“Esta foto ya es histórica: el viejo patio de LU6 Radio Atlántica en la calle Rioja 1650, donde funciona el anexo de la Municipalidad. Y digo que es histórica porque está nuestro maestro, el querido y recordado Tío Enrique (Rouget Oscar Espinosa). De cuclillas y en el centro Roberto Daniel Aguel y Tilde a su lado. Parados, el hoy rector de las Universidades en La Plata, Horacio Néstor Santángelo; Mirta, la hermana de Tilde; José María Guimet, el hoy actor y directivo de L.U.22, Radio Tandil, y el Tío Enrique. Fue tomada el 22 de noviembre de 1948 cuando se creaba “La Pandilla de Tío Enrique” y los radioteatros infantiles”. Roberto Daniel Aguel.
Hermosos recuerdos y muy buen documento. No recordaba (o no sabía) que la radio había funcionado ahí.
No recuerdo puntualmente los radioteatros infantiles (qué simpático suena a la distancia!)…pero cómo no acordarme de la Barra del Tío Enrique. La radio de Mar del Plata también tuvo su época de oro y los mayores la recordamos con enorme afecto. Muchas gracias por estos recuerdos.
Ante todo, agradezco al Sr. Aguel,haber enviado estas fotos históricas documentales, tan importante para la historia de MdP.
Para complementar sobre los artistas marplatenses, agrego que en 1932 el Club Español, tuvo conjuntos teatrales admirables como la Agrupación Artística Juan Conde, dirigida por Guillermo Moreno donde trabajaban entre otros, Ernesto Siris, las hermanas Guffanti, Homero Cárpena etc. En 1936, en LU6 RADIO ATLÁNTICA, actúa el primer conjunto de radioteatro de MdP, denominado “Bambalinas”, bajo la dirección de Miguel Luizzi.
Debemos recordar otros artistas marplatenses,por ejemplo, cuando en 1945 surge el Ateneo Artístico y Teatral Club Mar del Plata, cuyo director fué Alfredo Luis Viggiano,en el cual actuaron Lidia Dominguez, Emma E. de Costa, Lucy Bernardon, Amelia P.de Veramendi, Celestino Sopelana y Raúl Serochinsky.
En 1946 surge el Conjunto Estable Club Kimberley, en el que se destacaron Delia Echevarría,Amelia Martín, Manrico Bonorino, Reneé Tesoriero, Eduardo Truchi y Juan Carlos Galván,siendo el director de los mismos, Salvador Vernetti.
En 1949,estaba la Compañía de comedias “Marta San Román”, dirigida por Lalo Suárez, esposo de la escritora teatral Yaya Suárez Corvo.
En 1950,se recuerda a “El Teatro de Arte de Mar del Plata”, donde fueron sus directores,Agustina Fonrouge de Pereda y el actor Mario Mario.También se destacaron en esa época, los actores, Marysel Durán (María Celina Vila) y Carlos Lastra.Posteriormente se distinguieron actores y directores como Raúl Chanel, Marita de la Cruz, Agustín Ceccardi, Herminia Velich, Isidoro Húmeres, Juan Carlos Gimenez, Osvaldo Carmona,José María Orensanz, Héctor Llan de Rosos, Nelly Rizzo etc.También debemos recordar a Víctor Castelli, quien fué solicitado en reiteradas oportunidades por compañias llegadas de otra ciudad. Fuente: Manuel García Brugos (1965).
Fotos de Familia dice: El Sr. Roberto Daniel Aguel -quien nos hizo saber telefónicamente que no ha entablado vínculos estrechos con la computadora- agradece la difusión de estos recuerdos y nos ha contado una anécdota sobre esta fotografía.
Aguel tenía 9 años cuando en 1948 llegó de Pompeya, Buenos Aires, para radicarse junto a su familia, ya que su padre había conseguido empleo como cuidador de una construcción situada en la calle 25 de Mayo e Hipólito Irigoyen. Uno de sus flamantes vecinos y compañero de juegos fue José María Guimet, actor y actual director de Radio Tandil. En el blog hay abundantes fotografías que recuerdan su paso como actor en Canal 8.
