El lingüista, intelectual y activista de izquierda Noam Chomsky señaló la manipulación a la que la “propaganda capitalista” sometió a las clases trabajadoras, convenciéndolas de que su máxima “aspiración en la vida laboral es ser el sirviente de sus dueños”.

En un diálogo con el director de cine y también activista Ken Loach emitido en el cine Troisi de Roma, el veterano pensador norteamericano reflexionó sobre cuestiones relacionadas con la ideología neoliberal, la manipulación de los medios de comunicación o las mentiras propagadas por el gobierno de los Estados Unidos, en su opinión.

“Antes, la idea de tener un trabajo regular era intolerable. La gente no quería subordinarse a un amo durante toda su vida laboral, pero ahora sí. Este uno de los grandes logros de la propaganda capitalista”, aseguró Chomsky.

El debate entre estos dos referentes del pensamiento de izquierda abordó de pleno la crítica al sistema económico liberal, que para ambos se sustenta en un aparato de influencia ideológica que “aliena” cada vez más a la clase obrera.

Para Loach, el sistema capitalista se ha encargado de limitar el acceso del grueso de la población a la cultura, convirtiéndola en un bien patrocinado por las grandes empresas que proveen el conocimiento gracias su “generosidad”.

“El capitalismo dice equivaler a libertad. La libertad de explotarnos para trabajar, de que la gente duerma en la calle o la de alojarte en el mayor hotel si tienes el dinero suficiente”, aseguró Loach.

“Todos los logros que se habían conseguido a lo largo de siglos se han perdido en cuestión de décadas por culpa de esta ideología capitalista. Poco a poco nos hemos ido adentrando en un planeta al borde del colapso que sólo se recuperará con educación y volviendo la agitación y organización colectiva”, añadió el director.

Para construir la falta de crítica al sistema económico que ambos activistas detectan en las sociedades actuales, Chomsky y Loach señalan a un aliado capitalista indispensable: los medios de comunicación.

Por ejemplo la BBC (televisión pública del Reino Unido), apunta Loach, “es una de las herramientas propagandísticas más sofisticadas para los poderosos porque se presenta como un ente profesional totalmente independiente, pero la realidad de los medios es que adoptan la agenda y el discurso de los ricos y privilegiados”.

En este sentido, Chomsky quiso poner de manifiesto cómo los medios de comunicación occidentales, que habitualmente se muestran críticos con la propaganda generada desde países como China o Rusia, son también cómplices de la ocultación de información a los ciudadanos.

“Hay informaciones que se cubren mejor en canales de televisión árabes como Al-jazeera que en los medios estadounidenses”, lamentó el pensador, que señaló como ejemplo reciente la cobertura periodística que se hizo del gasoducto Nordstream, que enviaba combustible ruso a Alemania por el mar Báltico.

EFE.