Hoy ese lugar esta todo abandonado con pasto crecido, es una lastima, rememoraba cuando en los 80 venia en tren y la estacion (pese a que era ya una lastima como estaba) por lo menos funcionaba y recuerdo la filas de taxis esperando a los turistas llegando a la ciudad.
EL AUTO QUE ESTA EN PRIMER PLANO ES UN REMIS DE LA EPOCA, EN ESE LUGAR SE ESTACIONABAN, SOLO LOS USABA LA GENTE PUDIENTE, YA QUE ERA UN SERVICIO MUY CARO.
Oscar comenta: Y pensar que nos quisieron hacer creer lo del tren bala,todo esto es una de mentira tras mentira,recuerdo cuando el fallecido ex presidente dijo yo personalmente estare supervisando la construccion de todo esto;no solo el tren que une Mar del Plata con Bs.As. sino el de Rosario/Bs.As. quedo todo en la nada;yo me pregunto para que se perdio tiempo y dinero para dar este tipo de respuestas a los problemas que acucian a Argentina;pero peor aun para que se compraron los trenes Talgo para haces “negocios” y que quienes lo realizaron se pasen la buena vida ;Dios tenga piedad de nuestra patria,atte Oscar….
-SOFSE VOLVERÍA A CORRER TRENES TALGO ENTRE PLAZA C.Y MAR DEL PLATA-
Sabemos que se encuentran suspendidos los servicios de pasajeros con formaciones de coches Talgo IV entre Plaza Constitución y Mar del Plata, siendo una de las tantas causas el regular estado de la infraestructura de vía por la que circulan.
Al respecto,se pudo averiguar que la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado está trabajando para exigir al concesionario del ramal,a realizar las reparaciones correspondientes.Asimismo,se estaría estudiando poner en servicio regular lo más pronto posible (una vez por semana) una formación que saldría todos los días Viernes a las 16,25 horas llegando a Mar del Plata a las 22,06 horas con paradas intermedias en las estaciones Chascomús y Dolores.
El regreso se realizaría todos los días Domingos saliendo de Mar del Plata entre las 16,00 ó 16,20 horas (todavía no se sabe por cual horario se optaría) llegando a Plaza C. a las 22,05 horas con paradas en las estaciones indicadas.
¿Qué pasa con las dos formaciones de coches Talgo IV que faltan venir?
Como sabemos,de las seis formaciones de coches Talgo IV que nuestro país pensaba importar de España,solamente trajo cuatro,quedando dos en el país ibérico a la espera de que nuestro país se decida a traerlos.
Haciendo algunas averiguaciones con nuestros amigos en España,nos contaron que todavía se encuentran esas dos ramas Talgo IV pintadas con el esquema corporativo de la empresa SOFSE a la espera de que Argentina se digne a traerlas.No sabemos si las mismas ya han sido abonadas por nuestro país, si no es así y no se apuran a embarcarlas, la empresa Renfe optaría por colocarlas en otro país.
Sería una pena que ello ocurra,ya con las 6 formaciones bien se podrían brindar más servicios de pasajeros en la temporada de verano en el ramal a Mar del Plata,y estudiar la posibilidad de poder realizar viajes hacia Divisadero Pinamar..
Si durante estos 9 años de este gobierno la ejecutividad hubiése sido lo preponderante y las promesas se cumplieran en tiempo y forma,hoy tendríamos con estas formaciones Talgo IV servicios mucho más modernos y rápidos que los que hoy se prestan con material rodante de hace cinco décadas.-
Fuente: Sr.Jorge R.Cerigliano,Presidente de la Asociación de Ferrocarriles Prototipos de la República Argentina (AFEPRORA).
el servicio de remises era liderado por el sr. barros, actualmente en funciones como jefe de operaciones en est. mar del plata.
la empresa remisera giraba bajo el nombre de solymar.-
mejor que nunca me ponga a hablar porque muchos se van a sentir tocados.-
Se informó en la fecha,que por el momento el tren TALGO será reemplazado,por lo tanto en su lugar y a partir del 6 de agosto de 2012 comenzará a correr el tren Nº315,de Constitución a Mar del Plata,lo hará los días lunes y miércoles 8:46 hs.
