Condenaron a prisión perpetua a un hombre que había asegurado que su mujer murió al caer por la escalera
Ricardo Ríos (62) había afrontado en libertad el debate en su contra por el asesinato de Pascualina Trápani, pero tras la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 fue detenido y trasladado directamente a la Unidad XV de Batán.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 condenó a prisión perpetua a un hombre que había asegurado que su esposa había muerto tras unas graves heridas que sufrió al caerse de la escalera en su vivienda del barrio Santa Rosa de Lima el 30 de abril de 2015.
Los jueces Néstor Conti, Roberto Falcone y Alexis Simaz encontraron culpable a Ricardo Ríos (62) por la muerte de Pascualina Trápani por el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por producirse en un contexto de violencia de género”.
Ríos había llegado libre al juicio, incluso la Justicia de Garantías lo había sobreseído al considerar que no había elementos suficientes para involucrarlo con la muerte de su esposa. Sin embargo, el fiscal Alejandro Pelegrinelli siempre sostuvo la acusación y apeló a esa resulución y, a cuatro años de la muerte de Pascualina Trápani se realizó el debate oral.
Las posturas de las partes fueron diametralmente opuestas durante el debate, por un lado el fiscal Pelegrinelli sostenía que Ríos era culpable y pidió la prisión perpetua; la defensa consideraba que no había delito y que el hombre tenía que salir en libertad.
Femicidio disfrazado en un accidente
Desde el inicio, Ríos había sostenido que el 30 de abril de 2015, cerca de las 23, en el interior de su casa de Amaya al 2400, su esposa, Pascualina Trápini, sufrió un accidente doméstico al caerse por las escaleras y golpearse la cabeza. Sin embargo, durante el debate, y gracias a testimonios y pruebas forense, el fiscal Pelegrinelli pudo demostrar que se trató de un femicidio.
Los jueces llegaron a la misma conclusión que el fiscal, y entendieron que ese día Ríos “con la inequívoca finalidad de causarle la muerte a su pareja, le efectuó una pluralidad de golpes en el rostro, cabeza y cuerpo que le provocaron una fractura de la órbita del ojo derecho, equimosis en ambos ojos, equimosis en piernas, brazos y tórax y una fuerte herida contusa en la región occipital que le ocasionó una importante lesionología interna en el cráneo”.
Por esas heridas, el 5 de mayo de ese mismo año Pascualina Trápini murió mientras estaba internada en el Hospital Interzonal. En uno de los únicos momento de lucidez, la mujer llegó a declarar y en sus palabras desvinculó de toda responsabilidad a Ríos.
Los jueces no le dieron mayor importancia a esa declaración, ya que consideraron que esas palabras se deben a que Ríos, quien la había dejado mortalmente herida, no se encontraba detenido y todos los días la “cuidaba” en el hospital. “No veo de qué otra forma podría haber declarado Trápani si su agresor, que la dejó al borde la muerte, era quien la cuidaba en el HIGA”, concluyó uno de los jueces..
“Ante lo inverosímil de la hipótesis original de la caída de la escalera, el imputado intentó brindar en el debate otra explicación de lo sucedido, aduciendo que la perra que tenían la podría haber tirado o que podría haberla despertado, luego de una accidental caída, lo que explicaría las manchas de sangre por toda la casa, ya que Trápani habría deambulado. Esta última versión es tan absurda que no merece ser analizada”, expresaron los magistrados del Tribunal N°2 en la sentencia.
Además, a los jueces Conti, Falcone y Simaz les llamó la atención que Ríos, según declaró durante el debate, “al ingresar a la casa viera a su mujer tirada y no se preocupara en lo más mínimo por asistirla. En cambio, dijo que verificó si había alguien en el altillo, si faltaba dinero, pero nunca se preocupó por su moribunda pareja”.
Testimonios y pericias
Durante el juicio los jueces escucharon a decenas de testigos, siendo algunos especialmente significantes para la conclusión condenatoria que tomaron.
Por un lado, en la sentencia destacaron el testimonio de una vecina de la casa de Amaya al 2400 quien dijo que ese 30 de abril a la noche, escuchó un fuerte golpe y que la víctima se quejaba y gritaba “basta, basta”, por lo que le pidió a su hija que llamara a la policía.
Posteriormente, señaló que llegó la policía y salió Ríos, quien contó que su esposa se había caído. Ingresaron a la casa y Trápani estaba tirada en el piso con un almohadón debajo de su cabeza, estaba inconsciente y a su lado había un charco de sangre. La testigo agregó que la víctima estaba revolcada y sucia, con signos de arrastre, que en el baño había una toalla con sangre, que el lavatorio estaba chorreado de sangre y que había sangre en el bidet.
Otro de los testimonios tenidos en cuento fueron los de los hijos Pascualina Trápani y Ríos, quienes no presenciaron la escena del hecho y concurrieron días después a la casa, constataron a simple vista manchas de sangre en la cocina y paredes de la casa.
“Las testimoniales que hemos reseñado despejan toda posibilidad de que Trápani haya tenido un accidente en su casa, que se haya caído de la escalera como refirió en su primer acto de defensa material el imputado y como insistentemente le decía en el lugar del hecho a la policía y a los testigos”, expresaron los jueces.
En cuanto a las pericias realizadas, la autopsia evidenció que la víctima tenía 23 lesiones, que daban cuenta de una golpiza en la que se utilizó un elemento duro y romo.
Finalmente, las pericias piscológicas-psiquiátricas efectuadas por la doctora Mariana Eugenia Giuliano y la licenciada Mónica Alicia Zunino, concluyeron que “Ríos tiene un trastorno de personalidad con rasgos egocéntricos, emocionalmente frio, con escasa capacidad de sostener un vínculo afectivo, dominante y controlador, con tendencia a la agresividad y dificultad en el control de sus impulsos, personalidad plenamente compatible con alguien que realiza un hecho punible como el que se está analizando aquí”.
De la libertad a una condena perpetua sin escalas
Ricardo Ríos llegó en libertad al juicio. Nunca estuvo detenido durante la investigación por la muerte de Pascualina Trápani y hasta había sido sobreseído por la Justicia de Garantías.
Luego de que los jueces del Tribunal Oran en lo Criminal N°2 dieran a conocer la sentencia de prisión perpetua, Ríos fue esposado en la sala y trasladado directamente para ingresar en la Unidad Penal XV de Batán, donde permanecerá alojado por el brutal femicidio de su esposa.
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