“Lo advertimos hoy, en octubre: estamos perdiendo matrícula y el año que viene no tenemos dónde cursar”. Tal como anticipó ayer LA CAPITAL, la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N°38 salió este miércoles a la calle para visibilizar la delicada situación por la que atraviesan ante la falta de un edificio propio para dar clases. Sin aulas suficientes, sus 400 alumnos están yendo a estudiar al Centro de Educación Física (CEF) N°1, luego de que el inmueble donde estaba originalmente el establecimiento se pusiera en venta.

La escuela “Rodolfo Walsh”, con orientación en Comunicación, lleva cinco años detrás de un objetivo insólito: tener un edificio donde poder funcionar sin la incertidumbre de poder quedarse en la calle cada año.

En los últimos dos años cambiaron tres veces de lugar. Del inmueble original, en Independencia y Peña, pasaron a ocupar un sector de la Escuela N°58, donde en solo cuatro aulas cursaron este año 19 cursos, en pandemia y con burbujas, aunque “los chicos iban una vez cada siete semanas”, contó la preceptora del turno mañana, Karina González.

Desde septiembre, transitoriamente, las clases se están dictando en ocho aulas del Centro de Educación Física (CEF) N°1. “Es un hermoso espacio, pero no es para una escuela secundaria. No es acorde y no pueden cursar todos los chicos. Necesitamos ya un lugar para nuestra escuela. No podemos permitir que una escuela pública no tenga edificio”, sostuvo.

Este miércoles por la mañana, estudiantes, docentes, el personal no docente, gremios y agrupaciones realizaron una clase abierta y movilización sobre la avenida Patricio Peralta Ramos, frente al Palacio de Deportes, donde desplegaron banderas y carteles pare reclamar por un edificio, ante la incertidumbre de no tener garantías sobre el espacio en el que la escuela funcionará a partir del próximo año. Los chicos salieron a repartir volantes para poner al tanto de la situación a la gente que pasaba por el lugar.

Desde el 2017 hasta ahora hubo pedidos, cartas, reuniones y distintas acciones llevadas a cabo por la comunidad educativa. Ahora, a semanas del cierre del ciclo lectivo, saben que el 31 de diciembre deben dejar las aulas del CEF N°1.

“Estamos desorientados y estamos perdiendo matrícula y no queremos que la escuela se cierre. Necesitamos ya la confirmación de un edificio”, agregó la preceptora y anticipó que, hasta obtener una respuesta, sostendrán este tipo de medidas para visibilizar la situación: “No nos vamos a echar atrás”.

La lucha por un espacio propio

Esta comunidad educativa viene con problemas desde 2017, cuando el edificio de Independencia entre Roca y Peña en el que funcionaron desde el 2006 fue sufriendo un progresivo desgaste que, sumado a la falta de arreglos, terminó volviéndose “inhabitable”.

El viejo edificio, donde anteriormente funcionaba una fábrica de hielo, fue desmoronándose. El propietario, según las docentes, “nunca se hizo cargo de los arreglos” y si bien las profes recurrían a la cooperadora para intentar mantenerlo, con el tiempo “se volvió insostenible”.

Una mañana de 2018 los chicos y el equipo docente de la Escuela N°38 llegaron y descubrieron con asombro un gran cartel con dos palabras lapidarias sobre el edificio: “Se vende”. El dueño, sin previo aviso, había decidido poner en venta el lugar, señalaron. Aún hoy nadie olvida aquel asombro y la sensación de vacío.

Las profes respondieron con cartas, llamadas y pedidos a la Provincia, pero “desde La Plata lo único que hacían en 2018 era mandar a alguien que daba dos vueltas y se iba, no hicieron nada”. Solo lograron que bajara aquel cartel, que luego se volvió a colocar.

En 2019 la situación continuó sin más novedades mientras el techo se desplomaba y en 2020, durante la pandemia y mientras se hacían malabares para dictar clases virtuales, el edificio terminó de colapsar.

“En 2021 empezamos las gestiones pertinentes para resolver esta situación. Recorrimos lugares, yo misma salí a buscar, pero no había al menos en el centro, porque no podía quedar en la otra punta sino cerca del macrocentro; resultó imposible hasta ahora”, comentó Claudia Ruibal, profesora en Letras y docente de la Escuela.

El 31 de diciembre a la Escuela Secundaria N°38 se le termina la posibilidad de utilizar las instalaciones del CEF y “no hay ninguna certeza sobre dónde vamos a estar el año que viene“, lo que “trae importantes problemas en la matrícula, que se está desgranando” ya que “¿dónde los vamos a anotar para el año que viene si no tenemos edificio? Necesitamos la certeza de saber dónde estaremos el próximo año”, manifestaron.