El regreso será:
martes y jueves a las 13:50 hs. con el tren Nº 316
Ambos tendrán clase Pullman y Primera con servicio de azafata.
Hay tantos problemas internos y políticos sobre el corredor Plaza Constitución-MdP,que les cuesta ponerse de acuerdo,el SOFSE (Sociedad Operadora Ferroviaria del Estado)es la propietaria de los Talgo,y el operador de los mismos es Ferrobaires.Pero además y lo mas importante y entre otras carencias,es que las vías no están en condiciones de dejar circular a los trenes a mucha velocidad,si vemos los horarios,parecen de los de carga,en resumen el servicio que se presta es malo y el público,al no confiar en los servicios,ha optado por viajar mas en Omnibus.
Los horarios volvieron a ser cambiados en este mismo día,hoy 2 de agosto de 2012,y de acuerdo a lo publicado en último término el servicio sería el siguiente:
El Marplatense correrá desde Constitución a MdP los martes a las 15.25 Hs.y los Viernes a las 18 Hs.,y saldrá de MdP los Miércoles y Domingos a las 15.15 Hs.
Un tren Diario con clase ünica y pullman,correrá desde Constitución a las 23.05 Hs.y volverá diariamente a las 10.30 Hs.
Un tren,con Pullman y Primera saldrá de Plaza Constitución hacia MdP los Lunes y Miércoles a las 08.46;y volverá los Martes y Jueves a las 13.50 Hs.
El Talgo saldrá los Viernes hacia MdP.a las 16.25 Hs.y regresará los Domingos a las 16 Hs.
No puedo dejar de recordar al Jefe de la estación Mar del Plata de Ferrocarriles Argentinos, el Sr. Guillermo Villarino. Una persona que dignificó con su labor al servicio del ferrocarril en esa ciudad. Siempre dispuesto a atender cualquier requerimiento de publico usuario, siempre con una sonrisa, pero firme en sus convicciones. Era de los antiguos funcionarios que anteponían el deber cumplido a cualquiera otra pretensión personal, totalmente diferente a la actualidad. Su oficina fue inicialmente en la vieja terminal de omnibus y luego en las nuevas oficinas de la calle San Martin. Oriundo de una estacion de campo, se radicó con su familia ( Porota, la esposa y Martita, la hija), en Mar del Plata, en una casa sobre la Av Juan H. Jara. Le sobrevive su hija, una eximia docente de la ciudad. Yo siempre lo recuerdo atendiendo personalmente a la gente para dar soluciones. Mi recuerdo para él.
Para nosotros era un lugar muy especial, uno de esos sitios donde no podías experimentar sino felicidad. A nuestra escasa edad, significaba exactamente eso: la dicha de estar justamente donde uno quería. Sin embargo, debo reconocer que no podría probarlo con fotografías o filmaciones. No se vería más que una terminal ferroviaria de tamaño regular a chica, más bien de líneas sencillas, aunque con andenes bastante largos y una playa de maniobras también respetable… nada singular. Tanto es así que, ya por entonces, casi medio siglo atrás, se consideraba anticuada.
¿Dónde, entonces, estaba ese encanto, esa fascinación que nos ganaba, tanto a mi hermano como a mí? Claro, en llegar, en regresar, en asociar ese regreso a recuerdos de disfrute, de aventuras, de que ahí nomás estaban las playas esperándonos; en verano, sí, pero en cualquier otra época también. Ya la partida, desde el andén catorce de Plaza Constitución, resultaba gratificante, y el trayecto nos recordaba una toponimia amigable: Chascomús, Dolores, Maipú, Vidal, Vivoratá, entre otras denominaciones asociadas a que el placer nos aguardaba muy próximo.
La selección memorística abarcaba amigos, primos, abuelos, tíos. Y olas, plazas, pinos, arena, parques, escolleras, rocas, ramblas, torreones, puertos, lobos marinos, barrancas, caracoles y otras decenas de representaciones que esperábamos encontrar o redescubrir en cada nuevo regreso. En suma, a la ciudad feliz no podía sino corresponderle una estación de trenes también feliz.
