La flamante Casa Tiburón inaugurada oficialmente el sábado por Aldosivi en su predio es un espacio de formación tanto humana como futbolística para los jóvenes que llegan desde distintos puntos del país.

Los medios de prensa presentes en la inauguración pudieron recorrer las modernas y confortables instalaciones que disfrutan los futbolistas del semillero aldosivista.

Si bien la Casa Formativa tiene capacidad para 40 pensionados, la intención de la dirigencia y quienes se encargan de ella es mantener en 24 el número de chicos para que tengan mayor comodidad.

Hoy por hoy, allí viven chicos de 13 a 19 años llegados a Mar del Plata desde Salta, Córdoba, Corrientes, Mendoza, La Pampa, Olavarría, Tandil, Villa Gesell, Balcarce y Rauch.

La directora de la Casa Tiburón es Gisela Cabrera, una abogada penalista de profesión con marcada formación pedagógica y comunicación efectiva.

“Estoy en el club hace 5 años a cargo del proceso formativo convivencial”, confiesa en diálogo con LA CAPITAL la propia Gisela, una suerte de segunda madre para los chicos que vienen a Aldosivi desde otras ciudades.

Cabrera no está sola. “Casa Tiburón cuenta con un gran equipo de trabajo, organizado estratégicamente para acompañar el proceso formativo de los jóvenes que viven en ella”, agrega la directora.

Mauro Cabrera (“el abuelo” para los chicos), Angel Pizzoglio, Néstor Rosales, Marcela Berger (“la abuela”) hacen turnos de 8 horas rotativos.

“Cada uno de ellos cumple un rol importante para lograr la cercanía con los jóvenes y la contención diaria. Mauro con su experiencia los aconseja pero también pone límites, por lo que es muy respetado. Ángel con su paciencia, es bueno escuchándolos cuando tienen un mal día. Néstor, más contemporáneo en edad con los chicos, es el que está más en “la onda” al momento de recomendar peluquerías de moda, dónde arreglar celulares o esas cosas. Y Marcela es la encargada de mimarlos. Les cose la ropa, los escucha, les hace las cosas ricas permitidas, como toda abuela”, cuenta Gisela.

“Entre todos tenemos una buena comunicación diaria. Cualquier cosa que pasa en un turno lo sabemos todos. En el equipo tenemos también a Martina Humaran, psicóloga del club, que también se desempeña como tutora académica de los chicos”, aporta.

“En el edificio contiguo a Casa Tiburón contamos con médico clínico y kinesiólogo todo el año. Tenemos servicio de ambulancia las 24 horas y un convenio con la Clínica 25 de Mayo para la atención primaria de los chicos alojados en la pensión”, detalla sobre los aspectos vinculados a la salud de los jóvenes.

“El cocinero es Daniel Villalba, que sigue los lineamientos de las nutricionistas y prepara el menú diario. Y Carlos Cepeda es quien se encarga de la logística de la pensión”, finaliza Cabrera a la hora de enumerar a las personas que son determinantes en el cuidado y la formación humana de los chicos. La parte futbolística corre por cuenta de los coordinadores Diego Villar y Mariano Charlier y su cuerpo de profesionales en las divisiones juveniles.

Este año los chicos de Aldosivi volverán a tener la doble competencia de los torneos de AFA (en los que participa con seis divisiones de cuarta a novena) y de la Liga Marplatense. Y además, a partir del ascenso del plantel profesional, Aldosivi tendrá otra vez un equipo participando en el torneo de Reserva.

El sueño de la cancha propia está más vivo que nunca y todos desean que empiece a cristalizarse cuanto antes. Pero este cumplido recientemente con la inauguración de la Casa Tiburón no es un paso menor. La cantera es determinante para cualquier club del fútbol argentino. Y en Aldosivi lo tienen claro. De hecho por la antigua pensión pasaron jugadores como Emanuel Iñiguez (único bicampeón de la B Nacional con el club) y Elías Torres (el autor del histórico gol en la final de Arroyito). Por eso tamaña inversión.