La casa de Roca y La Pampa que fue allanada el lunes por Prefectura en el marco de una compleja investigación por drogas de la Justicia Federal había sido el escenario de un crimen que se originó tras una absurda discusión entre marginales.

En un juicio abreviado realizado en el Tribunal Oral N° 4, el juez Gustavo Fissore condenó a Maximiliano Balzaretti a la pena de 11 años y 10 meses de prisión por haber asesinado a puñaladas a Leandro Nespral (49) el 14 de enero de 2024.

Inicialmente, el acuerdo pactado entre la fiscal Constanza Mandagarán y la defensa oficial de Balzaretti, quien permanece alojado en la Unidad Penal 44 de Batán desde que ocurrió el crimen, era de 12 años de prisión por el delito de “homicidio simple“. Sin embargo, el juez Fissore tomó como atenuante el arrepentimiento que mostró el imputado en las audiencias y decidió bajarle dos meses el monto de la pena, “manteniendo así la proporcionalidad del acuerdo original“.

Atenuantes y agravantes

El juez Gustavo Fissore destacó, como atenuante, que durante la audiencia Balzaretti le pidió perdón a Dios y a la familia de la víctima, y solicitó que se considere eso para reducir la pena. Además, el imputado agregó que la víctima le había sacado un ojo y que le había quedado un 36 % de visibilidad del otro, algo que quedó demostrado no sucedió durante esa pelea si no antes.

“Solo voy a tomar como atenuante el arrepentimiento y el perdón a la familia, sin perjuicio que vislumbro cierta especulación, porque esa referencia vino acompañado con el pedido de que se le rebaje la pena pactada, pero sus otras manifestaciones resultan claramente falsas”, expresó Fissore en el fallo.

Como agravantes, la fiscal Mandagarán postuló que se valore que el imputado intentó borrar y manipular los rastros del delito: intentó limpiar la escena del crimen, mandó a arrojar fuera del domicilio el arma homicida e inventó una secuencia fáctica inexistente para intentar desviar el curso de la investigación y el accionar de la Justicia.

Además, la fiscal destacó el “inusual nivel agresión”, lo que quedó demostrado en la autopsia que advirtió las plurales lesiones y heridas de arma blanca: la víctima presentaba una equimosis en el párpado inferior derecho, otra con excoriación en arcada cigomática izquierda y arco superciliar izquierda, excoriaciones en ángulo de mandíbula derecha, herida cortante en labio superior derecho, hematoma en la mandíbula izquierda, herida punzo cortante en cuello, herida punzo cortante en hombro, herida punzo cortante supra mandibular izquierda, cefalohematoma occipital, herida punzo cortante en región escapular izquierda y herida punzo cortante en región pectoral izquierda. Luego, en el examen interno, la perito pudo determinar que la lesión que presentaba en la zona supramamilar fue la que le provocó la muerte a Nespral, ya que en su trayectoria le fracturó el cuarto arco costal anterior a nivel de la línea media clavicular y lesión de planos musculares en cuarto y quinto espacio intercostal, provocando luego la herida cortante en lóbulo superior del pulmón izquierdo. Todo esto le provocó la muerte, por el taponamiento cardíaco secundario a hemorragia por herida punzo cortante de aurícula izquierda.

Un crimen por una absurda discusión

El hecho ocurrió el domingo 14 de enero a las 1.40 de la madrugada en una casa de Roca al 4300, un inmueble vinculado a diferentes investigaciones de narcomenudeo por funcionar como una suerte de “aguantadero” para consumidores de droga.

El sábado 13 de enero, Balzaretti, su pareja, Nespral y otras personas se juntaron a comer un asado. Terminada la cena, en la vivienda quedaron solo un hombre que también vivía allí, Nespral y Balzaretti con su pareja.

Si bien todas las versiones dan cuenta de una discusión entre Balzaretti y Nespral, varían los motivos. Una de las hipótesis indica que el primero le exigió dinero por el alquiler de una habitación en la casa, mientras que otra da cuenta de un pleito porque la víctima se negaba a apagar la luz del comedor mientras que el victimario quería dormir. Sea cual fuere el motivo, la situación escalo de manera demencial hasta terminar en un crimen violento.

— Pasame el cuchillo que a este lo mato.

— No, por favor no.

Tras los gritos entre Balzaretti y Nespral todo quedó en silencio. Según el testigo que había quedo en la casa, Balzaretti quería que Nespral apagara la luz y este le decía que se “dejara de joder”. Hasta que el victimario se levantó de donde estaba, fue hasta el living y quiso echar de la casa a la víctima, que se negó, lo que originó la pelea en la que Nespral fue asesinado.

— Viejo mira lo que pasó, entró uno atrás de Leo y lo apuñaló — las palabras de Balzaretti le sonaron a mentira al testigo, quien ya había escuchado como la pareja del asesino abandonaba la casa para arrojar la cuchilla homicida sobre el techo de una vivienda abandonada ubicada a pocos metros del lugar.

Nespral fue brutalmente golpeado y asesinado de cuatro “puntazos” en el tórax, cuello y ambos hombro. Al llegar la policía al lugar detuvo a Balzaretti en el acto, que tenía sangre de la víctima en las zapatillas. El asesinó mintió en todo momento, intentó relativizar su participación y ocultó el arma homicida, pero todas las pruebas fueron concluyentes en su contra. El hecho de que su pareja se haya fugado del lugar, y se mantenga prófugo hasta el día de hoy, es otro indicio.

“Era él o yo”, repitió en más de una oportunidad Balzaretti a los policías y al fiscal Fernando Berlingeri primero y a la fiscal Constanza Mandagarán después, sin embargo nadie creyó que se tratara de una legítima defensa.