A decir verdad, a la ida, una vez arribada la formación ferroviaria, no permanecíamos mucho en ella; a lo sumo, en caso de viajar en el “nocturno”, podíamos desayunar, generalmente cruzando la avenida. Pero las más de las veces, nos íbamos enseguida.
Y aquí venía otro detalle que nos diferenciaba de muchos de nuestros ocasionales compañeros de viaje: en efecto, nuestra condición de cuasi marplatenses más de una vez nos permitía despreocuparnos de la fila de taxis, ya que seguramente el tío Alberto o el tío Pedro nos estarían aguardando con su vehículo. También, por supuesto, contestábamos con un “no, gracias” a las ofertas de alojamiento con las que se solía abordar a los recién llegados.
Mar del Plata, sentíamos, siempre cumplía con nuestras expectativas infantiles. Tanto es así, que el regreso a la estación para tomar el tren que nos llevaría de vuelta a casa (los números de asientos se los podía retirar previamente en las oficinas ferroviarias de San Martín 2247, que tomábamos como un paseo más), días o semanas después, era sin reproches ni quejas. Más aún, representaba algunas pequeñas aventuras adicionales: por lo común, llegábamos con bastante antelación al horario de partida, y, mientras sonaba por los parlantes algún vals peruano, nuestros padres nos permitían atravesar el túnel que desembocaba en el segundo andén. No más allá y sin bajar a las vías, nos era advertido con énfasis; pero… si ellos entraban a la sala de espera tal vez uno podría aventurarse un poquito, e inspeccionar “otra de las playas” de la ciudad: la de maniobras ferroviarias.
Ese era el sitio de uno de los secretos entre Mar del Plata y yo. Desde una pequeña elevación, o bien subiendo a algún vagón, más o menos en dirección hacia Aragone, podía verse la parte superior de algunos edificios de la costa…; el Cosmos, el Elíades y algunos más. Sencillamente, imaginaba el mar a sus pies, y me despedía hasta la próxima.
Cumplido el rito, y antes de que anuncien la formación, era conveniente regresar, cruzando por el túnel en el sentido inverso. Aunque no habíamos faltado más que unos pocos minutos -para evitar que el personal ferroviario nos vea y expulse del lugar, o bien que se “avivaran” nuestros padres-, a veces instrumentábamos una pequeña coartada, que consistía en pasar de largo hacia Luro, y volver desde ahí, para, llegado el caso, argumentar que habíamos estado jugando por allí, donde poco después ubicaron a la locomotora histórica.
En el andén principal nos esperaba otro momento interesante, motivo por el cual, como buenos hijos, convenía acompañar al viejo. Era una fija que pasaría por el kiosko de diarios y revistas para comprar su ejemplar de “La Capital”, que le acortaría el viaje… y, estando ahí presentes, era inevitable que pediría también alguna otra publicación pensada para nosotros. Y, ahí contiguo, el local de venta de alfajores de donde llevaría alguna caja para regalar, y- otra vez- nosotros ahí como recordatorio para que también pida “algunos sueltos para los pibes”.
Tras ello, llegaba el momento de llevar los bártulos cerca de donde indicara la chapa señalizadora del número de coche correspondiente: creo recordar que a partir del 300 se numeraban los de pullman, del 400 los de primera, y del 500, los de clase turista. Minutos después, se interrumpía la música y llegaría un primer anuncio por alta voz. Algo así como… “Informa la oficina de trenes Mar del Plata Norte. En instantes será arrimado a plataforma número uno el tren número 310, expreso “Stella Maris”, que partirá con destino a Plaza Constitución a las 8:50 horas para arribar a la misma aproximadamente a las 14:21”.
Lentamente, la formación era colocada, cada vagón numerado en su lugar exacto, coincidente con la cartelería del andén, para el ascenso de los pasajeros. Ese punto ya no resultaba tan atractivo como en el viaje de ida: era el instante en que, finalmente, tomábamos conciencia de que nos íbamos. Por supuesto, hasta la próxima.
