| Por Gonzalo Gobbi

En un rincón humilde de la provincia de Mendoza, donde el tiempo transcurre entre las montañas y el sol impone su presencia, un grupo de niños de la pequeña localidad de Villa Atuel está a punto de vivir un sueño tan simple como inmenso: conocer el mar.

Este lunes partirán rumbo a Mar del Plata unos cien chicos de la escuela primaria “Argentinos Uruguayos”, que desde hace meses luchan por cumplir esta meta que parecía no solo lejana sino más bien imposible pero que, gracias al esfuerzo colectivo, se volvió alcanzable.

“Tenemos un sueño. Conocer el mar”, contaron los alumnos en un video que, hace meses, conmovió a toda Villa Atuel, a la provincia y trascendió al resto del país. Grabado y editado solidariamente por un exalumno de la institución, el video aportó su granito de arena para un viaje que, para muchos, será más que una experiencia: un sueño que finalmente se hace realidad.

La escuela “Argentinos Uruguayos” tiene una historia que atraviesa generaciones y está fundada sobre los cimientos de la solidaridad. El terremoto de 1929 destruyó por completo a la escuela y arrasó con Villa Atuel. Pero después, gracias a un partido de fútbol entre Argentina y Uruguay, se reunieron fondos para construir un nuevo edificio.

Hoy, en 2024, la comunidad siente que esa misma solidaridad fundacional resurge en la comunidad escolar con un objetivo claro: hacer que los chicos de Villa Atuel puedan conocer algo que solo han visto en películas, en redes sociales o escuchado en relatos: el mar.

La placa que recuerda a la solidaridad como un valor fundacional de esta escuela.

Lorena Giménez, directora de la escuela, compartió con LA CAPITAL su “inmensa alegría” por la proximidad del viaje, que comenzará este lunes, cuando a las 19 dos micros con cien chicos de entre 6 y 13 años partirán de la escuela rumbo a Mar del Plata.

“Nuestra escuela es urbano-marginal. Vienen niños con muchas necesidades, no solo económicas. Estamos felices de poder concretar este sueño”, dijo la directora, quien tiene clara la sensación que tendrán los chicos esta semana, ya que en su caso conoció el mar y Mar del Plata recién a los 40 años.

Alumnos y alumnas de la escuela “Argentinos Uruguayos”.

| “Una locura linda”

El viaje se concretará esta semana, pero el sueño comenzó hace meses, en diciembre del año pasado. Desde que surgió la idea, la comunidad educativa se embarcó en un desafío que parecía casi imposible.

“Sabíamos que sería una misión difícil, pero no imposible”, afirmó Lorena. La campaña “Argentinos al Mar” comenzó a ganar fuerza con la ayuda de todos. Padres, docentes y exalumnos, todos se unieron para organizar eventos, rifas, ventas de comida, y hasta actividades recreativas como matinés y ferias de ropa usada, con el fin de recaudar el dinero necesario para el viaje.

Escuela Argentinos Uruguayos, en Villa Atuel.

“Fue una locura linda”, dijo la directora con una sonrisa. El apoyo de la comunidad fue fundamental, y la emoción se hizo palpable cuando, hace apenas unos días, el segundo colectivo que los llevará hasta Mar del Plata finalmente fue abonado, lo que permitió estar un paso más cerca.

“Lo más hermoso fue ver cómo todos colaboraron, cómo los docentes dejaron todo de lado y se involucraron en cada actividad, a veces trabajando los fines de semana”, contó Lorena.

| Un largo viaje

El trayecto será largo, pero todos saben que vale la pena. Hay 1.092 kilómetros entre ambas localidades. Saldrán este lunes y esperan llegar al día siguiente a Villa Marista, donde consiguieron lugar para poder alojarse.

Entre Villa Atuel y Mar del Plata hay 1092 kilómetros.

“El martes, al llegar, después de reconocer el espacio y dejar los bolsos, lo primero que haremos es ir a la playa. Vamos a caminar hasta ver el mar. Ese es el momento más esperado”, explicó la directora con una chispa de emoción.

Está claro que no será solo un viaje turístico; será un momento de encuentro, de descubrimiento, de magia pura para esos niños que nunca antes han visto el océano.

A lo largo de la semana, los chicos visitarán diferentes lugares de la ciudad: el “Aquarium”, el puerto, la Base Naval y el Museo de Submarinos. Sin embargo, el momento más esperado es, sin lugar a dudas, el de pisar la arena, sentir el viento y contemplar la inmensidad del océano. Antes de emprender el regreso a casa, tienen previsto trasladarse a San Clemente del Tuyú y visitar el parque “Mundo Marino”. Luego de ese paseo, volverán a Villa Atuel.

| Aun necesitan ayuda

A pesar de que ya se ha reunido el dinero necesario para los micros y lo básico, aún queda margen para ayudar a que el viaje sea aún más memorable para estos chicos. Si bien muchos han donado su tiempo y esfuerzo, ahora se necesitan pequeños gestos de apoyo para cubrir algunos detalles extras que refuercen la experiencia.

“Si la gente quiere seguir ayudándonos, sería muy importante para poder darles juguitos y alfajores a los chicos. Ojalá tengamos la oportunidad de sentarnos a comer una hamburguesa. Ese es un deseo que también tenemos, que por más que sea algo simple, es algo que a los chicos les encantaría; ojalá podamos”, indicó la directora.

Los interesados en colaborar pueden hacerlo a través del alias “argentinosalmar2024” o contactarse a los números telefónicos 2625470222 o 2625576234. También pueden escribir al correo electrónico [email protected].

El mar, uno de los atractivos de Mar del Plata.

| La importancia del apoyo

A pesar de las dificultades, los docentes y los padres han sido incansables en su lucha por hacer realidad este sueño. Las jornadas de trabajo, las ventas de tortafritas, pizzas, arroz con pollo, y los eventos organizados con tanto esfuerzo lograron reunir el dinero necesario, pero también unieron aún más a la comunidad.

Ahora, este viaje que está por comenzar, no es solo un paseo a la playa para un grupo de niños de un pequeño pueblo mendocino; es la oportunidad de cambiar sus vidas, descubrir la belleza del mar y, sobre todo, de demostrar que “cuando se sueña juntos, nada es imposible”, como remarcó la directora de la escuela.

Para cien niños de Villa Atuel, este lunes comenzará una aventura que ninguno de ellos ni las docentes olvidarán. Sucederá en Mar del Plata, durará una semana y quedará impregnado en sus memorias para toda la vida.