Carmen Guarini: “Siempre creí que el documental es ficción”
El ciclo de destacadas películas documentales pasó por el Festival Internacional de Cine y aún puede verse por la plataforma CineAr. La especialista analizó el crecimiento "cualitativo y cuantitativo" de un género que también se cruza con la ficción.
Raymundo Gleyzer, uno de los pioneros del documental cuya obra pasó por el Festival de Cine.
El documental argentino tiene su lugar destacado en esta edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. En una de las salas del Paseo Aldrey, pudo verse una selección de películas documentales que hicieron historia por su paso en muestras y por la repercusión de público.
Curadas por Carmen Guarini, también documentalista y autora de películas como “Tinta roja” y “Ata tu arado a una estrella”, entre otras, la muestra se vincula con uno de los ejes de este festival, que está dedicado a la memoria del director de cine David Blaustein, de reconocida trayectoria en ese género.
El ciclo, llamado “Dos décadas de documental argentino”, también se puede ver por CineAr y, en Buenos Aires, fue parte de la programación del Cine Gaumont. El ciclo finalizará el 19 y 20 de diciembre por la pantalla de CineAr, oportunidad en la que Guarini buscará conmemorar los veinte años de la crisis política y social que terminó con el gobierno de Fernando De la Rúa y, a su vez, dos décadas de crecimiento del género, “un crecimiento cuantitativo y cualitativo”.
“Estamos trabajando con Doca (Documentalistas Argentinos), porque muchos de ellos tuvieron una presencia en la calle registrando la crisis”, comentó Guarini a LA CAPITAL y señaló que para esa fecha podrá verse la serie completa “Crónicas de la causa sur”, de Fernando “Pino” Solanas. Esa serie incluye las películas “Memoria del saqueo”, “La dignidad de los nadies”, “Argentina latente”, “La guerra del fracking”, “La próxima estación”, “Tierra sublevada 1 y 2” y “Viaje hacia los pueblos fumigados”.
“Todas esas películas hablan de la crisis a lo largo de dos décadas, es una obra fundamental para mostrar en su integralidad”, dijo Guarini, quien comentó que la curaduría del ciclo nació a pedido del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).
“Se me ocurrió que esta muestra podía estar rodeada de películas claves, como pueden ser las de Fernando Birri, Fernando Solanas y otros grandes maestros. La curaduría correspondió a un criterio que para mi es importante, por un lado la calidad de los trabajos y por el otro lado la repercusión de esas películas en su momento”, agregó. “Todas hablan de la crisis”, dijo.
Con un historial de nombres que incluyen a Fernando Birri, Raymundo Gleyzer, Edgardo Cozarinsky, Tristán Bauer y otros, en la actualidad el despegue del género obedece, según Guarini, a varios factores: “El desarrollo de la tecnología, la influencia de las formaciones académicas en los realizadores, las posibilidades de obtener mayores pantallas y las ayudas que fuimos consiguiendo las asociaciones de documentalistas, que logramos en estos últimos doce años articular una política desde el Instituto Nacional de Cine para el apoyo y el desarrollo del cine documental argentino”.
En comparación con la ficción, la documentalista defendió el género por entender que tiene “una vida mayor, una durabilidad en el tiempo que a veces las películas ficción no tienen, en la ficción hay relatos que se desactualizan y en el documental pasan a ser documentos o archivos y adquieren otro tipo de vigencia”.
Además, entendió que el documental actual construye historias y se acerca a un cine de autor “performático y experimental”. “Desde el punto de vista del lenguaje, cada vez se cruza más documental con ficción, y eso me alegra porque yo siempre creí que el documental es ficción”, dijo.
Y explicó: “Creo que lo real siempre es transformado, la televisión es algo que se parece más a la realidad porque es un registro directo y aún así hay que analizar porque la televisión tiene una alta manipulación. Una película documental se encara desde una perspectiva, desde una mirada y desde una posición ideológica, desde algo que se quiere contar, entonces siempre hay una transformación de lo real. Lo real es una transposición y en esa transposición hay transformación”, explicó.
En ese sentido, citó las palabras del documentalista cubano Santiago Alvarez, para quien “la única diferencia entre el documental y la ficción es que en el documental los actores no se maquillan”.