En octubre de 2015, previo al ballotage entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, escribí un artículo en este mismo diario titulado: “El Dinero y la Confianza, el gran desafío económico del próximo presidente”. Transcribo algunos párrafos de aquel artículo para situarnos en aquel momento candente de la política y la economía argentina:
“…podemos descifrar la enorme desconfianza de la población argentina en el actual gobierno y por ende en el sistema económico – político, y de aquí se desprende todo lo comentado anteriormente: cepo al dólar y por ende distorsiones en la economía como los diversos tipos de cambio.”
“En consecuencia, el próximo presidente deberá generar confianza si quiere deshacerse paulatinamente de estos problemas cruciales que atraviesa nuestra economía. Desde mi punto de vista, Mauricio Macri tiene mayores posibilidades de generar confianza en su gobierno que Daniel Scioli, estrechamente vinculado a los últimos doce años de gobierno. En sentido inverso, Mauricio Macri, si bien ingresaría al poder con un voto de confianza y la esperanza renovada de la población, o de gran parte de ella, deberá ganarse la confianza y el respeto de sus votantes y del resto de la gente. Y esto es realmente una incógnita, pues nadie puede asegurar nada cuando de economía y política se trata.”
“En conclusión estamos en un momento clave, a semanas de afrontar un Ballotage, que definirá nuestro próximo presidente y el futuro de estas cuestiones económicas. Personalmente, creo que Argentina se merece tener una moneda nacional fuerte y confiable, nos merecemos tener “dinero” (en este artículo hacía referencia a las características que definían al “dinero” y a la pérdida de estas del peso argentino por ese entonces) y poder ahorrar, sin tener que proteger nuestros ahorros siempre en una divisa. La cultura del dólar en Argentina está arraigada hace años, y sin dudas es un generador serial de problemas en nuestros gobernantes.”
“Es, por ende, una necesidad para el próximo gobierno ganarse esta credibilidad y confianza, para poder, paulatinamente, ir eliminando las distorsiones de nuestra economía y construir, paso a paso, un mejor país con estabilidad económica y monetaria, confianza, empleo, bienestar, paz y tolerancia…”
Estas palabras fueron escritas por mí, cómo mencioné, en octubre del 2015, aunque bien podrían haber sido escritas esta semana. Mauricio Macri lleva poco menos de 2 años y medio de gobierno, y mi pregunta, que es condicionante, desde mi punto de vista, para el futuro económico del país, es:
¿Confía la gente en la gestión de Macri?
¿Cree que las medidas que toma este gobierno son a mediano plazo beneficiosas para el país ?
¿Cómo percibe la gente su propia situación económica en un futuro de uno o dos años ?
Podríamos responder estas preguntas de varias maneras. La primera y más convencional sería acudir a las encuestas efectuadas por diversas consultoras y medir la imágen de Macri. Desde este punto de vista, se habla en general de una caída de la imagen de Mauricio Macri de entre 8 y 11 puntos a marzo del 2018 (posterior a su pico de popularidad en las elecciones ganadas en octubre 2017; y luego de algunos escándalos políticos y desavenencias económicas). Pero como mucha gente no confía en las encuestas, podemos hacer el ejercicio interno de preguntarnos a nosotros mismos que pensamos, siendo sinceros con nuestra consciencia. También es útil apelar a la sensación personal de nuestro círculo o entorno, que muchas veces nos da una imagen muy real de lo que está sucediendo. La calle, a veces, habla por sí sola sin tener que acudir a encuestas a veces partidarias para un lado o para el otro.
Debo reconocer que cuando empecé a esbozar este artículo no había ocurrido la “mini-corrida” financiera que ocurrió entre el 26 y 27 de abril de 2018, dónde el peso se llegó a devaluar 60 centavos en un día, llegando a ser vendido en bancos minoristas a 21.35, y que al día de hoy no sabemos como continuará. Ante tal presión de la divisa, el Banco Central debió intervenir subiendo la tasa de referencia a 30.25% y de esta manera frenar un poco la presión, que parecía incontrolable, sobre el peso argentino. Teniendo en cuenta que el principal problema económico de la Argentina de los últimos años es la inflación, no son estas buenas noticias. Durante este mes y el próximo veremos como repercutió esta devaluación sobre el IPC. No es mi intención, en este artículo ahondar sobre datos específicos de inflación, tasas de interés – Lebacs, endeudamiento externo ya que me alejaría mucho del tema que pretendo plantear desde el comienzo del mismo. Porqué planteo esto? Pues, los diarios viven publicando artículos con datos sobre los temas mencionados, y pocos hablan de la confianza, pilar de cualquier economía estable y seria.
