Juan Jesús “El Bebe” Rodríguez (41) fue condenado en el Tribunal N° 4 por haber manejado la venta de droga en “la chatarrera”, un mítico point de venta de cocaína de la periferia vinculado a la marginalidad, los estupefacientes y hechos sangrientos.

El juez Gustavo Fissore falló en la misma línea que lo planteado durante el debate por el fiscal Leandro Favaro, quien había solicitado una pena de 7 años y 10 meses de prisión, y condenó a “El Bebe” Rodríguez a 7 años de cárcel y una multa de 560.000 pesos.

Rodríguez, representado por la abogada Sandra Pérez, llegó en libertad al debate, sin embargo, al terminar el juicio y tras el planteo del fiscal Favaro, el juez Fissore ordenó su inmediata detención y traslado a la cárcel de Batán.

“Es enteramente razonable presumir que, en razón de haberse arribado a un veredicto condenatorio que coloca al imputado frente a la probabilidad cierta de tener que afrontar una muy prolongada privación de su libertad ambulatoria, pueda intentar profugarse”, consideró el juez en la sentencia.

En la sentencia, Fissore también ordenó decomisar los vehículos que se le secuestraron a Rodríguez y que estaban vinculados con la actividad de narcomenudeo: una camioneta Volkswagen Amarok y un Volkswagen Bora.

Cabe recordar que la defensora particular, Sandra Pérez, había solicitado la absolución de Rodríguez al asegurar que no tenía relación con ninguno de los hechos que se le atribuyen y que nunca se lo había visto cometer ilícito alguno. “Hace siete años lo investigan, nunca lo vieron comercializando, ni con plata. De hecho el domicilio allanado no está relacionado con Rodríguez, que era titular de la vivienda frente a ese lugar”, había explicado la abogada Sandra Pérez.

Venta de droga en “la chatarrera”

Operativo realizado en la chatarrería en 2018.

En el juicio, se dio por probado que “El Bebe” Rodríguez era quien ejercía el dominio en las casillas del predio de la “chatarrera”, ubicado en calle 238 y Vértiz, donde, valiéndose un grupo de personas que resultaban ser sustituibles, fungibles o reemplazables, comercializaba cocaína.

En la investigación, de la que participó el personal policial de Drogas Ilícitas, se demostró que entre el 26 de julio y el 9 de diciembre de 2021 “El Bebe” Rodríguez comercializó cocaína y marihuana desde dos casillas en Vértiz y calle 238, en el límite del barrio Belgrano y Autódromo.

La investigación se había iniciado en junio de ese 2021, tras una serie de denuncias anónimas que daban cuenta que, otra vez, en la chatarrera se había instalado un point de venta de droga.

Tras meses de investigación, en los que la policía identificó a Rodríguez y recolectó pruebas en su contra y de la actividad que allí se realizaba, la Justicia autorizó que se allanara el lugar el 9 de diciembre.

Durante el operativo, la policía incautó 13,1 gramos de marihuana (en 5 envoltorios de nylon negro y 2 envoltorios de nylon blanco), recortes de nylon, bolsas de nylon negra y una balanza de precisión. Así también, constataron que
Rodríguez utilizó para el ocultamiento de estupefacientes otras casillas de la zona, donde tenía 48,83 gramos de cocaína, distribuidos en 392 envoltorios de nylon blancos; 42 envoltorios en una bolsa de nylon blanca y 350 envoltorios en 7 bolsas de nylon transparentes (en fracciones de 50 envoltorios en cada una).

Además, incautaron 79,5 gramos de marihuana distribuida en 20 envoltorios y un trozo compacto en el cajón de una cómoda, $44.500 y en otra vivienda $166.080. La policía también secuestró una camioneta Volkswagn Amarok y un Volkswagen Bora.

Para el juez Fissore, también está probado el modo en que se comerciaban los estupefacientes, ya que se lo hacía al menudeo o en forma directa al consumidor, en una zona hostil para la presencia policial, ya que Rodríguez contaba con “satélites” o “soldaditos” que aseguraban el área.

Para los policías que participaron en la investigación, la venta de droga en “la chatarrera” era “excepcional” por el incesante flujo de clientes, que llegaban a pie, en bicicleta, motos o automotores, y hasta hacían “cola” fuera de las casillas para conseguir cocaína.

El fiscal Favaro explicó en su alegato que Rodríguez no era quien personalmente vendía la droga, ya que desarrollaba el rol de un eslabón intermedio en la cadena del narcotráfico, sino que lo hacía por intermedio de aquellos que colocaba en las casillas precarias construidas sobre el descampado en la zona donde termina la calle 238.

Agravantes de una sentencia “excepcional”

Para el juez Fissore, fue un agravante en la sentencia la intensidad del comercio de estupefacientes que desarrolló el acusado, ya que, tal como lo explicó la policía, hacían “cola” para comprar cocaína en los points que el dominaba en “en la chatarrera” del barrio Belgrano.

También consideró como agravante la mecánica del comercio que desarrollaba, en cuanto
a que se valía de “chicos sustituibles” y que se trataba de cocaína, una droga con mayor poder adictivo y lesivo al bien jurídico protegido.