Un ladrón que a fines de 2019 cometió dos robos en menos de un mes fue condenado 4 años de prisión y además se dispuso que su automóvil fuera decomisado y entregado al Ministerio de Seguridad bonaerense. En tanto, a uno de sus cómplices en el segundo hecho también lo sentenciaron a 3 años de cárcel, con una pena de ejecución condicional.

Ambos hombres fueron juzgados en los últimos días por magistrados diferentes. En el caso del primero, identificado como Rubén Ferrer (36), aceptó a través de su defensor, Eduardo Fernández Ficks, la realización de un debate abreviado en el que asumió su responsabilidad por el asalto contra un polirrubro de Alvarado al 3400.

El fiscal Fernando Berlingeri, que investigó el caso, logró demostrar que Ferrer y otros tres delincuentes cometieron el delito de “robo doblemente agravado por haber sido cometido en poblado y en banda, y por el uso de arma de fuego”, cometido el martes 19 de noviembre de 2019. Según la pesquisa, que contó con peritajes al teléfono celular del imputado, reconocimientos fotográficos por parte de las víctimas y análisis de distintas pruebas, se determinó que el grupo de ladrones había organizado un plan específico con distribución de roles incluida.

A través de diferentes tareas, los investigadores identificaron a otro de los integrantes de la banda, que al igual que Ferrer fue detenido.

En los últimos días, ambos imputados recibieron sendas condenas por parte de los jueces Gustavo Fissore y Facundo Gómez Urso, respectivamente. A Ferrer lo sentenciaron a 4 años de prisión, tras declararlo “reincidente” debido a que pocos días antes de ser atrapado había sido condenado por un hecho anterior y además aprehendido por un hurto en una farmacia, por lo que quedó alojado en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán.

En suma, Fissore resolvió aceptar el pedido de Berlingeri y decomisar el automóvil marca Fiat Palio de color rojo en el que se movilizaba Ferrer al momento de su captura y entregarlo al Estado para su destinación al Ministerio de Seguridad provincial.

En cuanto a su cómplice, descubierto en el marco de la investigación, se supo que también hacía poco tiempo que había cometido otro robo a partir de una nueva pesquisa, por lo que el magistrado Gómez Urso acabó por dictarle la pena de 3 años de ejecución condicional (ya que no tenía antecedentes) por ambos delitos.