En suma… ¿qué le podíamos reprochar a la estación? Me parecía conocer cada detalle de las instalaciones ferroviarias… pero tal vez sería tedioso continuar describiéndolos. Cada detalle de aquellos, claro; de aquel tiempo y espacio del que nos separan cuatro largas décadas.
En mi vida adulta, las circunstancias me llevaron a regresar a la estación, de vez en cuando, aunque cada vez más esporádicamente. La desconocí hacia 2006, tan desangelada y oscura, una vez que llegué cerca de medianoche para volver a Buenos Aires en lo que fue mi último viaje en este tren; recuerdo que ya el taxista, antes de llegar, me sugirió esperar adentro.
Volví en el año 14: mi hija mayor partía en bus hacia un balneario relativamente cercano desde la entonces flamante ferroautomotora y la fuimos a acercar. Mientras la despedíamos, me pregunté si no sería allí, exactamente allí, en esa dársena, donde, cuarenta años antes, no estaba la “montañita” de la playa de maniobras desde la que divisaba los rascacielos céntricos.
Me contesté que esa era simplemente mi anécdota. Y que, ese mismo lugar, y tantos lugares en esta ciudad, que el tiempo inevitablemente va modificando, estarían propiciando muchas otras pequeñas historias, algunas inolvidables, para muchas otras personas, chicos y adultos, marplatenses y visitantes, como en el pasado, como en el futuro.
Porque Mar del Plata, en algún sentido, ha sido, es y será -tomando prestado un slogan de Buenos Aires-, una ciudad de todos los argentinos.
(octubre 2019)
Excelente Pablo! las mismas vivencias de mi niñez! El tren a Mar del Plata toda mi infancia! y hoy ya siendo una marplatense mas! Agradezco siempre vivir en esta ciudad que me fascinó desde siempre (y para Siempre!!)
Actualmente esta igual, no solo la estacion, los trenes tambien
Hoy ese lugar esta todo abandonado con pasto crecido, es una lastima, rememoraba cuando en los 80 venia en tren y la estacion (pese a que era ya una lastima como estaba) por lo menos funcionaba y recuerdo la filas de taxis esperando a los turistas llegando a la ciudad.
Sr. Lorenzo. Muy bueno el material. Gracias a su foto puedo recordar el estacionamiento de la estacion. Atte. Jose Alberto Lago.
EL AUTO QUE ESTA EN PRIMER PLANO ES UN REMIS DE LA EPOCA, EN ESE LUGAR SE ESTACIONABAN, SOLO LOS USABA LA GENTE PUDIENTE, YA QUE ERA UN SERVICIO MUY CARO.
Estamos tan bien,que el servicio del tren Talgo está suspendido.Corrió por última vez el domingo pasado.
Oscar comenta: Y pensar que nos quisieron hacer creer lo del tren bala,todo esto es una de mentira tras mentira,recuerdo cuando el fallecido ex presidente dijo yo personalmente estare supervisando la construccion de todo esto;no solo el tren que une Mar del Plata con Bs.As. sino el de Rosario/Bs.As. quedo todo en la nada;yo me pregunto para que se perdio tiempo y dinero para dar este tipo de respuestas a los problemas que acucian a Argentina;pero peor aun para que se compraron los trenes Talgo para haces “negocios” y que quienes lo realizaron se pasen la buena vida ;Dios tenga piedad de nuestra patria,atte Oscar….
-SOFSE VOLVERÍA A CORRER TRENES TALGO ENTRE PLAZA C.Y MAR DEL PLATA-
Sabemos que se encuentran suspendidos los servicios de pasajeros con formaciones de coches Talgo IV entre Plaza Constitución y Mar del Plata, siendo una de las tantas causas el regular estado de la infraestructura de vía por la que circulan.
Al respecto,se pudo averiguar que la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado está trabajando para exigir al concesionario del ramal,a realizar las reparaciones correspondientes.Asimismo,se estaría estudiando poner en servicio regular lo más pronto posible (una vez por semana) una formación que saldría todos los días Viernes a las 16,25 horas llegando a Mar del Plata a las 22,06 horas con paradas intermedias en las estaciones Chascomús y Dolores.
