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Policiales 13 de julio de 2016

Caso Arriagada: condenaron a Mansilla a 4 años y 6 meses de prisión, pero seguirá libre

El Tribunal Oral N° 2 consideró que el imputado fue autor del delito de "homicidio preterintencional". Como no tenía antecedentes y se presentó en la Justicia siempre que fue requerido, no irá preso hasta que la sentencia quede firme.

Martín Mansilla, el único imputado en la causa por la muerte de Francisco “Tito” Arriagada (64), fue condenado ayer a cuatro años y seis meses de prisión por el delito de “homicidio preterintencional” pero seguirá en libertad hasta que la sentencia quede firme.
Mansilla, que llegó en libertad al juicio que se desarrolló la semana pasada, fue condenado por el Tribunal Oral N° 2, integrado por los jueces Néstor Conti, Alejandro Simaz y Roberto Falcone, como autor del delito de “homicidio preterintencional”.
Si bien el fiscal Alejandro Pellegrinelli había solicitado que el imputado recibiera la pena de 11 años de prisión por “homicidio simple”, los magistrados consideraron que no existió “dolo de matar” en su accionar. Por ese motivo, sumado a algunos atenuantes, desecharon el pedido del investigador.
Tampoco hicieron lugar a la postura principal del defensor, César Sivo, quien sostenía que su cliente debía ser sentenciado por haberle causado a Arriagada “lesiones leves” o, en su defecto, “lesiones graves”. Como tercera posibilidad, planteaba la figura de “homicidio preterintencional” que finalmente tomaron en cuenta los jueces.

Atenuantes
y agravantes

Para el tribunal, la muerte de Arriagada se produjo por una serie de hechos concatenados y no solamente por el accionar de Mansilla. En el fallo, que podría ser apelado por la familia de la víctima, se dejó en claro que la agresión fue probada e incluso reconocida por el propio imputado.
Sin embargo, como atenuantes de la conducta de Mansilla se tomó en cuenta que no tenía antecedentes penales y que durante todo el proceso judicial estuvo ajustado a derecho. Es decir, que siempre mostró predisposición para colaborar con la causa, que se hizo cargo del hecho y hasta permaneció junto a Arriagada tras golpearlo, y que siempre se presentó cuando fue requerido por la Justicia.
Para los jueces, si hubiera existido intención de matar a Arriagada, como planteaba el fiscal aduciendo que el imputado debía conocer que su puño podía ser utilizado para asesinar porque practicaba artes marciales, Mansilla “lo hubiera hecho con un arma blanca o una llave”. En cambio, los magistrados optaron por asegurar que la posibilidad de la muerte “nunca se le figuró” en su accionar.
En suma, el tribunal añadió que la asistencia médica que recibió Arriagada fue “mala”, como lo admitieron los propios familiares de la víctima, quienes denunciaron que el herrero y músico santaclarense había permanecido abandonado en los pasillos del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) por varias horas. Los jueces calificaron la situación del nosocomio local como “caótica”.
Además, sostuvieron que los testigos declararon durante el juicio dejaron en claro que el golpe de Mansilla fue “artero” y “sorpresivo”, y que los médicos peritos confirmaron que le había provocado la fractura del maxilar izquierdo. Pero remarcaron a su vez que no podían asegurar que la causa de la muerte hubiera sido dicha agresión y no el resultado del impacto de la cabeza de la víctima contra el pavimento, ocurrido tras la caída.
Como agravantes, en tanto, mencionaron la diferencia de edad -Mansilla era 30 años menor que Arriagada- y la superioridad física del imputado respecto de la víctima.
“Le pegué pero no quise matarlo”, declaró el propio imputado el martes de la semana pasada. Y eso es básicamente lo que tuvieron en cuenta los jueces Conti, Simaz y Falcone a la hora de condenara Mansilla.
Tras la lectura completa de la sentencia, algo que no ocurre regularmente en Tribunales, el fiscal Pellegrinelli dijo a la prensa que analizará el “minucioso fallo” para determinar si apela o no. “No puedo decir que estoy conforme ni disconforme”, afirmó.
Por su parte, Mónica, la hija de Arriagada, lloró ante las cámaras de televisión y cuestionó a la Justicia. “Ahora hay que tener cuidado, porque esta persona es peligrosa y va a andar suelta por la calle”, manifestó. Y agregó: “Pensamos que la vida de mi papá valía algo”.
Es que Mansilla, que había llegado en libertad al juicio, abandonó la sala del Tribunal Oral Nº 2 en compañía de sus allegados y no irá a la cárcel hasta que la condena quede firme.

El caso

El caso ocurrió en agosto de 2014, cuando el herrero y músico santaclarense Francisco “Tito” Arriagada arrolló a un perro mientras conducía su camioneta de trabajo por el cruce de Carlos Tejedor y Ferré. Pese a que descendió para comprobar lo sucedido y pidió disculpas, fue increpado duramente por Martín Mansilla, quien segundos después le propinó un golpe.
Arriagada fue trasladado al Hospital Interzonal General de Agudos, donde constataron la gravedad de la lesión neurológica provocada por un traumatismo de cráneo. El perro salió ileso del accidente.
En un principio, al atacante se lo imputó en una causa por “lesiones leves”. Sin embargo, con la muerte de Arriagada la carátula del caso se modificó a “homicidio simple”, por lo que el sospechoso fue detenido y trasladado a la cárcel el 1 de septiembre de 2014.
Poco después, la figura se modificó por decisión de los camaristas y, en noviembre, Mansilla recuperó la libertad.



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