Delincuentes que a principios del año pasado asaltaron a una pareja en su casas del barrio El Martillo recibieron condenas de hasta los 8 años de prisión por parte del juez Jorge Peralta, del Tribunal Oral Nº 4.

El hecho ocurrió el 23 de marzo de 2017, cuando cerca de las 6 de la mañana tres ladrones que luego serían identificados como Jonathan Pugni, Mauro Agustín Papponetti y Eduardo Basilio Acuña ingresaron al inmueble emplazado en la calle Génova al 6900, luego de escalar un paredón de dos metros de altura y desactivar la alarma de la casa cortando, para ello, los cables de la misma.

Conforme al plan ilícito que habían pactado, actuando en forma coordinada y distribuyéndose sus roles y funciones, una vez en el interior del inmueble los ladrones se ocultaron en un pasillo que comunicaba al patio de la vivienda donde aguardaron la salida de sus moradores.

Alrededor de las 9 de la mañana, aprovecharon que el dueño de la vivienda se fue del lugar e irrumpieron, para luego reducir a sus moradores atándolos de sus pies y manos. Tras ello, los delincuentes le exigieron a una mujer que se hallaba en la finca la entrega de dinero bajo amenazas de golpearla con un fierro en la cabeza. Acto seguido, se apoderaron de 120 pesos y un teléfono celular marca Samsung.

Mientras tanto, y tal como lo habían planeado, Fernando Roberto Paponetti, quien había trasladado hasta el lugar a sus cómplices -entre los que estaba su hermano-, permaneció en las adyacencias de la propiedad a bordo de su automóvil. En todo momento mantuvo comunicación telefónica con el primero de los hombres mencionados, y coordinó la ejecución del asalto. Además, su objetivo era alertarlos de cualquier escollo que pudiera surgir durante el mismo.

Según quedó acreditado tras el juicio, los integrantes de esta organización delictiva contaron con la colaboración necesaria de Sergio Abel Contreras -cuñado de la empleada doméstica de la familia de las víctimas- quien les brindó información como características, hábitos y datos sobre los lugares de la casa en donde se hallaban el dinero y los objetos de valor.

Sin embargo, la estrategia falló y los ladrones no lograron consumar el hecho ya que al lugar llegó la policía, alertada de lo que acontecía por los vecinos de las víctimas. A pesar de la presencia de Paponetti, que debía alertar a los ladrones, los uniformados pudieron detener entonces a los miembros de la banda. También consumaron el secuestro de los elementos sustraídos.

El hecho fue investigado por el fiscal Mariano Moyano y el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local, bajo la carátula “tentativa de robo agravado”. Por ese delito fueron condenados los hermanos Papponetti y Acuña a 3 años de prisión de ejecución condicional, Contreras a 2 años y 6 meses de prisión condicional (y declarado reincidente), y a Pugni se le unificó la pena con una anterior y se le impuso la de 8 años de prisión.