La bala que mató a la policía Guadalupe Mena fue disparada del arma reglamentaria de su pareja, el integrante del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) Fabián Vázquez y a una distancia mayor a los 40 centímetros, lo que le da un giro casi determinante a la investigación. Además, los peritos confirmaron que la pistola de ella también fue accionada, ya que hallaron una vaina en el lugar, pero no el accidente balístico correspondiente.

Saber de cuál arma salió la bala que mató a Mena no modifica la calificación del hecho de “homicidio agravado en contexto de violencia de género”, pero sí refuerza la hipótesis de femicidio, porque llega para desdecir al imputado, quien había manifestado que el arma que se disparó era la de la víctima. “La estaba limpiando y cuando hizo una broma yo intenté quitársela”, aclaró con otras palabras ante de la fiscal Constanza Mandagaran, quien en la causa tuvo citar otra vez a declarar a Vázquez.

Este jueves, Vázquez fue trasladado hasta Tribunales y estuvo frente a la fiscal, pero prefirió no declarar al conocerse los avances en el expediente. A diferencia de esa primera declaración, en la que juró que se había tratado de un accidente y que el disparo se escapó del arma de Mena mientras ella “jugaba” y la limpiaba, guardó silencio.

Además, la pericia balística confirmó que el arma de Mena fue disparada: una vaina fue hallada en la escena de la muerte de la joven, pero no se encontraron marcas del accidente balístico, lo que llamó la atención a los investigadores que intentan reconstruir lo ocurrido. Es decir, que la muerte de Mena fue causada por el arma de Vázquez, pero su propia arma también fue accionada, en una secuencia que parece llegar a traer más confusión al intento por entender qué sucedió en el interior de la habitación de la casa del barrio Jorge Newbery el 1° de enero.

Por otra parte, el resultado de la autopsia de Mena da detalles de cómo fue el trayecto de la bala que le impactó en la cabeza y la mató: “El proyectil fue de arriba hacia abajo, de derecha hacia izquierda y de atrás hacia adelante con una dirección de ingreso ligeramente oblicua al eje corporal”.

Sin ningún tipo de valoración, en esta pericia científica se aclara que “el disparo de arma de fuego debe haber sido producido por una distancia de al menos 40 centímetros o contar con la existencia de un telón interpuesto”.

En base a las conclusiones de los peritos forenses y balísticos, el disparo que mató a Mena fue ejecutado desde la pistola reglamentaria de Vázquez; le impactó en la cabeza, de arriba hacia abajo y fue producido desde una distancia de al menos 40 centímetros. 

Restan todavía los informes del dermotest, tanto de Mena como de Vázquez, que estarían recién para el 24 de febrero, en el que podrían confirmar la existencia de partículas de la deflagración en las manos del imputado, de la víctima o de ambos. 

Además, los investigadores intensifican la toma de testimonios del círculo íntimo de ambos jóvenes policías, como así también el análisis de las conversaciones que mantenían en sus celulares, para poder reconstruir cómo era la relación sentimental entre ambos policías, si existían antecedentes de violencia entre ambos o si se trataba de una pareja tóxica. Esto podría sustentar un posible contexto de violencia de género.

La próxima semana, la fiscal estará en condiciones de solicitar la prisión preventiva para Vázquez, que está imputado por el femicidio de Mena, un delito que de comprobarse solo contempla la pena de prisión perpetua.

Una policía muerta, dos armas disparadas y diferentes interrogantes

Guadalupe Mena tenía 19 años y llevaba 9 meses como policía, como integrante de la Patrulla Rural de Necochea, asignada en Mar del Plata como parte del Operativo Sol. Por su parte, Vázquez era cuatro años mayor que la víctima y no contaba con mucha más experiencias, se habían conocido como compañeros en la academia e integraba el Grupo de Apoyo Departamental (GAD). Además, eran novios.

La muerte de Mena ocurrió el 1 de enero a la noche tras recibir un disparo en la cabeza en el interior de una vivienda en Falucho al 8600. En el lugar estaba junto a  Vázquez.

¿Se trató de un femicidio? ¿Fue un accidente mientras la víctima “jugaba” con su arma? ¿Por qué se dispararon las pistolas de ambos?

El escenario de un accidente fue planteado por el detenido Vázquez cuando declaró por primera vez. En esa oportunidad, dijo que su novia Mena hizo una broma de llevarse el arma reglamentaria a la cabeza y que él se la intentó sacar. En ese forcejeo, según su versión, el arma se accionó y mató a la joven.

En esta declaración, para sustentar su versión, Vázquez mintió: no dijo que la pistola disparada había sido la de él. Puede ser que Vázquez haya confundido el arma de Mena con la suya y creer así que ella limpiaba su propia arma. Pero si no se dio cuenta de que Mena “jugaba” con su arma reglamentaria y no con la de ella, ¿cómo justifica que también se encontró una vaina correspondiente a la pistola de la policía? ¿Qué pasó con esa bala? ¿Dónde impactó y por qué se disparó?

Además, si se trató de ese accidente, de ese forcejeo ¿cómo explica que el disparo que le impactó en la cabeza fue de arriba hacia abajo y a una distancia de al menos 40 centímetros? La versión del accidente para los investigadores no se sustenta y deja muchas dudas. 

En cuanto a la hipótesis acusatoria de la fiscalía, que plantea un escenario de femicidio, los hechos con los resultados de las pericias balísticas y forenses parecen más concluyentes, pero todavía con interrogantes de cómo ocurrieron.

Al haberse disparado ambas pistolas, ¿pudo existir un enfrentamiento armado entre ambos? ¿Qué pistola se disparó primero? ¿Por qué Vázquez dijo que Mena “jugaba” con el arma y se trató de un accidente? ¿Pudo Vázquez disparar y matar a su novia para luego utilizar el arma de fuego de ella para confundir a los investigadores y simular un accidente? ¿Dónde está el proyectil o el impacto del disparo del arma de Mena?

La semana que viene la fiscal Mandagaran solicitará la prisión preventiva del policía Vázquez y tendrá que plantearle a la Justicia de Garantías el caso, con todas las pruebas reunidas hasta el momento, los interrogantes que quedan por despejar y la única gran certeza: Mena murió por una bala que le impactó en la cabeza y que se disparó de la pistola de su pareja.