La calle Alem ayer se convirtió en peatonal, desde la avenida Juan B. Justo hasta Almafuerte, por las medidas de seguridad implementadas por la visita del presidente Mauricio Macri al 53º Coloquio de IDEA. Las vallas, que muchos de los vecinos de la zona asociaron con la IV Cumbre de las América celebrada en 2005, formaron un perímetro que se extendió por varias manzanas del barrio San Carlos para incordió de los vecinos y alumnos del colegio Gutenberg.

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Las medidas de seguridad también se multiplicaron en el interior del hotel Sheraton, ya que después del último panel de ayer protagonizado por políticos, se desalojó el salón y quedó bloqueado el acceso para que los perros de la policía pudiesen hacer el su trabajo. En tanto, los asistentes compartían café y algún “tentempié” como Isela Constantini, que evitó cualquier contacto con la prensa porque ya la habían “perseguido” durante la mañana para preguntarle sobre el paro de Aerolíneas Argentina, empresa de la que fue presidente.

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Quienes no esquivaron ni cámara ni micrófonos fueron los políticos presentes, como el senador Miguel Pichetto que descartó de plano una posible reforma laboral “sin el diálogo entre las diferentes partes”, aunque reconoció que “el Gobierno algunos acuerdos logró, con avances entre diferentes sectores”. Cerca suyo, el diputado Diego Bossio -que sigue con barba- se saludaba con el candidato a concejal por 1País en la ciudad, Ariel “Cholo” Ciano, quien ágil en el manejo de las relaciones públicas le presentó al empresario marplatense de la construcción Patricio Gherbi.

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Otra marplatense que dijo presente, vestida íntegramente de blanco, fue la titular de Mangement&Fit, Mariel Fornoni, que era reclamada desde varios vértices para consultarla sobre los números de las encuestas. La profesional hizo “silenzio stampa”. La diputada nacional Graciela Camaño no desaprovechó la presencia de cámaras y micrófonos y a través de distintos mensajes pidió el voto, el próximo 22, para Sergio Massa. Cerca de ella, el radical Ricardo Gil Lavedra ponderaba los platos servidos en una tradicional restaurante del puerto local.

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A la hora pautada, el presidente Mauricio Macri hizo su ingreso al salón acompañado por la primera dama Juliana Awada, que se sentó en una de las mesas mientras él se acomodaba en el escenario para dialogar con el presidente de IDEA, Javier Goñi, y el titular del 53º Coloquio, Gastón Remy. Quien fue impuntual y casi se quedó afuera, de hecho debió aguardar unos minutos hasta que “alguien importante” le habilitara el paso, fue el intendente local Carlos Arroyo que a pesar del sol lució su habitual piloto azul.

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El jefe comunal llegó acompañado por su yerno y funcionario, Mauricio Loria, pero al llegar tarde les impidieron el paso al salón que estaba bloqueado por razones de seguridad. El yerno gastó el celular, tratando de conseguir el acceso, pero parece que el desbloqueo llegó por otro lado.

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El titular de Swiss Medical y ahora también con un pie en América TV, Claudio Bellocopitt, adujo desconocimiento sobre el posible aumento de las prepagas después de las elecciones aunque reconoció que “el sistema está colapsado, así no podemos seguir, necesitamos una reestructuración porque así colapsa”.

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El presidente Mauricio Macri fue aplaudido tanto en su ingreso como varias veces a lo largo de su alocución, como cuando reseñó que “este año le hemos dado duro al narcotráfico” y enfatizó que “vamos a echarlo de la Argentina”. En un clima ameno, el primer mandatario hasta se dio el gusto de “gastarle” alguna chicana futbolera a Javier Goñi, hincha de San Lorenzo, cuando reconoció que el asumir como presidente de Boca “muchos se me acercaron para decirme que tenía que dedicarme a la política”. Como pocas veces, el último panel de la jornada final del Coloquio mostró una concurrencia incluso superior a la registrada durante la apertura, según explicaron algunos de los organizadores. “Nadie quiso dejar de escuchar al Presidente”, señalaron.