Guimet le comentó a Aguel que en LU6, que funcionaba en La Rioja 1650, se emitía un programa infantil al que se podía concurrir como público. Allí fueron y poco después, durante una tanda, Oscar Rouget Espinosa, “El Tío Enrique”, los invitó a formar una pandilla infantil para actuar en radio y en clubes.
Casi inmediatamente comenzaron los radioteatros infantiles donde, según nos comentó Aguel, “yo hacía de galancito y Tilde de noviecita infantil. Fue una experiencia muy hermosa”. Experiencia que, además, marcó el comienzo de personalidades importantes en la radiofonía y la televisión marplatense.
LOS QUE CONCURRIAMOS AL CLUB ESTABAMOS ASOMBRADOS POR LA EDUCACION Y CARIÑO DEL TIO ENRIQUE, LA INTELIGENCIA DE SANTÁNGELO, LA PRECOCIDAD DE TILDE, LA VOZ DE AGUEL Y TODO UN GRUPO DE GENTE QUE HACIA DE LA NIÑEZ UN LUGAR DE ILUSIÓN Y QUE TODO ERA POSIBLE…UN ABRAZO
Magnífica foto, y hermoso recuerdo del programa del Tio Enrique, vale también un cordial saludo a Roberto Daniel Aguel, un “procer” (con respeto) de la Locución de nuestra Ciudad. Atte. Jorge H. Seco
Entrañables recuerdos al ver esta foto, en ella estamos:
parados Horacio Nestor Santángelo, Mirta Uzquiano, José María Guimet. Myriam Scatena, Rouget Oscar Espinosa (Tio Enrique). Norma Palena,
sentados: Olga Ganallo, Roberto D. Aguel y Tilde Uzquiano, todos integrantes de “La Pandilla del Tio Enrique”.
Efectivamente la foto está tomada en el patio de la casa donde funcionaba LU6 Radio Atlántica, Rioja 1650.
(como se puede apreciar se usaban las polleras acampanadas)
FOTOS DE FAMILIA DICE: Gracias querida Tilde !!!
Recuerdo las veces que hacíamos “guardia” en la puerta para verlos a todos. Siempre tan cuidadosos en el lenguaje como en el vestir. Recuerdo cuando ampliaron la audiencia y tuvieron que hacer los shows de los domingos en el Salón que servía de pista bailable o de cancha de básquet,en el Club Mar del Plata; y otras veces en en Cinecón (tercer piso sobre Harrod’s. Recordás Tilde? Un cariñoso saludo de
Eduardo Russo
Claro Eduardo que recuerdo aquellos años… éramos tan jóvenes…
Cariños… Tilde
El Tío Enrique: La tiza se me metió en los ojos y desde entonces veo todo color de pizarrón,afirma Rouget con la serenidad y sabiduría que dan los años a los que han sabido sacarle jugo a su vida.Una pequeña sonrisa,los ojos llenos de un emotivo brillo,las manos reposadas a ambos lados de su cuerpo,de pie junto a la ventana de su cálido departamento de la calle Mitre al 1200.
Mi primer nombre es Rouget,aclara orgulloso de que su padre lo bautizara así en honor al autor de la Marsellesa.Es el himno de la libertad,si bien se trata de un apellido,a mí me corresponde como nombre,algo que me sirvió entre otras cosas para acercarme a mi esposa, porque ella es profesora de francés.
Oriundo de Balcarce,Rouget recibió su título de maestro a los 17 años de edad: soy el más joven de mi promoción porque terminaba el sexto grado cuando se creaba la escuela normal.Entonces tenía compañeras de 30 años que por poco me sentaban en su falda,recuerda haciendo mención a sus primeros años de carrera docente,que muy pronto se extendieron a la ciudad de Mar del Plata.Empecé acá,luego fui a Necochea.Allá novié, y regresé a Mar del Plata casado.Doña María me recibió,era una maestra de maestros,dice al recordar sus comienzos en Mar del Plata,en la escuela ubicada en las calles 9 de Julio y XX de Septiembre,donde tuvo sus primeros alumnos.Llegué a su escuela a preguntar si necesitaban algún maestro y cuando me vió me confundió con un alumno;yo era menudito,17 años,flaquito… entonces me preguntó qué quería estudiar. Cuando le dije que era maestro no lo podía creer,pero de inmediato me recibió y comencé a dar clases al día siguiente.
