Un ex combatiente de Malvinas, un bombero voluntario y la emoción de reencontrarse en situaciones completamente diferentes cuatro décadas después de conocerse. Abrazos, recuerdos y desayuno compartido en el cuartel de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Puerto Madryn.

En abril de 1982, el marplatense Ariel Tascón tenía 18 años, cumplía con el servicio militar obligatorio y cuando se declaró la guerra fue enviado a las islas Malvinas como integrante del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601.

En junio de ese año regresó a continente muy afectado por el padecimiento de píe de trinchera, producto del enfriamiento de las extremidades en la humedad de su posición en territorio malvinero. Así fue que el joven
regresó junto a cientos de soldados heridos y prisioneros, en el crucero SS Canberra que la marina británica había dispuesto como transporte de tropas, primero, y como buque hospital durante el conflicto.

En Puerto Madryn, en aquel recordado 19 de junio como el “Día que Madryn se quedó sin pan”, a Tascón lo bajaron en camilla y fue recibido en un Jeep Gladiator que prestaba servicio como móvil ambulancia de los bomberos locales.

Allí conoció a José Guerriera (23 años), bombero del cuartel madrynense, y en la hora y media que duró el traslado hasta la localidad vecina de Trelew conversaron y se vincularon. Al llegar a destino, la Base Almirante Zar, intercambiaron teléfonos y Tascón le pidió a su acompañante que llame a su tía en Mar del Plata para informarle que estaba con vida pero le pidió que le diera detalles sobre su afección.

Vínculos

Días más tarde, Guerriera le escribió una afectuosa carta a Tascón e incluyó una tarjeta con la mascota del cuartel, Panchito, y después de eso nunca más volvieron a tener contacto.

Pero hasta hace unas semanas, la esposa de Tascón, Fabiana, se comunicó con el cuartel de Madryn movilizada por un documental que había visto el pasado 2 de abril, en el que mencionaban el desembarco del Canberra y la fecha tan sentida para los madrynenses.

Así fue que le preguntó a su marido si recordaba cómo había sido su llegada al continente, ya que él nunca había mencionado nada al respecto. Entonces, Tascón le mostró la carta que hace 40 años le había escrito aquel bombero. El escrito develaba la identidad de su primer contacto en tierra argentina: José Guerriera, quien fuera años luego jefe de cuerpo activo de bomberos.

Cuatro décadas después José y Ariel se pudieron fundir en un abrazo el pasado 19 de junio, reencontrándose y reconociéndose en la importancia de cada uno en la vida del otro.

Así las cosas, Tascón fue recibido en el cuartel de bomberos por una guardia de honor y luego compartieron -junto a su esposa- un desayuno de camaradería con personal de la institución.