándonos.
La segunda versión de la muerte de Ureña,precisa un año–1946-y se decide por la calle Córdoba para el dialogo con Borges….Ahora se trata del sueño de Ureña,uno sin imágenes,que le dice:
Hará unas cuantas noches,en una esquina de la calle Córdoba,discutiste con Borges la invocación del Anónimo Sevillano O muerte,ven callada como sueles venir en la saeta….Lo que no sospecharon,lo que no podían sospechar es que el dialogo era profético.Dentro de unas horas,te apresurarás por el último andén de Constitución,para dictar tu clase en la Universidad de La Plata.Pondrás la cartera y te acomodarás en tu asiento,junto a la ventanilla.Alguien,cuyo nombre no sé pero cuya cara estoy viendo,te dirigirá unas palabras.No le contestarás,porque estarás muerto.Ya te habrás despedido como siempre de tu mujer y de tus hijas.No recordarás este sueño porque tu olvido es necesario para que se cumplan los hechos.Borges vuelve,en una entrevista de Osvaldo Ferrari en 1984, sobre aquel encuentro que sitúa,ya más exactamente,en la esquina de Córdoba y Riobamba,y al que le da una hora: la una de la mañana.
Quizás tal fatiga de Borges en rememorar aquel ultimo encuentro expresa en el mismo movimiento,la fidelidad ética hacia el recuerdo de la muerte del amigo,y también una meditación ética acerca del morir sin agonía. (fuente: Lic.Pablo Dreizik)
quiero felicitar a los que escriben la historia de los personajes expuestos.se demuestra la espontaneidad y las hermosas historias,que muchos no conocen,y que manifiestan,lo grande que fue las distintas personalidades que vinieron a la ciudad.es un orgullo para mi leer las exposiciones recogidad de un trabajo esplendido,felicitaciones.
Hermosa foto.
Cabe resaltar que R. Tagore JAMÁS ESTUVO EN VILLA VICTORIA DE MAR DEL PLATA . Esa foto es de Miralrío, San Isidro. Lo más cerca que estuvo, fue en Chapadmalal, en la Estancia de Martínez de Hoz.