El regreso se realizaría todos los días Domingos saliendo de Mar del Plata entre las 16,00 ó 16,20 horas (todavía no se sabe por cual horario se optaría) llegando a Plaza C. a las 22,05 horas con paradas en las estaciones indicadas.
¿Qué pasa con las dos formaciones de coches Talgo IV que faltan venir?
Como sabemos,de las seis formaciones de coches Talgo IV que nuestro país pensaba importar de España,solamente trajo cuatro,quedando dos en el país ibérico a la espera de que nuestro país se decida a traerlos.
Haciendo algunas averiguaciones con nuestros amigos en España,nos contaron que todavía se encuentran esas dos ramas Talgo IV pintadas con el esquema corporativo de la empresa SOFSE a la espera de que Argentina se digne a traerlas.No sabemos si las mismas ya han sido abonadas por nuestro país, si no es así y no se apuran a embarcarlas, la empresa Renfe optaría por colocarlas en otro país.
Sería una pena que ello ocurra,ya con las 6 formaciones bien se podrían brindar más servicios de pasajeros en la temporada de verano en el ramal a Mar del Plata,y estudiar la posibilidad de poder realizar viajes hacia Divisadero Pinamar..
Si durante estos 9 años de este gobierno la ejecutividad hubiése sido lo preponderante y las promesas se cumplieran en tiempo y forma,hoy tendríamos con estas formaciones Talgo IV servicios mucho más modernos y rápidos que los que hoy se prestan con material rodante de hace cinco décadas.-
Fuente: Sr.Jorge R.Cerigliano,Presidente de la Asociación de Ferrocarriles Prototipos de la República Argentina (AFEPRORA).
el servicio de remises era liderado por el sr. barros, actualmente en funciones como jefe de operaciones en est. mar del plata.
la empresa remisera giraba bajo el nombre de solymar.-
mejor que nunca me ponga a hablar porque muchos se van a sentir tocados.-
Se informó en la fecha,que por el momento el tren TALGO será reemplazado,por lo tanto en su lugar y a partir del 6 de agosto de 2012 comenzará a correr el tren Nº315,de Constitución a Mar del Plata,lo hará los días lunes y miércoles 8:46 hs.
El regreso será:
martes y jueves a las 13:50 hs. con el tren Nº 316
Ambos tendrán clase Pullman y Primera con servicio de azafata.
Hay tantos problemas internos y políticos sobre el corredor Plaza Constitución-MdP,que les cuesta ponerse de acuerdo,el SOFSE (Sociedad Operadora Ferroviaria del Estado)es la propietaria de los Talgo,y el operador de los mismos es Ferrobaires.Pero además y lo mas importante y entre otras carencias,es que las vías no están en condiciones de dejar circular a los trenes a mucha velocidad,si vemos los horarios,parecen de los de carga,en resumen el servicio que se presta es malo y el público,al no confiar en los servicios,ha optado por viajar mas en Omnibus.
Los horarios volvieron a ser cambiados en este mismo día,hoy 2 de agosto de 2012,y de acuerdo a lo publicado en último término el servicio sería el siguiente:
El Marplatense correrá desde Constitución a MdP los martes a las 15.25 Hs.y los Viernes a las 18 Hs.,y saldrá de MdP los Miércoles y Domingos a las 15.15 Hs.
Un tren Diario con clase ünica y pullman,correrá desde Constitución a las 23.05 Hs.y volverá diariamente a las 10.30 Hs.
Un tren,con Pullman y Primera saldrá de Plaza Constitución hacia MdP los Lunes y Miércoles a las 08.46;y volverá los Martes y Jueves a las 13.50 Hs.
El Talgo saldrá los Viernes hacia MdP.a las 16.25 Hs.y regresará los Domingos a las 16 Hs.
En primer plano un Valiant IV probablemente modelo 1967/1968.
Prof.Julián Mendozzi.
