Tras vencerse la prórroga concedida, la fiscal Florencia Salas pidió a la Justicia de Garantías mantener con prisión preventiva a Verónica González, por el asesinato en Miramar de su marido Carlos Bustamante.
La fiscal de Miramar, Florencia Salas, solicitó este sábado que se dicte la prisión preventiva contra Verónica González, acusada de matar a golpes a su marido, Carlos Bustamente, tras agotarse la prórroga otorgada.
A casi un mes de producirse el salvaje crimen de Bustamante (64) en la misma casa de la localidad de Miramar donde en 2011 fue asesinado el hijo de ambos, Gastón, de solo 12 años, la fiscal Salas reunió toda la prueba que pudo en esta etapa y aún espera resultados de pericias psiquiátricas, psicológicas, químicas y de ADN.
Por estas horas la fiscal Salas prefirió mantener preservadas las pruebas contra González y recién las daría a conocer en el transcurso de la semana, cuando, probablemente, la Justicia de Garantías otorgue la prisión preventiva.
González está acusada de atacar, por un móvil aún no determinado, a su marido mientras dormía y de propinarle golpes con un objeto pesado. A raíz de la agresión, Bustamante experimentó heridas tan graves que falleció horas más tarde en el HIGA.
Vale recordar que el 22 de marzo, al mediodía, González regresó a su casa de calle 27 entre 46 y 48 luego de hacer asistir al banco y hacer otros trámites. Desde la vereda se comunicó con un familiar para expresarle su preocupación por no saber nada de su marido, el que supuestamente dormía cuando ella se había retirado horas antes.
Esa llamada, que ahora se especula que fue parte de un “montaje”, fue antes de que apareciera Susana, la hermana de González, quien vive en el mismo domicilio, aunque en la parte trasera del lote.
Minutos después de las 13, ambas mujeres ingresaron a la vivienda -González adujo no tener llave- y allí estaba el cuerpo agonizante del hombre. Estaba tirado entre la cocina y el comedor, presentaba severas lesiones en el rostro, en la cabeza y en las piernas.
Bustamante fue trasladado al hospital de Miramar pero dada la gravedad de su cuadro se lo derivó al Hospital Interzonal de Mar del Plata, donde falleció al día siguiente.
La primera reacción lógica de los investigadores hubiera sido orientarse hacia el homicidio en ocasión de robo, pero apenas revisada la escena del crimen quedó claro que había algo más allí. A Bustamante lo atacaron mientras dormía, en primera instancia, y luego cuando intentó protegerse, ya fuera del dormitorio.
La fiscal Salas, con buen tino, evitó tomarle declaración testimonial a González tras advertir que los vecinos y familiares replicaban sus dichos con algunas inconsistencias. También porque el primer informe forense databa el ataque en el comienzo de la mañana, horario en el que González aún estaba en la vivienda.
El silencio de los perros -de infaltables ladridos cuando ingresaba algún extraño-, la ausencia total de signos de violencia en los accesos y otros indicios hicieron que, finalmente, Salas pidiera la detención de González.
Antes de que falleciera Bustamante, la mujer fue indagada por la tentativa de homicidio agravado y luego, al confirmarse el deceso, por el homicidio agravado. En ambas ocasiones González se negó a declarar.
Una semana después del crimen, la policía de la DDI Miramar efectuó una nueva inspección en la casa en busca del arma homicida. Los forenses determinaron que el ataque contra Bustamante se había perpetrado con un “objeto romo y pesado”. Como en la labor de los peritos el día del hecho no se había dado con ningún elemento así, se hizo una búsqueda más detallada y se obtuvieron dos piezas de interés pericial: una maza y una especie de cortafierros.
Esas dos herramientas fueron puestas a disposición de los peritos para intentar recuperar material genético de la superficie.
Una familia,
dos tragedias
Cuando trascendió el ataque que había sufrido Bustamante, la localidad de Miramar entró en conmoción. Se trataba del padre de Gastón, el niño que el día después de cumplir 12 años fue asesinado en la misma casa.
Aquel 21 de noviembre de 2011, al igual que lo sucedido con su padre en 2019, fue agredido mientras dormía en su cama. En su caso, la persona que lo mató se aseguró de que no sobreviviera al estrangularlo con una media y sofocarlo con la almohada.
Fue también Verónica González la última persona que lo vio con vida -Bustamante no estaba en la casa- y fue ella quien lo encontró.
El fiscal Rodolfo Moure acusó del homicidio a Julián Ramón, novio de la hermana de Gastón, ya que una huella suya fue encontrada en un televisor que la persona asesina movió en el hecho.
Actualmente la causa está en la Corte Suprema a la espera de una resolución, pero en instancia anteriores a Ramón se le dictó la falta de mérito.