Sobre los camellos en la Brístol, en el libro Diamante, del Diario La Capital,página 84,leemos en el efígrafe de una gran foto,: Una decena trajo Medina, un español que tenía un tambo, la extraña importación. Se llamaba a si mismo “Imnovador” y tanto insistió ante el gobierno que al fin logró permiso para traer nada menos que dromedarios. No sirvieron para trabajar la tierra y con ellos se inició un curioso servicio playero.
Francisco Medina, en 1912,consideró que era necesario tecnificar las tareas agrícolas,él tenía un tambo en las cercanías del actual provincial,y gestionó ante el ministerio de Agricultura de la Nación , que estaba a cargo en esos años por Tomás Le Bretón, el permiso para importar de la Islas Canarias una docena de dromedarios. Los mismos ya en MdP,no resultaron para las tareas agrícolas, por lo tanto el propietario solicitó permiso y lo consiguió para realizar paseor por la playa Brístol, colocando en los mismos sillas de madera a modo de montura, tampoco dió resultado, debido a lo poco higiénico que resultaba. Intentó luego ante la inaguración de la Brístol realizar carreras playeras con dichos animales,hasta tuvo aplausos del público cuando en una oportunidad el periodista Josué Quesada, disfrazado de beduino, cruzó triunfante la meta.Luego pasó todo al olvido y se desconocen donde fueron a parar dichos camellos. Fuente: Diario La Capital Libro Diamante, página 85, año 1980.
Estimados “hacedores” de Fotos de Familia, cada día les estoy mas agradecido por permitirme disfrutar y revivir la vida cotidiana de aquellos años del nacimiento de nuestra ciudad. Además con esto se demuestra la generosidad de la gente que comparte sus recuerdos realmente con placer, todo esto lo digo con conocimiento de causa, ya que, “Museos” de nuestra ciudad solamente comparten lo “que está a la vista”, el resto del material fotográfico es como si fuera “Top Secret”, pero eso hoy no me importa, tengo tanto material para disfrutar y permitirme armar un libro que hace años esperaba completar. Mil Gracias, atte. Jorge H. Seco
Recorrer este archivo es un placer visual y cultural. También parece una magnífica herramienta para unir a la gente, ya que reaviva raíces y recuerdos. Quizá resulte un ejemplo a seguir para muchas comunidades de este extenso país.
Sobre los camellos en la Brístol, en el libro Diamante, del Diario La Capital,página 84,leemos en el efígrafe de una gran foto,: Una decena trajo Medina, un español que tenía un tambo, la extraña importación. Se llamaba a si mismo “Imnovador” y tanto insistió ante el gobierno que al fin logró permiso para traer nada menos que dromedarios. No sirvieron para trabajar la tierra y con ellos se inició un curioso servicio playero.
Francisco Medina, en 1912,consideró que era necesario tecnificar las tareas agrícolas,él tenía un tambo en las cercanías del actual provincial,y gestionó ante el ministerio de Agricultura de la Nación , que estaba a cargo en esos años por Tomás Le Bretón, el permiso para importar de la Islas Canarias una docena de dromedarios. Los mismos ya en MdP,no resultaron para las tareas agrícolas, por lo tanto el propietario solicitó permiso y lo consiguió para realizar paseor por la playa Brístol, colocando en los mismos sillas de madera a modo de montura, tampoco dió resultado, debido a lo poco higiénico que resultaba. Intentó luego ante la inaguración de la Brístol realizar carreras playeras con dichos animales,hasta tuvo aplausos del público cuando en una oportunidad el periodista Josué Quesada, disfrazado de beduino, cruzó triunfante la meta.Luego pasó todo al olvido y se desconocen donde fueron a parar dichos camellos. Fuente: Diario La Capital Libro Diamante, página 85, año 1980.
Estimados “hacedores” de Fotos de Familia, cada día les estoy mas agradecido por permitirme disfrutar y revivir la vida cotidiana de aquellos años del nacimiento de nuestra ciudad. Además con esto se demuestra la generosidad de la gente que comparte sus recuerdos realmente con placer, todo esto lo digo con conocimiento de causa, ya que, “Museos” de nuestra ciudad solamente comparten lo “que está a la vista”, el resto del material fotográfico es como si fuera “Top Secret”, pero eso hoy no me importa, tengo tanto material para disfrutar y permitirme armar un libro que hace años esperaba completar. Mil Gracias, atte. Jorge H. Seco
Recorrer este archivo es un placer visual y cultural. También parece una magnífica herramienta para unir a la gente, ya que reaviva raíces y recuerdos. Quizá resulte un ejemplo a seguir para muchas comunidades de este extenso país.