Caso Melmann: comienza un nuevo juicio contra el cuarto policía imputado
El sargento de Policía Ricardo Panadero había sido sobreseído antes de la elevación a juicio de la causa, pero tras 17 años será sometido al proceso oral y público a partir de una resolución de la Suprema Corte provincial.
El padre de Natalia Melmann en una de las audiencias en la que los condenados consiguieron salidas transitorias.
La Justicia dará inicio el lunes próximo a un nuevo juicio contra un policía acusado por el crimen de Natalia Melmann, la adolescente de 15 años que fue secuestrada, violada y asesinada el 4 febrero de 2001 en la localidad bonaerense de Miramar.
En este proceso, que se desarrollará en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4, será juzgado el sargento de Policía Ricardo Panadero, quien está imputado por el delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de dos o más personas y homicidio agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa”.
Panadero no formó parte del primer juicio que se realizó por este caso, en el que fueron condenados a prisión perpetua en septiembre de 2002 los policías Ricardo Suárez, Oscar Echenique y Ricardo Anselmini por los mismos delitos.
El imputado fue sobreseído antes de la elevación a juicio de la causa, pero tras 17 años será sometido -finalmente- al proceso oral y público a partir de una resolución de la Suprema Corte provincial, que dispuso que se revocara aquel sobreseimiento y el caso volviera a primera instancia.
“Nunca hubo voluntad de investigar a Panadero, uno de los asesinos de Nati, pero finalmente llegamos a juicio oral después de ir hasta la Corte Suprema”, dijo Gustavo Melmann, padre de la joven asesinada.
“Por un lado, este segundo juicio va a ayudar a que se termine con la impunidad después de tantos años, pero al mismo tiempo, es duro que a pesar de los años sigamos sin dejar descansar a nuestra hija”, agregó.
El proceso comenzará el lunes a las 9 en los tribunales marplatenses, ante los magistrados Jorge Peralta, Fabián Riquert y Juan Manuel Sueyro; la fiscal interviniente será Ana María Caro y la querella estará a cargo de los abogados Lisa Cabral y Federico Paruolo.
“Hay un dicho que señala que justicia tardía no es justicia, y esa es la sensación de cara a este nuevo juicio por este crimen, pero a su vez es un paso para poner fin a la impunidad”, dijo a Cabral.
Remarcó que “el objetivo principal de este proceso es que no haya impunidad en un caso que fue emblemático en lo que tiene que ver con la violencia de género y la violencia policial”.
La abogada de la familia Melmann aseguró, además, que el pedido de la fiscalía y el de la querella irá en la misma línea que con el resto de los acusados: “Vamos a solicitar prisión perpetua”, adelantó.
Los tres policías que ya fueron condenados por este crimen gozan actualmente de salidas transitorias cada 15 días y el Tribunal de Casación bonaerense debe resolver aún un recurso presentado por la familia de la adolescente asesinada para que sea revocado este beneficio.
Al respecto, el padre de la víctima aseguró que los tres “se pasean por Miramar cada vez que vienen, sin ningún tipo de custodia y hacen lo que quieren”.
El crimen de Natalia Melmann sacudió a la sociedad de Miramar y tuvo un gran impacto a nivel nacional en el verano de 2001.
La chica, de 15 años, desapareció el 4 de febrero de ese año, y su cuerpo sin vida fue hallado cuatro días después en el vivero de esa ciudad balnearia.
Las pericias realizadas determinaron que Natalia había sido golpeada, violada y estrangulada con un cordón de una de sus zapatillas.
Además de los tres policías condenados en septiembre de 2002, por el crimen fue sentenciado a 19 años de prisión Gustavo Gallo” Fernández, quien fue imputado como partícipe necesario del delito de privación ilegal de la libertad agravada.
A esa condena se sumaron 6 años de una anterior, pero luego esa pena fue reducida a 10 años, por lo que Fernández es el único imputado que recuperó la libertad tras ser condenado por el crimen.