En menos de un mes, según pudo saber LA CAPITAL, el Municipio eliminará todos los permisos precarios vinculados a la explotación publicitaria de las columnas de alumbrado, medida adoptada a raíz del mal estado generalizado de las estructuras cuya licitación venció el año pasado.

A pesar del evidente desgaste y peligro que estos carteles arrastran hace tiempo, el desprendimiento -esta semana- de una de las estructuras que pudo haber provocado una tragedia pero solo rompió un vehículo, fue el detonante para tomar la decisión de retirar las denominadas “banderolas”.

El último fin de semana, un pesado fierro oxidado de uno de los banners precariamente amarrados, cedió y cayó sobre un auto en Buenos Aires y San Martín. “Si caía sobre una persona el golpe sería letal, por el peso y dimensiones de los metales”, advirtió el conductor, en sintonía al peligro del que viene dando cuenta hace meses LA CAPITAL por el mal estado de los carteles.

En algunas columnas los banners ya ni siquiera están y solo quedan los soportes desgastados.

El fierro oxidado de una de las estructuras mal colocadas cayó sobre el auto de un vecino en Buenos Aires y San Martín.

Con tensores oxidados y la corrosión a la vista de todos, hay actualmente más de mil columnas explotadas comercialmente en múltiples zonas, todas ellas con un denominador común: el deplorable estado de los carteles o lo que queda de ellos.

La licitación de este tipo de publicidad caducó hace alrededor de siete meses. Sin embargo, sin control y bajo dudosa autorización, en este tiempo se han colocado más carteles que los intensos vientos de la época se encargan de arrancar, a veces en cuestión de días.

Carteles publicitarios destruidos y descolgados, con una maraña de cables entrelazados, una imagen deplorable que se repite en varias zonas.

En busca de revertir la dejadez evidente de estas estructuras, fuentes municipales confirmaron a LA CAPITAL que se tomó la decisión de retirar todos los permisos precarios ligados a la explotación de las “banderolas”, a raíz de la caducidad de la desprolija licitación y, sobre todo, del mal estado de los carteles.

La medida se hará efectiva en el transcurso de este mes, con la intención de que Mar del Plata llegue a las vacaciones de invierno sin una imagen que afea a la ciudad y que conlleva un peligro inminente para vecinos y turistas.