No puedo dejar de recordar al Jefe de la estación Mar del Plata de Ferrocarriles Argentinos, el Sr. Guillermo Villarino. Una persona que dignificó con su labor al servicio del ferrocarril en esa ciudad. Siempre dispuesto a atender cualquier requerimiento de publico usuario, siempre con una sonrisa, pero firme en sus convicciones. Era de los antiguos funcionarios que anteponían el deber cumplido a cualquiera otra pretensión personal, totalmente diferente a la actualidad. Su oficina fue inicialmente en la vieja terminal de omnibus y luego en las nuevas oficinas de la calle San Martin. Oriundo de una estacion de campo, se radicó con su familia ( Porota, la esposa y Martita, la hija), en Mar del Plata, en una casa sobre la Av Juan H. Jara. Le sobrevive su hija, una eximia docente de la ciudad. Yo siempre lo recuerdo atendiendo personalmente a la gente para dar soluciones. Mi recuerdo para él.
EVOCACIÓN DE LA ESTACIÓN NORTE
Para nosotros era un lugar muy especial, uno de esos sitios donde no podías experimentar sino felicidad. A nuestra escasa edad, significaba exactamente eso: la dicha de estar justamente donde uno quería. Sin embargo, debo reconocer que no podría probarlo con fotografías o filmaciones. No se vería más que una terminal ferroviaria de tamaño regular a chica, más bien de líneas sencillas, aunque con andenes bastante largos y una playa de maniobras también respetable… nada singular. Tanto es así que, ya por entonces, casi medio siglo atrás, se consideraba anticuada.
¿Dónde, entonces, estaba ese encanto, esa fascinación que nos ganaba, tanto a mi hermano como a mí? Claro, en llegar, en regresar, en asociar ese regreso a recuerdos de disfrute, de aventuras, de que ahí nomás estaban las playas esperándonos; en verano, sí, pero en cualquier otra época también. Ya la partida, desde el andén catorce de Plaza Constitución, resultaba gratificante, y el trayecto nos recordaba una toponimia amigable: Chascomús, Dolores, Maipú, Vidal, Vivoratá, entre otras denominaciones asociadas a que el placer nos aguardaba muy próximo.
La selección memorística abarcaba amigos, primos, abuelos, tíos. Y olas, plazas, pinos, arena, parques, escolleras, rocas, ramblas, torreones, puertos, lobos marinos, barrancas, caracoles y otras decenas de representaciones que esperábamos encontrar o redescubrir en cada nuevo regreso. En suma, a la ciudad feliz no podía sino corresponderle una estación de trenes también feliz.
A decir verdad, a la ida, una vez arribada la formación ferroviaria, no permanecíamos mucho en ella; a lo sumo, en caso de viajar en el “nocturno”, podíamos desayunar, generalmente cruzando la avenida. Pero las más de las veces, nos íbamos enseguida.
Y aquí venía otro detalle que nos diferenciaba de muchos de nuestros ocasionales compañeros de viaje: en efecto, nuestra condición de cuasi marplatenses más de una vez nos permitía despreocuparnos de la fila de taxis, ya que seguramente el tío Alberto o el tío Pedro nos estarían aguardando con su vehículo. También, por supuesto, contestábamos con un “no, gracias” a las ofertas de alojamiento con las que se solía abordar a los recién llegados.
Mar del Plata, sentíamos, siempre cumplía con nuestras expectativas infantiles. Tanto es así, que el regreso a la estación para tomar el tren que nos llevaría de vuelta a casa (los números de asientos se los podía retirar previamente en las oficinas ferroviarias de San Martín 2247, que tomábamos como un paseo más), días o semanas después, era sin reproches ni quejas. Más aún, representaba algunas pequeñas aventuras adicionales: por lo común, llegábamos con bastante antelación al horario de partida, y, mientras sonaba por los parlantes algún vals peruano, nuestros padres nos permitían atravesar el túnel que desembocaba en el segundo andén. No más allá y sin bajar a las vías, nos era advertido con énfasis; pero… si ellos entraban a la sala de espera tal vez uno podría aventurarse un poquito, e inspeccionar “otra de las playas” de la ciudad: la de maniobras ferroviarias.