Pero su profesión docente no se quedó enmarcada solamente en las aulas. El impulso del principio siempre lo acompañó y con un increíble espíritu innovador.Se valió de cuanta herramienta le sirviera para lograr su fin educador: realizó programas en radio y televisión, transformándose,quizás sin proponérselo,en un verdadero propulsor de programas de preguntas y respuestas,así como del fin instructivo de los medios masivos de comunicación que llegaban a todos los hogares,ya con una invitación interactiva de participación del televidente o el radioescucha.
Mis tareas radiales,televisivas o periodísticas siempre han sido pautadas por la enseñanza,afirma Rouget,yo sostengo,como un maestro antiguo de acá,que la tiza se me metió en los ojos y desde entonces veo todo color de pizarrón.
Siendo uno de los primeros docentes en la ciudad,muchos son los que recuerdan en sus años de estudiantes: su sencillez y benevolencia es la imagen que quedó guardada en aquellos pequeños corazones,hoy convertidos en hombres y mujeres,muchos de los cuales forman parte de la comunidad en puestos conductivos en el ámbito político, empresarial y hasta artístico.Tuve una vida pegada a los chicos,confiesa Rouget,. Cuando hay una persona de más de 45 años me dicen: ¡mirá,el Tío Enrique!.Ese es el mayor tesoro que puede recibir un maestro.
Y es que los que no tuvieron la gracia de tenerlo como docente,lo conocieron a través de sus ocurrencias radiales con la figura del Tío Enrique,una fantasía creada desde las audiciones de el cuentito de la tarde.Con una simpática sonrisa,Rouget recuerda aquel emprendimiento casi como una travesura: Yo tenía una pandilla donde Manuel Rego era el concertista de piano,que con apenas 15 años tocaba villancicos todos los domingos,rememora y emocionado taraerea un trozo de aquella melodía.
En una especie de radioteatro,donde se contaban historias escritas por el mismo Rouget,se congregaban por las tardes un grupo de niños guiados por el seductor carisma del Tío Enrique: Yo era el papá de todos.Los chicos ensayaban los papeles 15 minutos antes de la audición y al micrófono.Era fantástico,hasta representaban los sonidos que requerían las historias.Así se llevaron al público 23 obras,algunas con 50 capítulos,como la del Capitán Kid,al que todos los chicos solicitaban como el predilecto.Ya había finalizado el ciclo,pero los chicos me lo seguían pidiendo,así es que tuve que revivirlo.Y entre risas y emociones,evoca a los personajes que recreaba en sus historias.Además recuerda a H. Santangelo,Tilde Uzquiano,José María Guimet,M. Scatena, N. Palena,O. Gamallo,Roberto Daniel Aguel y Mirta Uzquiano algunos de los adolescentes protagonistas de aquella aventura radial de 1954.
Para Rouget nunca faltaron los proyectos interesantes.Tenía dos vecinas,una era Susana,que luego sería mi cuñada,y Norma,a las que les propuse: vamos a hacer una audición de radio,yo soy el tío que les ayuda a ustedes en los deberes y nos reunimos en la radio.Así es que todos los días,a las 5,ellas me presentaban sus preguntas en un diálogo cordial y educativo.El problema se planteó con la manera en que debían llamar a ese tío porque tío Rouget era un tanto complicado para los chicos.Y Oscar tampoco era muy amable.Una de ellas tenía un tío Enrique al que quería mucho,así es que me puso así,comenta.
Soy muy nativista,confiesa el Tío Enrique,asegurando que eso lo ayudó a acercarse a la radio con la intención de hacer una obra criolla.Una idea que le agradó al productor al punto de solicitarle presentaciones periódicas.Corría 1938.Luego siguieron presentaciones de media hora,en las que exaltaba los valores de la Patria.En 1960 comenzó a incursionar en la TV,que por entonces daba sus primeros pasos en la ciudad.
Comencé el mismo día que inauguraba canal 8,con el programa Nuestro Campo que hacía junto a Luis María Barbosa.Desde ahí gestionamos la formación del museo José Hernández.
