Condenan a banda narco de Batán con penas de hasta 18 años de prisión
Claudia Camacho Solís y a su esposo, Nelson Alcocer Peredo, recibieron penas de 18 años por considerarlos los líderes de una organización criminal que movió cerca de 200 kilos de cocaína. Además, Luis Sánchez recibió una pena de 14 años, por ser el lazo con los productores de estupefacientes. Se trata de la sentencia más importante en materia de narcotráfico dictada por el Tribunal Federal de Mar del Plata.
La banda narco liderada por falsos quinteros bolivianos afincados en Batán que llegó a mover cerca de 200 kilos de cocaína fue condenada por la Justicia Federal con penas de hasta 18 años de prisión, las más importante en materia de narcotráfico dictadas por el Tribunal Federal de Mar del Plata.
El Tribunal Oral Federal, integrado por los jueces Roberto Atilio Falcone, Luis Alberto Imas y Nicolás Toselli, condenó Claudia Camacho Solís y a su esposo Nelson Alcocer Peredo a 18 años de prisión, por ser los líderes de la organización que tenía su centro de operaciones en una quinta de la calle 143 de Batán.
Además, los jueces le revocaron el arresto domiciliario a Nelson Alcocer y ordenaron que el cumplimiento de la pena fuera en un establecimiento carcelario, ya que cuando tenía el beneficio ese por otra pena siguió vendiendo drogas. Todo esto con el agravante de que el hombre se excusaba en sus hijos discapacitados para no ir preso e incluso quebrantaba el arresto domiciliario en falsos viajes al Hospital Garraham.
También fue condenado un hombre residente en Salta, Luis Sánchez, a 14 años de prisión, por ser el lazo con los productores de estupefacientes y que era quien los proveía para su distribución en esta zona de la provincia de Buenos Aires.
“Camacho Solís y su marido, Nelson Alcocer Peredo, constituyen el eslabón más alto de esta organización delictiva junto a Luis Sánchez, quienes formaron una alianza comercial ilícita con el objeto de organizar y financiar actividades vinculadas al tráfico de drogas, como lo fue el transporte de los casi 68 kilos de cocaína a bordo de una Toyota Hilux”, había considerado el fiscal fiscal Juan Manuel Pettigiani, junto a su auxiliar Carlos Fioritti, en su alegato, en el que había pedido penas de hasta 20 años.
Además, fueron condenados otros integrantes de la banda narco que tenían diferentes grados de responsabilidad: Sergio Gambarte, Ermer Cubilla Encina y Marcelo Staniscia recibieron una pena de 9 años de prisión, Diego Saavedra de 6 años y Lizzet Llanque Barral fue condenado a 3 años de pena de ejecución condicional.
Durante el juicio quedó probado que los Camacho-Alcocer eran un clan organizado para la venta de drogas y que además del matrimonio había otros parientes participando de las actividades. Tan así que, por ejemplo, el tercer cabecilla de esta banda está prófugo y es Edgar Camacho Aguila, padre de Claudia Camacho Solís.
En tanto fueron absueltos Cristian Michiels, Laura Rea Condarco, Weimar Tarifa Soruco, Sergio David Torres y Dante Leonardo Torres.
La sentencia más importante contra el narcotráfico
La sentencia a la pareja Camacho-Alcocer se trata de la más importante en materia de narcotráfico dictada por el Tribunal Federal de Mar del Plata y que recayó sobre una banda que se estima llegó a mover cerca de 200 kilos de cocaína en sus diversas operaciones.
“Se ha condenado a una banda que funcionó clandestinamente durante bastante tiempo en Batán con protección policial local”, expresó el fiscal federal Juan Manuel Pettigiani, quien destacó la labor del personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) involucrado en la investigación.
“Se pudo desentrañar prácticamente el funcionamiento completo de la organización y llegar hasta conexiones con otros países, a punto tal de que dos de los imputados todavía permanecen prófugos y calculamos que están en países fronterizos”, dijo el fiscal Federal al terminar el juicio.
Pettigiani remarcó la gravedad del hecho -movimientos de casi 200 kilos de cocaína- y “la actitud de los imputados frente al delito que cometían y a la ley en general”, ya que a pesar de estar privados de su libertad continuaban cometiendo delitos. Como por ejemplo el caso de Camacho, quien al estar alojada en una Unidad Penal extorsionaba a personas y vendía droga, hechos por los cuales se le formó una nueva causa.
En el caso de Alcocer, tenía prisión domiciliaria para cuidar a los hijos con discapacidad que tiene y aprovechó esa situación para continuar con la actividad de la banda narco. “El matrimonio se burló de la decisión del Tribunal, de las autorizaciones que obtenían para llevar a sus hijos al Hospital Garraham”, consideró el fiscal.
“Hoy la pena recoge no solo el alcance de la organización y la cantidad de droga que movían, sino también la perversidad de esta situación que, escudándose en la decisión del Tribunal habían profundizado la actividad delictiva”, concluyó Juan Manuel Pettigiani.