La historia se inicia en el verano, en plena temporada. Una joven camarera de un café céntrico que habitualmente utilizaba el mismo remís para trasladarse pidió prestados al chofer cerca de 10 mil pesos. Al cumplirse el plazo de devolución, que era el mes de junio, la joven respetó su compromiso y entregó ese monto, pero el chofer le exigió más dinero a cambio de no exponerla en redes sociales. Aconsejada por la policía y bajo control judicial, la joven aceptó la transacción montada solo para detener al remisero.

La labor policial estuvo a cargo de la DDI local que intervino luego de la denuncia presentada por una mujer de 20 años que aseguró estar siendo víctima de una extorsión durante los últimos días. La joven contó que tras recibir durante el verano los 10 mil pesos coordinó con el remisero que se los iba a devolver a mitad de año. Sin embargo, el chofer exigió más dinero del acordado y que en caso de no cumplir con eso la iba a “escrachar” por distintas redes sociales.

De inmediato la fiscal Lorena Irigoyen autorizó a la policía hacer una entrega controlada de los 17 mil pesos restantes que el remisero pedía. Por medio de un encuentro en el centro de la ciudad, la joven le dio el dinero y segundos después el personal de la DDI, disimulado hasta ese momento, entró en acción y detuvo al extorsionador.