Los combustibles de YPF aumentaron en la ciudad “un 4,5 por ciento” aunque el consumo de los mismos sigue “sin recuperarse”. La subida de los precios se vio este miércoles en las pizarras de las estaciones de servicio de la petrolera estatal, mientras que en otras privadas fue incluso superior.

Si bien en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) el aumento fue del 6 por ciento, el litro de nafta sigue siendo más caro en Mar del Plata por una cuestión de “fletes”. Ahora, el litro de súper cotiza a $61,70 y la premium a $69,73.

Tal como se venía anunciando desde hace varios días, finalmente se concretó el aumento el precio de los combustibles por parte de YPF. Así, el precio de nafta súper es de $61,70 y de la premium $69,73, en tanto que el gasoil cotiza a $55,43 y el gasoil premium a $66,98.

El aumento de los precios “no fue parejo”, ya que mientras que en la ciudad fue del “4,5 por ciento, promedio”, en el AMBA alcanzó el 6 por ciento debido a “una cuestión de fletes”, explicó a LA CAPITAL el referente del sector Patricio Delfino.

Asimismo, confirmó que se trató “del primer aumento desde diciembre pasado” y analizó que podría acarrear “un tirón de costos, porque los combustibles generan una base de demanda para toda actividad y puede tener un efecto multiplicador”.

Por otra parte, el empresario aseguró que el consumo de combustible “sigue deprimido”, como consecuencia de la cuarentena que se prolonga por efecto de la pandemia del Covid19 y describió que “en el primer semestre del años, con casi tres meses de normalidad, tuvimos una caída general del 25 por ciento”.

Descenso

Asimismo, a pesar de la flexibilización del confinamiento y la mayor circulación registrada en la ciudad, las estadísticas de consumo no mejoraron. “Comparando junio 2019 con el pasado –describió Delfino- la caída de venta de naftas fue del 36 por ciento, mientras que 18 por ciento en el gasoil. La actividad sigue muy deprimida”.

El aumento de los combustibles de YPF se comunicó a última hora del martes pasado, explicando que se implementaría “un esquema de precios que recorte las brechas históricas entre la Capital Federal y el interior del país”.

Así, el de estas horas fue el primer incremento que se registra en los surtidores desde el 1º de diciembre. La medida venía siendo analizada en las últimas semanas por el gobierno nacional junto a la petrolera, en función de un retraso del precio en surtidores estimado entre el 10 y 12 por ciento, según marca y producto.

La decisión de incrementar los precios de los combustibles se dio “en pos de avanzar con los objetivos de producción de la compañía teniendo en consideración las particularidades del contexto macroeconómico del país”, reseñó la empresa.

Subidas

De esta manera, se explicó que las naftas y las variedades de diesel tendrán un incremento porcentual mayor en la ciudad de Buenos Aires y partidos del conurbano que en el resto del país, para acortar las diferencias de valores que no tenían justificación operativa.

La empresa detalló, en ese sentido, que “la actualización de precios tendrá en esta oportunidad, como en el futuro, el objetivo de recomponer asimetrías históricas a nivel federal, recortando brechas entre la Capital Federal y el interior del país”.

Sin embargo, nominalmente el litro de combustible en la ciudad es más caro que en el AMBA, ya que la súper cotiza a $61,70 y en la Capital y Conurbano a $56,68, mientras que la premium en Mar del Plata cuesta $69,73 y $65,39 en el área metropolitana.

Asimismo, el litro de gasoil subió a $55,43 y el premium a $66,98 en lo surtidores marplatenses, mientras que en la ciudad de Buenos Aires se consigue a $52,98 y $61,95 respectivamente.

Pérdidas

La discusión sobre el aumento de los precios se aceleró luego que YPF diera a conocer los resultados del segundo trimestre, con una pérdida neta de $85 mil millones, en el marco de los efectos de la pandemia que llegaron a retraer la demanda hasta en un 90 por ciento respecto a las semanas previas al 19 de marzo.

Tras esa presentación de resultados al mercado, el CEO Sergio Affronti consideró que los combustibles “necesitan algún ajuste” de precios para mejorar la generación de caja de la compañía, aunque admitió que se debe “evaluar el impacto” de la medida sobre la economía.

Desde diciembre la industria mantuvo precios en surtidor congelados en pesos, situación que se disimuló desde marzo cuando el avance de la pandemia hizo derrumbar a niveles históricos el precio internacional del crudo, y en consecuencia restó presión al atraso de los combustible