El 23 de octubre del año pasado una mujer de 75 años fue sorprendida en el patio de su casa del barrio Caisamar por tres delincuentes que habían pasado la madrugada y la mañana allí ocultos. Los asaltantes la obligaron a entrar a la vivienda y la despojaron de todos sus ahorros, que eran más de 300 mil pesos y otros objetos de valor. En las últimas horas se pudo saber que ese asalto también lo había cometido la banda desarticulada dos días después por otros hechos y que estaba integrada, además, por un policía del Comando de Patrullas.

La investigación de la fiscalía de Mariano Moyano, en conjunto con la DDI local, no cesó pese a que en el momento de la detención del policía Victor Correa y de sus cómplices Sergio Uñate (46), Kevin Arripe (29) y Sergio Rebolledo (32) tenían acreditado la participación de todos en cuatro asaltos a mano armada.

El análisis de los distintos teléfonos que usaban estos hombres hizo posible relacionarlos con el robo sufrido por la jubilada en su casa de Marcos Sastre al 2000. en esa ocasión la víctima fue llevada a una habitación donde la ataron y la amenazaron con cortarle los dedos y la lengua sino les decía donde estaba la plata.

También los incriminó la evidencia hallada en los allanamientos del 25 de octubre a los distintos domicilios de los imputados, como documentación y alhajas de la víctima, además de parte del dinero sustraídos (alrededor de 40.000 pesos y 550 dólares).

Los tiempos judiciales y las diligencias de reconocimiento demoraron el ingreso de esa prueba al expediente, por lo que recién en los últimos días se pudo avanzar hacia la acreditación de ese asalto.

Con ese nuevo cargo en su contra, los imputados deberán afrontar un proceso que ya los tiene detenidos en Batán y en el que se le atribuyen los asaltos del 12 de octubre a un jubilado en una casa de Gascón al 4400, otro cometido dos días más tarde en una casa de Lopez y Planes al 1300, en el barrio Constitución;, otro del 28 de julio en Pasteur al 1300, donde los ladrones hicieron un boquete y amenazaron con quemar a una anciana de 88 años tras rociarla con alcohol y un último episodio el 29 de junio, en Balcarce al 5200.

El rol de Correa dentro de la organización criminal era el de mantener contacto telefónico durante todo el robo con sus cómplices indicándoles todo lo que sucedía en el exterior de la casa, de los movimientos policiales, e incluso, aconsejando por cuáles calles debían tomar con el auto para no ser interceptados por la policía.
Rebolledo, Arripe y Uñate están acusados de robo doblemente agravado en tanto que Correa quedó imputado del delito de robo triplemente agravado en razón de su condición de funcionario policial.