La causa por la muerte del joven Nahuel Lagos (20), al que policías de Batán lo dejaron cuadripléjico tras una inhumana maniobra para detenerlo, cambiara de fiscalía al confirmarse que el deceso fue por falta de cuidado y no una consecuencia directa de las lesiones.

La fiscal Florencia Salas declinará su competencia y regresará las actuaciones a la fiscalía temática a cargo de Luis Ferreira que investigará las responsabilidades de los policías involucrados. Además se notificará a la fiscalía de Delitos Culposos porque se sospecha que pudo existir un abandono de persona y falta de cuidado en el entorno de la víctima.

A Nahuel Lagos (20) lo detuvieron el 14 de julio de 2023 en jurisdicción de la comisaría octava de Batán por un hecho menor y en el que era el damnificado: había ido a reclamar a un vecino por la mordedura de un perro. Pero cuando llegaron los policías a intervenir lo trataron de un modo que solo quienes desconocen los protocolos policiales pueden hacerlo. Lo lanzaron al piso, le pusieron una rodilla en la espalda y luego tiraron con fuerza hacia arriba una chalina que le rodeaba el cuello.

Lagos a pesar de ese ataque no perdió la conciencia y fue llevado hasta la comisaría octava, donde luego recuperó la libertad. Días más tarde los dolores no desaparecían y comenzó a perder movilidad de sus miembros hasta que debió ser internado. El cuadro clínico fue desolador: se constató hiperextensión aguda de la columna cervical, que le ocasionó una cuadriplejia espástica con vejiga e intestino nerogénico, déficit fonorespiratorio y disfagia neurogénica, en el contexto de una lesión medular incompleta Asia C, lesión corporal cierta o probablemente incurable y la pérdida del uso de sus miembros.

A pesar de que superó un cuadro de estado de coma su salud no evolucionó lo suficiente para recuperar movimientos y convaleció en su casa por varios meses. Finalmente el 24 de mayo de 2024 falleció.

Las vejaciones y apremios en los que habría incurrido el personal policial comenzaron a ser investigados por el fiscal Luis Ferreira, pero al producirse la muerte el hecho ser recaratuló como homicidio y se le dio intervención a la UFI N°1, a cargo de Florencia Salas.

Los complejos estudios forenses para determinar el causa del muerte exacto llevaron tiempo. Debido a que había pasado casi un año entre el accionar de la policía y el fallecimiento se necesitaba tener la certeza de qué lo había provocado.

En las últimas horas se estableció, en base a estudios histopatológicos, que el deceso de Lagos había sido por la infección en el tratamiento de las escaras formadas por su postración. Esta novedad abrió nuevas vías judiciales, porque el fiscal Luis Ferreira deberá retornar a la investigación de las lesiones y ahora la fiscalía de Delitos Culposos hará lo propio con un posible escenario de “homicidio culposo”. Según los informes médicos, la falta de asistencia, de tratamiendo y cierto grado de abandono fueron factores para que Lagos falleciera.

La responsabilidad de la policía no queda minimizada con estos cambios, más allá de que ahora se les pueden atribuir solo las lesiones gravísimas y no el homicidio. No se puede perder de vista que los policías que intervinieron esposaron a Lagos sin necesidad y le torcieron la columna hasta dejarlo cuadripléjico.

El caso es uno más de gravedad institucional que pone de manifiesto la falta de formación de los policías y el empoderamiento que alcanzan a partir de una autopercepción de justicieros que nada tiene que ver con la verdadera vocación o función de la fuerza.