Ese era el sitio de uno de los secretos entre Mar del Plata y yo. Desde una pequeña elevación, o bien subiendo a algún vagón, más o menos en dirección hacia Aragone, podía verse la parte superior de algunos edificios de la costa…; el Cosmos, el Elíades y algunos más. Sencillamente, imaginaba el mar a sus pies, y me despedía hasta la próxima.
Cumplido el rito, y antes de que anuncien la formación, era conveniente regresar, cruzando por el túnel en el sentido inverso. Aunque no habíamos faltado más que unos pocos minutos -para evitar que el personal ferroviario nos vea y expulse del lugar, o bien que se “avivaran” nuestros padres-, a veces instrumentábamos una pequeña coartada, que consistía en pasar de largo hacia Luro, y volver desde ahí, para, llegado el caso, argumentar que habíamos estado jugando por allí, donde poco después ubicaron a la locomotora histórica.
En el andén principal nos esperaba otro momento interesante, motivo por el cual, como buenos hijos, convenía acompañar al viejo. Era una fija que pasaría por el kiosko de diarios y revistas para comprar su ejemplar de “La Capital”, que le acortaría el viaje… y, estando ahí presentes, era inevitable que pediría también alguna otra publicación pensada para nosotros. Y, ahí contiguo, el local de venta de alfajores de donde llevaría alguna caja para regalar, y- otra vez- nosotros ahí como recordatorio para que también pida “algunos sueltos para los pibes”.
Tras ello, llegaba el momento de llevar los bártulos cerca de donde indicara la chapa señalizadora del número de coche correspondiente: creo recordar que a partir del 300 se numeraban los de pullman, del 400 los de primera, y del 500, los de clase turista. Minutos después, se interrumpía la música y llegaría un primer anuncio por alta voz. Algo así como… “Informa la oficina de trenes Mar del Plata Norte. En instantes será arrimado a plataforma número uno el tren número 310, expreso “Stella Maris”, que partirá con destino a Plaza Constitución a las 8:50 horas para arribar a la misma aproximadamente a las 14:21”.
Lentamente, la formación era colocada, cada vagón numerado en su lugar exacto, coincidente con la cartelería del andén, para el ascenso de los pasajeros. Ese punto ya no resultaba tan atractivo como en el viaje de ida: era el instante en que, finalmente, tomábamos conciencia de que nos íbamos. Por supuesto, hasta la próxima.
En suma… ¿qué le podíamos reprochar a la estación? Me parecía conocer cada detalle de las instalaciones ferroviarias… pero tal vez sería tedioso continuar describiéndolos. Cada detalle de aquellos, claro; de aquel tiempo y espacio del que nos separan cuatro largas décadas.
En mi vida adulta, las circunstancias me llevaron a regresar a la estación, de vez en cuando, aunque cada vez más esporádicamente. La desconocí hacia 2006, tan desangelada y oscura, una vez que llegué cerca de medianoche para volver a Buenos Aires en lo que fue mi último viaje en este tren; recuerdo que ya el taxista, antes de llegar, me sugirió esperar adentro.
Volví en el año 14: mi hija mayor partía en bus hacia un balneario relativamente cercano desde la entonces flamante ferroautomotora y la fuimos a acercar. Mientras la despedíamos, me pregunté si no sería allí, exactamente allí, en esa dársena, donde, cuarenta años antes, no estaba la “montañita” de la playa de maniobras desde la que divisaba los rascacielos céntricos.
Me contesté que esa era simplemente mi anécdota. Y que, ese mismo lugar, y tantos lugares en esta ciudad, que el tiempo inevitablemente va modificando, estarían propiciando muchas otras pequeñas historias, algunas inolvidables, para muchas otras personas, chicos y adultos, marplatenses y visitantes, como en el pasado, como en el futuro.
Porque Mar del Plata, en algún sentido, ha sido, es y será -tomando prestado un slogan de Buenos Aires-, una ciudad de todos los argentinos.
(octubre 2019)
Excelente Pablo! las mismas vivencias de mi niñez! El tren a Mar del Plata toda mi infancia! y hoy ya siendo una marplatense mas! Agradezco siempre vivir en esta ciudad que me fascinó desde siempre (y para Siempre!!)