Un hombre de 29 años fue condenado a 1 año y 2 meses de prisión de ejecución condicional por haber utilizado una licencia de conducir falsa y en la sentencia la Justicia tuvo en cuenta un planteo de la fiscalía de considerar la situación socioeconómica del imputado, quien es el único sostén de su familia y trabaja recolectando material en desuso con un carro a tracción a sangre.

En un juicio abreviado realizado en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4, el juez Gustavo Fissore, tal como lo acordado entre el fiscal David Bruna y la defensa oficial, resolvió condenar al imputado de “falsificación de instrumento público” a la pena de 1 año y dos meses de prisión, de ejecución condicional, y le impuso por 2 años una serie de reglas de conductas: fijar domicilio en la provincia de Buenos Aires, someterse al control del Patronato de Liberados, abstenerse de conducir cualquier vehículo hasta tanto acredite haber obtenido la licencia de conducir y la aprobación de un curso de manejo defensivo.

Según quedó demostrado durante el juicio, el hombre poseía un carnet de conducir falso supuestamente expedida por la Municipalidad de Balcarce, en la cual insertaron fechas y sellos apócrifos junto a los datos personales y su fotografía y de acuerdo a tal documento, aparentaba estar autorizado a conducir vehículos en categorías moto hasta 300 cc, auto y camionetas hasta 3500 kilos de peso con acoplado de hasta 750 o casa rodante no motorizada.

Para ello, el autor o los autores, contaron con la colaboración necesaria del imputado, quien proporcionó su fotografía y sus datos personales como nombre y DNI, que eran imprescindibles para la elaboración de la licencia falsa.

La situación fue detectada el 17 de mayo de 2018 a la tarde, cuando personal del Destacamento de Seguridad Vial de Vivoratá que realizaba un operativo de interceptación vehicular interceptó en la ruta 88, a la altura del kilómetro 40, un Renault 12 manejado por el imputado, quien al entregar su licencia de conducir, los policías dudaron de su originalidad, por lo que la secuestraron para determinar su era o no falsa.

Según las pericias realizadas, el papel utilizado en la licencia apócrifa era de venta comercial, en vez del papel original, y que carecía de las impresiones de seguridad. La leyenda “República Argentina” que originalmente está impreso en tinta OVI estaba emulada con un sistema láser negro, entro otras evidencias que determinaba su falsedad. La fotografía del rostro del sujeto “habilitado” había sido insertada también en ese contexto de adulteración, y necesariamente debió ser provista por ese individuo o haber participado en su toma para su posterior utilización.