Planteo entonces a “la confianza” como el pilar de cualquier país para un desarrollo económico estable y fructífero. Si la sociedad y los inversionistas confían en las medidas que toman sus políticos y en la gestión del gobierno las cosas irán bien, caso contrario, se repetirán crisis o desavenencias económicas que truncarán, al menos durante un tiempo el progreso de la economía argentina. La confianza del inversionista y de la sociedad misma es el pilar de una economía, y naturalmente cuando esta se pierde, la crisis es inevitable. Puedo arriesgarme y decir, sin temor a equivocarme, que la confianza es el artífice de los éxitos y fracasos económicos. Cuando hay confianza, la gente invierte, hace negocios, consume, ahorra en su propia moneda, etc. Por el contrario, cuando se pierde la confianza en la economía – gestión de gobierno, la gente consume menos, decisión que impacta en las empresas reduciendo sus ventas, haciéndolas quebrar, generando desempleo y pobreza. El inconveniente de la confianza, es que esta es una percepción subjetiva, que no siempre está basada en hechos reales o sí. Notamos entonces una relación inédita entre psicología y economía, de la que pocos hablan o hacen mención.
Con mucho pesar debo decir que Mauricio Macri asumió la presidencia de la Nación con un humor social inmejorable. La confianza que la gente tenía en su gestión era enorme. Debo decir, con mucho pesar nuevamente, que no pudo o supo capitalizar ese valor intangible que la sociedad le brindó con enorme generosidad. Abusó de medidas antipopulares, y no pudo a pesar de ello bajar la inflación de forma notoria. El poder adquisitivo de la gente cayó considerablemente y endeudó a la Argentina en más de cien mil millones de dólares. La confianza que la gente tiene / tenía en su gestión le permitió tomar muchas de estas medidas. Por otro lado, debemos mencionar que la gente percibió muy positivamente la exitosa salida del cepo cambiario, el tono presidencial de la nueva conducción, la apertura al mundo, la lucha anti-corrupción y la lucha contra el narcotráfico y mafias policiales. Ahora hay que poner todo en una balanza y determinar que pesa más en el humor social para poder pensar en el futuro de nuestro país.
La corrida cambiaria que sucedió estos días, y su posterior presión sobre los precios, será otro palazo a la confianza. De medir su impacto ya se encargará el IPC de mayo y las consultoras. Si el gobierno logra dominar la inflación y parar la corrida cambiaria iniciada ayer, puede todo volver a canales normales, caso contrario, si la confianza de la gestión actual sigue deteriorándose, nadie puede predecir el futuro. Está en cada ciudadano argentino tener o no tener confianza en las medidas actuales, y aunque suene metafísico de esto dependerá nuestra situación futura. “Entonces es sencillo, pongámonos de acuerdo y confiemos y todo irá bien” podría decirme cualquier persona, pues quizás es lo que estamos haciendo. Pero el sentimiento es muy personal y se basa en la percepción de la realidad personal de cada uno, pues la única verdad es la realidad, ya decía un famoso político.
La confianza acelera tanto el proceso de éxito como el proceso de fracaso. Cuando hay confianza, todos actúan en pos de un buen devenir de la economía: fluye el consumo y la inversión, nacen nuevos emprendedores, se genera empleo, se apuesta a la moneda nacional, etc. Cuando hay desconfianza, todos detienen el consumo, dejan de invertir, cierran negocios, se refugian en una moneda extranjera sin cuestionarse seriamente sobre las razones de ese comportamiento, y estas acciones generan las consecuencias que ya conocemos, todo porque las decisiones en economía están basadas sobre la confianza.
Entonces, para poder entender el futuro económico de Argentina, deberíamos preguntarnos: ¿cómo está nuestra confianza ?
(*): Licenciado en Economía (Universidad Nacional de Mar del Plata). Master en Globalización, Comercio Internacional y Mercados Emergentes (Universitat de Barcelona)
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