El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 condenó a cuatro años de prisión a un hombre de 37 años por haber vendido cocaína en el barrio Rivadavia entre junio y julio de 2018.

El juez Facundo Gómez Urso le impuso la pena por el delito de “comercialización de estupefacientes” a Oscar Pedro Berteloot, conocido en el barrio como “El Gordo” o “Maradona“, por su parecido físico con el astro del fútbol en su época de retirado.

En el debate quedó probado que entre el 1 de junio y el 12 de julio de 2018, en Rodríguez Peña al 5900 .entre Juncal y Malvinas- Berteloot comercializó estupefacientes al menudeo, es decir vendía en bajas cantidades cocaína y marihuana a clientes que llegaban en vehículos o a pie.

Todo constatado por las tareas policiales de vigilancia e investigación, que incluyeron fotografías, filmaciones, testimonios y el análisis de la droga que un comprador acababa de llevarse.

Toda esta investigación tuvo como resultado un allanamiento en el lugar el 12 de julio, en el que la policía secuestró 4.6 gramos de marihuana, 5.1 de cocaína, un arma de fuego y 300 pesos.

Dedicado al “papeleo”

La casa de Berteloot no sobresalía en el barrio Rivadavia: de materiales, con un paredón de unos dos metros, reja y portón. Durante la investigación, se comprobó que “El Gordo” era quien hacía todo: se acercaba a los vehículos cuando llegaban, realizaba todas las maniobras y volvía a entrar. También atendía desde la reja o hacía pasar a los clientes.

La policía lo describió como un “puntero” que compraba de a 5 o 10 gramos por día, para estirarlos y venderlos. “Papelea”, como se dice, para luego comercializar en cantidades pequeñas. “Para nosotros el operativo fue un éxito, sabíamos desde el principio que no íbamos contra un gran narcotraficante”, declararon los policías.

El juez Gómez Urso entendió que al caso había que enmarcarlo en el de “una persona de muy bajo nivel social y económico que subsiste vendiendo pequeñas cantidades de drogas, de allí que el dinero secuestrado en el allanamiento fuera poco, lo que en nada empaña la acreditación del hecho”.

Una cantidad que pudo haber sido para consumo

Si bien la cantidad secuestrada -5 gramos de cocaína-  fue poca y rozaba la cantidad que podría ser considerada de consumo personal, desde un inicio a Berteloot no se le imputó la tenencia, si no la comercialización de estupefacientes.

“No tenía droga para consumo, sino una piedra, lo que implica su ulterior fraccionamiento, incompatible con el estado en el que se tiene para consumo personal”, explicó el juez y agregó: “Además había recortes de nylon para envolver el material, lo que no necesita hacer un consumidor”.