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Policiales 30 de diciembre de 2024

Condenaron a prisión perpetua al femicida de Adriana Estéfano

El uruguayo Mykael Ponce, de 44 años, recibió la máxima pena posible por haber asesinado a quien era su pareja. En la sentencia estuvo presenta la hija de la víctima, que escuchó entre lágrimas el veredicto.

Adriana Estéfano tenía 52 años cuando fue asesinada.

El uruguayo Mykael Ponce, de 44 años, fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de quien era su pareja, Adriana Estéfano (52) a quien asesinó en julio de 2021 de un balazo en la casa que compartían en el barrio Peralta Ramos Oeste, en un contexto de violencia de género y narcomenudeo.

Este lunes, a las 11 de la mañana, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2, compuesto por los jueces Roberto Falcone, Néstor Conti y Alexis Simaz, dio a conocer la sentencia de Ponce por los delitos de “homicidio agravado por el vínculo, en un contexto de violencia de género y por el uso de arma de fuego”, “tenencia ilegal de arma de guerra de uso civil condicionado”, “receptación dolosa” y “coautor estupefaciente con fines de comercialización”.

De manera unánime, los jueces condenaron a Ponce a la máxima pena, de reclusión perpetua. Además, por haber infringido la Ley 23737, le impusieron una multa de 270.000 pesos.

Al escuchar que el hombre que había asesinado a su madre pasaría el resto de su vida en prisión, la hija de Adriana Estéfano, Johana, estalló en lágrimas y se abrazo con una amiga, que la había acompañado en cada jornada del debate.

Al tratarse de un condenado extranjero, los jueces del Tribunal N° 2 ordenaron que se le comunique al cónsul de la República Oriental del Uruguay de CABA y a la Dirección Nacional de Migraciones, delegación Mar del Plata, que se ha sentenciado a Mykael Ponce.

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Un contexto violento


La relación en Estéfano y el femicida Ponce era tóxica y se puede definir como un círculo de violencia cíclico: con las etapas de enamoramiento, tensión en donde el hombre acumula enojos y su ira aumenta sin motivos comprensibles. La siguiente etapa es de agresión o golpes, cuando se desata la violencia. La víctima sufre agresiones físicas o sexuales y continúa la violencia psicológica.

La hija de la víctima, Johana Goñi, explicó en el juicio que en la casa de su madre todos los días se vivían episodios de violencia. “Mi mamá minimizaba la situación diciendo que ‘él habla así’ que ‘él es así'”. La pareja se mudó varias veces y, según la joven, tras cada mudanza la violencia aumentaba y su madre siempre la minimizaba. Ella nunca discutió con Ponce, ya que confesó que le daba miedo.

Johana también remarcó que Ponce controlaba a su madre hasta el punto que la hizo perder todas sus amistades. Además, era “común” los maltratos abiertos y públicos del hombre hacia la víctima, que le decía puta o yegua cada vez que algo no le gustaba.

“Cuando vayamos a casa te voy a matar hija de puta”, le dijo Ponce en más de una oportunidad a Estéfano, sin importar quien podía escuchar y ser testigo de la amenaza.

Si bien Estéfano en el último tiempo se quiso separar del hombre, nunca pudo hacerlo. Incluso Ponce había amenazado con matarla, con rociarla con kerosene para prenderla fuego si se llegaba a ir.

El círculo de violencia es difícil de romper, por eso es importante la intervención de una tercera persona o institución para poder terminar con la violencia. Existe la línea 144 que brinda asistencia, contención y asesoramiento a personas en riesgo o situaciones de violencia. También se puede llamar al 911 para realizar la denuncia y pedir ayuda.


El caso


De acuerdo a la reconstrucción del crimen que realizaron la fiscal Romina Díaz y sus colaboradores, Estéfano fue baleada pasadas las 22 del 23 de julio de 2021 en una vivienda de González Chávez al 600.

Mientras Ponce, que con la ayuda de un amigo había cargado a la mujer en un automóvil para llevarla al HIGA, era detenido precisamente en ese establecimiento sanitario, policías de la comisaría decimosexta, con jurisdicción en la zona, ingresaban a la casa.

En el inmueble se encontraba el hijo de la pareja, de solo 13 años. Tras contenerlo, los efectivos dieron con varias armas de fuego, entre ellas una de calibre 9 milímetros.

En horas de la tarde del siguiente viernes, en tanto, los investigadores allanaron la propiedad y secuestraron un ladrillo de un kilogramo de marihuana, una bolsa con cogollos y dos scanner de automóviles que habían sido sustraídos durante un asalto ocurrido el 24 de mayo anterior.

Personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local confirmó que ese sitio era objeto de una pesquisa iniciada por venta de drogas. Tras una inspección más minuciosa se logró secuestrar, además de la pistola 9 milímetros, otra pistola Gloxk .380, dos bolsas con 175 gramos de cocaína, una balanza digital, un rifle de aire comprimido y numerosas municiones de distinto tipo y calibre. También la suma de 296.940 pesos, 200 pesos mejicanos y 50 euros.

También en el interior del automóvil en el que Ponce había llevado a Estéfano al HIGA la policía encontró una pistola calibre 22.

A Ponce se le realizó el hisopado en las manos para el peritaje de Dermotest y se lo dejó detenido por el delito de homicidio agravado por ser cometido por un hombre en perjuicio de una mujer (femicidio) y por el uso de arma de fuego.