Condenan a un adolescente que robó y dejó paralítico a un joven
Si bien tiene 18 años, el hecho lo cometió cuando tenía 17 y fue juzgado como si fuera menor de edad. Deberá cumplir una pena de 8 años de prisión. La víctima tiene 20 y desde febrero de 2016 que no puede caminar.
Un adolescente de 18 años, que cuando era menor de edad le robó a un joven su moto en Fortunato de la Plaza y Tetamanti y lo dejó paralítico de un balazo en la espalda, fue condenado a 8 años de prisión por la Justicia de menores.
El adolescente fue encontrado culpable de “tentativa de homicidio criminis causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego”, misma calificación que la pedida por la fiscal que investigó el caso, Mariana Baqueiro y deberá cumplir su condena en el Instituto de Menores de Batán, donde estuvo detenido hasta el momento del juicio.
La fiscal Baqueiro, durante el debate, había solicitado una condena de 8 años y 6 meses de prisión; mientras que la defensa del imputado había pedido la absolución.
El joven de 18 años condenado ya había sido encontrado culpable de otro violento en el pasado. Incluso, al momento del incidente por el que fue juzgado, el adolescente debería haber estado cumpliendo una orden de prisión domiciliaria, pero evidentemente había logrado sortear cualquier tipo de control estatal para estar en la calle y con un arma en la mano.
La víctima del hecho, Juan Pablo (20), pudo participar del proceso sin un abogado que lo representara y en una audiencia pudo pedirle cara a cara al juez Néstor Salas que no le concediera la prisión domiciliaria al acusado.
Fuentes judiciales consultadas explicaron que el paradigma del rol de la víctima durante los procesos está cambiando, y se busca darle mayor lugar y participación. Mayores derechos también. Incluso, en la provincia están por crear cuerpos de abogados públicos para ayudar a las víctimas y que los acompañen.
El hecho por el que fue juzgado ocurrió el 15 de febrero de 2016, cerca de las 18, en la esquina de Fortunato de la Plaza y Tetamanti. En esa oportunidad Juan Pablo iba en moto y un grupo de adolescentes se le acercó para robarle. Forcejeó con alguno, empujó a otro y aceleró para escapar del lugar. En ese contexto, uno de los adolescentes sacó un arma le disparó en la espalda y le robó el vehículo.
Desde ese 15 de febrero de 2016 que Juan Pablo no puede caminar, ya que la bala le dañó de manera irreversible la medula. Desde ese momento utiliza una silla de ruedas para moverse.