“Claudia Baudracco”, la cooperativa de mujeres trans que crece cada día más
Funciona desde 2012 en la sociedad de fomento del barrio Jorge Newbery. Con una planta permanente de 15 trabajadoras, conforman un espacio que brinda empleo y contención.
Bajo el nombre de una de las activistas más reconocidas en materia de derechos del colectivo LGBT, la cooperativa marplatense Claudia Baudracco mantiene un crecimiento sostenido desde su creación en 2012, en el marco de la aprobación de la ley nacional de identidad de género. Con el trabajo como bandera, el espacio busca no sólo ser un empleo estable, sino también la contención necesaria para aquellas personas en situación de vulnerabilidad.
“Cada fecha especial, como el Día de la Madre, navidad o, como este fin de semana, el Día del Niño, hacemos productos específicos para que sean vendibles y así colaborar con el crecimiento de la cooperativa”, señaló Cintia Pili, quien además de ser referente de la comunidad local trans, es la coordinadora y principal impulsora de la iniciativa.
La celebración de este domingo las llevó a confeccionar almohadones con ilustraciones alusivas a la fecha. Superhéroes, caricaturas y princesas fueron sólo algunas de las imágenes que podían observarse en los productos terminados. Sin embargo, el abanico de artículos disponibles es amplio y abarca vestidos, modelos a medida y demás prendas de indumentaria a elección.
El secreto de tal variedad radica en el entendimiento de que la “capacitación constante” es esencial para el progreso del proceso y para el desarrollo tanto personal como profesional de las cooperativistas.
“Estamos en periodo de capacitación constante. Tenemos una profesora del Peba (Programa Educativo Barrial) que enseña en la sociedad de fomento. Cada vez son más las mujeres que se acercan, ya que el oficio da una salida laboral casi inmediata”, indicó, en referencia a la iniciativa que tiene su sede en la sociedad de fomento del barrio Jorge Newbery.
De todas maneras, es en este proceso de capacitación donde se limita el ingreso irrestricto a la cooperativa que, en la actualidad, cuenta con 16 mujeres, pertenecientes a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y a Argentina Trabaja, programa que agrupa a personas sin ingreso formal en cooperativas.
“No todas quedan en la cooperativa porque no es tan fácil el trabajo en conjunto”, explicó.
Si bien en su composición las mujeres trans son la amplia mayoría, la cooperativa también cuenta con mujeres en situación de vulnerabilidad, como aquellas que hayan sufrido violencia de género y precisen ingresar en el circuito laboral.
La historia
En medio de un punto de inflexión en la lucha por la conquista de derechos que les han sido siempre negados, la comunidad LGBT decidió visibilizar otra de las deudas que mantenía y mantiene con ella el Estado: la accesibilidad al trabajo.
En este contexto, la creación de cooperativas y emprendimientos encabezados por miembros de este colectivo pasaron de percibirse como un símbolo de época a una realidad transformada que busca cada vez más su desarrollo y crecimiento.
“Nosotras arrancamos en 2012, después de la creación de la ley de identidad de género, otra de nuestras necesidades: el derecho al nombre. Pero con ese derecho al nombre había otros derechos que debíamos conquistar a partir de ese DNI, como la educación y, en este caso, el trabajo. Así que se crea ahí, desde ese concepto: el de darle, por ejemplo, una alternativa a las compañeras en situación de prostitución“.
Y subraya lo dicho: “situación de prostitución”. Para Pili, resulta fundamental remarcar que esa realidad “no es un trabajo” y que, en el caso de muchas personas trans es, incluso, “la única alternativa“.
La llegada de un subsidio y becas que eran utilizadas principalmente para el transporte de las trabajadoras fue un alivio para la cooperativa que recién comenzaba sus primeros pasos con las máquinas de coser donadas por la Agrupación Atahualpa. Hoy, Pili reclama la restitución de dichos beneficios, los cuales, según indicó, fueron suspendidos en el marco de “la baja de muchos programas” que se dio en los últimos meses.
Fuente de trabajo y contención
Además de ser la fuente de trabajo, la cooperativa también se transformó para todas en un espacio de contención y de vínculos sociales que intentan cuidar y mantener.
“El punto de partida es el acceso al trabajo pero ahí uno va encontrando historias de vida y distintas situaciones que yo, como coordinadora, intento hacer una abordaje mucho más profundo”, señaló Pili.
Orgullosa de los logros alcanzado en estos años, enumera los trabajos realizados más importantes, entre los que se destacan la colaboración en la indumentaria de los artistas de la obra de teatro de Carmen Barbieri, la confección de bolsas ecológicas para supermercados y diversos encargos de modelos a medida.
“Las compañeras están preparadas para cualquier emprendimiento que se acerque y si no, buscaremos la forma para que el producto salga a la venta en máximas condiciones”, garantizó.
Los pedidos son recibidos a través de la página de Facebook “Claudia Baudracco Coop Textil” o escribiendo a [email protected]. También cuentan con puestos en las ferias de la CTEP, ubicas en la plaza San Martín, frente al Palacio Municipal, y en la zona de la Ferroautomotora.
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