Escrita por Gustavo Ott, con dirección de Marcelo Bentivoglio, la obra “Divorciadas, evangélicas y vegetarianas” realizará esta noche su última función del verano. Subirá a escena a las 22 en la sala Melany (San Luis 1750) del centro Radio City Roxy.

En su tercera temporada de éxito, tiene un elenco formado por Melisa Avilés, Laura Sánchez y Jorge Cortese. Y además, propone momentos de música en vivo que está interpretada por el dúo Ram, que integran Anabella Ragno y Diego Guerriero.

En tono de comedia, el autor narra el mundo femenino de manera picante y deja al descubierto los replanteos de la mujer actual, sus miedos, contradicciones y el potencial femenino en la sociedad actual.

Las tres olvidan el alquiler, los trabajos, los hombres, los cuerpos, las otras mujeres, las cicatrices, los adioses tristes, en un encuentro profundo, entre el ascenso y la caída.

“La pieza cuenta la experiencia de tres mujeres que hablan de sus propias vidas, sus amores, su dichas y desdichas. Mujeres que hablan de hombres y en la creación de los personajes tanto mujeres como hombres encontrarán algo o mucho de lo que allí se cuenta”, indicó Bentivoglio a LA CAPITAL.

Y agregó: “La temática de la obra posee varios núcleos y entre ellos está la relación de la vida y la muerte, la importancia de la estima personal, el cuidado del cuerpo, el deseo, la sexualidad, la relación de pareja, el engaño, la relación entre fidelidad y traición, la posesión afectiva, la violencia, la confianza, la verdad, los mandatos sociales, religiosos, la necesidad de ser felices, el amor y el valor de la amistad”.
Cabe señalar que la obra obtuvo tres nominaciones al Premio Estrella de Mar: Mejor espectáculo marplatense, Mejor

actor marplatense, que recayó en Cortese y Mejor dirección marplatense.

-¿A qué atribuyen el éxito de la obra desde hace tres temporadas?

-Considero que es una obra que toca estos temas mencionados, se anima a plantearlos desde una mirada irreverente, trasgresora y que a la vez no tiene el ánimo de herir la susceptibilidad del espectador. Sabemos de espectadores que han visto la obra por quinta vez, trayendo a familiares y amigos para que la vean también.

-¿Se produce una identificación?

-Hemos logrado personajes humanizados desde sus faltantes, de aquello por lo cual sufren y adolescen. Por ello creo que el público le permite que digan y hagan lo que sucede en escena. Y lo que sucede es desopilante. A tal punto que se colma la sala de gente para que la divorciada, la evangélica y la vegetariana cuenten sus historias de vida y las compartan con amor, con pasión con risas y humor. A la salida del teatro el público se acerca a los artistas y brindan testimonios genuinos de lo bien que la pasaron.