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Policiales 18 de agosto de 2024

Condenaron a un hombre por matar a su amigo en la Villa Vértiz

En un juicio abreviado, el juez Gustavo Raúl Fissore, le impuse la pena de 11 años de prisión a Diego Walter Arias (34) por el asesinato de Leonardo Ezequiel Miranda (33), ocurrido el 1 de noviembre de 2022.

El presunto homicida fue detenido en el techo de una vivienda.

Un hombre de 34 años fue condenado a 11 años de prisión por el Tribunal Oral N° 4 por haber matado a su amigoLeonardo Ezequiel Miranda (33) a quien persiguió y apuñaló en la Villa Vértiz el 1° de noviembre de 2022.

En un juicio abreviado, el juez Gustavo Raúl Fissore condenó a Diego Walter Arias (34) por el delito de “homicidio” y le impuso la pena de 11 años de cárcel, al considerar como agravante la relación de amistad que tenía con la víctima, ya que a su entender esa confianza hizo que disminuyera la capacidad de defensa de Miranda ante el ataque mortal.

Además, el fiscal Leandro Arévalo al momento de plantear ante el juez la pena de Arias, había considerado como atenuante la ausencia de antecedentes penales condenatorios que tenía, mientras que la Defensa técnica postuló además se le computaran el buen concepto vecinal -que correspondería presumir ante la falta de informe respectivo-, su problemática adictiva -argumentando que el acusado se encuentra en tratamiento en el penal- y que ha culminado sus estudios secundarios y ha realizado diversos cursos.

Fuentes judiciales consultadas por LA CAPITAL, remarcaron que este acuerdo de juicio abreviado contó con la aprobación de la familia de la víctima, desde donde se mostraron de acuerdo con los términos que habían acordado el fiscal y la defensa.

El crimen

El asesinato de Miranda ocurrió el martes 1° de noviembre del 2022 al mediodía, en uno de los pasillos de acceso a la Villa Vértiz, en Juramento al 1100. Según lo que se demostró en el juicio, Arias, en un ataque de celos por su amigo, atacó a Miranda con un cuchillo y le asestó al menos una puñalada en el pecho, lo que ocasionó su inmediata derivación al Hospital Interzonal, donde finalmente se produjo su muerte.

El juez Fissore entendió que las pruebas presentadas por el fiscal Arévalo demostraron la hipótesis acusatoria más allá de toda duda razonable. Múltiples testigos llegaron a ver el ataque de Arias y escucharon a Miranda gritar: “No, por favor no”.

Tras el ataque, Arias se “atrincheró” en una casa de la villa. Al llegar la policía recibieron la indicación de vecinos, quienes señalaron el lugar donde estaba el asesino. “Quiero que se vaya el móvil policial, va a venir mi excuñado, así arreglamos las cosas”, gritaba desde dentro de la vivienda Arias, quien repetía constantemente que arreglaría “el problema” por su cuenta.

De las propias palabras de Arias surge que tenía conciencia que había participado en una pelea y que estaba pendiente un problema a solucionar. Finalmente, Arias intentó escapar por los techos de las casas linderas, pero fue perseguido y detenido por el personal de la comisaría tercera.

La autopsia practicada a Miranda detalló que presentaba una herida de arma blanca de 1,5 centímetros de longitud en hemitorax izquierdo, a 3 centímetros a la izquierda de la línea media anterior, altura del cuarto espacio intercostal, y otras dos heridas de arma blanca en muslo derecho.

“El dolo homicida lo doy por probado a partir de las características del ataque, en el que el agresor utilizó un cuchillo y se lo asestó en la zona torácica, lesionando justamente el ventrículo del corazón. Esto denota direccionalidad y despliegue de una fuerza necesaria para llegar hasta ese órgano muscular vital”, concluyó el juez Fissore en la sentencia.