Por Marcelo Solari

Alternó momentos muy buenos con otros no tanto. Y en un partido de cierto vaivenes marcados en la primera mitad, cuando el juego se estabilizó, en el complemento, Quilmes hizo méritos y superó a Bahía Básket, por 84 a 79.

De esta manera el “tricolor” dio otra paso importante y valioso para poner distancias con el fondo de la tabla. El ganador tuvo un muy buen rendimiento defensivo y un ataque balanceado para imponerse a un rival muy combativo e intenso.

Quilmes tuvo un gran arranque. Se adelant{o 6-0 y hasta pudo haber sacado mayor ventaja. Muy bien en defensa y repartiendo los tiros adelante.

No obstante, paulatinamente empezó a hacer pie en la noche el visitante. Primero con la supremacía del puertorriqueño Jorge Bryan Díaz en la pintura (el boricua fue el autor de los primeros 7 puntos de su equipo).

Poco antes de los 5 minutos, Eric Flor anotó un triple ante la pasividad defensiva del visitante luego de un recobre ofensivo de los marplatenses, y a partir de allí, el “tricolor” se nubló. Sobre todo adelante. Pero por añadidura, también atrás.

Quilmes ganaba 13-6 y a partir de allí, sufrió un parcial de 15-0 en contra. Estuvo 5 minutos sin anotar punto alguno.

Y esa carencia de productividad ofensiva también lo desprotegió en defensa. Bahía hizo valer su juego dinámico y el buen ingreso de Santiago Vaulet y tomó el control del juego.

Demoró otro medio segundo cuarto el local para reaccionar. Perdido en la cancha, confundido contra los constantes cambios defensivos propuestos por el adversario, cometió pérdidas y flaqueó en su retaguardia.

Por supuesto que Bahía, agazapado para capitalizar sus opciones, transformó esa situación en ventajas importantes. Y en menos de 3 minutos, se adelant{o 22-34.

Para salir de la confusión Quilmes tenía que apelar a un cambio drástico en su postura. Lo entendió a la perfección, porque atacó la canasta con más determinación, movió el balón con mayor velocidad y así encontró mejores tiros. Y además, le devolvió a la intensidad de los bahienses mayor intensidad para atrapar, cortar línea de pase e inducir al error.

Rápidamente se puso en juego, con Flor -aunque falló muchos tiros- y Omar Cantón como ejecutantes principales.
Y por fin, tras sucesivas rachas positivas y negativas de uno y otro, el partido se equilibró del todo y allí se apreciaron muy buenos pasajes de juego. La mala noticia fue que el primer tiempo se terminó enseguida.

La paridad naciente se extendió al tercer capítulo, aunque en realidad, Quilmes asomaba con mejor imagen.

Especialmente por el valioso aporte de sus relevos (Cantón, Bruno Sansimoni y Emiliano Basabe). Y paso a paso fue marcando diferencias. No demasiado apreciables, aunque con cierta tendencia favorable. El esfuerzo de Iván Basualdo (13 rebotes) también resultó muy valioso para otorgarle supremacía al local en la lucha aérea.

Esa leve superioridad del “tricolor” se profundizó en el cuarto final. Quilmes jugaba mejor, más suelto y con algunas actuaciones individuales muy destacadas no específicamente para el brillo de sus planillas sino para el beneficio colectivo.

Llegó a ostentar una máxima de 11 puntos (74-63) con 4m30s por jugar. El mérito de los de Sebastián Ginóbili fue no claudicar. Redobló esfuerzos en defensa para atrapar y confundir y consiguió apremiar en las cifras (79-75 a menos de dos minutos del epílogo). No obstante, ese esfuerzo no alcanzó para equilibrar el enorme corazón de Basabe, dueño de las imágenes finales, tirándose de cabeza, recibiendo una fuerte falta o ganando un rebote ofensivo para rubricar con doble y libre convertido una jugada clave. Fue triunfo y fue justificado. Y Quilmes alimenta sus ilusiones cada vez con mayor convicción.

La síntesis

Quilmes 84
N. Ferreyra 13, E. Flor 10, E. Ruiz 3 (x), R. Sánchez 7 e I. Basualdo 7 (FI). E. Basabe 15, O. Cantón 23, B. Sansimoni 6, M. Maciel 0. DT: Javier Bianchelli.

Bahía Básket 79
L. Parodi 11, M. Fjellerup 6, J.P. Vaulet 3 (x), G. Iglesias 3 y J.B. Díaz 16 (FI). S. Vaulet 19, J. Levy 13, F. Filippa 2, F. Corvalán 4, L. Bolmaro 2, R. Gerhardt 0. DT: Sebastián Ginóbili.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Fernando Sampietro, Sergio Tarifeño y Héctor Wasinger.
Parciales: 18-23, 43-41 y 61-56.