Dentro de lo que viene siendo una tendencia en los últimos años, la ciudad se encamina a recuperar otro chalet histórico que data de la época aristocrática de la ciudad: Villa Aluminé, ubicada en la costa entre las calles Falucho y Gascón.

Como ya pasó con Villa Gainza Paz, Villa Normandy o La Matilde, y con Villa Victoria y Villa Mitre como faros de las casonas más hermosas y emblemáticas de Mar del Plata, este emprendimiento local llega para incorporar a la vida de la ciudad este chalet de estilo pintoresquista americano, ubicado en una magnífica loma verde frente a Cabo Corrientes.

La oferta gastronómica estará conformada por una cafetería que ofrecerá servicio desde la mañana hasta la tarde, y un restaurante llamado Mara. Además de su gran terraza frente al mar y su rooftop para contemplar los atardeceres, se instalará un bonito y pequeño bar de cocktails llamado Chiquita en uno de los salones privados de la propiedad.

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El Chalet Aluminé se encuentra ubicado en un enclave privilegiado de la ciudad de Mar del Plata: el paseo costero entre Playa Chica y Cabo Corrientes. Construido en 1940 a pedido del destacado médico, diputado, profesor universitario y diplomático José Arce, el proyecto fue encabezado por el arquitecto Alberto Rodríguez Etcheto y Estrada, y ejecutado por Reynaldo Sartora e hijos.

Como diputado, Arce presentó un proyecto de ley para crear una Escuela de Parteras en la provincia de Buenos Aires, promulgada en 1910. También fue Presidente de la Sociedad Médica Argentina. Además, fue el primer embajador argentino ante Naciones Unidas (desde 1946 a 1949) y embajador ante China (desde 1945 a 1946). Su vínculo con Juan Domingo Perón y su segunda esposa, María Eva Duarte, hicieron habitués del chalet al matrimonio presidencial, así como a muchas figuras de la escena del espectáculo local. De ahí muchas de los rumores que circulan acerca de los ágapes que allí ocurrían.

Cerrado durante muchos años, entre 1993 y 1995 el chalet Aluminé sirvió como Centro Operativo de los Juegos Deportivos Panamericanos, disputados en la ciudad; y, posteriormente, funcionaron algunos emprendimientos gastronómicos con dispares resultados.

El desembarco de un grupo emprendedores marplatenses –que crearán más de 50 puestos de trabajo- brinda una renovada oportunidad para uno de los sitios históricos más bellos de la ciudad.

Esta iniciativa buscará de esta forma recuperar parte del brillo de la Mar del Plata de mediados de siglo pasado, y, celebrar así, una nueva puesta en valor del patrimonio histórico de nuestra ciudad.