No tardó mucho en surgir El club de los preguntones,donde un invitado de honor exponía sobre un determinado tema y luego se le consultaba al público de manera didáctica sobre ese mismo tema,poniendo en prueba su atención.Por lo general no se trataba de cuestiones demasiado científicas,sino del abc de cada actividad,de cada profesión,lo que otorgaba mayores posibilidades de participación.Toda una novedad en aquella época donde los medios masivos eran más severos en sus estructuras.El público tenía una posición más bien pasiva y muchos aún no comprendían cómo funcionaba la pequeña caja cuadrada.
Dejándose llevar por las emociones que despiertan los recuerdos gratos, Rouget señala que al invitado de honor se le preguntaba,antes de referirse a su tema,¿jura decir la verdad,toda la verdad y nada más que la verdad?,a lo que respondía afirmativamente,como una ceremonia que daba un cierto aire de misticismo con el que se atraía la atención de chicos y grandes.Toda la emotividad se pone de manifiesto en su rostro al recordar un programa con historia: El conejito de Tilde.Un espacio para niños en el que Rouget escribía las ocurrencias del conejo: para que el conejo saludara,ya que era de verdad,yo le ponía fuera de cámara un hoja de lechuga.Entonces se ponía en dos patitas y movía la boquita.
Lo enriquecedor de todos estos emprendimientos es el grupo de amigos que se formaba alrededor.Los chicos se sentían apoyados por el tío Enrique,como la cabeza de una verdadera pandilla que tenía su propio teatro infantil.Un club de niños que hacían cosas para la comunidad, como el Monumento a la Madre.Le pregunté a los niños a quién querían más, quién era la persona que los acompañaba siempre y los cuidaba cuando estaban enfermos.Y todos respondieron mamá.Entonces decidimos hacerle una estatua que luego se convirtió en monumento,cuenta el tío Enrique en haciendo referencia a la obra de José Alonso,que se inauguró para el día de la madre,en 1950.Entonces los chicos salieron a juntar monedas para solventar los gastos.Decían para el monumento a mi mamá. Y este fue el primer monumento de América que tuvo la madre.
Si bien no han pasado muchos años desde que el tío Enrique traía atrapantes propuestas educativas a los medios de comunicación,no se necesita observar demasiado para notar que estos emprendimientos escasean en la actualidad.Profundos cambios se produjeron de manera acelerada.Novedades con las que Rouget no se lleva muy bien.La verdad es que no logro entender a la televisión de hoy.No me encuentro y no se trata de negar lo nuevo,sino de tener en cuenta que los medios cumplen una función educativa importante,porque al ser masivos llegan a lugares donde tal vez lo libros no,y hay que asumir la responsabilidad de crear una audiencia sana.
A los 78 años,Rouget Espinoza posee una fortuna suprema que atesora en su memoria: mi mayor premio es ir por la calle y que se me acerquen hombres y mujeres y me digan Tío Enrique.Que me saluden y me besen
recordando los momentos que pasamos juntos en una infancia sana y feliz.(fuente:Revista Toledo con Todos 7/97)
QUERIDO ROBERTO: RECUERDO QUE JUGAMOS EN EL PATIO MIENTRAS MI MADRE ESTABA HACIENDO SU ENSAYO DEL RADIO TEATRO DE LA NOCHE, QUE DEL PATIO PASABAS A UNA ANTESALA DONDE HABÍA UN PIANO Y UNA PUERTA QUE DABA AL ESTUDIO , TENIA EN EL CENTRO UNA MESA ALTA Y LOS MICRÓFONOS, A LA DERECHA EL VIDRIO DONDE SE VEÍA EL CONTROL Y UNA PUERTA QUE DABA A UN ESTUDIO MAS CHIQUITO. EN FIN EN UNA DE LA HABITACIONES QUE DABAN AL PATIO ESTABA LA DISCOTECA. (comentario a parte, recuerdo que en tu despedida de soltero te ataron en el semáforo que había en el medio de las calle Luto e Independencia. SI MAL NO RECUERDO, VIVÍAS EN IRIGOYEN Y 25 DE MAYO.
Con Aguel fuimos compañeros en la Academia Pitman. Que desastre hacíamos… La última reunión (almuerzo en Centro Vasco) estábamos
de frente a la recordada Tilde, en la despedida que nos hiciera el Diario La Capital, a varios del personal gráfico, cuando cambiaron de sistema y nos jubilamos… “La pandilla del tío Enrrique” es y será
un momento hermoso de mi juventud. Gracias!!!
Alfredo M. Domínguez